CAPÍTULO DIECISÉIS
11 de enero, 2017
Ver la sangre de Elena en mi verga me nubló el juicio y la reclamé toda la noche como mía y la satisfacción fue mayor porque a pesar de que era la primera vez de ella, siempre me recibió como si estuviera hecha solo para mí.
Desde que el sueño la venció la he estado observando y al verla aún más de cerca puedo apreciar su belleza. La mujer tiene leves pecas en sus mejillas y se ven jodidamente sexis. Su nariz de botón y sus labios carnosos complementan su precioso rostro.
Imagino sus labios envueltos en mi verga y eso me hace ponerme duro de inmediato, estoy tentado a despertarla, pero sería una tortura para la mujer, su coño está adolorido y lo comprobé en la última vez que la tomé. A pesar del dolor me recibió como si llevara años de estar hundido en ella.
Agarrando mi teléfono me doy cuenta de que son más de las diez de la mañana, se suponía que debía encontrarme con los hombres hace un par de horas, pero la mujer a mi lado me lo ha impedido y no porque ella lo haya dicho directamente, es su cuerpo el que no me deja salir de la cama.
Mierda. Puede ser que mi obsesión por ella incremente y ahora más porque sé que soy el único hombre que la ha tomado y joder, no me imagino a otro hombre entre sus piernas y si alguno día llegará a pasar lo mataría al instante porque nadie toma lo que es mío.
Elena se mueve haciendo que parte de su melena llameante se esparza por su rostro y la otra en mi pecho, sus labios se entreabren y utilizo todas mis fuerzas para no acercarme y morder su labio inferior.
—Dios, ayúdame con mis pensamientos y sentimientos hacia esta mujer —murmuro.
Contra mi voluntad me separo de ella y me levanto de la diminuta cama en la que estábamos —reitero que debo sacarla de este lugar—, salgo de la habitación y busco el baño hasta dar con él.
Veo mi reflejo en el espejo y noto marcas de sus uñas por todo mi cuello y parte de mi pecho y puedo parecer un jodido loco, pero me gusté verlas allí y más porque sé que son de ella.
He estado con varias mujeres y a ninguna he dejado que toque mi cuerpo como lo hizo Elena, tal vez sea un trauma de la tortura a la que fui sometido hace años o seguramente ninguna mujer llego al punto de doblegarme como lo hizo Elena la noche anterior.
Sin obtener el permiso de la rojita, entro a su ducha y me baño, aunque no quise hacerlo, quería tener su sangre en mi verga de por vida para que cada vez que ella me vea sepa que fui yo quien la desvirgo y el único que podrá estar en su coño, porque como lo he dicho, la mujer es mía.
Escucho pasos y sé que es la mujer que acaba de levantarse. Un ruido en la puerta me alerta, lo que hace que envuelva una toalla en mi cintura y salga del baño preparado para lo que pueda suceder.
—Estoy bien —habla en susurro con alguien en la puerta.
—Te dije que vendría hoy y los días siguientes hasta que me contaras qué te paso —la voz de un hombre se escucha a través de la puerta y deduzco que es el tal Boris.
—Deberías irte —el hombre empuja suavemente la puerta, lo que hace a Elena apartarse de ella.
Ambos me miran y en el rostro del hombre hay sorpresa y un atisbo de tristeza. ¿Le gusta mi mujer?
—Oh, creí... —Elena intenta hablar, pero el hombre la interrumpe.
—¿Quién es él? —me mira con desaprobación y lo ignoro.
—Él... Aja... Mmm —no sabe qué decir y la entiendo.
—Soy un amigo de Elena —digo, el rostro de la mujer se contrae y su gesto me hace saber que debo aclararle que aunque no estoy realmente con Kira, no puedo formalizar nada con ella en este momento, hay muchas cosas que se pondría en juego como su vida.
No es que no la desee, pero estoy a punto de iniciar una guerra y no quiero a inocentes en ella. Si mis enemigos descubren que tengo algo con la mujer, la atacaran para hacerme daño.
—Eh, sí, es un amigo —confirma evitando mi mirada.
—Nunca lo había visto.
—Es un nuevo amigo del trabajo.
—¿De baile? Recuerda lo que pasó con Lev, no deberías confiar en estos tipos.
Como se atreve este imbécil a compararme con el perro de Lev.
—Debes irte, hablaremos después —pide Elena nuevamente mientras envuelve el albornoz más a su cuerpo.
—Vendré más tarde, sé que David regresa hoy.
Elena cierra la puerta cuando el hombre desaparece.
—No dejes que ingrese a tu casa, no lo quiero aquí —manifiesto mis pensamientos.
—No tienes derecho a pedirme eso —dice.
Aún evita mirarme y estoy seguro de que fue por el nombre que le puse a lo que iniciamos.
—Tú también puedes irte, necesito descansar antes de que llegue mi hermano —se dirige a su habitación, pero la detengo en el camino.
Observo sus ojos y me pierdo en ellos. El color gris es igual a los de un gato y siento que me hechizan y me envuelven a su antojo haciendo que revele mis pensamientos y diciendo lo que ella quiere escuchar.
—No puedo tener relaciones por el momento —confieso—. Soy un hijo de puta y tengo enemigos donde quiera que voy.
No menciona palabra ante mi declaración, así que continuo.
—No quiero exponerte a ti y a tu hermano, si se enteran de que estoy contigo vendrán por ti y tu pequeño hermano.
Su cuerpo se estremece al escucharme, pero las únicas palabras que sale de su boca son:
—Debes irte, necesito recoger todo este desorden.
Cambia lo que iba a hacer, así que deduzco que está pensando en lo que le dije, si es sabia me entenderá, no puede arriesgarse y dejar a su hermano solo.
Tomo sus labios y ella me corresponde al instante, con la intensidad de nuestro beso subiendo, un gemido se le escapa, pero debo detenerme por dos motivos.
Estamos hablando de algo que creo importante y no quiero lastimarla, estoy seguro de que está adolorida.
—Debo marcharme, pero mañana estaré aquí —menciono alejándome de ella.
—No voy a estar mañana —revela.
—Debes estar, necesitamos hablar sobre esto —señalo el lugar donde estamos y en su rostro se forma un interrogante.
Camino hacia su habitación y me visto rápidamente, agarro mis cosas y acomoda cada una en su lugar.
—¿Quieres hablar de mi apartamento? —pregunta mientras sus ojos recorren mi cuerpo.
—Mañana hablamos —beso su mejilla y abandono el lugar rápidamente.
Aunque no quería salir de allí, debía hacerlo. Necesito terminar el entrenamiento y despedir al alemán que se marcha hoy. También debo poner en marcha la búsqueda de un apartamento para Elena y un hospital donde le den la mejor atención a su hermano.
—Nos vamos —toco la ventana del carro despertando a Néstor.
—Debí irme a mi casa —dice bostezando.
—Pero no te fuiste, ¿estás en condiciones para manejar? —pregunto antes de subirme al auto y este asiente.
—Aunque no lo creas, dormí como un bebe —asegura y le creo.
—Vamos a mi apartamento antes de regresar a la cabaña.
Enciendo mi teléfono y los mensajes llegan a la vez. Tengo llamadas perdidas de Ronald y Alessandro e innumerables mensajes de mi hermano.
"—Voy a asesinar al hijo de puta de Pavel".
"—Sabes que no me voy a casar con ninguna mujer que ellos decidan".
"¿Qué creen los malditos al decidir que tengo menos de un mes para casarme?"
"Jodidamente debes llamarme porque de lo contrario acabaré con los hijos de puta, tengo una mujer y es con la única que me casaré".
—¿Sabes si pasó algo? —le pregunto a Néstor cuando termino de revisar los mensajes.
—Toda la noche he estado aquí, aunque Alexey me llamo preguntando por ti —dice.
—¿Te dijo algo?
—No, ¿se metió en problemas? —la preocupación nada en sus ojos.
—Al parecer están arreglando una boda para él.
—Eso es grave, no dejará que le hagan eso —menciona—. Se desvive por la señorita Viera, así que no creo que la deje.
—No la dejará, mi hermano no seguirá órdenes de esos cabrones —menciono.
Alexey hará lo que le dé la puta gana y se casará con quien decida, así que Pavel y Vitali se quedarán con las ganas de hacerle mierda la vida a mi hermano —aunque no debería preocuparme mucho, a los hombres les queda menos de un mes de vida.
—Necesito un apartamento con mínimo tres habitaciones y que cada una de ellas tenga su baño privado —cambio la conversación.
Le puedo dejar este trabajo a Néstor porque sé que no va a ir a contarle a Vitali que estoy consiguiendo un apartamento para Elena.
—¿Te mudarás?
—No, es para Elena y su hermano.
—¿Por qué no los llevas contigo? Si le estás buscando apartamento es porque la mujer te interesa.
—No la voy a exponer, quiero terminar mi guerra y luego mirar si se puede dar algo entre ambos.
—Ya la expusiste y lo sabes —menciona—. En el bar todos saben que ella es tuya y sabes que no todos te son leales.
Es verdad, pero trataré de protegerla lo más que se pueda.
Dios, hice todo al revés, pero me aseguraré que no le pasa nada a Elena y a su hermano.
Cuando llego a mi ático mi hermano me está esperando allí. Parece que lleva toda la noche aquí.
—¿Leíste mis mensajes? —pregunta al borde del colapso.
—Ujum.
—Ese maldito viejo lo voy a matar, ¿sabes con quién quiere casarme? —pregunta y niego—. Quiere casarme con una puta israelí porque es uno de los tratos que hizo con Asaf.
—Sabes que eso no sucederá.
—Lo sé, pero ese hijo de puta anda pregonando que me iré a vivir allí, tiene solo mierda en su cabeza si cree que lo haré.
Camino por todo mi espacio mientras niega.
—Si Viera se entera de esto me cortará los huevos —me rio, por lo que acaba de decir.
Tiene más miedo de lo que le pueda hacer su mujer, bueno, es entendible. La mujer sabe de nuestros negocios y aún se quedó con Alexey, pero le juro que si algún día la engañaba tendría consecuencias.
—Le explicas todo y ya, sabes que esa mujer te ama y lo entiende todo —digo.
—Entonces despídela, así me entenderá mejor —pide nuevamente.
—Dile que renuncie.
—Como si lo fuera a hacer.
Hablamos por un rato sobre lo que hicieron ayer y parte de lo que me contó Elena sobre Lev. Le di las gracias por salvar a mi mujer y volvió a advertirme que no la expusiera esto, que pensara en el pequeño que dependía de ella y le asegure que tendría cuidado.
★
Estamos sentados repasando el mapa de la mansión de Vitali y los túneles que hay bajo ella. En esa mansión vivía el antiguo bos, así que conozco ese lugar al derecho y al revés, ya que mi padre pasaba allí la mayor parte del tiempo porque era la mano derecha del antiguo bos.
—Entonces el asesino se va hoy —menciona Alessandro mirando a Ronald.
—Y el carnicero sé que, ¿haciendo qué? —pregunta Ronald con sorna.
—Pateando traseros como el tuyo —asegura Alessandro sosteniendo la mirada de Ronald.
—Peleando como niños, sigo apostando mi dinero al asesino —menciona Dritan como si esto fuera un juego.
—Espero que la próxima vez que nos veamos sea para empezar negociaciones entre nosotros —dice Alessandro.
—Para eso falta, pero espero algún día hacer negocios con el carnicero, tu trabajo y tus negocios son valorados por muchos hombres, tal vez algún día necesite de tu trabajo.
—Tendrás un descuento —asegura Alessandro.
Ignoro la conversación de los hombres y mis pensamientos viajan hacia Elena, ¿Qué estará haciendo en este momento? Seguramente su amigo está en su casa y eso me irrita, no quiero ningún hombre cerca de ella.
—Dejo a Oliver quién es uno de mis mejores hombres, espero verlo regresar a Alemania en el mejor estado —dice el alemán en modo de despedida.
Está dejando un puñado de sus hombres para el ataque de los siguientes días.
—Gracias —menciono.
El alemán se retira junto a su mano derecha y nosotros nos quedamos hablando del siguiente paso que daremos, empezaremos atacando las bodegas que están a cargo de Pavel utilizando a unos israelíes como chivos expiatorios, así no sospecharan de mí.
Aquí comienza nuestra venganza, por nuestros padres y hermana, por todas las familias que sufrieron para que Vitali llegara al poder, hoy empezaré a derribar su imperio y crear el mío.
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Espero este disfrutando la lectura.
Para adelantos de este libro, los ya publicados y los próximos a ser publicados pueden seguirme en mis redes sociales donde aparezco como Leidygm18.
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