Era día sábado,un sábado muy triste. Las nubes lloraban sin cesar dejando caer todas sus penas. Todas las que guardaban en una lluvia torrencial. El sol oculto en lo más profundo del cielo sin querer salir hasta botar todas sus emociones.

En traducción está lloviendo extremadamente fuerte. Ningún alma se atreve a salir o el viento se los lleva,literal.

Excepto para un estupido Yoongi que ahora está tocando la puerta como enfermo. No se si reír o llorar.

-¡Por favor Jimin escúchame!.-dice desesperado un Yoongi mojado de pies a cabeza.

Suspiro rendido. No soy una mala persona,no puedo dejar que se enferme,después la culpa me carcomería. Le abro la puerta sin expresión alguna y lo que veo son un Yoongi mojado con ojos rojos y unas flores destrozadas por la lluvia y el viento repentino.

-Primero hay que secarte puedes enfermar.-le digo despacio invitándolo a pasar. Una sonrisa aparece en su rostro para después pasar y abrasarme. Me sorprendo por la acción sin aún corresponderle al abrazo.

-Gracias.-dice con su boca apegada a mi cuello y sus brazos en mi cintura. Ahora ya no me importa mojarme y le correspondo para quedarnos así unos momentos. Como si el mundo no importara y solo seamos los dos en el universo.