Capítulo Veintiuno
- Creo que estas exagerando las cosas. Fue solo un sueños Chōba, los sueños son... Exageraciones de tu mente. - Aunque no creo que los dioses sueñen cualquier cosa.
- Pero... Fue tan real.
- Si, en eso se caracterizan los sueños... Se ven reales pero no son más que sueños.
- Bueno... Siendo Dios es extraño, pero muy extraño de que sueñe algo. Jamas sueño nada. Pensé que esta vez... Podría cambiar en algo.
- Deja de pensar en eso... ¿Que te parece si miramos la pelea entre Gon e Hisoka? - Mi cara se sonrojo al recordar las escenas en el anime, Hisoka gemir valdría la pena una y mil veces, ese hombre es tan... Sexy. Podía sentir cerca el derrame nasal, así que cubrí mi nariz mientras miraba a Choba. - Vamos, vamos, le pedire a Hisoka dos boletos en primera fila. - Comencé a jalar a Choba mientras sacaba mi teléfono para buscar el contacto de aquel hombre tan sexy. Al encontrarlo me reí nuevamente por como lo había agendado: 'Hisoka El Sexy', pues como no tenerlo así si ese hombre es tan...
Caminaba emocionada hacia el elevador, presione el botón de llamada y acerque el teléfono a mi oreja, pasaron dos tonos antes de que contestara.
- Bonjour my lady~ - Mi cara enrojeció mas. -
- ¡Hisoka!, ¿Donde estas? - Le pregunte impaciente, escuche una leve risita de su parte.
- En mi habitación, ¿Quieres venir a jugar? - Ay bebé, por ti me voy la semana entera a Cancún.
- Claro, podemos jugar monopolio, de hecho traigo a mi hermano menor, podemos jugar los tres. - Apuesto a que no se la esperaba.
- Oh... Oh jaja, esta bien pequeña miel, habitación mil cuarenta y cuatro. Te estaré esperando. - Ambos dijimos hasta luego y colgamos. Puse el piso para ir hacia la habitación de Hisoka, la puerta de abrió y caminamos hasta la puerta. La toque dos veces y esperamos, Hisoka abrió la puerta mientras solo vestía sus ajustados boxers. Mi nariz sangró.
- Frutita... - Relamio sus labios al verme, sus ojos fueron hacia Chōba donde podría jurar que se lo desvestía con la mirada. - Pasen pasen.
- Tengo algo que pedirte Hisoka... - Me miro interesado mientras entrábamos a su departamento, todos nos sentamos en la sala de estar.
- ¿Que es, Pequeña? - Ya sé que soy enana, no me lo recuerdes.
- Sobre tu pelea con Gon... Quiero dos boletos. Te los puedo pagar. - Saque mi cartera.
- Oh... Te puedo conseguir los que quieras y gratis. - Hisoka, eres un angel -Bueno, con un pequeño favor a cambio. - Si son favores sexuales le diré que si. Digo no.
- Claro Hisoka, ¿Que es? - Tardo unos segundos en abrir la boca, antes de que pudiera hablar me levante rápido como un rayo cubriendo con ambas manos mis boca, examine la habitación y al ver las azulejos del baño corrí hasta este, me acerque al retrete para comenzar a vomitar. Mi piel se puso pálida, aún seguía dando una que otra arcada de asco, tome el papel higiénico para limpiar mi boca, baje la palanca del baño para que se fuera todo ese vomito. lave mi cara y mire hacia la puerta abierta, Choba e Hisoka me miraban.
- ¿Estas enferma? - Pregunto el pelirrojo. - Puedo ir a comprar medicamentos.
- No esta enferma, esta embarazada idiota. - Choba salio al ataque, los ojos de Hisoka se abrieron de par a par.
- No preguntes. - Dije avergonzada mientras salía del baño, nos dose siguieron.
- ¿Como..? - Que no preguntes baboso. - Honey, ¿Al menos tu lo quisite o te...?
- ¡No lo sé!, ¡Estaba ebria!, Ni siquiera recuerdo que paso. Ya no hablemos de eso, ¿Que me ibas a pedir? - me cruce de brazos algo desesperada.
- ... El favor que te iba a pedir... ¿Donde el cuerpo de Lilya? - el ambiente se volvió incómodo, desvíe la mirada algo triste. Respire hondo.
- Aun... Aun sigue con los forenses...
- ¿Sabes quien le hizo esto? - Asenti levemente. - Iré a matarlo. Dime quien es. - Negué. - ¿Por que no?
- Morirá de una u otra manera. Si no... Yo misma lo asesinare lentamenre sacando uña por uña.
- ¿Como sabes que morirá? - Hisoka se veía tranquilo, pero estaba segura que por dentro, moría de ira.
- Neón Nostrade. - Tal vez Hisoka no la conocía. - Predice el futuro, es siempre exacto, debió haber sacado el futuro en el que moría, y de alguna u otra manera debió dar con Lilya con su asesina. Eso o... No lo sé, Lilya tenía tantos secretos. Tengo un poco de miedo de que solo haya sido una advertencia, y que el objetivo sea yo. Todos los jefes de la mafia moriran, incluso papá. Y todo pasa a mis manos. No deben querer eso. Pero ahora, deseo más que nunca ese puesto. - Mi boca no paro de hablar, soltaba información tras información. Aunque fuera peligroso. Mi sonrisa se ensancho por la excitación.
- ... Ya veo. - O estaba enloqueciendo o de verdad estaba enferma.
- Y ahora que tendré un bebé sera mejor. - mordi mis labios. - Hisoka, Iras a matarlo de todas maneras, ¿Verdad? - El asintió. - Que sea lenta y dolorosamente. Por favor. Apenas me regresen a Lilya seras el primero en saber donde tendré sus cenizas. Es una promesa, o me tragaré mil agujas.
- Eres una fruta... Bastante extraña. Te dejare los boletos bajo la puerta. Esta noche, gracias por en favor.
- Gracias a ti por dejamos ver tu espectáculo. Choba, vamos.
- ¿No íbamos a jugar Monopolio? - Dijo el rubio, ladeando la cabeza. Suspire al ver sus ojos de perrito.
- Esta bien por mi. No tengo nada que hacer. - Hisoka se alzo de hombros al decir esto, nos sentamos alrededor de la mesa de centro, de mi bolsa saque el tan esperado monopolio y comenzamos a acomodar las piezas.
- No suelo jugar monopolio, ya que me enojo demasiado. Aun sigo enojada con un amigo por una partida de monopolio hace un mes. Pero ya tenia ganas de jugarlo otra vez. - Suspire pesadamente para lanzar los dados y pasárselos a Choba para que tirara
- Solo no te enojes conmigo Mielesilla. - La voz seductora de Hisoka me hizo estremecer.
Pocas horas mas tarde la mesa de centro estaba al revés y todo el monopolio regado en el suelo, los sillones al revés y dos chicos asustados.
- Ya no juego. Ya me enoje.
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