𝓢𝓲𝓷𝓸𝓹𝓼𝓲𝓼

Luego de un año entero de preparación, tomando su tiempo, fortaleciéndose y con la intención de poner su destino sobre sus hombros, Link está listo para recoger la llave fundamental que le guiará en pos de sus metas: la Espada Maestra. Aquella que reposa en los bosques perdidos y con la que podrá enfrentarse finalmente al mal.

Sin embargo, no llega ni bien a las inmediaciones del santuario cuando se da cuenta que alguien la ha robado. Y que esa «alguien» no es especialmente una desconocida para él; que su aparición pondrá en juego todo lo que creía saber de su sagrado rol como el héroe elegido. Y de su mismo destino.

Ａｃｌａｒａｃｉｏｎｅｓ

»Ni los personajes ni el título en que se basa la historia son propiedad mía, sino de Nintendo y de Shigeru Miyamoto. Lo único que me pertenece son los personajes originales creados bajo sus preceptos.

»Este fanfic posee cambios más o menos importantes en el lore de The Legend of Zelda, que permiten mantener el misterio y que las cosas se acomoden mejor.

»La ilustración usada en la portada y separadores no me pertenece. Créditos totales a quien corresponda.

N/A:

Aunque esta no es una historia que me haya tomado mucho tiempo pensar o planear; aunque es más una historia que surgió de repente, que fue espontánea, y que seguramente se formó mucho antes de que yo siquiera  me diera cuenta, su ejecución me llevó un poco más de tiempo del que esperaba. La idea llegó a mí en un tiempo en el que no alcanzaba a comprenderla, ni vislumbrarla por completo. Pero con el tiempo, comprendí el mensaje que quiso darme. Y aunque es un tema que se toca apenas de manera sutil (según yo jaja), espero que pueda servirle a cualquiera que pase por una condición similar. Que pueda alumbrar a alguien más, que dejemos de pensar en el qué dirán, que vivamos por nosotros y por quienes somos. No por lo que se supone que debemos ser. Esta historia va para mí, para todos aquellos que vivimos bajo el yugo de lo que los demás quieren de nosotros y para mi novia Bambirille, que siempre me apoyó, me incitó a continuar y a no dejarla, aunque muchas veces, ante la frustración de no ser lo que yo esperaba, me sentí con ganas de dejarla a medias.

Pero es que esta historia, como todos nosotros, no es lo que uno quiere, ni lo que uno espera. Es lo que debe ser; lo que quiere ser.  Y pensar en eso me ayudó también a dejarla fluir y a dejarla ser. Es difícil, pero cuando uno se deshace del control que quiere tener sobre las cosas, las cosas también lo dejan de controlar a uno.

Espero que les agrade ♥