16
El aire soplaba por las colinas de Hatelia, trayendo consigo el aliento fresco de la mañana. El color del cielo se debatía entre el morado y el azul, el sol brillaba en el poniente. Sus coletas se agitaron con el aire frío, mientras salía de casa, lo menos cabizbaja como podía mostrarse.
Cuando vió a Link y a su padre hablar algo entre ellos, enlistando las cosas que tendrían que llevar para su viaje y para la estadía de Link en la ciudadela, tuvo que contener un suspiro. La madre de Link, que estaba al lado suyo, puso una mano sobre su hombro. Le acarició cariñosamente, tal vez presintiendo su estado de humor. Por más que intentaba ser discreta, no podía evitar poner los labios tensos.
Era su imagen contra el sol naciente. La valija en su mano, repleta de cosas que necesitaría para quedarse en la ciudadela de Hyrule. Su uniforme a mallas de aprendiz de caballero, que desde el día en que su padre lo había traído, portaba con mucho anhelo. O serían sus cabellos rubios, que despeinados e indómitos como solían ser, eran el margen de un rostro extático. Por eso no se atrevía a decir nada, a pesar de que sentía un vacío en el estómago, que pegaba vuelcos cada vez que recordaba su pronta ausencia. Él se veía tan contento. Sabía, desde que eran pequeños, que entrar en el entrenamiento de la guardia real era algo a lo que aspiraba; y había sido al fin admitido. Naturalmente, pues su padre era un espadachín ejemplar.
—Despídete de tu madre y de Illy —sonrió el padre de Link, una vez constataron llevar consigo lo más esencial. Link se giró hacia ellas, su sonrisa, brillante.
Abrazó a su madre, quien le besó la cabeza y le deseó muy buena suerte, apretándolo fuerte. Le advirtió también que no se metiera en problemas, que reservara los espadazos solo para los monigotes.
Cuando se giró hacia Illyria, sin embargo, fue cuando su sonrisa flaqueó un poco. Ella trató de forzar la suya, pensando que podría ser que su semblante se había notado demasiado conflictuado. Y lo ́ultimo que quería era parecer infeliz por su sueño.
—Entonces, por fin te vas —medió ella—. Te voy a extrañar.
—Sólo será por la semana... volveré para pasar cada fin de semana con ustedes —Le abrazó él. De repente sintió una opresión en el pecho. Algo que no creía que sentiría, o que le afectaría tanto. Pero a pesar de estar contento por irse, también hubiera preferido no separarse de ella.
Illyria le asió con fuerza por algunos segundos.
—Es tu sueño, ¿no...?
—Siempre lo ha sido.
Illyria suspiró
— Creí que tu sueño era ser un cocinero —Link se rió un poco, imaginándose la sonrisa de la chica—. Pensé que abriríamos un restaurante, aliados con la posada de Hatelia. Se te da tan bien, que seríamos ricos.
—Eso era solo un plan B. —sonrió de lado, separándose finalmente, pero no soltando así una de las manos de Illyria. Sosteniéndola. Haciendo circulos incompletos en ella, con sus dedos—. Lo que yo quiero, es ser el guerrero más fuerte de Hyrule. Quiero ser grande y valeroso, como el héroe de las leyendas.
—Pero eso ya lo eres... —asió su mano entre las de Link. Link se rió, pero el rostro de la chica evidenciaba vehemencia—. Eres la persona más fuerte y valiente que conozco. Tal vez lo eres demasiado.
Link volvió a abrazarla una última vez, en agradecimiento a sus palabras. Pero aunque sabía que tenía ciertas facilidades porque había entrenado desde muy joven, eso no lo hacía ni de cerca el más fuerte.
—Sólo..., prométeme que no cambiarás, ¿sí?
—Jamás lo haré —obvió él, separándose de nuevo y ofreciendo su meñique pulgar como prueba. Ella lo enlazó con el suyo, aceptando su promesa—. Nos veremos el fin de semana. Te contaré todo... Papá dijo que piensan hacer una excursión a Los Bosques Perdidos la tercera semana.
—Esperaré las historias con ansias. ¡Tráeme algo de la ciudadela!
—Anotado. —sonrió él una última vez, antes de alejarse con la intención de encaminarse finalmente junto a su padre, quien también había ya terminado de despedirse de su madre.
Sus manos fueron lo último que quedó asiado, por algunos segundos más, hasta que la distancia les obligó a separarse por completo. Por mucho que ambos habían hecho el esfuerzo por sostenerse un poco más.
Al final, ambas mujeres les miraron alejarse hacia la salida del pueblo. El sol ya se había alzado, el día había comenzado. Hizo un mohín. Pero le consoló pensar su separación no sería por siempre... tan solo cinco días a la semana. No más...
જ⁀➴
Con el tiempo, más días con salidas furtivas sucedieron. Al día siguiente, Link llevó a Illyria a las inmediaciones del bosque, con la intención de encontrar y atrapar algún rupinejo. Illyria evitó, sin embargo, más de una vez, que Link le pegara flechazos para demostrarle que realmente sangraban rupias. Otro día, fueron a ver el pueblo de Kakariko de noche; la chica quedó maravillada por la arquitectura tan deslumbrante de las casas Sheikah, o el empeño puesto en sus jardines de cerezos y sus plantíos de zanahorias y calabazas.
Link observaba con cierto disfrute la manera en que sus ojos se iluminaban con cada lugar, y cada pequeño detalle de este; iluminándose con destellos verdeados de impresión, como quien verdaderamente nunca hubiera visto nada más allá de sus narices. Era la razón por la que pensaba continuar con las salidas, puesto que a pesar de que no pudiera comunicarse con Illyria, ni conocerla, ni sentirse más cerca, interactuar de esa forma con ella, era lo más cercano a una conexión.
Además, nada malo estaba pasando aún. Sabía que en algún momento alguien se enteraría; pero estaba casi seguro de que nadie lo había hecho aún. O al menos lo estuvo, hasta que un día, estando fuera de la aldea Kakariko, recolectando cosas para mostrarle a Illyria, Impa lo mandó a llamar.
No podía dejar de sentir nervios, aun a pesar de que la mujer guardaba siempre un semblante de tranquilidad aparentemente desenfadada y benevolente. Él no dijo nada cuando llegó ante ella. No quería evidenciarse, pero casi parecía que su discreción tenía un efecto más bien adverso.
Como se miraron por minutos enteros, fijamente, sin decir nada, fue ella la que con una risa, optó por hablar:
—Link, gracias por venir con tanta rapidez. ¿Sabes qué? Hay algo que he estado pensando mucho, últimamente... Tiene que ver contigo y con Illyria...
Se tensó. Ya estaba seguro de que tenía que ver con eso. Se había enterado, era obvio. ¿Pero cómo...? ¿Cuándo?
Trató de recordar todas las veces que habían salido. No habían sido tantas, pero incluso esas veces, no había logrado captar ningún ruido, ningún movimiento, ninguna señal fuera de lugar; nada que le indicara que alguien los seguía. Y se había mantenido siempre alerta.
Claro que no era raro imaginarlo, eran Sheikah. Gente entrenada especialmente para ser ninjas hechos y derechos, mejores que cualquier otro en su clase. Quiso darse una palmada en la cara.
—¿Sí...?
La sonrisa de Impa se ensanchó.
—Me viene a la cabeza, de vez en vez, estos días, algo que me preguntaste. Una sugerencia, acerca Illyria. Dijiste que le vendría bien ver las cosas que pudieran recordarle su pasado, por su cuenta.... Y luego de deliberar mucho, tengo que comunicarte mi nueva decisión al respecto: me parece una buena idea que la lleves fuera de Kakariko.
Link alzó las cejas, incluso abrió un poco la boca. Por un momento sintió que un peso se le desvanecía de encima.
—¿En verdad?
—Así es —asintió. Le miraba con un solo ojo; el otro cerrado, casi achicado por su sonrisa de repente ladina—. A pesar de todo, me he dado cuenta que ella no parece resistirse demasiado a ti. Y considerando que todas sus salidas han sido exitosas y ella no ha intentado escapar, pues...
Ahí estaba. A pesar de estar consciente de que ella lo sabía, era como si un balde de agua fría le cayera en toda la espalda. Sintió la necesidad de rascarse la nuca y poner una sonrisa quebradiza, pero se resistió. Sintió pena.
—Lo sabes... ¿Cómo?
—No esperarás ser tan cauteloso como un ninja en una aldea de ninjas —ironizó, una vez más, la vergüenza de Link incrementó y se mostró como un sonrojo en su semblante que insistía en verse pasivo —. Todo aquí se sabe. Y no te negaré que me pareció muy impropio de tu parte saber eso de ti... Desoír órdenes... —El cuerpo de Link se tensó—, pero las cosas han salido considerablemente mejor de lo que yo esperaba, entonces... pienso que lo mejor es darles más libertad.
Link se tragó un suspiro, tal vez de asombro, tal vez de resignación. Una sonrisa extraña se le formó en el rostro, al menos como una muestra de agradecimiento a la confianza de Impa. Ella asintió, riendo ligeramente.
—¿Puedo... podemos ir a cualquier lugar, entonces?
—Claro.
—¿Desatada?
—Ese es el pequeño detalle. —Impa miró hacia una de las esquinas de la sala, donde un sheikah entraba a la sala, pasando por el lado de la atareada Apaya. Portaba algo en sus manos—. Comprenderás que a pesar de todo, la chica seguirá quedándose con nosotros en calidad de rehén, dado que no es tan claro si está dispuesta realmente a trabajar de nuestro lado. Por eso he pedido a Prunia, en Hatelia, que me enviara un pequeño instrumento.
El guardia extendió el objeto en manos de Impa, quien lo tomó y acto seguido, lo mostró ante Link. Él observó los dos finales circulares que tenía, hechos de un metal ligero y bien pulido. Ambos extremos unidos por una firme estela de un color índigo.
—Una... cadena... —Link alzó una ceja. Su gesto irónico.
—Son esposas —corrigió Impa. A él no le pareció mucho mejor—. Necesitaré que lleves tú la anilla derecha en la mano, ella, la izquierda. Prunia las ha fabricado con la intención de que no limite los movimientos que tengan que hacer, pero que no puedan alejarse demasiado el uno del otro. Si eso pasa, si exceden más de 20 metros de distancia, las esposas la teleportarán de vuelta justo donde esté la anilla principal; o sea, donde estés tú. Es un prototipo, pero confío en que cumpla su objetivo.
Link se vió emproblemado mientras las esposas le eran entregadas, las tomó para verlas de cerca. Se dio cuenta que ambas anillas tenían motivos en azul, de formas cúbicas y lineares, tan propios de la tecnología sheikah. Brillaban de vez en vez, junto con la "cadena", que no parecía ser más que luz. Asintió finalmente a Impa, con la intención de poder retirarse, devolviendo el artefacto al ninja. Leyendo sus intenciones al despedirse con tanta premura, la anciana lo detuvo una última vez.
—¡Ah! Y antes de que te vayas, si es que seguramente vas a verla... —él se giró una vez más, viendo que la mujer ya se había levantado y de pronto la ausencia de su cuerpo le permitió ver lo que parecía una pequeña cajita de bambú, que había yacido tras de ella—: llévale esto. Lo encontramos en las cosas que los Yiga dejaron en su santuario, se suponía que se resguardaba ahí para cuando ella despertara... Y ojalá aún le guste.
Eso despertó su curiosidad. Aceptó la caja en sus manos con más avidez, abriéndola pronto. Vio lo que parecía ser una tela satinada de un vibrante magenta y al esculcar, también lo que parecían ser braceros, al fondo unas botas y otros accesorios. Era ropa.
Un choque extraño en la memoria le sacudió, pero se fue al instante. Miró a Impa.
—Si se van a pasear por Hyrule, ella no puede ir vestida como el enemigo, ¿verdad?
Link asintió, le parecía lógico. Finalmente se retiró. Pensó en la tela, se preguntó si le gustaría. Una sensación extraña de déjà vu intermitente en la cabeza.
જ⁀➴
—¿Que qué? ¿Es-es una broma?
Link sonreía, no podía evitarlo. Aunque tímido, negó con la cabeza.
—No. Realmente nos ha dejado salir, partiremos tan pronto cómo se pueda.
—¡Vámonos ya! —instó emocionada. La impaciencia y las ganas de ver el mundo, obvias en sus ojos. se cohibió cuando se dió cuenta que había sido muy impetuosa—. Digo, si se puede... estaría tan bien...
Él creció su sonrisa, recordando lo que Impa le había dado horas atrás, para que se lo entregara a la chica.
—Nos iremos pronto. Pero antes, tengo esto, para ti.
Ella miró con curiosidad la cajita que Link había sacado. Con la obviedad de sus manos atadas, el joven atinó a sacar todo el traje de dentro, extendiéndolo ante los ojos de ella.
Sus pupilas se dilataron, sus ojos destellaron, se abrieron. Link observó su semblante iluminarse al instante. Era un vestido rosa vibrante, con patrones hylianos en azul y salmón al final de las mangas y en el escote de corazón. Lo resaltaba una falda pomposa y otras telas varias que fungirán como relleno de la falda, así como otros ornamentos que Link le fue mostrando y que sólo incrementaron su emoción.
—¿Y-y esto? Es hermoso...
—Lo recogimos del santuario de la vida en el que estabas —La voz de Impa llegó a la habitación. Había entrado sin que nadie la notara, con las manos entrelazadas por la espalda y una sonrisa tranquila—. Lo habíamos dejado para ti, para cuando despertaras y parece que los Yiga olvidaron tomarlo. O puede que no quisieran hacerlo... Es tu ropaje, te perteneció en el pasado.
Illyria arrugó la nariz, desdeñando en el fondo la explicación de la líder Sheikah, pero no podía quejarse. El vestido era precioso, tenía todos los detalles, todos los accesorios y los colguijes que siempre había imaginado en su atuendo ideal. Venía, además, con un par de botas y alforjas extra que seguramente le permitirían guardar y guardar todas las cosas que quisiera en su nueva expedición por comenzar.
—Comprenderás que los Yiga no son tan bien aceptados a nivel social allá afuera —llegó al lado de Link, quien había bajado la prenda y observaba a Impa, expectante tal vez, a sus órdenes. Los ojos de la mujer le miraron con indulgencia.
—Desátala, Link. ¿De qué manera va a cambiarse?
Tanto el rubio como la pelirroja la miraron sorprendidos. Luego intercambiaron miradas. Incomodidad, sorpresa. Especialmente cuando él se acercó a ella, dudoso, para llevar a cabo la dirección.
Illyria guardó silencio, sintiendo cómo las cadenas perdían fuerza en sus muñecas. Lo normal sería agradecer. Por las facilidades y el hermoso regalo que se le concedía, pero no los sentía tan merecedores de su gratitud.
—Voltéate para que se cambie —indicó la mujer, apenas estuvo Illyria erguida. Sin nada que le detuviera los pies o las manos.
—¿No... vamos a dejarla sola en la habitación? —preguntó Link, que de repente se puso hasta rígido.
Impa hizo una mueca de obviedad, evidenciando el estado en que Illyria aún estaba con ellos. La chica hizo cara de azorada.
—Ni para eso puedo tener privacidad...
—Espero que puedas entenderlo —resolvió Impa, volviendo a darse la vuelta con la clara intención de irse. Ondeó la mano, aún de espaldas—, espero que te guste el atuendo.
Quedaron solos una vez más, ambos se miraron y desviaron los ojos de inmediato. Qué enfado. Sin chistar más, ni poder desobedecer a la sensata indicación de Impa, Link le dio la espalda. Una noción similar a un deja vu. Era como cuando fungía de guardia personal de la princesa, y la acompañaba en guardias en todo momento.
En todo momento.
Incómodo.
Illyria pasó saliva, con la ropa en las manos. Pensó una vez más en el peso del arma que traía entre sus ropajes. En que una vez más, el héroe estaba de espaldas a ella, descubierto, casi puesto. Necesitaría solo asestar un golpe y lo derrotaría. Se resignó y se dió la vuelta por igual. Mientras se iba quitando la ropa tuvo que manipular su arma con cuidado para que el roce del filo no hiciera ni el más mínimo ruido; la empuñó. Tensó los ojos, los músculos, pensó en prepararse... pero no pudo. A pesar de que el corazón había empezado a latir con más fuerza y la adrenalina había empezado a fluir, no podía golpearlo... Quizás no era una buena idea, razonó. No aún. Debía hacer caso a esa intuición, a ese sentimiento imperativo que le llamaba a no hacerle daño, por el momento...
Al final, Ced y Rolko tenían razón. Sería mucho más fácil y mucho más inteligente aprovecharse de su confianza después... más que entablar un combate en un lugar donde él tenía tantos aliados.
Sí, debía ser eso.
Alisó la primera capa del atuendo, que era un suéter ligero color pistache. Encima, el precioso vestido del color de las magnolias tulíperas; le quedó a la medida, como si hubiera sido hecho especialmente para ella. Fue peculiar darse cuenta que superpuso cada capa del vestido de manera adecuada, a pesar de ser demasiadas. Sacudió las mangas del polvo que aún las opacaba un poco y cuando se puso las botas altas, terminando de vestirse, sintió la necesidad imperante de verse en un espejo.
Sin importarle ya la presencia de Link, se fue hacia espejo alargado y estrecho en un rincón de la habitación. Él le siguió con la mirada al sentirla desplazarse, volteándose por inercia. La vió frente al espejo, bien y bien. Miró el reflejo de sus ojos verdosos bien abiertos, vió como una sonrisita impresionada se le iba dibujando. Parecía enamorada de su reflejo. El rubio dió unos pasos vacilantes en dirección de ella, lo que robó su atención.
—Mira esto... —balbuceó ella, pero con la emoción, no pudo terminar. Dió uan vueltecita sobre sus pies, estiró las mangas bombachas, jugueteó con las faldas, haciéndolas volar con sus vueltas. Link también parecía algo pasmado, pero no solo por cómo se veía.
Vió sus reflejos juntos en el espejo. Ese sentido de familiaridad se hizo muchísimo más fuerte. La había visto, sí. Parados frente al reflejo del espejo, parecían los mismos que siempre habían sido. Esa era Illyria. Ese traje era suyo, era ella.
Una confección corta, con talle alto, estilo princesa. Nada práctico para la batalla, pero elegido al gusto. Con una cinturilla morada que la ahormaba, un cinturón de hebilla grande y redonda que sostenía una serie de alforjas grandes y un retazo de tela que se ribeteaba hacia afuera, dándole a la parte central del atuendo un aire aún más tierno. Las botas altas hasta las rodillas, de un marrón cenizo. Los pantalones, debajo de las faldas, holgados.
Parada ahí, parecía una hyliana cualquiera. Una civil que nada tenía que ver con una secta ninja malvada, un destino o una misión. De pronto, como si compartieran mente, la propia Illyria lo pensó. Arqueó una ceja.
—Qué diablos... Me veo...
—Muy hermosa...
El rubor le cubrió las mejillas, su rostro se equiparó al color de su cabello en segundos. No había esperado eso. Incluso Link se puso rojo. Desviaron la mirada el uno del otro por unos segundos, mientras sentían como us corazones latían más profundo. El joven carraspeó:
—Eh, lo siento, quiero decir...
Pero sus palabras ya no brotaron. De repente, la elocuencia se le había pagado, mientras que ella se volteaba de vuelta hacia el espejo, levantando la mirada solo para verse los detalles del traje más de cerca. Link se podría haber sonrojado más de la vergüenza, lo cierto era que sentía el rostro rojo. Pero buscando la mirada esquiva de ella, sin conseguirla, ya no sintió más emociones.
De pronto, ver sus siluetas juntas en el reflejo del espejo, se sentía como verlo romperse ante sus ojos. La familiaridad que había sentido, por unos ínfimos segundos, se esfumó. Su visión de ellos, ingenuos, libres. En su lugar, una barrera invisible, pero tangible, que les seapraba y volvía todo blanco y negro. Los colores volvieron a perder vivacidad, cerró la boca. no dijo nada más.
Eran personas diferentes ahora. Ni las familiaridades ni los viejos patrones tenían cabida. No hasta que las cosas entre ellos mejoraran y se estrecharan.
Pero tal vez esas versiones de ellos, jamás volverían. Tal vez, las cosas debían ser así.
Quizás esos eran sus nuevos «yo». Quienes eran ahora.
Quienes debían ser.
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N/A: Oh Dios mío pq me tiene que dar tanto cringe x.x espero que les haya gustado esta cpsa. Lo bueno es que de ahora en adelante ahora sí comienza lo verdaderamente bueno 👍👍👍
Gracias genuinas por aguantar hasta este punto :3 quiero agradecer especialmente a Briss365 por todo el apoyo que le ha venido dando a esta historia 😭😭♥♥♥ muchísimas gracias en verdad, me animas a continuar como no tienes idea. Igualmente gracias a Sebaass_ por los votos ♥♥ espero que de ahora en adelante les guste aún más este rollo. Y tqm Bambirille también por ayudarme.
Antes de irme, dejo unos dibujillos de Illyria que hice hace unos meses para que se puedan dar una mejor idea de cómo se supone que es(?
Es un vistazo más directo a su traje de Yiga y ps como que un vistazo al traje descrito en este capítulo, que se supone que es como su vestimenta real u oficial(?) Y también un vistazo a la Illyria del pasado ohhhh >:3 sé que no es la gran cosa, pero originalmente, quería publicar esta historia como algo ilustrado. Todavía tengo esa idea, pero sé que sería un trabajo aún más arduo, razón por la que lo he descartado por el momento. Igualmente, trataré de dejar algunas cositas por aquí, como sketches o así porque dibujar cosas de esta historia es mi gusto culposo ughhh.
En fin, nos vemos (con un poco de suerte, si la escuela y la chamba no me consumen), la próxima semana ♥
¡Besos!
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