♡~~𝙴𝚕𝚎𝚟𝚎𝚗~~♡

[4:20 pm]

Un día extraño era como lo describía el de ojos desiguales,las gotas de lluvia resonando por la mansión de aquel egocéntrico doll daban un ambiente cálido pero también melancólico, el rubio se encontraba acostado mientras daba pequeños quejidos de incomodidad en la gran cama de su habitación con Nolan sentado aún lado negando la completa soledad que tanto exigía Lou.
Mandy acudió a la mansión tan pronto como le informó Nolan de la situación, Lou que aunque negó repetidas veces que necesitaba ayuda término por aceptar a regañadientes.
Al parecer Lou solo tenía un poco de deshidratación y por obvias razones una gran resaca, con un poco de agua, comida y una gran dosis de pastillas para su malestar estaría bien, pero para el de ojos desiguales solo era razón suficiente para tratarlo en bandeja de plata.

El rubio aunque no lo admitía tampoco se negaba a su trato especial.
Nolan entró a la habitación con una gran ración de waffles, un café, un vaso de agua y las pastillas que Mandy le había recomendado.
Colocó las cosas en una pequeña mesa portátil que acomodo en el regazo de Lou antes de volver a sentarse en la silla de madera fina aún lado de la cama del mayor.

—Tienes una gran preferencia por los waffles, cierto?.—Cuestionó el de tez blanca, para sorpresa del heterocromatico y por primera vez sin pizca de desdén hacia él,el mayor miro el plato con una pequeña torre de waffles que chorreaba miel de maple por los costados.

El ambiente era confortable, por primera vez se sentían tranquilos ante la compañía del contrario, pero como siempre nadie admitiría aquella verdad.

—Pensé que te gustaban mis waffles, después de todo cuando los probaste por primera vez tal vez no dijiste nada pero tus ojos brillaron.—Nolan respondió mirando como el rubio cortaba un pedazo y se lo llevaba a la boca.

—No soy foco para andar brillando, obviamente, solo brillo por mi encantó y elegancia.—Respondió con nuevamente su habitual arrogancia, el castaño rió suavemente ante su repentino regresó de superioridad.

El rubio quedo en silencio unos segundos, tenía una duda que sabía que el de pecas podía resolver pero aún no tenía la suficientes razones para que él comenzara una amistosa plática.
El de ojos desiguales notó la duda en el rostro del rubio y inclinó la cabeza con curiosidad.

—Quieres decirme algo Lou?.—Ahora agradecía su facilidad para leer a las personas, aunque aún se le dificultaba descifrar completamente los pensamiento de Lou.

—En realidad...si.—Dijo aún dudando de hablar o mantener su silencio,pero su duda y curiosidad ganaron.—¿Qué sucedió ayer? , ya sabes, después de que me embriague un poco...

—Claro "poco".—Pensó en de pecas sabiendo que esa era una mentira grande.

—¿Ayer?...en realidad no pasó mucho.—Declaró el heheterocromatico, el rubio en respuesta dio un resoplido de alivió.—Aunque...—Lou se tenso.

—¿Aunque?...¿Aunque qué?.—Dijo con duda pero la clara preocupación se mostraba en sus pupilas.

—Me contaste sobre los..."libros" del cuarto C.—Lou guardo silencio maldiciendo al alcohol y su boca floja, no fue su primer descuido, Mandy fue una espectadora de un muy pero muy pequeño porcentaje de la verdadera cara del rubio, por ello y su propia protección pidió, bueno, rogó por el silencio de la de lentes, ella aceptó y desde entonces se volvieron "cercanos" en un tema profesional en realidad convirtiéndose en su secretaria personal,Lou no podía negar que era buena manteniendo su trabajo –y su cordura– en completó orden.

—Solo me dijiste que son,en realidad, nada realmente importante.—Mencionó Nolan al notar la tensión en los hombros del mayor.

—No quiero que nada de lo que te haya dicho salga de aquí, todo lo dicho se queda entre tú, yo y la casa...¿entendiste?.—Una voz firme, intimidante y dominante salió se parte del rubio, el corazón del contrario se sacudió, su voz, maldición su voz dominante era adictiva, la mente del de pecas divago, escenarios totalmente mundanos de él siendo dominado por el rubio, su voz fría y imponente dándole órdenes, él de rodillas frente al de ojos azules obedeciendo cada orden cometiendo pequeños errores a propósito para recibir sus "castigos".

Se tensó, no era momento de eso y mucho menos era apropiado cuando el protagonista de tus deseos esta frente tuyo, jugó con sus dedos volviendo a aclarar su mente y finalmente asintió en respuesta de la advertencia del de tez blanca.

—Jure silencio a mi mismo en el momento que escuché tus palabras, no tienes que preocuparte.—Declaró el de ojos desiguales, Lou lo miro, en su interior asombraba su lealtad. —Será mejor que sea así...o nada acabará bien para tí.

La plática término ahí, Nolan exhalo un poco más tranquilo y acomodo su espalda en el respaldo de su silla.

—Necesitás algo más Lou?.—Pregunto el de pecas repentinamente por lo que el mencionado apartó sus ojos del plato y lo miro.—Supongo que estoy bien ahora.

El de pecas asintió y se levantó de su asiento.

Si es así me retiro para continuar con mis deberes.—El castaño se levantó pero sin siquiera terminar de dar un paso una mano es su muñeca lo detuvo, inconscientemente –o tal vez conciente– el mayor detuvo sus pasos, sus ojos desiguales miraron a Lou con duda.—Podrías quedarte?..., no, en realidad, quédate, no preguntes...odio las preguntas.—Declaro con pequeños titubeos y sin dirigir su completa mirada al contrario,como un niño indefenso en busca de protección, el pecho del castaño volvió a revolotear esta vez con completa inocencia en sus pensamientos viendo a Lou con un rostro diferente más, ¿tierno?, era confuso solo describirlo con una palabra.

El castaño asintió,Lou soltó su muñeca y volvió a relajarse quitó la comida de su regazo y la colocó en la mesita de noche,se recostó completamente en su gran y elegante cama,una cama matrimonial de las películas donde el protagonista es multimillonario, acomodo su cabeza en su suave almohada y cerró sus ojos dando un pesado y cansado suspiro, fué un día cansado y ajetreado para él y el castaño lo sabía así que lo dejó en su momento de descanso.

[6:00 pm]

Lou lentamente se quedo en un sueño profundo,el contrario al notarlo apoyó su cabeza en la orilla de la cama apreciando cada una de sus perfectas facciones, miro como su pecho subía y bajaba con cada tranquila respiración, su rostro relajado y pasivos, sus manos a los costados de su cuerpo sobre las sabanas, el castaño acercó su mano con timidez ,lentamente y con cuidado colocó su meñique sobre el del contrario, su calidez inundó su cuerpo imaginando que un día finalmente sus manos estarían entrelazadas...finalmente unidas sus manos y sus corazones.

—No sabes cuantas ganas me dan de gritar cuanto de amo...ojalá tuviera la fuerza para decirte "Me gustas Louis"...—El castaño susurro inaudiblemente sin ser escuchado por el rubio.


Espero que les haya gustado el capítulo, se les quiere mis queridos lectores. ♡

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