Un viaje que lo cambiará todo
A pesar que los padres siempre anteponen la felicidad de sus hijos a la suya, el caso de Gabriella fue muy diferente, pues sus padres le habían dado la noticia de mudarse a Japón por motivos de trabajo y para desgracia de su hija, ella debía irse con ellos, aunque eso significara vivir lejos de su mejor amigo y no poder decirle nunca lo que sentía por él.
Aquel suceso provocó que Gabriella, llorando, se fuera corriendo hacia el parque donde ella y Diego solían quedar siempre después del colegio para contarle lo ocurrido. Al principio, el chico no podía creer lo que le estaba contando su amiga, pero después de que la niña terminara de contarle la noticia. Diego abrazó muy fuerte a su amiga y con una sonrisa le dijo:
-No te preocupes Gabi, volveremos a vernos algún día-.
-No lo creo Diego, mis padres me han dicho que nos quedaremos allí para siempre-.
-Vamos Gabi nos digas eso, cuando seamos famosos viajaremos por todo el mundo y nunca nos volveremos a separar-.
No había duda de que Diego era un chico realmente optimista y aquella cualidad era lo que más le gustaba a Gabriella de su mejor amigo, pero eso no quitaba el hecho de que la chica no era capaz de confesarle sus sentimientos, así que, mostrándole una falsa actitud optimista decidió que lo mejor para ambos era cantar la canción que habían terminado de componer desde hacía unos pocos días.
https://youtu.be/-U-CtKnV1jY
Al finalizar la canción, Diego se ofreció a acompañar a Gabriella a su casa.
Durante los días siguientes, Diego y Gabriella intentaban pasar juntos la mayor parte del tiempo antes de que la chica se fuera al país nipón, pero como todo lo bueno siempre se acaba, durante su último día en España, Gabi y sus padres se dirigieron al aeropuerto para tomar el próximo vuelo hacia Japón, y mientras la familia esperaba, la niña no paraba de mirar la puerta de entrada, pues al día anterior Diego le había prometido despedirse de ella, pero al ver que el chico no llegaba empezó a entristecerse, entonces, al darse cuenta de su expresión no dudaron en abrazarla para darle ánimos.
La niña estaba tan atenta a la entrada, que se asustó al oír cómo anunciaban su vuelo por megafonía.
-Vamos cariño, tenemos que irnos- dijo Carmen a la vez que se levantaba del asiento junto con su marido Alfredo.
-Pero mamá, Diego dijo que vendría a despedirse- respondió la niña preocupada.
-Ya verás como viene hija- le contestó su padre con una sonrisa esperanzadora.
Y así, los tres se dirigieron a la puerta de embarque, pero de repente, comenzaron a escuchar al alguien que gritaba el nombre de Gabriella y cuando esta se dio la vuelta, vio como su mejor amigo se dirigía corriendo hacia ella.
-Lo siento Gabi, intenté venir antes pero mamá y yo tuvimos un atasca- le explicó el chico muy apenado.
-No te preocupes, lo importante es que has venido- dijo Gabriella con una sonrisa.
En ese momento, la madre de Diego, Sonia se acercó a ellos y le susurró algo a su hijo a lo que este sacó algo del bolsillo del pantalón y entregárselo a su amiga.
-Esto es para tí, para que no me olvides-.
Era una cajita de color blanco y en su interior había un colgante plateado con un dije en forma de clave de Sol. Aquel presente hizo que la niña abrazara muy fuerte a su amigo mientras este le decía:
-Nos volveremos a ver, te lo prometo. Volveremos a estar juntos-.
Al final, tras separarse, Gabriella y sus padres se dirigieron al avión donde, una vez sentada la chica cogió el dije y sonrió, deseando poder volver a ver a Diego sin ser aún consciente, de que su mayor aventura estaba a unos años de comenzar.
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