Después de comer, Gabriella y sus amigos se dirigieron al aula de canto pero antes de entrar se percató que Tomás se encontraba sentado en un banco y por su cara no parecía muy contento, así que para animarle un poco decidió acercarse a él para saber qué le ocurría.

-Hola Tomás.

-Hola Gabi.

-Te veo un poco deprimida, ¿va todo bien?

-Creo que la prueba de baile no me ido muy bien, se me da mejor cantar que bailar- dijo el chico triste.

-No te preocupes, seguro que aunque Gregorio no te quiera aceptar hay más docentes y ellos y el director pueden votar a tu favor- explicó Gabriella intentando animarlo.

Tomás sabía que la intención de Gabriella era buena pero lo cierto es que cuando le tocó hacer la prueba de baile estaba más pendiente de las miradas de Gregorio que de la coreografía que debía realizar y por ello Tomás hizo un par de pasos incorrectos que hicieron que Gregorio le mirara de forma amenazadora.

-Gracias por animarme.

Gabriella estaba a punto de contestar al chico pero cuando vio a Pablo llamándola para que realizara la prueba de canto.

Lo cierto es que tras haber realizado tan bien la prueba anterior, Gabriella se sintió capaz de hacer la prueba que le quedaba ya que empezaba a tener más confianza en sí misma.

Después de subirse al escenario y preparar el equipo que necesitaba para cantar la canción, se concentró únicamente en lo que había enfrente suyo y se imaginó que estaba sobre un gran escenario con un foco iluminándola y un gran público esperando oírla cantar. Aquel era el momento más desisivo en la vida de Gabriella pues, si cantaba bien la canción podría comenzar su aprendizaje además de su carrera como cantante. En definitiva, podría perseguir su sueño.

Cerró los ojos, inspiró profundamente y cantó.

Sin que se diera cuenta, sus amigos observaban como la chica se desenvolvía en su elemento, los profesores se quedaron anonadados ante el asombroso talento que Gabriella tenía y sin que ninguno de los presentes se percatara de su presencia, Diego se encontraba detrás de la pared escuchando la voz de su amiga de la infancia.

Cuando terminó la canción Gabriella se sintió tan plena y tan liberada que tuvo la certeza de creer que de verdad ingresaría en el estudio.

-Has estado fabulosa- felicitó Pablo.

-Como profesora de canto he de decirte que ha sido sin duda la mejor interpretación que he visto en mi vida- dijo Angi.

Tanto Berto como Gregorio se vieron incapaces de pronunciar palabra, pero de lo que no había ninguna duda era que aquella chica era extraordinaria y estaban de acuerdo con Angi, aunque en el caso de Gregorio no lo reconocería nunca, en que Gabriella había nacido para la música. Por eso, tras ver sus expresiones, Gabriella supo que ya había sido aceptada en el estudio On Beat.