El pasado siempre vuelve

Después de salir del estudio, Andrés y Maxi se marcharon a sus casas mientras que las chicas se dirigieron a la casa de Violetta y al no ver a nadie decidieron subir al cuarto de Violetta donde Francesca le preguntó a Gabriella de qué conocía a Diego.

-Diego y yo éramos amigos de pequeños,- comenzó a relatar- íbamos a la misma clase e incluso cantábamos juntos en el mismo parque donde nos conocimos-.

-Y cuando te fuiste a Japón perdistes el contacto con él, ¿verdad?- preguntó Camila.

-Si, pero me reconoció gracias al collar que me regaló antes de irme- explicó a la vez que sujetaba su collar.

Cuando las tres chicas vieron cómo su amiga empezaba a entristecerse se acercaron a ella para abrazarla y así hacerle entende que no estaba sola.

Al cabo de un rato, Gabriella se marchó de la casa de Violetta para volver a la suya pero de camino se topó con Tomás, quien al verla no dudó en acercarse a ella para saludarla.

-Me alegro de verte de nuevo Gabriella.

-Yo también me alegro de verte,- respondió la joven con una sonrisa- ¿qué haces por aquí?.

-Estaba ensayando un poco- contestó.

-Entonces, ¿tú también vas a hacer las pruebas para entrar en el estudio?- preguntó interesada.

-Sí, la verdad espero poder entrar. Dicen que allí van todos los jóvenes que desean dedicarse a la música.

Al no saber qué mas decirse, ambos adolescentes se quedaron mirando el uno al otro hasta que Tomás se ofreció a acompañar a la chica a su casa y en cuanto llegaron, el chico se sorprendió mucho al ver las grandes dimensiones de la vivienda.

-Tienes una casa preciosa- dijo Tomás.

-Gracias- contestó Gabriella.

Tras despedirse, Gabriella entró en la casa y al ver que Mameha no estaba se dirigió a la cocina donde vio una nota que decía:

"Gabi, he salido a comprar, volveré pronto".

De repente sonó el timbre y cuando la chica vio quien era, se quedó helada, pues la persona que se encontraba a unos pocos metros de ella era Diego, el cual al verla le mostró una pícara sonrisa a la vez que la saludaba.

-¿Qué haces aquí?- le cuestionó Gabriella muy sorprendida.

-He venido a hacerte una visita- le explicó-¿no me vas a invitar a entrar?.

Al principio la joven no quería hacerlo por miedo a que Melania se enterara y que la relación entre ellas se volviera aún peor de lo que ya estaban, pero su corazón le decía que le diera una oportunidad para que el chico se explicara.

-Adelante, pasa.

Tras el ofrecimiento, Diego le sonrió con sinceridad y entró en la casa con Gabriella detrás suyo.

-Seguro que ahora mismo te estarás preguntando que hago aquí, ¿verdad?- cuestionó Diego volviéndose hacia ella.

-La verdad es que aún me sorprende el haberte permitido entrar en mi casa, pero como soy curiosa, quiero saber a qué has venido.

-Antes de nada venía a disculparme por el comportamiento de Melania.- dijo- normalmente no es tan...

-¿Tan posesiva?-

Entonces, Diego no supo qué contestarle porque él sabía que el carácter de su novia  podía llegar a ser muy fuerte, sobre todo cnado alguna chica intentaba hablar con él. Era como si quisiera controlar todos sus movimientos a toda costa de una manera casi enfermiza.

-Es cierto que el carácter de Melania es un poco fuerte pero no pretendía ser grosera contigo- la excusó el chico.

-Pues a mi me parecía que estaba disfrutando mucho cuando se burlaba de mi y no me gusta que las personas hagan eso- se defendió Gabriella.

Diego, quien ya estaba empezando a cansarse de hablar tanto de su novia, decidió preguntarle a la chica sobre Tomás, ya que mientras estaba paseando se encontró con la pareja y decidió seguirles a la vez que al chico no le hacía ninguna gracia ver a Gabriella con otro chico.

-También he venido porque quería saber quien era aquel chico que a venido contigo.

Entonces Gabriella lo comprendió todo: Diego había ido a su casa para saber sobre las intenciones de Tomás y qué tipo de relación tenían.

-Ese "chico" se llama Tomás y a sido muy amable acompañándome a casa.

-Seguro que también quiere ingresar en el estudio- intuyó el chico con burla-, pero no creo que lo consiga.

Gabriella no podía creer lo que estaba escuchando. Diego nunca había hablado mal de los demás, ni los criticaba y estaba segura de que aquel cambio de actitud se debía a la relación que tenía con Melania.

-Pues estoy convencida de que tiene el talento suficiente para entrar en el estudio, incluso puede que sea mejor artista que tú- le contestó con intención de herirle.

Pero lejos de enfadarse, Diego se fue acercando más y más ella haciendo que Gabriella se pusiera aún más nerviosa.

-De lo que no me cabe ninguna duda es que tú sí que tienes mucho más talento que ese Tomás y yo- confesó el chico con una sonrisa sincera-, posees un talento extraordinario y dentro de nada te convertirás en una gran cantante.

Gabriella comenzó a notar como sus mejillas se volvían cada vez más rojas y aunque lo que más deseaba en aquel momento era pedirle a Diego que se alejara no conseguí hacerlo, porque al mirarle a los ojos sintió como una intensa fuerza hacía que sus rostros se fueran acercando cada vez más hasta que...




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