Epílogo
Hoy Fluke y Ohm vinieron de visita a conocer nuestro nuevo hogar. Fluke luce una pequeña pancita de cuatro meses. Fue una sorpresa enorme para Gun y para mí, enterarnos que llevaban un tiempo saliendo. Siempre estaban discutiendo durante los entrenamientos, por eso nunca sospechamos que pudieran terminar juntos y ahora, tendrán un bebé.
Han pasado casi seis meses desde que Gun y yo declaramos nuestro amor y dejamos las cosas claras. Nunca imaginé que enviarlo a descansar —solo— aquella noche, pudiera desencadenar tanta confusión en su cabecita, después de casi haber tomado la decisión de permanecer a mi lado para siempre. A causa de eso, casi perdemos la oportunidad de estar juntos y no quiero volver a pasar por algo así nuevamente. Fue mortificante y doloroso pensar que podía haberlo perdido.
Hemos continuado corriendo maratones en la universidad, algunas veces gana él y otras yo. Por fin hemos desarrollado una especie de conexión que va más allá de las palabras, durante las carreras. Sé que Gun puede interpretar mis miradas y a veces cuando siento que no puedo continuar y él se está limitando a darlo todo, —como en su primera maratón— nuestras miradas le dan la respuesta que necesita. No siempre puede esperar estar detrás de mí, a veces es quien debe marcar el paso y avanzar.
Una vez Ohm nos preguntó:
"—¿Saben cuál es la similitud entre una maratón y el amor? —Ninguno supo la respuesta— Que una vez que inicias ya no puedes detenerte, es por eso que ya sea durante una maratón o en el amor, sus corazones seguirán estando conectados y latiendo acelerados.
Y cuánta verdad encerraron sus palabras, porque mi corazón sigue acelerándose como un loco cuando Gun está cerca.
A veces finjo dormir y él aprovecha para acariciar mis mejillas, entonces cada latido de mi corazón, puedo sentirlo en el suyo.
Yo siempre quiero tenerlo al alcance de mi mirada porque sé que cuando la note estará sonriéndome enamorado. Gun está sonriéndome todo el tiempo, como la primera vez que lo vi y como el día de nuestra primera cita.
Todavía recuerdo esa primera cita, un día después de habernos confesado. Vestí mi mejor atuendo, peiné mi cabello de lado y usé el perfume que tanto le gusta. Luego, hecho un manojo de nervios, salí de la residencia de estudiantes y lo esperé en la entrada.
«—Hola —dijo cuando llegó a mi lado. Yo estaba mirando la punta de mis zapatos.
—Ho-la —respondí casi tartamudeando cuando lo vi frente a mí, luciendo demasiado atractivo— ¿Qué haremos ahora? —le pregunté porque no tenía idea de qué hacer o a donde ir.
—No lo sé. —Respondió levantando los hombros—. Esta es la primera vez que salgo en una cita, así que no se realmente que es lo que se hace en una.
—¿Y acaso crees que yo lo hice antes? Nunca, antes de ti, permití que alguien se me acercara.
—¿En serio nunca has tenido una cita?
—No. No he tenido... es la verdad.
Sonrió y yo tragué saliva
—Eres tan lindo —me dice entre suspiros— ¿Te parece si damos un paseo?
—Es una buena idea. —respondo y tomo su mano para caminar juntos.
Apenas habíamos dado unos pasos cuando tuve que detenerme y atar mi zapato. Gun avanzó dos pasos y entonces lo vi...
Estaba usando unos jeans rasgados, pero uno de esos que todo el mundo usa. No. Estos estaban rasgados justo bajo los bolsillos traseros. Eran toda una provocación.
Las mejillas se me calentaron y me puse de pie de un brinco. Sin decirle nada, lo levanté en mis brazos al estilo novia y casi a carrera lo llevé de vuelta a la habitación.
—¿Qué sucede? —preguntó cuando me detuve frente a nuestras habitaciones, pensando a cuál de las dos debía entrar.
—Espera, un momento... mi corazón está palpitando muy rápido. —le respondí y él sonrió.
—Okey, pero me refiero a por qué volvimos.
—Caminar no resultará.
—¿Y eso por qué?
—¿Todavía te atreves a preguntarme?
—No entiendo nada.
—Con ese pantalón ibas a tener a todo el mundo corriendo tras de ti. —El pequeño en mis brazos comenzó a reírse a todo pulmón. Y entonces decidí que mi habitación estaba bien para tener esa primera vez que tanto había deseado, pero a la cual me había estado resistiendo con el pretexto de no perder concentración hasta después de la carrera y... por miedo, un miedo absurdo que no valía la pena estar sintiendo—. ¿Te parece si tenemos una cita dentro?
—Prometo que no saldré corriendo —guiñó un ojo para mí y besó mi cuello.
Apenas ingresamos a mi habitación, camino hasta la cama, lentamente dejo caer su cuerpo sobre ella pero Gun se niega a soltar su agarre de mi cuello.
Con una mano sujeta mi nuca y con la otra dibuja el contorno de mi manzana. Aprieta suavemente mi garganta y mi cabeza automáticamente se echa hacia atrás. Entonces siento sus labios posarse en mi clavícula y luego siguen un camino hasta mi mentón. Cuando su respiración golpea mis labios, yo miro los suyos, antes de presionarlos contra los míos. Mientras lo besaba, sus manos se posaron en mis hombros, acariciaron mis brazos y los apretaron. Sentí ligeros escalofríos, una mezcla de pánico y placer. Me apreté fuerte contra él y después de un jadeo necesitado, Gun me mordió el labio. Entonces mis ojos se abrieron, ambos nos miramos y nuestros ojos se agrandaron, nuestra respiración se hizo más pesada, la confusión apareció y se desvaneció de inmediato cuando nuestras bocas volvieron a encontrarse mordiendo los labios contrarios, jugando entre ellas, mientras nuestras manos viajaban sobre cada prenda, desechándolas y dejando expuesta cada vez más piel.
El contacto era suave al principio, caricias iban y venían, explorando cada centímetro de nuestros cuerpos. Tardé un instante en darme cuenta de que estaba entrando en él, haciendo uno nuestros cuerpos. Hacía demasiado calor y su rostro estaba ardiendo, la unión de nuestros cuerpos era aún más caliente —dolorosa inicialmente— pero placentera cuando empezó el movimiento. Nos perdimos en un vaivén de toques, besos, caricias y golpeteos, entregándonos al otro con la misma ansia. Sabiendo que luego, necesitaríamos más. No había marcha atrás, la carrera del amor comenzaba y esta, era una con línea de partida, pero nuca veríamos la de llegada.»
—Off...
—Hmm
—¿Sucede algo cariño? Fluke te pidió una bebida hace como diez minutos.
—No pasa nada pequeño. Es solo que me entretuve pensando.
—¿En qué, puedo saber?
—Si. Claro. En lo mucho que te amo y lo agradecido que estoy de que llegaras a mi vida.
—También te amo Off. —sus orejas se ponen rojas como siempre y mi corazón late muy rápido, como cada vez que está cerca de mí. Le doy un besito en la nariz con suavidad y él cierra los ojos sonriendo sin abrirlos, seguidamente se escabulle entre mis brazos, pegando su oreja a mi pecho, justo a la altura de mi corazón— Me siento seguro entre tus brazos —dice y yo pienso lo mismo.
Cuando estamos así de juntos, me siento arrullado por su amor y no necesito nada más.
Mi corazón solo necesita estar feliz y lo está junto a él, mi pequeño marcapasos.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top