4. Celebración...
Llegamos al restaurant que habían escogido mis compañeros para la celebración y apenas me vieron entrar, comenzaron a aplaudir, silbar y gritar felicitándome y celebrando mi triunfo.
—¡Off! ¡Off! ¡Off! ¡Off! ¡Off! —seguían gritando mi nombre.
Se sentía muy bien ser ovacionado por ellos.
El entrenador Thitiwat comenzó a agradecer y dar saltitos sin ocultar la diversión. Incluso yo sentí deseos de hacerlo. Era agradable. La sensación de tener un triunfo por fin y que alguien se sintiera orgulloso... era diferente.
—¡Finalmente Off logró algo grande! —dijo dándome un golpecito en la espalda.
Yo estaba agradecido con todos. No pude evitar sonreír mientras disfrutaba viéndolos.
No dije ningún discurso, ni siquiera hablé, pero todos entendían mi manera de ser, así que no fue necesario. Y cuando ya todos estábamos sentados en nuestros lugares, uno de mis compañeros de equipo, tomó la palabra.
—¡Atención, todos! —Dijo elevando un poco su tono de voz— ¡Hoy, Off se ha convertido en nuestro campeón! Así que hagamos un brindis por él —levantó su copa— ¡Por Off! ¡Salud! —Dijo Mond.
—¡Salud! —Todos repitieron y levantaron sus copas, para luego beber.
—Gracias —dije poniéndome de pie, enseguida todos empezaron a gritar que nos reconciliáramos, así que me acerqué y choqué mi copa con la suya.
Después de los aplausos, inmediatamente nos sentamos.
«Mond y yo fuimos juntos al instituto y estudiamos lo mismo en la universidad. Su familia es tan rica como la mía y cuando me rebelé contra mi padre, fue uno de los primeros en mostrarme su apoyo.
Él es muy guapo, está caliente... y es gay. Estuvimos peleados un tiempo, exactamente, desde la última competencia que perdí. Mond no pudo elegir peor momento para confesar sus sentimientos, yo estaba frustrado, enojado conmigo mismo y obviamente lo rechacé... y él no lo tomó bien.
No era gay. Nunca me había enamorado. Nunca tuve una novia, ni me había llamado la atención un chico. Simplemente no había tenido tiempo para pensar en mi sexualidad. Lo único que ocupaba mi mente, era correr.»
A mi lado, Fluke me alcanzó un plato que acababa de servir para mí.
—Ten, come —me dijo— ¡Eres la estrella esta noche!
Miré alrededor, todos estaban comiendo, mi mirada se encontró con la de Mond y le sonreí. No podíamos estar enojados toda la vida. Él asintió y yo continué buscando con la mirada...
—Gracias Flukie. —Comí un poco de pollo— ¿Han venido todos? —le pregunté.
—Creo que sí —respondió echando una mirada— ¿Por qué? ¿Estás buscando a alguien?
—Ehh... no.
—Pues el único que no está aquí es Gun, el chico que aceptó ser tu marcapasos. El chico no asiste a reuniones como esta.
—¿Por qué?
—Eso no lo sé.
El entrenador se acercó a nosotros y se sentó en el asiento libre en medio de ambos, interrumpiendo nuestra plática.
—Off. La gran maratón nacional es el mes que viene. Por favor, haz lo mismo que hoy. ¿Está bien? Trabajaremos en reducir un poco el tiempo y estoy seguro que ganarás. ¡Estoy muy orgulloso de ti!
Luego de decir eso, dio una palmadita en el hombro a Fluke y volvió a su lugar. Al parecer estaba un poco achispado.
—Fluke, ten —saqué una tarjeta de mi billetera y se la entregué a mi amigo— Pagas con ella —Fluke me miró sorprendido.
Me puse de pie hice una venia de despedida a todos en mi mesa y me giré en dirección de donde estaba el entrenador, Mond estaba junto a él, me miró confundido, le sonreí y él me devolvió la sonrisa, luego caminé hacia la salida.
¿Fue grosero de mi parte irme así, cuando yo era el homenajeado? Sí, pero en ese momento solo quería regresar a los dormitorios de la universidad. No podía celebrar, una celebración sin él, no era celebración...
Quería ver a Gun.
»Subí corriendo las escaleras y me detuve casi sin aliento frente a la puerta de su habitación. En ese momento mil preguntas se agolparon en mi cabeza.
La más importante: ¿Por qué estoy aquí?
Me rasqué la cabeza con frustración, ¿debía irme o debía tocar? Y si sólo le agradecía por su ayuda durante la carrera? Sí, claro esa era una buena idea. Tocaría, él abriría y yo diría gracias y luego entraría a mi propia habitación.
No era nada del otro mundo.
Estaba a punto de tocar la puerta cuando escuché un quejido de dolor en el interior, que me sorprendió.
¿Qué estaba sucediendo?
¿Estaba, Gun... bien?
No pude seguir preguntándome más cosas cuando lo escuché gritar.
—¡Auu...!
Simplemente me apresuré a escribir la contraseña y entré.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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