3. Un rayo de luz

La maratón universitaria estaba por empezar y ya todos los participantes se habían dado lugar en la pista de carrera. Algunos estaban haciendo estiramientos, calentando y otros recibiendo consejos de sus entrenadores, como yo.

—¿Off, Dormiste bien? —me preguntó el entrenador.

—Ujum —respondí.

—¿Estás bien? Tus ojos brillan con vitalidad, hoy. Creo que podemos esperar cosas buenas esta mañana ¿cierto? —tomó mis mejillas y me miró directo a los ojos, con entusiasmo y esperanza.

—Sí entrenador. —Le respondí— tengo confianza en que esta vez irá bien.

—No puedes tomártelo a la ligera Off, no es solo una maratón universitaria. ¿De acuerdo? Da lo mejor de ti. Este es solo un preludio a la maratón nacional del próximo mes. ¿Entiendes lo que digo?

—Si. —le respondí a secas y él asintió.

—Si corres bien, los primeros 25k, todo estará bien, será más fácil para ti. Sólo recuerda que debes mantener el ritmo para que puedas establecer un récord.

—Está bien. Lo haré.

—Estoy ansioso. Debimos traer a Gun. —Cubrí su boca con mi mano cuando lo mencionó.

—No lo mencione entrenador que estoy a punto de ponerme de mal humor.

—Ok, Ok. Me alegra que estés siendo quisquilloso. Buena suerte Off.

Todos los atletas nos ubicamos en la línea de partida y al oír el disparo, empezamos a correr. La gente alentaba a sus competidores, mientras yo iba abriéndome paso entre mis oponentes hasta liderar la marcha.

En la tribuna se escuchaba la voz del comentarista, elogiándome y a la vez recordando mi tiempo en el instituto. Ya no lograba escucharlo, pero sabía muy bien que estaba hablando acerca de mi deficiente desempeño desde que ingresé a la universidad. Había sido incapaz de terminar una carrera oficial, lo sabía bien, no tenían por qué estar recordármelo todo el tiempo.

Aumenté el paso, y adelanté a todos los competidores, seguramente en ese momento el comentarista estaba hablando de eso también y criticando que estaba haciéndolo mal, porque la carrera apenas acababa de empezar; pero yo avancé con más prisa aún.

No podía detenerlo, en el momento en el que me abría paso solo e iba delante de los demás, el miedo empezaba a brotar, me invadía. Sabía que no debía hacerlo, pero me giraba siempre a mirar a todos los que venían detrás y era entonces cuando sentía que estaba solo y todo a mi alrededor se volvía oscuridad. Seguía corriendo; pero realmente odiaba la sensación que se formaba en mi pecho, porque era justo en ese momento cuando volvía atrás...

«Aquel día, durante mi primer año de instituto, iba llegando a casa, cuando él, mi padre, me interceptó en la puerta...

—Te dije que estudiaras ¿por qué estás haciendo deporte? Quítate ese maldito uniforme de una vez. —estaba enfadado, me miraba con furia, las aletas de su nariz se ensanchaban mientras me gritaba y yo sólo escuchaba todo lo que él tenía que decir—. Si realmente quieres hacer deporte, hay muchos otros deportes dignos y que están a tu altura. ¡Puedes montar a caballo o jugar al golf! ¡Maldita sea Off! ¿Cómo puedes practicar un deporte en el que solamente llevas puesto unos shorts y una camiseta?

—¡Ya basta padre! ¿Sabes por qué lo hago? Pues porque este deporte no puedes pagarlo con tu dinero. Esto es algo que puedo hacer solo basado en mi propia fuerza.

Provenir de una familia adinerada, no era algo que a mí me llenara de orgullo. Y no me arrepiento de haberme enfrentado a mi padre aquel día. Después de decirle esas palabras, seguí mi camino y gané el primer puesto en el campeonato del instituto. La energía con la que corrí en ese tiempo, fue por mi rebeldía en contra de mi padre y su bravuconería.»

Cuando recién empecé a correr maratones, estaba orgulloso porque pude tomar una decisión importante por mí mismo. Era mi vida después de todo. Pero cuando cumplí veinte y a medida que la competencia entre adultos reales empezó, correr fue haciéndose demasiado difícil para mí.

Y volvía a la realidad de golpe, justo después de recordar y era entonces cuando más quería luchar y cuando menos podía hacerlo.

Solo necesitaba un rayo de luz, para librarme de esa oscuridad que me rodeaba, un rayo de luz que me permitiera ver el camino que debía seguir.

»Los demás competidores me habían alcanzado, mi paso iba disminuyendo y justo después de haberlo deseado, miré a un lado de la pista... una luz estaba brillando, era una estrella plateada que se volvía luminosa y potente cuando le pegaban los rayos de sol. Y ahí estaba él, sonriéndome animadamente, estaba corriendo cerca de mí, tratando de llevarme el paso. Me saludó, y su sonrisa seguía brillando tanto como la estrella en su camiseta.

—¡Off! ¡Holaaaaa!!!! —Dijo, saludándome con ambas manos, corría mirándome y no dejaba de sonreír. ¿Qué le sucede? ¿Por qué esta aquí?, Pensaba en ese momento— ¡corre, corre, corre! —Me animaba mientras empezaba a correr más rápido— ¡Corre Off! —Me ordenó de pronto y yo le hice caso—. ¡Más rápido! —seguía gritando pero sin dejar de sonreír y yo seguía corriendo, dejando atrás a mis oponentes, otra vez...

Era como un sueño para mí. Empezaba a acelerar, más y más, él iba unos pasos delante y seguía girándose a mirarme y yo no dejaba de mirarlo a él, me sentí tímido por un momento.

Al pasar los 10km, yo no estaba para nada cansado; continué corriendo, pero pude ver que Gun estaba deteniéndose. Ya habíamos corrido la mitad del camino, en ese momento, y yo iba de regreso hacia la meta.

«Generalmente el trabajo del marcapasos, se detiene en ese punto.»

—¡Suerte Off! Sigue corriendo —me dijo y vi cómo se desplomaba en el piso. Estaba cansado y yo debía llegar a la meta.

Debería estar sufriendo en ese momento, sin embargo me sentía muy bien, las endorfinas liberadas me impedían detenerme.

Una sonrisa se dibujó en mis labios, mientras pensaba en que quizá ese día, aquel chico loco, había logrado entrar en mi corazón, o quizás lo hizo antes...

»Crucé la línea de meta y mis compañeros de equipo celebraron conmigo. El entrenador no dejaba de gritar mi nombre y yo estaba feliz.

—¡Felicidades Off! —Fluke se acercó a mí y me abrazó— Ten, bebe tu leche —dijo, entregándome la caja de leche.

«Fluke ha sido mi amigo desde siempre.»

Rápidamente bebí el contenido y le agradecí. La leche estaba realmente deliciosa.

—Gracias Flukie, debido a ti es que pude conocer el sabor de la deliciosa leche —Dije y le sonreí.

—¿Gracias a mí? —preguntó él, confundido.

—¿No eres tú quien ha estado poniendo un cartón de leche en mi casillero desde el instituto?

—¿Yo? ¿Cuándo? ¿Por qué lo haría? —pasé a ser yo, el confundido, si no era él... entonces ¿quién?

—¡Vamos chicos! ¡Off!, date prisa! —el entrenador interrumpió nuestra conversación.

—¿A dónde debemos ir?

—¡Celebraremos!

—¿Por qué?

—Esta es tu primera victoria desde que ingresaste a la universidad.

—No, no —Me niego. No estoy de humor para celebrar nada.

—¡OYE! —Fluke tiró de mi brazo— No puedes negarte, todos los miembros del departamento de deportes que vinieron a apoyarte estarán ahí. Nuestros Nongs ya han reservado el lugar. Así que ¡vamos! No hay excusa que valga, porque te arrastraré hasta ahí yo mismo si vuelves a decir que no.

—¿Los novatos?

—Sí Off. Sé un humano común por una vez —me dijo el entrenador y me pasó la toalla por el cuello, luego tiró de ella como si fuera su mascota.

Y todos juntos nos dirigimos al lugar donde celebraríamos mi victoria.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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