16. ¿Realmente todo acabó?

Después del triunfo de Gun, solo tenía ganas de celebrar junto a él, pero ambos estábamos realmente cansados, en especial él. Había ganado su primera maratón y lo mínimo que merecía era un buen descanso. Lo envié a su habitación a tomar un baño y descansar. Él no se negó. Ya tendríamos tiempo a la mañana siguiente para celebrar, además, había algo que me estaba molestando mucho.

Fluke me contó que había escuchado hablar a unos hombres acerca de haber amenazado a Gun para que corriera la maratón completa. Así que él y el entrenador me acompañaron a hablar con ellos.

El tío de Gun aceptó que había obligado a Gun a firmar el contrato como marcapasos sólo para que él pudiera cobrar el dinero que Gun le debía por los gastos médicos de su madre. Eso realmente me enfadó mucho y cuando llegamos a la tienda de empeños del hombre que parecía ser un mafioso, le hice saber lo poderosa que era la familia de la cual provenía y entonces prometió dejar en paz a Gun. No volvería a acercarse a él, a intimidarlo y mucho menos obligarlo a trabajar a su lado.

De hacerlo, iría directo a prisión.

Un poco más calmado regresé a mi dormitorio para descansar. Después de un baño, me metí en la cama y como nunca, apenas mi cabeza tocó la almohada, me quedé dormido. Cuando desperté por la mañana, lo primero que hice fue salir corriendo hacia la habitación de Gun. Me apresuré a ingresar el código en la puerta, pero me marcó error.

Lo intenté una segunda y tercera vez y la puerta no se abrió. Empecé a desesperarme ¿Por qué Gun había cambiado la contraseña? Toqué y llamé, pero Gun seguía sin contestar.

Unas horas después volví a intentarlo y la puerta continuó sin abrirse. Me senté frente a ella y esperé hasta que la noche llegó.

No dormí y permanecí en silencio, esperando escuchar la puerta de mi habitación ser abierta, pero el nuevo amanecer me sorprendió y Gun no llegó.

Mil ideas aparecieron en mi cabeza. ¿Qué había pasado? ¿A dónde fue? ¿Por qué lo hizo? ¿De verdad todo entre nosotros había acabado, aun sin empezar?

No podía responderme a mí mismo, necesitaba a Gun. Y de pronto recordé nuestros días en la posada, cuando fuimos a hacer reconocimiento de la zona de la maratón.

«—Este es el fin, Off. —dijo cuándo nos detuvimos frente al mar.

—¿Cómo que el final? —pregunté, pensando que se refería a lo que teníamos.

—Este es el final del camino, no podemos ir más allá. La carrera empieza y termina en este lugar. Y nosotros corriendo —juntos— también.

—¿Y crees que es el final para Off y Gun? Porque yo creo que en el final, todo vuelve a empezar. —No entendía porque me dolía escuchar la palabra fin de sus labios.

Estaba muy consciente de la situación, Gun sólo se había convertido en mi marcapasos, nos convertimos en compañeros de equipo... sólo eso éramos.

Habíamos estado corriendo durante casi dos horas y en ese momento estábamos cansados.

—No quiero correr más, Off. Estoy cansado —dijo mientras trataba de recuperar el aliento.

—Nunca pares, Gun. Si te detienes cuando apenas empiezas. Quiere decir que has fracasado.

—Pero realmente estoy cansado —No quería escucharlo, no podía. No estaba listo para decirle lo que sentía y temía arruinarlo justo antes de la carrera. Me encontraba nervioso, ansioso, asustado a muerte por todo lo que estaba sintiendo.

Quizá Gun hablaba de la carrera, pero yo sentía que estaba tratando de despedirse y no podía soportarlo.

—No te rindas Gun —dije apoyando mis manos sobre sus hombros y mirándolo directamente a los ojos— No te detengas nunca, si te detienes en el progreso nunca conseguirás lo que deseas. —Ambos sonreímos, sin dejar de compartir miradas profundas.

—Eres tan genial —dijo de pronto intentando abrazarme y yo salí corriendo escabulléndome entre sus brazos. Ya había soportado un mes, no podía sucumbir a sus encantos, faltando tan poco para cumplir mi sueño... y el de él— ¡Off, espérame! —gritaba, sin dejar de perseguirme.»

No voy a rendirme ahora, se lo debo a Gun, él no se rindió conmigo.

Recibí un cheque por 10 000 dólares de parte de "La Fundación" por haber concluido la carrera, y muy temprano, salí de la residencia para encontrarme con mi tío, antes de realizar mis entregas.

—¿Dónde está el contrato? —Dije inmediatamente mientras le entregaba el cheque. Él sacó la hoja de un sobre y me la dio. Sin resistirse, sin decir nada más.

Rompí el documento y uno de sus hombres me entregó los pagarés, que había firmado tiempo atrás comprometiéndome a pagar la deuda, junto con un encendedor. Les prendí fuego, di la vuelta y me alejé de ellos, de mi pasado, mi tormento. Mientras lo hacía, escuché la voz de mi tío decir "discúlpame Gun" e irremediablemente las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas.

Ya no tengo una deuda, ya no soy un marcapasos, ya puedo empezar a vivir... así que cuando terminé de hacer mis entregas y sin ganas de volver a la habitación y enfrentarme a un doloroso final con Off, decidí volver a la posada de la última vez. Por una vez quería estar sólo y pensar en todo lo que se venía para mí. Sin pensarlo, abordé un bus y fui al último lugar en el que había sido un poquito feliz.

Frente al mar recordé la vez que Off y yo vinimos juntos y también descargué a gritos mi dolor y mi frustración, vagué durante horas, y fui directo a la estación de buses para abordar el que me llevaría de regreso a la ciudad.

¿Realmente todo había acabado para Off y para mí?

La cosa que más me pone triste en este momento mientras miro por la ventanilla, la oscuridad de la noche, es que tengo que vivir la vida como hice siempre. Sin permitirme mirar atrás a mis sentimientos, a mis deseos. 

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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