10. Reconociendo el campo

"¿Cuándo empezó? No tengo idea, pero sigo poniéndome nervioso cuando te veo. Siento un cosquilleo en mi corazón y quiero decirte tantas cosas, pero no puedo, las palabras no salen de mi boca, sin embargo siento que un roce de nuestras manos, o una simple sonrisa pueden transmitirte todo lo que estoy sintiendo; porque tampoco me has dicho nada pero puedo escuchar todo lo que tu corazón quiere decirme."

Mientras viajábamos, tuve que fingir que dormía, tener a Gun tan cerca de mí me ponía nervioso y quería decirle que estaba despierto, pero la música de la radio y el movimiento del auto estaban logrando que el sueño realmente llegara a mí.

Sentí claramente cuando su mano se deslizaba bajo la mía, pero no pude abrir los ojos, simplemente apreté suavemente sus dedos, sintiendo su piel cálida bajo la mía.

Se sentía bien hacerlo.

Fluke se removió en su asiento y volteó a mirarnos. Yo abrí los ojos de golpe, me sentí nervioso y solté la mano de Gun, traté de negar lo que había visto pero fue tarde, sus ojos se clavaron en nuestras manos unidas antes de que las soltara. Gun no se sintió contento con que lo soltara y fingiendo estar dormido, inclinó su cabeza dejándola reposar sobre mi hombro.

Mi corazón se aceleró cuando lo hizo y al final sólo lo deje ahí. Fluke volvió la mirada al frente, mientras discutía con el entrenador acerca de su elección de música y continuamos el viaje.

"El temblor en mi corazón no es incómodo, pero no se detiene y no puedo explicar mis sentimientos, solo espero que aunque yo solté tu mano, tú nunca sueltes la mía", pensé mientras veía por la ventana y volví a dormir, con el cuerpo de Gun pegado al mío, hasta que llegamos a nuestro destino.

»Ya en el alojamiento, después de vestirme para empezar nuestro entrenamiento me acerqué a Gun. Debía asegurarme de que no volviera a lastimarse.

—¡Quítate la camisa! —Dije de repente y él agrandó los ojos.

—¿Qué cosa? —preguntó cruzando los brazos sobre su pecho quizá preguntándose ¿Qué quiere decir? ¡Mierda! ¿Está loco?

Antes de que pudiera decir nada más, levanté su ropa y miré sus pezones. Quizá eso le hizo tener una idea equivocada, pero no me detuve.

—Lo sabía —advertí— sangraste mucho la última vez pero aun no has tomado precauciones. Debes prepararte cada vez que ejercitemos, te lo he dicho muchas veces. ¡Sostenla! —ordené entregándole el borde de la camiseta para que la sostuviera en alto. Gun estaba sonrojándose y entendí que quizá mis palabras sonaron en doble sentido.

Ambos somos inexpertos en el asunto de las citas, hemos permanecido todo el tiempo juntos, pero no ha pasado nada entre nosotros, salvo dormir abrazados, y compartir caricias y juegos inocentes. Por eso cuando me agacho y pongo el parche protector sobre su pezón, él se pone nervioso y puedo sentir su corazón agitado y su respiración entrecortada. Sus mejillas rojas, lo hacen lucir adorable y aunque disfruto verlo así, no puedo hacerle esto.

—¡Oye, Gun! Escucha, estamos aquí para entrenar, no es una salida romántica... ¿entiendes eso?

Gun me mira con sus ojitos tiernos y en ese momento quiero saltar sobre él, pero Fluke y el entrenador están esperándonos, así que debemos marcharnos.

—Sí... —dice sonriendo pícaro.

—¿Qué dices? —le pregunto porque él ha empezado a batirme las pestañas ¿acaso está loco, o es que quiere verme enloquecer?

—Ahm... eh... sí su majestad. —Bromea y me quedo callado, esta vez quien se sonroja soy yo, porque me doy cuenta que mis manos siguen sobre su pezón.

—Ehhh... este póntelo tú —le digo incorporándome y entregándole el otro parche— yo... te espero afuera.

Asintió con la cabeza antes de que yo me diera la vuelta y saliera de la habitación. Diablos, Gun es demasiado tierno.

Salí a toda prisa sonriendo como un idiota, pensando en sus hermosos labios, y no me di cuenta que Fluke estaba frente a mí.

—Off ¿Cómo están los músculos de tus piernas? —me pregunta dándome una palmada en la espalda, en ese momento Gun aparece y se inclina para amarrar los cordones de sus zapatillas.

—Todo bien. —le respondo y justo cuando va a decir algo más, veo que Gun ata mal sus cordones.

—¡Oye! Gun, estas atándolos demasiado apretados —él se sorprendió al igual que Fluke, cuando me agaché y empecé a atarlos yo mismo— cuando corres una maratón debes dejar que tus pies estén cómodos. Además estas zapatillas están demasiado gastadas, debes usar otras o podrías lastimarte.

—¡Dios! Off, ¿Ahora estás preocupado por Gun?

—¿Qué dices, Fluke? Claro que me preocupo, si Gun se lastima, quizá yo no podré establecer un récord.

Terminé de atar los cordones.

—Estoy bien con mis zapatillas, me siento más cómodo con ellas, no te preocupes que estableceremos tu record. —Creo que Gun se sintió molesto.

—Comprarás un par nuevo cuando lleguemos ¿de acuerdo? —Gun visiblemente enojado ató con fuerza el otro cordón y eso me hizo enojar también.

—¿Por qué haces esto? Vas a lastimarte ¿Realmente necesito cuidarte tanto?

—¿Estás seguro que es sólo porque te preocupas por tu record? —de pronto se burla Fluke agachándose hasta donde me encuentro hincado.

Gun sonríe mostrándome sus relucientes dientes y estoy a punto de contestarle a mi amigo, cuando me ordena calentar. Minutos después el entrenador Ohm se acerca a nosotros.

—¿Terminaron de calentar?

—Sí —respondemos.

—Bien, estamos aquí, porque este será el recorrido de la maratón y necesitamos estar familiarizados con el campo, ¿está bien? No te apresures en llegar a la meta, Off.

—Okey.

—Bien entonces, ustedes dos me siguen —dijo refiriéndose a Gun y a mí, luego montó en la bicicleta eléctrica y le pidió a Fluke conducir.

Obviamente Fluke se negó y con solo una mirada lo hizo moverse, así que además de conducir, también sostuvo el altavoz y dio instrucciones.

Comenzamos a correr durante bastante tiempo, siguiendo las instrucciones del entrenador y cada vez mejorando los tiempos gracias Gun. Fluke estaba cansado, al parecer más que nosotros, pero en todo momento estuvo atento y listo con las bebidas para refrescarnos.

Gun también estaba cansado, así le pedí quedarse a descansar, pero unos kilómetros más adelante, nos alcanzó. Y siguió corriendo a mi lado, siempre manteniendo su sonrisa, solo para mí.

Al final de la tarde obtuvimos los resultados que esperábamos. Y los celebramos bebiendo mi leche favorita.

—La leche es realmente deliciosa, eh —dije a Gun, mientras bebía y no pude resistir la tentación de hacer lo mismo que él hizo conmigo una vez. Empujé la caja de leche contra su boca y se le derramó por los costados.

—¡Mierda! —Gritó, pero luego se empezó a reír y yo reí junto a él.

Estamos en una colina alta, al igual que aquella vez, y desde nuestra ubicación la vista del mar es muy bella. Una vez compartimos la vista del amanecer, y esta vez, el atardecer con sus colores y sonidos nos saluda. Aunque estamos en una carretera y la zona a menudo se pasa por alto, hay una isla en medio del mar y resulta que tiene una belleza oculta y resplandeciente como la sonrisa de la persona que me gusta y esta parada junto a mí. 

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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