1. Insomnio

Los pensamientos son algo que no puedes controlar aunque quisieras, lo sé bien, porque entre más quería dejar de pensar, más seguía pensando.

«Voy corriendo una maratón, respiro hondo mientras miro la meta frente a mí, cada vez más cerca; pero con cada paso que doy, mis pies se sienten más pesados. A pocos metros de ella, alguien me golpea provocando que caiga al suelo.

—¡Sólo un poco más Off!

—¿Te vas a rendir?

Escucho a lo lejos las voces y muchos ojos me ven en el suelo. Todos dicen que tengo que seguir adelante, que no debo rendirme; pero me siento muy cansado, todos me adelantan y yo sigo en el piso, veo a todos cruzar la meta y yo estoy como desmayado.

¡No! ¡No es posible! Me grito a mí mismo».

No podía respirar, mi corazón latía presurosamente. Me incorporé en la cama de golpe y cuando abrí los ojos, todo estaba oscuro.

Sentía que todo había sido real, que realmente estaba corriendo y perdía. Pero no, todo había sido un sueño... Sólo un sueño.

—¡Qué diablos te pasa Off, deja de pensar tanto y trata de dormir! ¡Duerme por Dios! —me regaño, tirando de mis cabellos.

Me acosté nuevamente y di vueltas en la cama, no lograba conciliar el sueño. Vi el reloj despertador sobre la mesa de noche, eran apenas las 11:59pm. Faltaban 9 horas para la competencia... Y yo no podía dormir.

Hice lo único que se me ocurrió en ese momento... rezar.

—Por favor, por favor, Dios, solo déjame dormir un poco —pedí de rodillas sobre mi cama— pero cuando volví a acostarme, sucedió lo mismo... ¡nada!

Tomé él celular y escribí mi nombre, de inmediato la búsqueda arrojó títulos sobre la caída que tuve mientras corría.

"Off Jumpol, record del maratón de la escuela, cae y pierde la carrera".

"Caída, Off Jumpol"

"Hijo del imperio Jumpol, fracasa..."

No pude seguir leyendo, siempre era lo mismo.

Me levanté de la cama y me puse lo primero que encontré —unos pantalones cortos y una sudadera— y me dirigí a la pista de carrera, calenté un momento, luego corrí dos vueltas, pero aún estaba inquieto y sin nada de sueño.

Corrí hacia la cafetería, puse dinero en la máquina expendedora, presioné el botón e inmediatamente tuve en mis manos la leche que tanto me gustaba beber para saciar mi sed. Mi garganta estaba muy seca así que pensé que quizá después de beberla podría descansar. Me senté en una banca y bebí toda la leche de la caja, cerré los ojos e intenté dormir ahí mismo, pero no lo conseguí.

»Cuando volví al dormitorio, me detuve frente a la puerta de mi habitación, ingresé la contraseña y entré. Al nada más poner un pie dentro empecé a quitarme la ropa —mientras me acercaba a la cama— una vez me había quedado sólo en boxer, me acosté sobre las sábanas, cerré los ojos y abracé con fuerza la almohada.

Debía dormir a como diera lugar.

Inmediatamente cerré los ojos y por primera vez en mucho tiempo pude dormir, esa noche. 

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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