Esta es la primera parte del epílogo. Desde la perspectiva de la protagonista. Espero que les guste.

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Despues de que Armin se fue aquel día me gustaria decir que han sucedido muchas cosas, pero no es asi.
Sin darme cuenta, cuando menos lo espere, Armin estaba parado delante de mi.

Justo 9 días después de que se fuera, estaba en la sala de estar del segundo piso. No me habría imaginado que se trataba de él cuando mi madre me pidió que bajara.

— Sophie, ¿podrias bajar un segundo por favor? — me pidió mi madre mientras prácticaba. Suspiré cansada y baje las escaleras con cuidado de no tropezar con ellas. Una vez que mis pies tocaron la madera del recibidor busque con la mirada a mi madre y allí en la sala de estar se encontraba Armin.

Llevaba una sudadera gris, una camisa y jeans. Estaba despeinado y se veía nervioso.

Perdí el aliento y sonreí nerviosa. Mi madre salió de la cocina sonriendo
— tu amigo de la vez anterior vino a verte, los dejo. Debo ir a la tienda —

Observamos como mi madre abandonaba el segundo piso y se quedaba en la tienda.
Mire las escaleras que conducían a la tienda en silencio, Armin se aclaró la garganta y atrajo mi atención.

— ¿como te fue? — le pregunté mientras jugaba mis manos dentro de mi suéter de forma nerviosa.

— b-bien... — menciono mientras se pasaba una mano nervioso por el cabello.

— ¿solo bien? — salió de mis labios mientras caminaba al sofá y lo invitaba a sentarse en el que estaba al frente de mi.

— Te extrañe... — salió de sus labios atrayendo mi mirada y causando un sonrojo en mis mejillas.

Entre abrí los labios para decir algo, pero mi voz no salió. Armin sonrió, de cierta forma victorioso al sentir el control de la situación — te dije que vendría... Que teníamos cosas pendientes aún — sentenció mientras cruzaba la habitación y se sentaba a mi lado — Sophie... — susurró entusiasmado — ¿que era lo que querías decirme en el aeropuerto? —

Lo mire sorprendida por la seguridad con la que estaba pidiéndome que le hablara de eso, sonreí nerviosa y me aclare la garganta.

— y-yo... — tartamudie. Él se sonrio aún más y acarició mi mejilla. — yo quería decirte que te quiero... — mencioné acariciando con mi mano la mano que tenía en mi mejilla.

Me vio sorprendido — ¿que me quieres? —

Rodé los ojos y suspiré molesta — que me gustas... Joder... — susurre

— no te escuché —

Hice un moin con la boca — que me gustas... Que te quiero y necesito... —

— vez no era tan difícil — dijo divertido. Me limité a responder haciendo un mohín con la boca.

Pasamos algunos minutos bajo un silencio casi incómodo, hasta que el carraspeó su garganta — el juego se esta vendiendo mucho... —

Le mire sorprendida y sonrei — no esperaba menos... —

— sabes... No sabía que tocabas la guitarra, obviamente por tu dulce voz imaginé que cantarías lindo — menciono mientras sujetaba mi mano entre las suyas.

Sonreí — hay muchas cosas que no sabes de mi — susurre.

— Quiero saber todas — me susurro acortando la distancia que nos separaba.

— Entonces te las contaré todas — me acerqué más aún, sentí como su aliento chocaba con mis labios

— me encantaría — lo ví sonreir y sentí como sus labios se posaban sobre los míos, con un movimiento dulce y rítmico.

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— ¿me estas escuchando Sophie? — escuché que me reclamaba Zamira, me había quedado pensando en Armin de nuevo.

Jamás me hubiera imaginado que podría llegar a ser incluso más romántico y detallista que Lysandro o cualquier otro, si se lo proponía. Suspire, y no como un suspiro cansado, era un suspiro de una enamorada.

— lo siento Zamira... Estaba distraída — le mencioné apenada.

Escuché su risa y la mire negar con la cabeza — Sofi, deberías de ver la sonrisa que traes —

— me siento feliz, no puedo evitarlo — me encogí de hombros

— tenía años sin ver que sonrieras así... — me sonrió — me hace sentir tranquila, merecías dejarte de castigar —

— me pidió que fuera su novia... — sonreí embelesada — creí que ya nadie hacía eso... —

— ¿en serio? — me pregunto sorprendida — cuentame! Obvio dijiste siii —

— si, le dije que si... — asentí y me puse comoda —

Flashback

Estaba bajando las escaleras de la salida del conservatorio, había sido un día cansado. Cargaba el violín desganada, ya tenía 3 meses saliendo con Armin, suspiré cansada y me reacomode el cabello, ese moño recogido no se veía ya tan recogido.

El viento de casi verano soplo y saco algunos mechones de cabello. Me quejé y los acomodé molesta, mi pelo ya estaba creciendo. Llevaba unos jeans, botas altas y un suéter ligero de color salmon. No sabía dónde habia quedado mi formalidad. Iba pensando en llamar Armin cuando llegara a mi casa y escuche una voz que me saco de mis pensamientos.

— deberías de soltar tu cabello, me gusta más así —

Me gire y encontré a Armin usando jeans y una sudadera, despeinado por el viento. Estaba sonriendo mientras se acercaba.

— ¿me estabas siguiendo? — alce una ceja y lo mire asentir —¿desde cuando eres un acosador? — sonreí mientras me acercaba y depositaba un beso tímido —

— pensé en llamarte... — dijo mientras sobaba su nuca tímido

— no me molesta... — susurre enredando mis manos en su cuello

— ¿quieres acompañarme a jugar Pokémon GO? — susurro en mi oído

Solté una risa — Que romántico... — respondí

Me sujeto de la cintura y beso mi frente — Te ayudo con el violín —

Me separé y le entregué el estuche, comenzamos a caminar agarrados de la mano. En esos tres meses me habia atrevido a contarle a Armin sobre el día que mi padre murió y como me sentía culpable de ello. Él se mostró serio y callado mientras le contaba, me escuchó con atención y cuando comencé a sollozar me abrazo, susurro palabras amables a mi oído y me dijo que me queria.

Aún no le decía nada sobre el enrredo que sucedió con Lysandro y Castiel, aunque creo que Nath le dijo algo al respecto.

A veces cuando paseamos por la calle lo descubro lanzando miradas a otros chicos que me miran, y en otras, cuando Alexy me dice que me consiga otro chico para salir, se molesta y hace pequeños berrinches, que me hacen reír.

— ¿de verdad vamos a jugar pokemon GO? — pregunté mientras caminabamos.

— mmmm — se quedo pensando — quizá — sonrió

Negué con la cabeza y continue caminando hasta que nos sentamos en una banca.

— Sophie... — me llamo de forma dulce — Me gustas mucho... — susurro mientras ponía su mano en mi mejilla

— también me gustas tú Armin — le sonrei

— ya no soporto más estar asi — susurro mientras se sonrojaba — te daré tres segundos... ¿de acuerdo? —

— ¿tres segundos? — pregunté confundida.

En ese instante el sonrió ladino y se acercó más para besarme apasionado y frenético, se separó cuando me quedé sin aliento.

— ¿quieres ser mi novia? — preguntó serio, lo mire aún confundida. No sabía que aún se preguntaba eso. — uno...— susurro aún serio — dos... — entonces entendí a qué se refería.

— si, si quiero — asentí mientras volvia a besarlo.

Se separó de mi mientras sonreía, beso mis mejillas, mi frente y el dorso de mi mano — te quiero Sophie —

— y yo te quiero a ti Armin — susurre sonrojada.

— entonces... ¿ya podemos ir a jugar pokemon GO? — preguntó mientras rascaba nervioso su nuca.

Comencé a reír mientras negaba con la cabeza — ay Armin... —

Fin del flashback

Zamira estaba riendo sobre la cama de Sophie — suena muy dulce —

— lo fue — susurre recordando el momento.

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Hola, he aquí el pequeño epílogo. Díganme qué les parecio o que desean para el otro epílogo.

Aceptaré y leeré todas sus sugerencias.

Los amo~