Capitulo 6
Donde nuestra heroína se convierte en Celestina y se olvida de su propio drama.
Al siguiente día Lysandro despertó con una energía más que positiva. Las horas en clase fueron eternas, ya estaba en su última clase, golpeaba ansioso el asiento y no consiguió prestar atención.
Cuando la clase estaba por terminar llegó a su mente una gran idea para una canción, se sintió molesto pues debía escribirlo rápido y no quería llegar tarde a su cita con Sophie.
Saco la libreta y un boli, suspiro con molestia y empezó a escribir lo más rápido que pudo, ignorando la caligrafía y la ortografía. Guardo la libreta, se puso de pie y miró que delante de él aparecieron un par de botas de tacón alto. Respiró profundo, pues imaginaba de quién se trataba y necesitaría más que paciencia para no perder los estribos.
—Lysandro... hasta que logró atraparte—. dijo mientras juntaba los manos por delante, ocasionando que el ya ajustado corset que usaba resaltará su busto.— Es un problema encontrarte... ¿Te gustaría ir a comer algo? Me dijeron que participas en el recital... — expreso acortando la distancia que los separaba.
—me temo señorita Dómine, que ya he quedado de verme con alguien hoy. —dijo Lysandro sacando la vuelta de la joven rubia.
— vamos Lysandro... ¿Quien puede ser tan importante? Anda... — dijo con una voz dulce mientras su cabello se movía por el efecto de ella girándose buscando a Lysandro.
— tal vez en otra ocasión. — dijo él mientras cerraba la puerta detrás de sí.
Emily se quedó dentro del aula haciendo una rabieta, golpeando el piso fuerte con los tacones y dando bufidos.
—ohh no... Esto no se queda así...— dijo mientras salía sigilosamente del aula y buscaba con la mirada a Lysandro.
Lo divisó girando al final del pasillo, con dirección a las aulas de usos múltiples. Lo siguió en silencio sepulcral y se ocultó detrás de una puerta abierta. Abrió los ojos como platos cuando miró a Lysandro acercarse a Sophie y sintió rabia al ver la escena que se desarrollaba.
—Lamento la demora, Señorita Sophie. — dijo mientras le sonreía.
— no te preocupes Lysandro, también acabo de llegar. Y ya te dije... Sophie es suficiente... — sonrió con simpleza y continuó — me recuerdas a la formalidad de los ingleses... — sonreía, pero su mirada era triste.
& ahora que lo mencionas, tu apellido es inglés... ¿acaso tú? — Sophie no lo dejo terminar cuando respondió.
— sí, soy de Londres... pero cuando tenía apenas cinco mi familia se mudó a Francia, aunque muchas veces he ido a ver a mi familia a Londres y conozco esa formalidad... — se encogió de hombros.
— ¿pasamos al aula a trabajar? — dijo Lysandro para terminar con la conversación que aparentemente incomodaba a Sophie.
Agradeció mentalmente. — claro... traigo algunas ideas.
Cuando Emily miyro que entraron los dos al aula, se mordió el labio con molestia y regresó por donde había venido.
así que Sophie eh? Se va arrepentir esa idiota de meterse en mi camino... pensó mientras salía del edificio.
Mientras dentro del aula Sophie era un manojo de nervios. Le sudaban las manos y todos sus movimientos eran torpes.
Se sentaron en una de las mesas juntos y discutieron algunos puntos de ritmo y armonía que debía tener la interpretación que harían.
Sophie estaba ensimismada escribiendo o leyendo algo, así que Lysandro aprovecho y miró sus delgadas manos, las ondas negras de su melena y respiró con calma aquel delicado aroma a rosas que venía de ella.
Ella levantó la vista de la hoja donde estaban las partituras y descubrió la mirada bicolor fija en ella, se cortó su respiración; miró como Lysandro se sonrojo y bajo la mirada.
— me parece que podríamos ya interpretar y reajustar según como suene. — dijo Lysandro fingiendo leer la partitura.
— s-si, ehh parece que si. —dijo torpemente ella.
— ehh Sophie... yo... — dijo Lysandro mientras ponía su mano sobre la de Sophie.
Ella miró como su mano temblaba, se sintió sofocada y las mejillas le ardían, levantó la mirada para encontrarse con la cercanía de Lysandro. Se perdió en la mirada bicolor, se miraba apacible, sin embargo ella sentía la mano de él temblar sobre la de ella.
— ¿Si..? – dijo en un susurro.
Lysandro acorto el poco espacio que quedaba lentamente, Sophie sabía lo que eso significaba, pero no sabía si deseaba realmente que pasara, no se entendía ni ella misma, pero finalmente cerró los ojos, sintió el aliento tibio de Lysandro sobre sus labios y entonces...
♪♫ Suena Vivaldi's Four Seasons – Spring ♫♪
El celular de Sophie comenzó a sonar y ella se separó abruptamente antes de que lograran besarse. Ella sonrió nerviosa y miró el sonrojo en las mejillas de Lysandro. Él se puso de pie, caminó hacia una de las ventanas para darle espacio.
Ella busco torpemente en las bolsas del sueter ligero que llevaba puesto, miró la pantalla, lanzo un ligero bufido y respondió.
— Hola Zamira... —dijo mientras seguía con la mirada a Lysandro que parecía bastante frustrado. — Oh... Claro, voy para allá. — colgó la llamada y comenzó a juntar sus cosas.
Caminó hacia la salida del aula, no sabía realmente que debía decir, ni tampoco tenía idea de que había pasado con ella y él. Se aclaró la garganta por la incómoda situación y atrajó la mirada de Lysandro.
— Tengo que irme... Ocurrió algo y debo presentarme de inmediato... yo... — las manos le sudaban y las palabras se le atoraban en la garganta.
— Comprendo... ¿Te parece vernos después en algún lugar para practicar?- dijo sin perder su aparente tranquilidad.
— si si, — asintió con la cabeza. — por supuesto... yo... yo te llamo — dijo mientras salía de prisa sin mirar atrás.
Lysandro se quedó parado sin entender que había sucedido y como había estado tan cerca de sus labios. Sonrió sin poderlo evitar, tal vez solo era cuestión de tiempo, después de todo... Ella no lo había rechazado.
Sophie corrió hasta la calle, cuando llegó a la banqueta recuperó la compostura y el aliento. Se llevó la mano a la boca, sonrió y pensó que nunca había sido besada por ningún chico, pues ella no acostumbraba llamar la atención de estos.
Mi primero beso... Casi era con Lysandro... Pensó mientras no entendía sus sentimientos, pero una voz la saco de sus pensamientos.
— ¿Tu eres Sophie? — escucho detrás de ella.
— ¿ehh?? Si... soy yo. — dijo mientras se volvía para ver a una chica rubia que llevaba puesto un corset que no dejaba mucho a la imaginación y unas botas de cuero que hacían juego con el pantalón ajustado.
— Me alegra... — La expresión de ella cambio a una de molestia. — Escucha con atención... Es la única advertencia que te daré.. Aléjate de Lysandro... ¿Entendiste? No tienes idea de quién soy yo... Estas advertida. — dijo mientras se daba vuelta y dejaba a Sophie sin saber que ocurría.
— ¿Qué rayos le ocurre a todos?? ¿Acaso me perdi de algo? —. Se dijo a si misma cuando vio que la rubia desaparecía en la esquina.
Suspiró.
Caminó en dirección a su casa y entró con prisa.
— Ya vine, madre... Solo vine por el auto, iré a la estación de trenes, está por llegar Zamira —. dijo mientras tomaba las llaves y dejaba sus cosas.
—Ten cuidado, te toca preparar la cena, no tardes. — grito mientras Sophie salía de la tienda.
Sophie condujo hasta la estación de trenes, cuando entró busco con la mirada a su amiga.
Zamira y ella eran amigas en el instituto, cuando Sophie se mudó tuvo que despedirse de ella, pues aún no tenia seguridad de que haría con su vida, pero solian hablar por teléfono, enviarse mensajes por redes sociales y estar al dia. Aparentemente.
Zamira estaba enamora de Nathaniel, eso era un secreto para todos, incluso para Sophie, porque nunca lo había dicho abiertamente.
Ella le había presentado a Nathaniel cuando él fue a una de sus fiestas de cumpleaños, cuando tenían 13 Sophie y ella.
Sophie supo inmediatamente que había sido amor a primera vista, pero Zamira creía que Nathaniel estaba enamorado de Sophie, por las atenciones que tenía él hacia ella. Y Nathaniel era demasiado tímido como para confesarle a ella sus sentimientos, pero se lo había dicho a Sophie, la cual siempre que sabía que Nathaniel la visitaría intentaba que casualmente estuviera Zamira con ella.
Así fue como entre todas esas reuniones se conocieron un poco más y podían decir que era amigos. Sophie tenía decidido que si Zamira se pensaba mudar a Paris ya no podrían esperar mucho para que esos sentimientos que ambos guardaban explotaran; pero necesitaban un empujón para que eso sucedieran.
Hay Sophie Warren... No puedes aclarar tus sentimientos y quieres ser celestina... Pensó ella mientras pasaba la vista por la sala de la estación de trenes. A lo lejos divisó la melena larga, que como siempre no estaba segura si era lacia o rizada... La mayor parte del tiempo trae siempre esa coleta baja de lado... Pensó Sophie mientras le hacía señas con la mano.
Levantó Zamira la mirada de color ambar que miraban a través de unos lentes y sonrió mientras agitaba enérgicamente la mano.
Se acercaron mutuamente y se abrazaron, Zamira era quizá 10 centímetros más baja que Sophie, por lo que usaba zapatos con tacón todo el tiempo, era más delgada que Sophie y con un cuerpo atlético, sin curvas pronunciadas. Llevaba puesto un abrigo de lana de color rojo y un pantalón, con una pashmina azul.
Sophie se apartó un poco y la miró sin soltarle las manos.
— Zam!! Te miras igual!!! —dijo divertida.
— Solo tenemos sin vernos algunos meses, Sofi... — dijo Zamira mientras sonreía.
—Vamos... Debo preparar la cena, ¿cuantos días estarás aquí? —dijo mientras caminaban.
—Solo algunos días... Espero volver para finales de Enero y establecerme. — dijo simplemente.
— Me alegra tanto que te decidieras por venir aquí, me hacía falta verte. — dijo Sophie sonriente.
—A mí también, mis padres están un poco preocupados por mi decisión pero... Tenía que hacerlo. — dijo con un tono de voz nervioso.
Sophie sonrió con complicidad al entender las verdaderas intenciones de Zamira, pero no dijo nada al respecto.
Subieron al Fiat de la madre de Sophie, ella saco su celular y comenzó a textear un mensaje.
— ¿A quien le escribes sofi? No estarás saliendo con alguien sin decirme... ¿verdad? — dijo sonriendo traviesamente.
Sophie se sonrojo al recordar lo que había ocurrido mas temprano con Lysandro en el aula.
— Ehhh... no, no es nada de eso, ya sabes que estoy casada con mi música. — dijo mientras texteaba torpemente un mensaje.
Nath, ¿podrías venir a ayudarme con algunas cosas? Te invito a cenar.
Envió el mensaje y suspiró aliviada al no ser descubierta por su amiga sentada al lado.
Cuando llegaron a la casa de Sophie pasaron directo al segundo piso, donde estaba la cocina.
—Zam, puedes dejar tus cosas en mi alcoba, es la que esta al fondo a la izquierda, estaré aquí haciendo la cena. — dijo mientras se ponía a sacar algunas cosas de la heladera.
Mientras Zamira estaba en el tercer piso, donde estaban las habitaciones, Sophie escuchó que alguien subía las escaleras.
—Sofi, ¿qué fue ese mensaje? Estaba ocupado con algunas tareas y luego tú.. — Sophie lo cayó poniéndole una mano en la boca.
—Nath, shhhh!!! — dijo mientras sonreía — Eso solo fue porque quería ver tu cara de sorpresa personalmente.
— ¿de que hablas? — se escuchó que dijo debajo de la mano de Sophie.
—iiuhg... me babeaste la mano Nath. — le quitó la mano y se apartó para verlo de cuerpo completo – mmm.... – dijo mientras se ponía la mano en la barbilla. Observó el pantalón de color gris y el sueter tipo cardigan de color azul marino, volteó a ver su peinado y rápidamente acomodo algunos mechones – perfecto – dijo mientras sonreía con autosuficiencia.
Escucharon pasos que venían de las escaleras y Nathaniel volteó hacia la entrada de la cocina.
— ¿Za.. zamira? — dijo Nathaniel mientras se sonrojaba sin apartar la mirada de la chica.
— ¿Nathaniel?— dijo casi susurrando terriblemente sonrojada.
— Qué alegría estar los tres juntos de nuevo... ¿no? — dijo Sophie mientras veía la escena sonriente.
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Hola gente bonita!!
Aquí haciendo la media naranja de Nathaniel en este fic...
Gracias a MiyukiSusuki (HarunaNyaa)... Por tu tiempo y ayuda con este personaje.
Me canse de escribir... Espero que lo disfrutaran tanto como yo escribiéndolo.
Espero sus comentarios...
Saludukis a todos los lectores... Los amo!!
Besos!
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