Capitulo 2
Donde está historia comienza.
Sophie caminó hacía su lugar mientras todos la seguían con la mirada en silencio, tomó asiento y se planchó la falda con las manos.
—bien... — expresó el maestro para acabar con el silencio dentro del auditorio — excelente elección señorita Warren — hizo algunas anotaciones en su libreta y continuó hablando — en esta clase intentaremos trabajar intensivamente para explotar el máximo de sus capacidades, el próximo mes elegiré a quienes participaran de esta clase en el recital de invierno, así que esfuercense...
Lysandro estaba sentado casi al final de las butacas, observando a Sophie, pronto sus pensamientos lo hicieron que comenzara a recordar el día del examen de ingreso, cuando había visto por primera vez a Sophie.
Lysandro iba caminando a prisa con unas hojas en las manos por el pasillo atiborrado de personas que presentarían prueba, habían filas para disciplinas vocales, bellas artes, música.
Se movía evitando lo mas posible el contacto físico con las personas, escuchaba como las jovencitas susurrando lo apuesto que lucia y a los hombres diciendo abiertamente lo ridiculo que se veía con esa ropa.
Frunció el seño. Y llego hasta la entrada del auditorio de pruebas para disciplinas vocales.
—Monsieur Ainsworth , gracias— dijo una mujer algo mayor mientras tomaba las hojas que traía Lysandro. —que amable, salvo mi vida, hubiera perdido mucho tiempo en ir hasta mi despacho, que suerte que usted tenia una copia.
—siempre es un placer ayudarla— dijo mientras daba una media sonrisa. —¿quiere quedarse a ver las pruebas?— dijo haciendo un ademan para indicar la entrada
—no gracias, tengo aun cosas por hacer—
Lysandro dio la vuelta y comenzó a volver en sus pasos, entonces escucho música en violin, una de sus piezas favoritas.
Canon in D.
Por primera vez en toda su vida sintió curiosidad. Deseaba saber quien era el emisor de la dulce melodía que lo hacia sentirse... ¿Enamorado?
Se desconoció a si mismo, pero no se detuvo. Camino con paso mas rápido de lo normal y abrió con discreción la puerta del auditorio.
Entonces la miró. Agradeció que de verdad fuera una mujer quien estaba presentando la prueba.
Miró su cabello hasta los hombros, con delicadas ondas de color negro, un flequillo que cubría parte de la frente. Piel blanca, blanca y palida. Manos delicadas, que se movían ágilmente interpretando la melodia, traía puesto un vestido de color verde.
Se encontraba aún parado en la puerta y le sorprendía poder notar esos detalles desde esa distancia. Pero lo que era evidente en ella era la pasión con la que interpretaba.
Tenía los ojos cerrados y su expresión corporal lo hacia vibrar. Realmente se sentía como nunca se había sentido. Ella era una total desconocida, pero él deseaba conocerla más que nada en este mundo.
Él deseaba... Sentir la pasión que ella expresaba.
Lysandro se desconcertó al encontrar ese pensamiento rondando su mente.
La música se detuvo y lo hizo volver a la realidad. Entonces la miro.
Ojos verdes. Un verde que nunca había visto en otra mirada.
Sintió suerte de que ella no notara que él la había estado observando sin detenerse durante mas de 5 minutos.
Cerró la puerta antes de que alguien notara su presencia.
—Monsieur Ainsworth! ¿Podría repetir lo que acabo de decir? —dijo el maestro al frente del auditorio, con los brazos cruzados.
—lo-lo siento estaba distraído— dijo Lysandro dando una mirada fugaz a Sophie, que parecía ni notar su presencia.
—Le suplico... Que no se distraiga más — respiró profundamente el profesor.
Cuando la clase termino Lysandro casi se sentía decidido a entablar una conversación con ella.
Casi.
Pero cuando intento encontrarla con la mirada después de juntar sus cosas no la miró.
Sophie caminaba lo mas rápido que le permitían los tacones hacía su casa, era lunes y los lunes ella cuidaba la tienda de su madre toda la tarde.
Cuando llego su madre estaba terminando de colocar unas charolas.
—huelen bien. — dijo Sophie mientras tomaba uno de los pastelillos en forma de minitarta.
—SOPHIE!! Te he dicho que no tomes nada directo de las charolas. — la regañó.
—muero de hambre, madre. — dijo mientras subía corriendo las escaleras
—y no corras!!! — su madre lanzó un suspiro —Tengo que salir, te quedas cuidando la tienda.
La tarde había pasado muy lenta para Sophie, miraba por las ventanas detrás del mostrador como pasaban las personas.
Suspiró.
Realmente esperaba al menos tener un cliente, su madre estaba esperando que la gente conociera la tienda de reposteria. En la ciudad donde vivían antes, era muy famosa y siempre estaba atiborrada.
Pero en Paris todo era diferente.
Se tapó la cara con las manos y suspiró. Recordó como la miraban todos cuando termino de tocar y se acordó de como Lysandro le prestó una particular atencion. Sintió que sus mejillas ardian.
El sonido de la campana de la puerta la hizo voltear.
—Nath, que alegría verte. —dijo mientras sonreía.
—sofi, que mejillas tan sonrojadas... ¿Acaso te gusto?— dijo mientras entraba.
—claro... Me encantas. — dijo mientras rodaba los ojos — ¿qué tal tu dia?- dijo mientras le ofrecía un banquillo para sentarse.
—Muy interesante, me encontré con una vieja amiga del instituto... — mencionó.
— ¿En serio? Que suerte... Yo tuve que soportar a todos mirándome como si fuera de otro planeta. —hizo una mueca de disgusto y se puso de pie mientras se estiraba.
—Quizá no debí tomarme ese año de descanso. Es decir, todos los que iban conmigo en el instituto ya tienen un año en la universidad. —dijo mientras se peinaba el cabello con los dedos de forma nerviosa.
—lo necesitabas Nath, no te arrepientas. — expreso sofi mientras le ofrecía una galleta.
—para ti es facil.... Apenas tienes 18
—lo siento anciano de 19 y medio, ¿quieres cafe?— dijo mientras agitaba la taza delante de él.
—me harias muy feliz...
—¿Mas feliz? No se si sea posible...— dijo mientras se reia — ¿Asi que te encontraste una vieja amiga?
—Si, ibamos juntos en el Sweet Amoris
—Claro, recuerdo que me sugeriste que me cambiara al sweet amoris alguna vez... Pero mi madre dijo que era una locura ir a un instituto al otro lado de la ciudad
—evidentemente Sophie...
—Tenia un año sin tener noticias de Sucrette, me contó sobre algunos que solian ser compañeros en el instituto
—¿Sucrette?— Sophie se llevo la taza de cafe a la boca y la bajo sin beber nada — ¿Sucrette Boissieu?
—¿Cómo lo sabes?— dijo mientras levantaba una ceja — ¿Me espias Sophie?
—Por supuesto que no!!, tenia una vecina en la ciudad donde vivia antes que se llamaba asi, soliamos jugar mucho. Despues se mudo y no supe mas de ella
—Vaya... Francia debe ser muy pequeño... —expreso mientras rascaba su nuca.
—Eso parece.
Mientras tanto Lysandro se encontraba dentro del departamento que compartia con Castiel desde que decidieron irse a estudiar y probar suerte en Paris.
Sonreia. Descaradamente mientras acariciaba con suavidad las teclas del piano.
Recordo su encuentro casi fugaz con Sophie y sintió un consquilleo extraño. Cuando termino escuchó aplausos detras de él, no necesitaba voltear para saber quien era.
—Lysandro... — dijo Castiel mientras tiraba su mochila sobre el sofa.
—Castiel... No te esperaba a esta hora— dijo mientras se ponia de pie.
—Termine antes, ¿paso algo? Pareces... diferente...?
—Tuve un dia... Muy interesante— dijo mientras caminaba hacía su habitación.
—Eso hiciste en tu dia de descanso? Tocar el piano? Debiste estar vocalizando!
Lysandro respondió cerrando la puerta.
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