capitulo 8
Entonces Seth se dió cuenta de lo que había estado ignorando, ya no podía seguir negando lo que era muy claro, no cuando su corazón casi sale de su pecho y su cuerpo perdió fuerza al ver el aspecto preocupante de Koen.
‹Me gusta. Ya no cabe duda de que me gusta, y no puedo seguir negando lo que he sabido desde el día en que lo empecé a buscar con la mirada. Me he enamorado de este hombre del cual conozco casi nada, de un hombre que por lo visto es peligroso y no es del todo un empresario recto sino que también tiene negocios por debajo de la mesa...lo mas extraño es que no me sorprende ni me da miedo...solo quiero abrazarlo y matar a ese alguien que se atrevio a tocarlo.›
Si tal presión a su alrededor fuera un cuchillo estaría desgarrando la piel del hombre de ojos negros, hombre que se encuentra verdaderamente asombrando al mismo tiempo que mirando nerviosamente al joven de despiadada mirada heterocromia.
Él estaba muy consciente y sabía que Seth era un joven de carácter fuerte, una persona que cuando lo hacen enojar o cualquier cosa que no le gusta saca sus garras, pero no esperaba que pudiera emitir tal presión y esa mirada tan sanguinaria que te asesina una y otra vez.
Eso dejó sin habla al de ojos negros, sin dejar de mirar esos ojos que le están otorgando una inexplicable, rara euforia que se esparce por todo su cuerpo.
—Seth.—Es lo único que pudo decir luego de estar callado por más de cinco minutos, tiempo que se estuvieron viendo fijamente.
‹¡¿Esto es reale?! Es la misma persona que he querido ver desde el momento en que recibí esa bala, eso me hizo pensar que no lo volvería haber.
No sé que está pasando exactamente aquí, si estoy alucinando por la perdida de sangre en ese entonces, o si él en serio está aquí frente a mí. Y en cuando lo vi entrar por esa puerta solo quería ir abrazarlo después de que reaccione por la sorpresa de verlo aquí. "¿Como lograste llegar?" "¿Por qué estás aquí?" Es lo que quería preguntarle, pero en mí hay una una euforia de felicidad o de de excitación, no lo sé. Pero acusa de eso no puedo de ser otra palabra mas que solo llamarlo por su nombre.
En mis 30 años de vida es la primera vez que me quedo sin hablas, y es que él solo se quedó ahí mirándome minuciosamente y al ver mi estado solo se enfureció. Eso fue un sentimiento tan dulce, saber que se preocupa por mí no tiene preció.
Así como es mi primera vez que no solo mi corazón se estremecio de tal manera, mi cuerpo también lo hizo y por segundo sentí que una extraña aura a su alrededor se desplazo hacia a mí, algo que se sentía posesivo pero también con la intención de dominar...extraño sin embargo lo mas loco es que me agrada ese sentimiento que me trasmite.›
Koen solo sonrió ante la extraña situación, estaba feliz de ver y escuchar a Seth siendo tan autoritario. Pidiéndole que le diga quién fue el descerebrado que se atrevio a tocar algo que ni él mismo todavía no había acariciado.
—¿Y todavía te atraves a reírte?—Pone sus manos en los hombros de Koen.—¿Qué es tán gracioso?—Lo empuja y acorraló sobre la cama, seguido se arrodilló entre las piernas de Koen, las cuales separó con la rodilla.
Koen se estremecio al sentir esa rodilla presionando su entrepierna, no se esperaba ser enviando a la cama o que Seth subiera y lo aprese de esa manera tan dominate. Lo peor es que Koen lo estaba disfrutando.
—Sin sonrió es porque estoy feliz de verte aquí.—Es sincero.—Me moría de ganas por verte pero no quería que me vieras en este estado...no quería asustarte o que pensaras lo peor de mí.
—Son preocupaciones estúpidas.—Lo agarra de la mandíbula.—Te apuesto que aquí el que debería de tener miedo ese eres tú.—Esa mirada se tiñe de oscuridad.—¿Quién te hizo eso?—Acaricia el abdomen del contrario por encima de la venda.
‹Una indescribable furia me golpeó y me quiso cegar al ver la venda manchada con gotas de sangre, esa furia quería que me dejará llevar por ella y asi poner patas para arriba cada rincón de este lugar hasta que me dijeran quién es el culpable de esto. Sin embargo, logré a tiempo mantener a raya mi enojo.› Podrá ya no ser un alfa pero sus instintos seguían arraigados en su alma.
—Fuiste tan débil e idiota para dejarte lastimar de está manera.—Esos ojos eran tan oscuros.
—Esa persona ya no está entre los vivos sino que con los muertos.—Bien dicen que nunca hay que juzgar un libro por su portada.
‹Sin embargo; así no haya conocido la anterior versión de Seth esa de antes del accidente, me atrevo asegurar que este joven con esa versión son dos personas totalmente diferentes, estoy seguro de ello.
Y no es porque el Seth de ahora haya perdido la memoria, no. Porque hay cosas que aún con amnesia sigue siendo igual, sin embargo los gustos y disgusto de este Seth y el anterior antes del accidente son talmente diferentes, o tal vez solo estoy viendo cosas donde no las hay pero no importa quién sea, él me gusta.
Estoy enamorado de este chico y por él estoy dispuesto a todo, destronar a esa familia sin importar que tengamos necios y una relación amistosa aunque eso es en parte por mi difunto padre.› Koen ha investigado absolutamente todo de Seth y su familia.
Lo primero que hizo Koen al descubrir sobre el inmenso acosó de Kogan hacia Seth, fue destronar a dos de las familias muy pero muy íntimas de los Yorke. Una de las cabezas de esa familia fue él que pidió un favor a su amigo juez, le pidió que llevara el caso de Seth. Fue así como el caso terminó a favor de Kogan, haciéndolo ver inocente y a Seth culpable pero esas personas ya lo pagaron.
Koen se encargo de exponer todas su fechorías y corrupción solo que en el proceso termino recibiendo una bala, las personas que cuidaban del juez no eran buenos para nada, tenían sus habilidades pero al final terminaron cayendo una por una. Koen estuvo tentando matar al que hizo quedar como culpable a un chico que solo se resistía al poder de Kogan, como joven maestro. Uno chico que se defendía del acoso de ese mismo joven maestro, pese a eso no lo eliminó.
Koen prefiero que ese juez fuera juzgado y encerrado con muchos de los criminales que encerró, porque también es todo una ficha, se había venido en más de una ocasión.
—Por lo menos lograste hacer eso aunque me hubiese gustado sido yo, el que lo enviara a conocer a sus antepasados.
—¿Por qué estás tan molesto?—Levanta sus manos en busca de sostener el rostro del contrario con se encuentra tan cerca del suyo.
—Porque eres mío.—Lo proclama como suyo, sonriendo maliciosamente al percibir un pequeño estremecimiento en Koen.—Ya que me elegiste para ser tuyo, yo también te estoy eligiendo a ti.
—¿Qué?—¡Escuché bien!
Había estado esperando por esto pero no pensó que sería tan pronto, creía firmemente que un día obtendría una confesión, que sería correspondido. No le importaría esperar por ello sin embargo, ahora que lo escucha no sabe que decir y su corazón nuevamente dio un pequeño vuelco, perdiéndose en esa mirada tan sincera y brillante que le hacía saber una y otra vez, "eres mío."
—Soy una persona inexperta en los temas del amor, nunca me enamorado, no que yo sepa o recuerde.—Este cuerpo tampoco ha tenido algo como eso—A penas estoy descubriendo ese sentimiento llamado amor, y haz sido tú, el que ha despertado tal emoción, sentimientos en mí.—Lleva la mano del contrario a su pecho.—¿Aceptas este joven con posibles traumas que no sé pero pueda tener? ¿Aún sabiendo eso estás dispuesto a aceptar este inexperto e inmaduro corazón?—Pregunta sin quitarle los ojos encima a Koen.
—Sí, lo acepto.—Entrelaza su otra mano con la Seth.—Que sea mayor no significa que sea mas sabio o experto en los temas de la vida.—Aclara.—Aún que es difícil de creer, yo, también soy nuevo en esto de los temas del romance.—Besa la mano del contrario.—Vamos aprender juntos así como superar los traumas o cosas que nos lleguen atormentar.—Deja de sostener la mano de Seth para ir directamente a ese rostro, quería acariciar esas mejillas.
.—Me gustas.—Confesé antes que mis emociones me impidieran hablar, o que mi latente corazón saliera por mi boca, es la primera vez que late con tanta intensidad.
Así cómo sentí el temblor en sus manos que sostenían mi rostro, lo que me llevó en busca de su deslumbrante mirada, ese cielo negro que me veía fijamente, incrédulo. Pensando en sí había escuchado bien.
—Estoy enamorado de ti.
Se lo confesé una vez más ya para este momento él no podía ocultar su sonrisa, y los dedos de sus manos acarician gentilmente mi cara. Es un hombre adulto pero está actuando tan tiernamente, tímido, eso solo hace incrementar mis ganas de tomarlo aquí, hacerlo mío hasta desfallecer en mis brazos.
—Me gustas.—Volvió a repetir.
—¡¿Nmgh~?!—Esos ojos negros se abrieron ligeramente en grande, sorprendido por la dulce confesión de Seth pero también por el leve gemido que salió de sus labios, eso lo volvió otra vez tímido.
La punta de sus orejas se enrojecen todo por el movimiento hacia adelante de las caderas del contrario, embistiendo y frotando su entrepierna contra la suya.
—No dirás nada más que solo temblar en mis...—Sus labios bloquearon mis siguientes palabras.
‹Desde el instante en que sentí la textura de sus labios fue derretirme al igual que un terrón de azúcar, no empalagoso, simplemente tienen la dulzura perfecta con la cual te puedes embriagar cómo si fuera un licor de fresas acarameladas, mis favoritas.› Lentamente, Seth deslizó su mano desde el hombro izquierdo hasta llegar a la palma de la mano de Koen, estando ahí se entrelazan nuevamente sus manos al igual que lo hacen sus labios.
—Nmng~—"¡¿Ese murmullo o gemido salió de mí?!" Se preguntó, la reacción de su cuerpo y la repentina emoción lo tienen un hecho lío a Koen.
‹No puedo negarlo ni ponerme mis moños, soy un adulto y no hay nada malo el aceptar que es estremecedor sentir una de sus manos en mi nuca, ahí enreda sus dedos en mi cabello y agarró con fuerza por temor a que huyera de sus brazos, o de sus embestidas que logran crear una grata fricción en nuestros miembros, frotándose aún con la ropa...desde un principio no tenía pensado huir.›
Koen decidió ser un poco atrevido, enredando sus piernas en las caderas del contrario, atrayendole mas cerca y que sus miembros se sigan frotando, sintiendo el doble de estímulo.
—Mnhg~—Seth dejo salir un leve gemido, tras sentir la torpe lengua del contrario, queriendo escabullirse entre el espacio semiabierto de sus labios.
Con mucho júbilo, Seth le dió la calidad bienvenida a esa traviesa lengua que no tardó ni un segundo en enredarse con la suya. Tenía pensado el profundizar mas ese beso, pero en eso sintió una presencia en la puerta, dándose cuenta que no la había cerrado cuando entró.
Seth al notar que alguien posiblemente los estaba espiando, cubrió la expresión lasciva en el rostro así como cuerpo de Koen, con una frazada. Acto seguido ya se encontraba en la puerta.
—¿Qué estás haciendo?—Preguntó fríamente.
—¡Aaah!—Eso la había asustado fue muy sorpresivo.—Yo...
Seth no le dió tiempo de ocultar ese móvil, quitándolo bruscamente de las manos de esa mujer de unos veintinueve años de edad. Cabello rosado, unos bonitos ojos verdes. Era hermosa de buena figura eso no podía negarse.
—Cierra la maldita boca.—No estaba furioso porque lo espiaban, está enfurecido por la ropa que trae esa mujer, era lencería sexy. Era mas que claro que venía con la intención de seducir a Koen.—Pierdes tu tiempo, a tu jefe le gusta únicamente esto.—Se señal asimismo con orgullo y arrogancia, pero en especial señalo por más tiempo el vuelto entre sus piernas.
—¿Seth?—Koen cubrió su cuerpo con una bata.—¿Qué está pasando..?—Mis ojos fueron cubiertos por sus manos antes de poder ver algo, ¿qué es lo que no quiere que vea?
—Si abre tus ojos te mato.—Advierte.
—No lo haré.
—Ya puedes.—El cuerpo de esa mujer ya había sido cubierto con una sabana.
—¿Niñera?—No escuché mal y si era su grito.
—Maestro, la verdad es que...
—¡¿La viste de esa manera?!—Ignora a la niñera para reclamarle a Seth, esa mujer sonrió creyendo que su jefe se preocupaba por su integridad.—Ahora tendré que despellejarla, y a ti lavarte tus hermosos ojos con algo para que olvides esa imagen, ¿debió ser horrible, verdad?—La niñera se quedó sin palabras.
—La verdad, no me fijé.—Agarra de las caderas a Koen.—A mis ojos se sigue viéndose como pared, pero eso es lo de menos.—Retoma su seriedad.—Algunas personas no te son tan leales.—Le pasa el celular y en la pantalla aparecen ellos dos, besándose.—Te espían en tu propia casa.—Ella retrocedió hacia atrás, fue un reflejo. Sino lo hacía en este instante su cuello estaría siendo apresado por las manos de Seth.
Su anterior personalidad estaba saliendo a flote, esa de cuando era un alfa y todo lo podía arreglar suprimiendo al enemigo, o cuando los agarraba de cuello y los hacía tronar.
—Señor, no es lo que piensa...—Quedó inmóvil y en silencio al ver el gesto de Koen, "cállate." Es lo que le dijo con solo posar su dedo índice sobre sus labios, mientras su otra mano se aferra a la cintura de Seth.
—¡¿Qué fue ese grito?!—Suben los de seguridad.—¡¿Jefe, se encuentra bien?!
—Estamos bien.—Le pasa el celular a su asistente.—Averigua todo lo que puedas, con quién habla y sobre todo a quién estaban destinadas ir esas fotos.
—Enseguida.
—¡Señor, escucharme!—Caye de rodillas.—¡Por favor, denme explicarle!—Grito tan fuerte con la intención de despertar a alguien en específico.—¡Yo soy muy leal a usted...!
—Cierra la boca.—Seth no podía escucharla mas y solo le metió un pedazo de tela en la boca.—Puedo saber lo que estás pensando, quieres llamar la atención de el pequeño Joven maestro.
La niñera le pedía ayuda a Koen, pero este solo se limita a observar a Seth, admirando esa feroz y tan dominante joven. Y también porque es bien sabido que Koen, lo que más odia es que lo espíe. Sabiendo eso ya no era necesario escuchar ninguna explicación, juzgará a esa persona sin piedad.
—Papá.—Frota sus ojitos.—¿Qué fue ese ruido?
—Nada, no ha sido nada.—Tiran a la niñera a una de las habitación como si fuera basura.—Creo que escuchaste demás.
—¿De verdad? Creí haber escuchado a la niñera.—Mira en la dirección de su padre.—Quizas lo imaginé...¡Seth!—La somnolincia abandono su cuerpo.
—Hola.—Se ve tan lindo con esa pijama de amarilla de pollito.—Nos volvemos a ver.
—¡Sí eres tú!—Mira a su padre.—¿No lo secuestraste?
—¿Qué?... No.
—¿Es en serio?—Agarra las manos de Seth.—No tengas miedo, si es así solo dime, yo te sacaré de aquí.
—No es nada de eso.—Procede a ponerse en cuclillas.—Tu padre no podría así hubiese tres de él.—Fue un poco arrogante.—Pero hablaremos después, los niños se deben de acostar temprano.
No quería pero Seth le prometió que seguiría aquí para cuando despertara, solo así permitió que uno de los empleados lo llevará nuevamente a la habitación. Mientras su padre y Seth tendría una charla con la niñera.
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