capitulo 60
George yacían visitando diferentes lugares exóticos como cálidos. Disfrutando su día junto a la pareja que ama, (Dimas le ayudo a sentirse mejor con respecto a su cintura que anteriormente dolía) ya mañana seria las pruebas de compatibilidad de George con el mecha.
Es por eso que Dimas llevó a su pareja una vez mas a una cita. Quiere que se relaje para cuando sea el momento de realizar el examen no se ponga nervioso. Aunque Dimas está muy seguro que su amado pasará la prueba al primer intento, no tenía la menor duda de eso.
George tenía un buen rendimiento físico como mental por lo que, tenía muchas posibilidades de comandar uno de los mechas más avanzados, esos donde pueden ir dos personas y al mismo tiempo transformarlo en lo que el quisiera. El mecha se entrelaza con la mente del huésped sin ser una amenaza y mucho menos correr el riesgo de lastimarse si el mecha es destruido.
Seth tuvo mucho cuidado al momento de crear una función como esa, los gemelos también estuvieron realizando muchas pruebas e investigado para que no hubiera ninguna fatalidad al momento en que te desconectas de un mecha, se podría decir que cuando el mecha se da cuenta que el huésped se encuentra en peligro, el mismo rompe el vinculo para protegerlo.
Es por eso mismo que los mechas son tratados especial, como amigos que están contigo en todo momento y no como simples máquinas que te ayudan en las misiones o en las luchas contra los enemigos.
-¿Como es que eres bueno en todo?-Preguto con una sonrisa, mirando a George y sus movimientos sobre el hielo.
-Aprendo rápido eso es lo que pasa.-Estas pequeñas cosas son muy agradables.-Ya sabia patinar.-Sonreí brillantemente.
Esto me hace recordar esos días, cuando mi joven maestro (el Seth del anterior mundo) no quiso asistir al colegio y nos fuimos a una pista de patinaje. Ese día era su cumpleaños y por primera vez quiso portarse mal.
Ninguno de los dos sabía andar en patines, nos caímos unas cuantas veces antes de poder dar un paso sobre el hielo. Ese día fue tan divertido que ninguno de los dos queríamos volver a ese lugar.
-¿Quién es el motivo de tu sonrisa?-Frunció sus labios, celoso porque sabia que George estaba sonriendo por alguien más.
-Tan celoso.-Apoyo sus brazos en los hombros de Dimas.-Solo estaba recordando uno de los pocos grato momentos de mi niñez.
-¿Se trata de lo vívido con ese joven maestro?-Llevó sus manos a la cintura de George, pagándolo a su cuerpo.
Cuando me contó sobre eso, me sentí todavía mas furioso que cuando supe de su amor no correspondió por Lucio, en ese tiempo. Era tan aberrante todo lo que ese joven tuvo que vivir, pero al mismo tiempo me sentí aliviado al saber que por lo menos tenía a George y George lo tenía a él.
Ambos se daban ese cariño familiar que ninguno de los dos, pudo recibir por esas familias nauseabundas. A ese joven le agradezco que le haya dado buenos recuerdos a mi George, de esa manera su niñez no es del todo mala.
-Sí.-Baja su melancolía mirada.-Es mi primer amigo y a quien considere mi hermano, es alguien que no podre olvidar y siempre ocupara un pequeño espacio en mi corazón...¿te molesta?-Mira esos sonrientes ojos violetas.
-No, para nada.-Posa su frente sobre la de George.-Puedes tener a más de una persona en tu corazón, amigos y hermanos por supuesto.-Aclaro-porque a pesar de esa cantidad, yo seguiré siendo el primero y número uno en tu vida.-Beso los labios del contrario.
Sumergiéndose en un apasionado beso, aferrándose a la espalda del otro, sintiendo no solamente la temperatura de sus cálidos labios, también la de sus cuerpos.
-¿Verdad que soy tu número uno?-Preguntó, su respiración sigue agitada.
-No.-Se alejo de Dimas.
-Ven aquí.-Patino hacía un sonriente y muy malvado George.
-Atraparme si puedes...¡Oye!
En menos de dos segundos George, ya se encontraba encima de Dimas. El de ojos violetas había usado sus habilidades para llegar lo más rápido junto a George y en ese mismo instante cayó sobre el hielo y sobre él, mas joven.
-Sí.-Hunde sus dedos en el cabello de Dimas.-Eres y siempre serás mi número uno.
-Lo sabia.-Lleva su mano a la nuca de George, acercandole mas cerca de su rostro para poder volver a unir sus labios en un feroz beso.
‹Ya sé que obsequió le daré para su cumpleaños, será uno que no podrá olvidar y podré darle la oportunidad hacer lo que no pudo en su momento.›
Obviamente que para eso tendrá que preguntarle unas cuantas cosas a su hermano mayor, Seth.
Mientras ellos se entregan en un beso, Youssef recién se van levantado de dormir y sin ánimos de querer levantarse por el malesta que hay en su cuerpo.
Su ojos se cierran y se abren lentamente en repentinas ocasiones, sentía un horrible malestar tanto en un estómago como en sus sienes, las cuales presionó y masajeó suavemente por varios segundos. Esperando que esa acción calmara las incómodas punzadas.
-¡Demonios!-Cierra una vez mas sus ojos, inhalando e exhalando.-Siento que voy a vomitar.-Cubre su boca.
Las copas de alcohol de anoche le estaba pasando terribles fracturas, es la segunda vez que la resaca por tomar mucho lo hace sentir a morir. La primera vez fue cuando se emborracho mientras lloraba la perdida de su abuela, desde ese instante se dijo asimismo no volver a pasarse de copas para no sentir tal malestar.
Sin embargo, anoche era una noche memorable e inolvidable para sus dos grandes amigos, tenía que acompañarlos en su felicidad. Y también quería olvidarse de que había besado a Kiran.
Youssef no se separado en ningún momento de los futuros padres, no quería hablar con nadie más y mucho menos que quiera se acercará a él, no estaba preparado para enfrentarlo luego de besarlo asi de la nada.
-Siento que mis sesos están por explotar.-Suspira con pesar, frotando sus sienes.
‹Seth y Christian se veían tan felices, bailando como si solo ellos dos, existieran en esa pista. Mirándose amorosamente, verlos daban ganas de tener tal suerte o privilegió.
Perdí la cuenta de cuantas veces brinde por ellos, por su inmensa felicidad y por ese pequeño en el estómago de Christian. En dos semanas se podrá saber el genero del bebé. También tienen pensado casarse ese mismo día, quieren ser esposos antes de que el pequeño o pequeña nazca.›
Youssef no era el único tomando sin parar, los señores Knigh también se tomaron mas de dos botellas de vino y borbón, su tolerancia al alcohol es muy alta algo muy diferente para Youssef. Por eso mismo se encuentra con tremenda jaqueca.
-No debí beber tanto, pero valió la pena. No todos los días se celebra noticias como esas de grandiosas.-Con mareó pero a un si se levantó de cama en dirección a la ducha.
Esperaba que el agua fría de la regadera alive sus músculos tensos, y le ayude a despertar porque se sigue sintiendo adormilado. Aunque lo que mas necesitaba en estos momentos es una rica sopa o algún medicamento que alive su jaqueca.
‹Saber que Christian tiene tal oportunidad de experimentar algo como eso sin ser omega, es sorprendente. Estoy seguro que todo es gracias a Seth, él debió de modificar el cuerpo de su amado, antes de venir aquí. Seth tiene acceso a la mas alta tecnología y ciencia de este imperio, con eso todo puede ser posible.
También existía la posibilidad de que sea una habilidad o algo por el estilo, los señores Knitgh no se quedan atrás, son tan especiales como sus hijos. Y así Christian no haya podido concebir de la manera natural, él y Seth seguirían teniendo la oportunidad de conocer su linaje. Porque existe un enorme laboratorio que está especializado solo para eso.
Solo tienes que agregar tu sangre y la de tu pareja de esa forma el pequeño se ira formando en una causala tipo huevo. Especialmente fue creada para esas mujeres que no pueden concebir y por las parejas del mismo sexo. De esa manera la población tampoco disminuirá.›
Youssef retiró el shampoo de su cabello, pensado en algo más que sucedió ayer. Recuerdos que no quieren ser desechados a un rincón.
-¿Qué hice?-Era inevitable no hacerse esa pregunta tras lo ocurrido.
Llevando los dedos de su mano e índice y de enmedio a sus labios, recordando la sensación, fricción, causando al instante en que unió sus labios con los inmóviles y rígidos de Kiran.
-Me hubiese gustado que el alcohol hubiera borrado esos recuerdos, como suele pasarle a los demás-Deja que el agua caiga sobre su rostro.
Ese caos en su mente lo estaba martillando junto a esa jaqueca que se va volviendo insoportable, seguramente después de esto en definitiva no volverá a tomar licor.
-Quizas no bebí lo suficiente como para entrar en un coma, ¿O tal vez mi mente no quería que olvidará que tuve el coraje de besar a la persona que no me gusta?...y pronto me dejara de gustar, es mejor ser consiente de lo que puede y no puede ser.
Sonrió con tristeza para luego darse una cuentas palmaditas en sus mejillas, no se iba a sumergir en sus penurias o anhelos. Él se terminó de duchar y antes de salir se cubrió con una bata, yendo en busca de ropa cómoda con la cual vestirse.
-Esero que Lucio haya preparado algo rico para desayunar, bueno falta poco para el desayuno también se vuelva almuerzo.-Froto su estómago.
Lucio solía compartir la habitación con Youssef, en vez de quedarse en la suya. Sentía que era demasiado grande para una persona y también no le gustaba lo silencioso que podía llegar hacer esa habitación.
‹El malestar en mi estómago ya no está presente pero tampoco creo poder digerir algo pesado, o muy grasiento.› Luego de vestirse y secar su cabello él volvió a la sala.
Su ceño se frunció al ver ropa esparcida por el suelo, era extraño porque Lucio, no es una persona desordena es más, él es quién reprende a Youssef y le está diciendo siempre que cuando salga del baño nunca salga descalzo, que mucho menos deje la ropa tirada. Lucio era como el papá, mamá, hermano mayor, amigo, de Youssef.
-¿También se paso de copas?-Se pregunto.
En vez de ir a la cocina, él prefiero recoger toda esa ropa, no era nada estético tener el lugar ordenado pero con ropa tirada por donde quier. Sin embargo, Youssef se desconcertó al ver a que dirección lo llevó ese camino de ropa. Viendo que la última no le pertenecía a Lucio, era totalmente diferente en tamaño.
-¿Trajo alguna conquista?-Frunció el ceño, molesto que Lucio se haya atrevido hacer algo como eso en su hogar.
Lucio podía dormir con quien quisiera, lo que le molestaba a Youssef es que, había quedado de no hacer algo como eso porque ese era su lugar de descanso, tranquila, no un hotel de paso.
-Él me va escuchar.-Abrió la puerta con cuidado, tampoco iba a poner en vergüenza al individuo.-...Él.. Él es...
Las palabras no salían de su boca al ver la persona que descansa en el pecho de Lucio, ese alguien era nada menos que Farid. Esa persona fria y mal genio es el que se encuentra en los brazos de Lucio.
Youssef se quedó estático a verlos abrazados, como dos enamorados en plena luna de miel. La sonrisa en el rostro de Lucio, era de satisfacción pero también había mucho agotamiento como si lo hubiesen exprimiendo mientras Farid. Él se veía radiante con un cutis tan suave como la piel de un bebé.
Lo único que pudo hacer Youssef fue, cerrar la puerta y hacer como si nunca estuvo ahí, ya iban a tener suficiente cuando despierten y se vean a los ojos.
‹Lo sabía, sabía que en ellos dos había una chispa cada vez que se veían. Es por eso mismo que no le creí a Lucio, cuando me trato de explicar lo sucedido ese día en las instalaciones de entrenamiento.› Con una sonrisa cómplice se fue directamente a la cocina.
Tenia planeado preparar una rica comida nutritiva, porque las dos personas en aquella habitación necesitaran recuperar energías luego de su agotamiento, no tenias que calcular en que momento se fueron adomir cuando la habitación está hecha un desastre y cosas tubias en el piso.
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