capitulo 40

Lucio vio de lo más relajado a George, bajar las escaleras con la bandeja donde anteriormente había llevado el desayuno para sus maestros, quienes no han salido de la habitación.

Llevan cinco días desbordado pasión, el rut de Christian se esfumó hace un tiempo. Sin embargo, ellos dos seguían sin la mas mínima intención de soltarse, quieren darse tanto amor como puedan. Seth ya no tenía problemas que resolver, ni castigar a los que se le merecen.

La familia London decayó en cuestiónde segundos, esa intocable fortaleza se hizo añicos con un solo movimiento de ese alfa ojos heterocromia.

Boris fue encontrado culpable de muchas atrocidades, desde asesinatos agravados hasta abuso tanto a Omegas cómo betas. Muchas de sus lujosas propiedades fueron confiscadas.

Todas las personas que no estaban envueltos en actos ilícitos le dieron la espalda a Gregori, ni locos ayudaría al hijo de un bastador despreciable como lo es Boris.

Gregori al despertar en ese hospital y salir con vida del "supuesto accidente" Recibió varias y duras notica de que una de sus piernas se fue imposible realizarle una operación por lo qué, toda su vida será un hombre cojo.

Para alguien que su aparecía y perfección lo era casi todo para él, escuchar eso fue más que solo un duro golpe, en ese instante deseo mejor haber muerto a ser un maldito cojo. Y como si eso fuera poco, enterarse que la única propiedad suya, es el lugar donde vive, lo terminó por rematar.

Ya no era el intocable e intimidante joven maestro de una familia prestigiosa, ahora solo es Gregori London, hijo de un traficante, asesino, violador, entre otras cosas. Si su futuro antes era brillante, de eso no queda nada.

Lo había perdido todo, desde aparecía hasta su riqueza. "¿Que se supone que haría?" Se preguntó con frialdad así simismo. Culpado a Inder Rexon de todas sus desgracias, no dudaba ni por un segundo cuando le dijeron que Inder, fue el culpable de ese atentado de asesinato, sobre todo cuando se dio a la fuga.

Eso hizo enfurecer a Gregori, e intento buscar a Christian para rendir cuentas con él. Lo castigaría por los actos de su padre Inder Rexon.

Sus intentos fueron en vano, ya que estuvo apunto de recibir una paliza de ambos guardaespaldas de los dos alfas. Se fue pero sin antes decir que se las pagarán Christian y el viejo Rexon. Algo que no dio nada de miedo. Su semblante era muy deprimente.

Más no sabía que para la pareja de alfas, sus amenazas son menos intimidantes que las de un niño pequeño. Jamas podría encontrar a Inder, eso también fue obra de Seth. Le había ordenó a George, que enviara a ese desagradable alfa a un lugar en especial.

Un un lugar dónde descubrirá sus dotes de un señor servicial con los demás. Le iban a enseñar se educado con diferentes métodos de enseñanza que le encantarán a un hombre como el.

El viejo Rexon se encuentra en algún lugar del mundo sirviendo con su cuerpo a muchos de esos clientes que llegan a ese club. Antes de enviarlo ahí, su lengua fue cortada.

¿Fue un castigo despiadado? Quizás si alguien se enterará diría que sí, sin embargo para Seth, eso fue un castigo muy suave comparado con todo el mal que hizo a muchas personas y sobre todo a su amado alfa, Christian.

Quería pelar su piel una y otra vez hasta que estuviera satisfechos y pudiera saciar su odio hacía Inder, pero no lo hizo y solo obedeció diligentemente el pedido de su Christian.

—¿Siguen en lo suyo?—Pregunte—Ellos me sorprende—Expresó Lucio.—¿No se cansan?—¿De dónde sacan tanta energía para estar cinco días tenido esa pasión desenfrenada.

Hay algo que me tiene con curiosidad, siempre que ellos dos están teniendo relaciones algo extraño sucede a su alrededor, como por ejemplo; Ese temblor que me hizo creer que el suelo se abriría debajo de mis pies. Fue tan aterrador.

¿Como puede sacudirse está casa de esa manera y no caer sobre nuestras cabezas? Ni la casa mejor construída no resiste un movimiento de tal magnitud.

Y no solo eso, revise las noticias para saber si alguien había quedado envuelto en algún accidente, pero nada de eso pasó. Todos decían lo mismo, que solo se sacudía el interior de sus casas sin la intención de caer sobre sus cabezas.

—No tardan en bajar—Contesto al fin, George.—No debería porque preocuparte si tienen energía o no.—Deja caer su trasero sobre el sofa—Mete en tus propios asuntos.—Siguiere.

El maestro Christian se veía mucho más deslumbrante que mi maestro Seth, y eso que es él, el activo en la relación. No obstante, parece que es a mi maestro a quien le quitaron toda su vitalidad.

¿Quizás alivió la fatiga de su alfa al mismo tiempo que se entregaba en ese frenético amor? Lo sé, se que mi maestro es alguien muy especial.

Y un dia espero tener una relación tan bonita como la de ellos dos, con esa confianza irrompible. La fomar en la que se miran te hace desear que alguien te vea de esa misma manera.

—Ya era hora—Un día más y sufrire un infarto por tantos temblores tan repentinos.

Me sorprende lo calmado que se veía George, en ese momento. Sin perturbación alguna por más que el sofá donde se encontraba sentado, se movería peor que una silla mecedora.

Él seguía cómodamente leyendo el periódico con su pierna cruzada, mientras de gustaba de un café. Como si nada, sin miedo.

—¿No te haces preguntas con respecto a esos temblores? ¿No te parece raro?—Pregunta con su mirada fija en George—Ya son demasiadas coincidencias que solo sucedan cuando estamos alrededor del maestro Seth.

—Las coincidencias dejan de ser coincidencia luego de la primera vez—Contesta sin darle una mirada a Lucio—No trates de entender lo que no puedes—Niega con su cabeza—Es mejor que te vayas acostumbrando a esas “Coincidencias” como tu les llamas—Bebe un sorbo de café.

Por más que le explicará lo que sucede, Lucio no lo podría entender. ¿Como alguien tan idiota como este tipo entendería la grandeza de mi inigualable maestro?

No hay necesidad de que mi maestro me diga lo que es, porque no me importa, ya sea un extraterrestre o una entidad desconocida, él sigue siendo mi maestro.

Estaré esperando pacientemente todo el tiempo necesario hasta que él, me lo diga. Me diga sobre su identidad y a dónde fue mi anterior joven maestro. Solo espero que en ese nuevo lugar en el que se encuentre sea muy feliz, como debió de ser desde un principio.

Alejado de los problemas familiares, que sea mimado por sus padres. Que encuentre el amor de un gran chico o chica. Que se case y tenga un hijo, ese era su deseo, poder tener una familia muy diferente a lo que fue la suya. Amar a solo una persona y cuidar de su hijo como el más hermoso tesoro.

—¿No te da miedo?

De por sí ya es aterrador con sus asesinas feromonas o esa mirada sanguinaria, y ahora que tenga algún tipo de poder extraño, lo vuelve mucho más feroz.

¿Mi maestro Christian domó tal bestia salvaje? ¿Tengo que construirle un altar por tal azaña? Porqué el maestro Seth, solo al rededor de mi maestro se vuelve una pequeña obejita.

—¿Por qué debería?—Frunce el ceño—Mi maestro es solamente mi maestro, ¿que hay de raro o tenebroso en eso?—Lucio se estremeció al ver esos ojos que lo ven con molestia—Di una palabra más de mi maestro y te lanzaré por la ventana del segundo piso—Advierte.

Lucio llevó su mano al pecho, se tensó y se asustó al sentir los latidos de su corazón. Es como la tercera vez que George, lo ve fijamente y no lo ignora con respecto a verlo a los ojos.

¿Desde cuándo mi hermanito se volvió tan temperamental? Esa mirada me dejó sin aire, cuando hablo de su maestro, siempre se pone de es forma.

—¿Tanto aprecio le tienes o es que te gusta de una manera diferente....¿Uh?

Lucio fue tomado de cuello de la camisa, tumbado bruscamente al suelo. Hasta Miel se sorprendió lo rápido que fue George, y de como subió arriba de Lucio. Impidiendo cualquier movimiento de la persona de bajo de él.

—Te advertí que dejaras de hablar sobre mi maestro.

Con su rodilla presiona la entrepierna de Lucio, haciéndolo quejar de dolor, ya que sus bolas están por romperse por la fuerza ejercida en esa rodilla.

—Tu reacción solo me están confirmando mis dudas...¡Ah!

George subió hasta el cuello el nudo de la corbata de ese traje negro que vestía Lucio. Apretado bruscamente, dificultando la respiración del mayor.

—¿Por qué sigues con tus idioteces?—Pregunta con molestia—¡¿Crees que ya te perdone por lo que hiciste?! maldito bastardo—Le metió un puñetazo—Que te dirija la palabra no significa que lo haya olvide todo...

Tenía una inmensas ganas de partirle la cara, no podemos hablar por un segundo cómodamente sin que lo arruine con sus preguntas absurdas.

Lo sé, se que está celoso de que me lleve tan bien con mi maestro y que al él lo dejó en el olvidó. Lucio no entiende que no puedo olvidar con facilidad....sobre todo cuando le confesé que me gustaba en aquel entonces, no como hermano, si no como hombre. No somos hermanos de sangre, no obstante quizás estaba mal que tuviera esos pensamientos por él.

Le dio tanto miedo escuchar eso que terminó estando de acuerdo con esos bastardos de mis padres, muy gracioso, creyó que de esa formar mis confusos sentimientos hacia él, terminarían y me daría cuenta tal confusión.

Me hubiera gustado que así fuera, sin embargo no estába confundido, Lucio me gustaba como hombre. Y eso terminó por destruirme junto a su traición.

Fue tan malditamente aterrador, doloroso, el comprender todo con la corta edad que tenía en ese entonces . Sin embargo mi maestro Seth, el me ayudó y me hizo entender que no hice nada malo. Que no tenía porque estarme culpando por gustar de alguien, eso no me hacía una persona extraña y mucho menos una bestia.

Tu traición fue lo que más me a dolido y ahora vienes con tu sucia boca—Le da otro puñetazo—Hablar sobre la única persona que me ha visto como lo que soy, una persona que siente y no como un alfa o un producto.

Era inaceptable que Lucio insinuara que Gregori, tenía algún tipo de amor no correspondido por Seth, o cuestionando el porque lo aprecia tanto.

¡Admiro y respeto a mis maestros, no hay nadie que se les iguale a ninguno de ellos dos, jamás!—Lo sacudido—¡¿Me escuchastes?!—Se aleja de él—Maldito cobarde—Sacude su traje.

En George ya no quedaba ni una sola pizca de ese sentimiento llamado; amor que alguna vez sintió por Lucio. Se sentimiento murió con la traición.

—¡Tenia miedo sí!—Arreglo su corbata—¿Fuí un cobarde? Sí, también lo fui. No obstante, debiste de ponerte en lugar y entender en la posición que me encontraba.

No sabía cómo reaccionar a su confesión, fue tan repentina que dio miedo, más cuando vi sus lindos ojos y ese sonrojo en sus mejillas.

—Creí que yo, con mi acciones te había seducido sin darme cuenta. Que había corrompido tu inocencia de alguna forma...para mí....para mí siempre fuiste y serás mi hermanito.

Si, se que estuvo mal que apoyará la decisión de mis padres adoptivos, no hay excusas para eso. Sin embargo, en ese instante era lo mejor que podía hacer, George estaría en una familia adinerada sirviéndole a un joven maestro. Eso era mejor que vivir con un viejo asqueroso que le gustaban los niños alfas.

No estoy poniendo excusas solo elegí la opción menos dolorosa, asquerosa, para George. Aunque en el proceso terminara siendo odiado. Fue mi mala manera de protegerlo.

—Ya lo sé—Eso me quedo muy claro desde hace un buen tiempo—Solo que lo dices muchos años tardes—Sonríe irónicamente.—Pudiste decirlo en ese instante en que confesé mis sentimientos, pero no, te quedaste callado y solo me ignorantes por muchos días.—Eso me destruyó todavía más.

—George...

—¿Terminaron?—Pregunta Seth, interrumpido a Lucio.

—Sí.

—No.—Responde Lucio.

Seth mira a George, el alfa asiente con su cabeza. Haciéndole saber que sí, ya terminaron y esa es su última palabra.

—¿No creen que están muy animados a mitad de la mañana?

Sabía que George me tenía una alta estima, solo que no pesaba que ese cariño era para mí, lo escuché perfectamente bien, él estaba hablando de mí y del anterior Seth, su antiguo maestro.

¡¿Eso quiere decir que George sabe que no soy la persona que una vez conoció?! ¿Desde cuándo lo sabe? ¿Desde un principio quizás? Creó que es momento de hablar con él, preguntarle unas cuantas cosas y una de ellas es; si estaría dispuesto a venir conmigo.

—No queriamos escuchar la conversación, pero inevitable el no hacerlo con sus gritos—Expresa Christian, no quería quedar como un chismoso o algo por el estilo.

—No se preocupe por eso, cuñada—Expreso seriamente, enrojecido el rostro de Christian—Me disculpó, quiero decir maestro Christian.

<Por lo menos disimule esa sonrisa, maestro> Le seguiré a Seth, quién le encanta ver ese sonrojo en el hermoso rostro avergonzado de su amado Christian.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top