CAPÍTULO 7: HENRY

N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... Este capítulo es para celebrar el cumpleaños del maravilloso Chord... Sam está fantástico al principio de este capítulo...

CAPÍTULO 7: HENRY

Para alegría de todos, New Directions ganó los regionales. Por un lado, Blaine y Marley había realizado un dueto dulce y espectacular. Luego Sam, Artie, Tina y Blaine lideraron una canción grupal en la que Jake y Britt mostraron su talento para el baile para terminar con una grupal liderada por Marley, Jake, Kitty, Ryder y Unique. Aunque la competencia había sido dura, mostraron su talento y convencieron a los jueces.

Sin embargo, no dejaron que la alegría les nublara, eran conscientes de que tocaba disfrutar un poco antes de volver a trabajar con el objetivo de ganar los Nacionales. No iban a descuidarse, sólo el trabajo duro podía llevarlos al éxito, no iban a tentar a la suerte como años anteriores.

El domingo, Sam llegó a su casa después de pasar la tarde con Blaine. Habían estado el sábado celebrando con todos sus amigos, por lo que decidieron pasar ese día a solas. Como toda pareja, necesitaban algo de privacidad.

Cuando llegó, su primo estaba cuidando de los mellizos. Desde que vivía con ellos, se encargaba de ejercer de niñero como agradecimiento, algo que permitía a Sam poder salir con sus amigos o su novio más.

–¿Qué tal la tarde? –Henry cuestionó nada más ver a Evans entrar. Sus tíos estaban trabajando y los niños dormidos, por lo que estaban solos.

–Bien, la típica para Blaine y yo. Hemos tomado un café y hemos ido al cine... Vamos, una cita... Aunque si soy sincero, antes de empezar a salir ya teníamos este tipo de citas. –Sam sonrió tímido.

–¿Por qué salir con un chico? Lo último que me habías contado era que eras el novio de una animadora. –El mayor quiso saber.

–La verdad es que me sorprendí a mí mismo cuando me di cuenta de lo que siento por Blaine. Siempre había pensado que acabaría casándome con una mujer, pero... Con él todo es diferente. Me comprende, me acepta tal como soy y saca lo mejor de mí...

–Pero es un chico. –Henry comentó seguro.

–¿Y?

–¡No es natural! Sam... Eres un chico muy influenciable y creo que él te está manipulando para que creas que eres como él... Ya sabes como son, quieren que todos seamos como ellos...

Evans no esperó a que terminara la frase. Sabía lo que estaba intentando y eso no le gustaba. Sabía que habría muchas personas que no comprenderían ni apoyarían la decisión que había tomado, pero jamás pensó que alguien tan cercano y apreciado por él podría decir esas cosas de su amor. Entendía que podría haber personas a las que les costara tiempo aceptarlo, pero no que los rechazara así.

Sam lo empujó contra la pared, lo que estaba diciendo sobre Blaine era horroroso. Su novio jamás haría algo así, era la única persona que lo escuchaba de verdad, que tenía en cuenta sus sentimientos y sus deseos, que no le obligaba a nada...

–Jamás vuelvas a decir algo así de Blaine, ¿te queda claro? –El más joven dijo enfadado mientras lo presionaba con todas sus fuerzas contra la pared, totalmente ofendido.

–Lo siento, Sam, de verdad. –Henry estaba asustado, jamás había visto a su primo así y ya no podía valerse de la diferencia de edad para manejarlo como había hecho cuando eran niños.

–Blaine es lo mejor que me ha pasado en la vida, el único que no me hace sentir estúpido, que me valora tal como soy, que no quiere cambiarme... Si no eres capaz de entenderlo, será mejor que desaparezcas de nuestras vidas. –El enfado de Evans era inmenso.

–Lo siento, de verdad. No he pensado bien lo que decía... Me preocupas... Sólo quiero que seas feliz... Y si él te hace feliz, yo lo respeto. –El mayor aceptó lo que su primo decía.

Blaine se estaba secando el cuerpo cuando Luke, el otro Cheerio chico terminó de vestirse. Le dedicó una sonrisa cómplice, como si le mostrase apoyo por lo que acababa de pasar antes de salir. Sue Sylvester había sido especialmente dura con él esa tarde.

Con los nervios de los Regionales, había descuidado un poco su labor como animadora y la entrenadora, siendo cruel como siempre, había estado insultándolo durante las dos horas que habían estado practicando.

Normalmente ignoraba lo que le decía, pero ese día había tocado un tema que le preocupaba, su peso. Ver a su novio, con ese cuerpo tan espectacular, hacía que fuera un poco más consciente de que él no era nada parecido. Que Sue lo llamara gordo hacía que esas inseguridades surgieran, haciéndolo sentir miserable. Sabía que Sam lo amaría sin importar su peso, pero empezaba a pensar que debía hacer algo para gustarle a su novio... Todavía no habían tenido sexo y se preguntó si sería porque Evans no lo encontraba atractivo...

Henry sonrió mientras entraba en el McKinley. Hacía un rato Sam había llegado a casa protestando porque la entrenadora de las animadoras había alargado el entrenamiento y él supo que era su momento. Vio a un chico salir, con el mismo estúpido uniforme con el que había visto a Blaine.

Entró al vestuario de chicos y vio que el novio de su primo estaba en ropa interior. No era así como quería encontrárselo, pero sonrió al ver una cicatriz en el pecho. Sospechaba que él la había hecho hacía unos años.

Recordaba esa noche con orgullo. Había ido al baile con la capitana de las animadoras, la chica con la que salía. Se habían juntado con unos amigos y habían conseguido meter alcohol, por lo que lo pasaron genial.

Al salir del baile, vieron a los dos gays del instituto esperando en el aparcamiento. No sabían a quién esperaban, pero no les importó. Se acercaron y comenzaron a insultarlos, pero uno de ellos agarró la mano del otro y eso les enfureció. Los cuatro chicos del grupo comenzaron empujándolos, de manera que los separaron y a partir de ahí comenzaron los golpes.

Henry tuvo dolor en las manos varios días, pero se enorgullecía de ello. Hasta la policía y la dirección del instituto los apoyaban, por lo que no tuvieron motivos para arrepentirse.

Sabía que Anderson lo había reconocido el día que se vieron. No creía que fuera casualidad que enfermara justo al verlo. Aunque había cambiado, él también lo había reconocido. Parecía más feliz y libre en esos días de como lo recordaba, pero suponía que en su mano estaba parar ese libertinaje que lo hacía feliz.

Blaine sacó los pantalones de la bolsa para ponérselos, ajeno de que no estaba solo. Tenía tantas cosas en la cabeza que no prestaba atención a su alrededor. Sólo pensaba en Sam, en su cuerpo y en si le gustaba o realmente no se sentía atraído y por eso no habían tenido sexo.

Sabía que podría necesitar tiempo porque el sexo entre dos hombres es distinto al sexo entre un hombre y una mujer. Sin embargo, sabía que Brittany era muy experimentada y había puesto el listón muy alto. Esperaba estar a la altura.

Estaba a punto de darse la vuelta para sentarse en el banco para ponerse los pantalones cuando escuchó una voz que todavía le producía escalofríos.

–Hola, Blaine...

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