Hola mis chibi-chibis, ojala y les guste

Sakura despertó confundida y adolorida, no sabía donde estaba, se encontró con la mirada sin vida de una chica bastante parecida a ella, con una larga cabellera roja oscura y sus ojos claros

-Macaria...-la diosa había reconocido a su hija

-Madre, no te esperaba aquí-

-Entiendo que estés enojada, yo no...-

-Descuida, no querías quedarte en este infierno, yo me hubiera escapado de haber podido-admitió-Melinoe llegara en cualquier momento-

La terrible imagen de la hija menor cambio, su cabello ahora estaba bien peinado, no había rastros de sangre en ninguna parte y su ropa no estaba rasgada

-Madre-su hija menor era tan distante y fría

-Ambas, denme un abrazo, las extrañe tanto y no importa lo que Hades haya dicho, siempre me arrepentiré de no haberlas llevado conmigo-

Las diosas abrazaron a su madre y la bella escena fue interrumpida por Hades

-Sin duda es digno de ser retratado, los 4 juntos, como una familia-nadie le respondió nada

-Yo tengo almas que atormentar-Melinoe entro al espejo más cercano para alejarse de su padre

-Yo debo volver con mi marido-Macaria no le dirigió la mirada a su padre

-Ahora, querida-la joven tembló ante la mirada del dios-es hora de arreglarnos-esa sonrisa no le auguraba nada bueno

Sasha pego un brinco al ver a Asmita en su templo, el caballero parecía tan tranquilo en esa pose de meditación

-No sé confunda-hablo el caballero-no estoy en paz, no desde que ella...-

-Esta viva, Hades no la matará-esperaba calmarlo

-Pero podría hacerle otras cosas y esa horrible mujer, Pandora-escupió el nombre-la quiere muerta, no hay manera de que me calme-

-Yo nunca te vi tan alterado por nadie, por nada en realidad-la diosa quería saber que pensaba su difundo guerrero

-Nunca había sentido algo así-admitió-pero...la conocí a ella, su forma tan optimista de ver las cosas a pesar de su propia tragedia, me hizo ver la vida de otro modo-solto una pequeña risa-tanto así que...ilusamente pensé que tal vez y solo tal vez...sobreviviría, llegaría a ver el final de esta guerra, con mi propósito ya cumplido, yo podría irme, vivir una vida normal con ella y hasta...formar una familia, ignore esa tontería que dije-

-No era una tontería-Sasha intentaba no llorar-yo llegué a hablar con ella y aunque no lo admitió por temor, ella quería que vivieras; ella tenía miedo de admitir sus sentimientos y solo con verte vivo se conformaba, pero sin duda anhelaba poder casarse y tener una familia-

Solo porque ya estaba muerto, es que no lloraba

-Si pudiera acceder a tener una siguiente vida, me gustaría encontrarla y hacer ese sueño realidad-

-Ella saldrá de ahí, de una u otra manera, ella saldrá de ahí y está horrible guerra será ganada-dijo decidida-solo espero que Deméter logré ganar los votos necesarios para encerrar a Hades de una vez por todas-

-Eso espero-

-Así será, lo prometo-

Hipnos estaba tomando el té tranquilamente; Thanatos estaba con Macaria, el dios de la muerte siempre quiso perpetuar su estirpe y aprovecharía cualquier ocasión para obligar a su esposa a ayudarlo con tal deber, el dios de la muerte no tenía hijos ilegítimos, solo quería hijos legítimos

El dios del sueño alzó la ceja al ver llegar a la hija menor de Hades y más al ver esa apariencia tan normal y casi agradable

-Hipnos-la diosa dijo su nombre con tanto desprecio que casi sonaba como un insulto

-Diosa Melinoe, no esperaba verla-dejo su té aun lado para ir hasta su lado-¿desea algo?-la diosa hizo una mueca de molestia cuando el dios extendió su brazo para que lo tomase, la diosa dejo que el rubio la llevara hasta la mesa-me imagino que la vuelta de la Reina Perséfone fue toda un acontecimiento en el Inframundo-

 Melinoe se sentó con gran elegancia, le dedico al rubio una de sus miradas glaciares ante la mención de su madre; Macaria y Melinoe sabían que Hipnos y Thanatos no eran realmente fieles a su padre, solo eran fieles al poder que estos obtenían de él, la mejor manera de mantener el poder y aumentar su influencia era casarse con las hijas del Rey del Inframundo; Thanatos había obtenido a Macaria a pesar de las protestas de su madre, Hipnos naturalmente iría tras ella

Y otra cosa más, a Melinoe se la consagraba como diosa de la locura y las pesadillas, así que Hipnos y ella tenían ciertos dominios en común

-Pandora quiere muerta a mi madre, tal vez su consciencia despertó, pero sigue siendo una mortal-

-Una pena, eso podría ser peligroso-

-Quiero que la protejas de Pandora y sus lacayos-

-¿Por qué debería hacer eso?, nada me obliga a obedecerla o a intervenir a expensas del Dios Hades-

-No finjas, he visto millones de mentirosos desde que empecé a juzgar a los muertos, los dioses mienten de la misma manera-tomo algo de té-sé lo que buscas, ni siquiera te importa Pasifae a pesar de que te dio 1000 hijos-

-De los cuales, solo 5 son competentes-

Melinoe se levanto para quedar frente al rubio y besarlo, la diosa sintió como las manos del rubio recorrían su cuerpo hasta llegar a los tirantes de su túnica y tirar de ellos para dejar caer su ropa y tenerla desnuda para su disfrute

-Protege a mi madre y te daré mi cuerpo y eso significa tener algo que tu hermano no tendrá...un heredero-

-Entonces-tomo la barbilla de la hija menor de Hades-me asegurare de que Pandora no use a sus lacayos, esa mujer es una plaga para todos-

-Bien-ambos estaban a solas y nadie entraría a interrumpirlos, Melinoe bloqueo su mente, no quería estar consciente de que se había prostituido con Hipnos, Macaria enloquecería si se enteraba

Thanatos se había ido después de querer obtener un heredero por parte de ella, la diosa al no sentir el cosmos de su marido, corrió a un pequeño cuarto que ella solo conocía y tomo un pequeño frasco del cual bebió rapidamente

-De mi parte, nunca tendrás un hijo, eres un asco y no me imagino que vida le darías a tu propia carne y sangre-

Pandora siguió gruñendo y maldiciendo en sus aposentos, no podía permitir que Perséfone viviera más tiempo o despertaría su alma como deidad por completo y entonces, no podría hacerle nada

La Guerra Santa podrá tener 2 posibles finales, pero para cada participante, las posibilidades eran infinitas