Acerca de una novela llamada "Perlas de medianoche"
La trama de Perlas de Medianoche nació gracias a tres cosas: el video musical Only you de Little Mix; el relato El canto de Azalea del libro Monstruos del mar y el relato Península Jano del libro Dispárenme como a Blancornelas, uno de mis favoritos.
Desde que escribí mi primera novela de sirenitas siento una gran fascinación por ellas, y cada que puedo me gusta consumir libros o películas donde aparezcan. También canciones que hablen de ellas o videos musicales. La primera vez que vi el video de Only you fue durante una madrugada en mis vacaciones de verano, estaba en una lista de reproducción de videos protagonizados o con apariciones de sirenas. La trama iba de una chica que no se siente muy cómoda en una fiesta y ahí conoce a otra de la que se enamora perdidamente. Tras pasarla bien toda la noche, la segunda chica es empujada a la piscina por otra y se descubre que es una sirena. Al final la protagonista la toma en brazos y la regresa al mar, quedando de rodillas ante la infinidad de este, triste por tener que dejarla ir, pero con el alivio de que ha vuelto a casa.
Esa escena se quedó en mi mente por varios días, mismos en los que retomé la lectura de Monstruos del mar, una antología de diversos autores cuyos relatos son sobre sirenas, el miedo al océano y monstruos marinos. El tercero de ellos, El canto de Azalea, se convirtió en mi favorito, y mi mente comenzó a dar vueltas. Otra de mis lecturas activas, Dispárenme como a Blancornelas (lo he leído más de cinco veces y sigo maravillada) tenía un cuento que trataba de un escritor fracasado que viaja a otra ciudad en un municipio costero por una invitación a una presentación de su propio libro. El pobre hombre no hace muchas preguntas y decide ir, siente que es una señal del destino.
La melancolía de ambos relatos mezclada con esa escena de Only You dieron como resultado la trama—todavía un tanto difusa—de Perlas de Medianoche, la cual en ese tiempo se llamaba Taissa quiere morir. El nombre de mi sirena no lo inventé, lo tomé de la actriz de American Horror Story Taissa Farmiga, pues considero que es muy bonito y único. La novela iba a tratar de una sirena que es atracción en un restaurante y está harta de su encierro y ya no tiene ganas de vivir, incluso si por algún milagro es liberada. Desea morir en el mar. Y un hombre va a salvarla. Todavía no tenía muy definido quién iba a ser ese hombre y qué lo llevaría ahí. Quería que fuera una persona con una característica especial; al principio pensé en un modelo albino estadounidense, pero eso no me convencía. No tuve que ahondar mucho en mi mente para que el señorito Ivanov saliera.
Leonid nació de un recuerdo muy profundo, uno que no emergió con claridad hasta aquella vez en la que mi mente esbozó a Leonid Ivanov. Cuando yo tenía unos catorce años, en TV abierta, a altas horas de la noche, daban un programa llamado Insomnia. Dos locutores de voces muy sensuales presentaban comerciales raros o perturbadores a lo largo del mundo, y entre comerciales había trivias. Una de ellas decía: ¿Qué modelo desfila ropa masculina y también femenina? Eso me intrigó bastante. Al volver del corte comercial dieron la respuesta: Andrej Pejic, un supermodelo andrógino cuyo rostro y cuerpo es perfecto para usar ropa de ambos géneros. Me pareció algo muy interesante. Volví a investigar sobre él para inspirarme y descubrí que ahora es una mujer transgénero. Su historia fue una buena base para la de Leonid.
Leonid es ruso porque quería que viniera de muy lejos, en un lugar muy distinto a la ficticia Perlas de Medianoche. Además me fascina el dúo musical t.A.T.u. y pocas veces creo personajes rusos (creo que el último que hice antes de Leo fue Hyde, un asesino a sueldo en mi fanfic de Death Note).
Nunca, en tantos años que llevo leyendo novelas de mil y un géneros, he conocido a un protagonista asexual. Sé que por ahí debe haber uno que otro y aún no lo encuentro, pero han de ser contados. Leonid es asexual en primera porque quería que mis lectores comprendieran mejor a quienes tienen una sexualidad tan distinta a la suya, y en segunda porque vi una buena oportunidad de desarrollo de personaje. Ser asexual y romántico no es fácil cuando se busca amor, pues se vive en una sociedad dónde la mayoría de las personas quieren y piden ambas cosas: sexo y romance. Leonid tuvo que sufrir mucho para tener amor, algo que a los demás hombres no se les dificulta tanto en comparación a él.
Con todo definido, me sentí lista para exponer mis ideas a Rafa, mi mejor amigo. Nos reunimos una tarde en un parque para comer biscuits con salchicha y beber café. Rafa no es solo un gran amigo, también escucha cada detalle de mis tramas y da muy buenas sugerencias. Es como si yo le mostrara las piezas de un rompecabezas y él me ayudara a armarlo. Le gustó lo que le dije, y fue él quien me dio tan oscuro final.
—Debería morir al final—dijo—. Eso daría más impacto que solo quedarse viendo el mar. El hecho de que esté tan empeñado en amar a Taissa quiere decir que se dio por vencido con las mujeres humanas y aún cree que jamás va a ser amado por una. Él no se ha aceptado tal y como es a pesar del tiempo. No se ama a sí mismo.
Lo miré con los ojos muy abiertos. Era verdad.
El amor de Leonid por Taissa fue genuino, pero siempre estuvo lleno de desesperación. Lo que más le fascinaba de Taissa era que, al no tener piernas, nunca le pediría sexo. A estas alturas ya estaba harto de ser herido, y ella fue una vía de escape a la que se aferró desde el principio. Taissa fue una falsa salida. La sirena, con su voz y su encanto, lo hundió más en su obsesión. Él se encontraba muy embelesado para darse cuenta del daño que le estaba haciendo.
Todo lo anterior hace ver a Taissa como una villana, pero si me preguntas a mí, yo no la veo como una. Esa criatura estuvo en un espacio muy reducido por más de cuarenta años, siendo la diversión de un montón de turistas. Tantas décadas de abuso y confinamiento la hicieron aborrecer a la especie humana. Y Leonid no fue la excepción. Su obsesión por ella le provocaba el mismo asco que su víctima anterior, Igor Vistin. Y veía esa obsesión como producto de sus poderes, no como algo genuino.
Perlas de Medianoche es la novela de sirenas más extensa de las cuatro que he hecho. Sinceramente no creí que se alargaría tanto, pero me alegro de que haya sido así. Fue todo un viaje, y estoy muy orgullosa de ella. Te agradezco que hayas llegado hasta aquí, pues significa que te interesaste por saber los orígenes de la novela que te llevó a un cálido pueblo costero en México.
Espero verte en alguna otra muy pronto.
XoXo, Aria Veil
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