Capítulo 10 (2/2)

Después de que Steven fuera con su padre a dejar a Connie en su casa, subió las escaleras y entró a la casa rápidamente, no había visto a Perla en horas después de lo ocurrido, Amatista y Garnet se habían enterado de lo que pasó pero no las veía por ninguna parte. Decidió entrar a la habitación de Perla sólo para asegurarse de que ella estuviera bien. 

Ojalá que Perla se encuentre bien... ella no suele actuar así—pensó Steven.

Steven cuidadosamente se escabulló por los pasajes ocultos que tenía el templo para llegar hasta la habitación de Perla, él se encontraba bajo el agua de la fuente que había en la habitación de Perla, nadó hasta arriba y ahí la vio. Ahí estaba Perla de lado sobre el suelo, sollozando....

  — ¿P-Perla?— preguntó el chico muy preocupado, tenía un mal presentimiento.

¡¿Steven?!

Perla levantó la mirada y vio al chico a los ojos, ella se veía fatal y tenía lágrimas en los ojos. No sabía como reaccionar ante la presencia del chico.

 —¿Perla estás bien?— Steven se acercaba lentamente hacia la delgada. 

  — S-Steven no deberías estar aquí—lo dijo con una voz nerviosa y cortada

 —Estoy aquí porque me preocupas—

  —No quiero que me veas así Steven, date la vuelta, no me veas llorar— Esto sólo hacía a Perla más triste aún porque ella se encontraba en un deprimente estado.

— Perla...—  el corazón del chico se rompía al ver así a la nariz puntiaguda.

Steven daba pequeños pasos acercándose más y más hacia su amiga. Perla trataba de secarse las lágrimas rápidamente con las manos. Y levantó sentándose en sobre la fuente.

Steven se acercó cuidadosamente y se arrodilló para estar al nivel de Perla. 

— Perla.... ¿podrías contarme lo que sucede?— preguntó el muchacho muy apenado...

— ¡No lo entenderías!— Replicó Perla un poco molesta en sus palabras.

— Perla, puedes contarme lo que sea, vamos .... me preocupas... quiero saber qué te sucede y por qué has estado actuando raro todo este tiempo— preguntó el chico con una voz calmada para no asustar y molestar más a Perla, lo estaba pasando fatal.

Perla miró a Steven y ella desvió la mirada, no quería mirarlo, quería evitar toda pregunta...

Steven se acercó más y más hacia su compañera, gateando para estar al mismo nivel. Estaban muy cerca.  Perla aún seguía mirando hacia otra dirección.

  — Perla— Steven tomó con ambas manos el rostro de Perla — Eres muy importante para mi, en este tiempo... te he llegado... a... —Steven tragó saliva.

  — ¿No me vas decir qué sucede?— preguntó el muchacho con cierta decepción. 

Perla seguía sin decir palabra alguna. Ella no podía hacer mucho tampoco, no sabía qué decir...

—Pensé... que teníamos.... algo.... especial...— Dijo Steven levantándose—Habíamos pasado por mucho todo este tiempo.... Perla...—

En ese momento Perla miró a Steven a los ojos, Perla tenía aún lágrimas en los ojos...  

  — Steven, espera...— Perla se armó de valor para pronunciar estas palabras.

¿Sería que algo importante estuviera apunto de ocurrir? ¿Sería este el momento en que Perla por fin podría decir lo sentía?

 —Steven....— la pálida pronunció estas palabras con timidez.

 El muchacho cuarzo estaba inexpresivo observando lo bella que se veía la delgada, aún en su estado, ella se veía siempre perfecta. Eso es lo que él pensaba. Pero aún su corazón se partía al verla así

— Steven.... yo tengo... algo que decirte...— dijo la delgada con timidez.

Steven ahora prestaba atención a las palabras de Perla, que en esa posición se veía tan inocente y desprotegida. 

  — Steven.... desde... hace un tiempo atrás....— Perla ya había comenzado,  ya no había vuelta atrás....

  — Steven, ¿q-qué soy yo para ti? — preguntó Perla

  — Tú, tú...— Steven trataba de buscar la palabra correcta....

— Tú eres lo más importante de mi vida— Steven se sonrojó un poco al decir esto, se tomó su tiempo y continuó— Tú siempre has estado ahí para mi, siempre has cuidado de mi y me protegiste cuando yo era pequeño—  

  — Steven...— 

  — Por eso me destroza verte así, cuéntame qué te sucede— Steven se arrodilla de nuevo y gatea junto a su compañera, se pone muy cerca de ella tan solo para observar su rostro

Perla se sentía muy nerviosa con el chico a su lado, su corazón palpitaba cada vez más rápido, su respiración se hacía pesada y su piel se ponía caliente.

—Tú... yo....— Le era casi imposible pronunciar estas palabras mientras observaba a su chico, ella lo miraba a los ojos y también miraba sus labios,sus carnosos labios.

Steven se acercaba más y más hacia ella

— ¿Q-Qué s-sucede?— balbuceó un poco el chico y se sintió un poco tonto.

— Quizás pienses que soy una pervertida, enferma, loca y desagradable pero.... yo...— su rostro estaba totalmente celeste.

  — ¡Y-Yo...   t-te amo!— Eso era todo, lo había dicho, había confesado sus sentimientos y parecía que el tiempo se ralentizara. Finalmente había confesado su amor por el chico.

 Lo dije... por fin lo dije... me siento... bien....

Perla sentía que el tiempo pasaba muy lento,  ¿habían pasado horas o minutos? se preguntaba Perla.

Steven tomó a su compañera por las mejillas y la besó tiernamente, él nunca había besado a nadie en su vida pero sabía que ese suave contacto de labios respondería al te amo de su amiga.

¿Me está besando? ... ¿Lo está haciendo? ¡Lo está haciendo!

Perla miraba el rostro de su niño, él tenía los ojos cerrados y la besaba tierna y lentamente. Pudo sentir el suave calor de sus labios junto a los suyos.

Perla nunca había besado a nadie en su vida, en toda su existencia, en sus más de 6000 años de existencia. Nunca había experimentado lo dulce de un beso. Su corazón latía a mil y por alguna razón este había dejado de doler.

Perla cerró los ojos y correspondió el beso aunque inexperta porque no sabía qué hacer exactamente, sus labios se mantenían inmóviles y parecía que Steven hacía todo el trabajo. Ella quiso empezar a besarle también pero Steven se separó a respirar. 

La miró a los ojos y le dijo: 

— No me parece nada raro, ni desagradable, que una persona ame a otra— 

Perla la miraba sorprendida y empezó a llorar, eran lágrimas de alegría.

— S-Steven... me haces... tan... feliz— Pudo decir mientras trataba de secarse las lágrimas, no quería llorar más.

Perla rápidamente actuó y atacó los labios del gem, ahora ella quería sentirlo, por fin ella podía besar a la persona que amaba, por fin podría expresar su amor por el gem. Ella era torpe e inexperta al besar pero la ternura lo compensaba, Steven, que tampoco sabía mucho de lo que hacía, respondía a las muestras de afecto desesperado que hacía su compañera, él la abrazó fuertemente sintiendo el calor de la nariz puntiaguda mientras se besaban. Los besos se hacían cada vez más apasionados, Perla abrió con timidez su boca esperando que Steven  entendiera lo que tenía que hacer. Esta vez usaban sus lenguas para amarse. Ella ahora saboreaba y disfrutaba del intercambio de saliva. Después de unos minutos al híbrido le faltó el aire otra vez.  Steven se separó de Perla dejando un puente de saliva entre sus bocas , Steven jadeaba y respiraba pesadamente  tratando de recuperar el aire. 

Sentados en el suelo se miraron a los ojos y ambos sabían que no necesitarían palabras para describir lo que sentían porque se amaban y ya. La nariz puntiaguda se acurrucó sobre el chico y el muchacho sostuvo su mano.

Soy... tan... feliz....

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