Capítulo VII: Nunca confíes


Un día leímos un libro de asesinatos en clase. La profesora nos preguntó a nosotros, los alumnos, quién era el asesino.

Recuerdo que se produjo un silencio... ¿Quién asesinara a la señora Boyle?, ¿Quién tendría tanto coraje como para asesinar a alguien?

El niño de detrás de la sala alzó la mano con su habitual pasión y entusiasmo:

-Yo, yo, ¡yoooo!-gritó el niño

La profesora alzó la vista y al observar al habitual niño le dijo que procediera a hablar pero con pocas esperanzas:

-Es el sargento Trotter

La profesora sorprendida abrió mucho los ojos ya que había descubierto quién era:

-¿Cómo lo sabes?, ¿cómo lo averiguaste?-Preguntó estupefacta la profesora.

A lo que el niño algo flipado dijo:

-En las novelas siempre ocurre lo mismo, el que nunca parece ser siempre es el que es. Es muy típico como comprenderás.

La profesora pícara sonrió:

-¿Y en un caso real?, ¿Y si todos tienen razones para serlo?... ¿Y si puede ser cualquiera de ellos?

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Nahele se echó para atrás junto a su primo y su amiga con algo de miedo.

Nahele era una niña que había tenido una infancia bastante fácil y bonita, llevadera. Supongo que era una de esas personas normales que no tenía nada que ocultar.... ¿O no?, no olvidemos que El Zhur acechaba en uno de los cuerpos y podía ser cualquiera.

Nahele había vivido con sus padres y había sido la primogénita, la primera hija, pero ella no se sentaría en el trono, no, sería finalmente Atlantes el que, una vez el trono dejase de estar en las manos de Nandis, sería él el nuevo rey.

Al final ser infanta tiene sus virtudes, puedes ser lo que quieras: actriz, carnicera, escritora.... Tienes importancia pero no tienes obligaciones pero.... tienes que vivir a la sombra de tu hermano, caminar detrás de él, respetarlo porque él va a ser quien gobierne ese lugar y eso se puede hacer..... detestable.

Nahele retrocedió con miedo porque Violeta había caído al suelo de golpe después de estar elevada al tocar el Obai, cosa que nunca había ocurrido.

Jonás se acercó a ella y comenzó a hablarle ya que se había golpeado bastante fuerte contra el suelo.

-Violeta, contesta, ¡contesta!-gritó en un tono bastante alto mientras la pitonisa lo intentaba calmar

-Tranquilo Jonás.... -dijo la pitonisa por lo bajo mientras lo ayudaba

-No estoy tranquilo-dijo él preocupado por su mujer mientras la pitonisa lo echaba para atrás

Violeta no abrió los ojos pero sí habló:

-Jo... ¿Jonás?-dijo moviendo sus labios lentamente

La pitonisa no opuso resistencia y dejó que Jonás se acercarse a ella y cogiera su mano:

-Sí, sí, estoy aquí-dijo acariciando su pelo lentamente

Nahele se iba a acercar pero la pitonisa elevó la mano y le indicó que se fueran todos.

-¿Qué ha pasado?-dijo Cris preocupada agarrando del brazo a Tobby y mirándolo a los ojos.

Tobby suspiró:

-Ay Cris, si yo supiera algo de lo que pasa ... -dijo Tobby por lo bajo mientras la agarraba.

-A veces abres la boca para decir estupideces-dijo Cris sonriendo-si no me dices lo que pasa por surrealista que parezca, ¿para qué gastas saliva?

-Pero...-dijo Tobby.

-Shhh-dijo Cris con una pícara sonrisa que hizo que Tobby se sonrojara, lo bueno fue que ella no lo vió.

-Nahele, ¿y esa cara tan rara?-preguntó divertido Tobby pero Nahele la miró con una cara de miedo y con miedo Cris escuchó que les decía:

-Algo no va bien.

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-Bueno, ¿os parece si paramos aquí?-dijo David respirando fuertemente.

Hijo de la amable y cordial Claudia y del carnicero de la villa.

Se asemejaba a Rómulo, hijo de Marte, dios de la guerra, pero también su abuelo era hijo de Venus, diosa del amor. Por sus venas corría sangre buena, dulce pero a la vez malvada.

David podía ser capaz de lo que quisiera y su ambición lo podía hacer llegar hasta cualquier lugar que desease.

-Supongo que tendremos que parar-dijo Nandis levantando la mano para secarse el sudor de la frente.-¡Qué remedio!-dijo algo fastidiado

-Papá llevamos cuatro horas seguidas andando-se quejó Atlantes y se sentó en una piedra

-Ay, si vosotros supierais lo que era de aquellas desplazarse de un lado a otro.-dijo Kira-Teníamos que andar todo el día

-Pero David y yo nos cansamos-se quejó Atlantes-¿verdad David?-preguntó-¿David?

Los tres miraron a David que estaba en el suelo durmiendo donde unos rayos de sol le daban en el cuerpo.

Nandis rió interiormente y miró para Kira aunque ella lo miró con desaprobación:

-Supongo que una siesta no hace daño a nadie, ¿no?-dijo mirando a Kira que por lo bajo sonrió y se tumbó en el verde suelo.

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Jonás ayudó a incorporarse a Violeta y la ayudó hasta que supo que se encontraba perfectamente.

-¿Qué ha pasado?, ¿dónde has estado?-preguntó sentándose a su lado, al lado del Obai.

Los ojos de Violeta comenzaron a humedecerse:

-El Zhur está vivo y su espíritu está en uno de nosotros-dijo Violeta conteniendo las lágrimas

-¿Quién?-dijo Jonás mirando a sus húmedos marrones ojos para observar lo que ocurría pero ella solo negó con la cabeza.

-No lo sé-dijo por lo bajo mientras una lágrima bajaba por su cara lentamente.

Jonás cogió la lágrima con los dedos, secó los ojos de su mujer, cogió su mentón y besó sus labios lentamente:

-No llores, no arreglarás nada.-dijo lentamente-se puede solucionar, solo necesitamos descubrir quién es y no fiarnos de nadie. Además-dijo posando su mano en la barriguita de Violeta que cada vez estaba más grande-este es un momento muy bonito para los dos como para desperdiciarlo. Seguro que a Edelweiss tampoco le gusta que llores.

Violeta no rió, solo otra lágrima se escapó por sus ojos.

-¿Pasa algo?-preguntó Jonás separándose un poco de ella

-Edelweiss....-dijo mientras las lágrimas no dejaban de caer-E.. Edelweiss y..ya....-no podía casi hablar, un nudo en su garganta no la dejaba.

Jonás con delicadeza cogió su mano y la miró con mucha felicidad y con una mirada muy dulce:

-Edelweiss está bien, tranquila-dijo intentando calmarla.

-No-dijo mientras rompía casi a llorar.

La mano de Jonás se soltó de la suya:

-¿Qué le ha pasado?-preguntó preocupado pero Violeta ladeó la cabeza e intentó calmarse-Violeta, ¿qué le ha pasado?

-Edelweiss ya no existe-dijo una voz por detrás, era la pitonisa y detrás de ella estaban todos: Cris, Tobby y Nahele.

-¿Cómo?-preguntó confundido Jonás necesitando respuestas

El silencio se hizo y Violeta cogió con una mano la cara de Jonás:

-El Zhur cambió por una maldición a Edelweiss y la convirtió en tres demonios-dijo con tristeza pero sin dejar de mirar a los ojos bastante confundidos de su marido-van a destruir mi tierra. Pero si la profecía que sale después de que nazcan es buena... podrán vivir.

Jonás cerró los ojos pensando que se podría despertar de aquella pesadilla.

-No hay que perder la esperanza-dijo por detrás la pitonisa-Puede ser que sean buenos, tienen parte de cada uno.

Jonás abrió los ojos algo confuso pero sonrió a Violeta, ella ya estaba muy triste, no quería que lo estuviera más:

-Así que ahora vamos a tener trillizos, ¿no?-dijo sin borrar la sonrisa de la cara y haciendo que una sonrisa se asomara por la de Violeta.

Pero tras unos segundos la sonrisa se le borró de la cara:

-Jonás, me quedaban 120 días más o menos, ¿te acuerdas?-preguntó y Jonás asintió-los niños siguen el ritmo de la Tierra-dijo tocando su barriga-por lo que.... ahora me quedan 12 días.

-¿¡Doce!?-dijeron Tobby y Jonás a la vez

-El único sitio en el que te podrían atender sería en Iliac, el castillo de la Tierra Media. Allí reside el gran mago y no dudo que él sabrá que hacer-dijo la pitonisa

-Pero Iliac está a unos 24 días más o menos a pie-dijo preocupada Nahele

-Pues habrá que ponerse de camino ya-dijo la ciega Cris

La pitonisa los miró con algo de pena haciéndose una mínima idea de lo horrible que les acababa de ocurrir y.... del cruel destino que les deparaba.

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-No sé tu Flora pero yo una buena cama la prefiero que una húmeda piedra-dijo estirándose Mara

Mara era una chica normal y corriente, ¿secretos?, muchos, muchos. Misteriosamente el día que El Zhur mandó la carta a Violeta y Jonás fue cuando se integró en el grupo de Tobby.

Lleva la rabia en su interior desde que su padre maltrataba a su madre, siendo tan protector que parecía tóxico.

Recordaba una situación muy bien, había decidido olvidarla mas como Violeta decía: "A veces recordamos lo que queremos olvidar y olvidamos lo que queremos recordar".

Esa situación había sido cuando ella era pequeña: su madre había ido a una tienda donde a un chico delante de ella se le cayeron unos tomates que iba a comprar. Apenas fueron unas décimas que su madre, Ester, cogió los tomates y se los entregó con una sonrisa.

Mauro, su padre, le hizo cargar con la culpa llamándola de todo diciendo que ella no se podía separar de su lado porque ella era de él, de él y solamente de él.

Ahí Ester cuando iba a rechistar consiguió un tortazo fuerte de Mauro y aprendió que si quería seguir existiendo tendría que hacerle caso por y para siempre.

Era la triste mentira que tenía que soportar Mara, que sus padres no se querían y su relación tóxica dañaba mucho a su madre, eso la llenaba de rabia contra su padre, de unas ganas que le podrían llevar muy lejos.

Por eso Mara subsistía intentando enterrar la rabia, el dolor y los misterios solo rogando y deseando con esperanza que cuando se fuera a casar no cayera en manos de alguien como su padre.

-Quejicaa-dijo ella-Nos hemos levantado muy tarde. Deberíamos de estar ya en camino.

-Bla, bla, bla, bla-dijo Mara-Lo dijo la que estaba muy feliz roncando tranquilamente

Flora rió:

-¿Quieres encontrar a tu novio o no?-Dijo Flora sonriendo por lo bajo

-Pesada-dijo ella algo molesta-odio a David, y lo sabes

Flora la tiró de la mano y la levantó mientras ella rechistaba

-Por eso es tan gracioso hacer la broma-dijo riendo Flora-Anda, vamos, andando, pesada.

-¡¡Ya me dijiste que en doce días llegábamos de sobras!!-gritó ella rechistando

-Una cosa es que sobre tiempo-dijo pícara Flora-otra cosa es levantarse todos los días a la una.

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La noche se hizo rápidamente tiempo después de que se fueran del Obai. Ya todos recargando fuerzas a la noche para mañana Violeta no le quedó otra y fuertemente zarandeó a Jonás:

-Jonás-dijo susurrando-¿estás despierto?

Jonás abrió los ojos lentamente y se volvió para ella:

-Qué remedio-dijo sonriendo-¿estás bien?

-Estoy preocupada....-dijo por lo bajo-No paro de pensar quién puede tener al espíritu de El Zhur

-¿Alejandro?, yo es del que más sospecho, siempre está callado y no habla con nadie-dijo Jonás

-No creo él siempre ha sido así... Espero que tanto Atlantes, Kira y Nandis lo encontraran.

-¿Mara?-preguntó Jonás

-No, no, es mala y suele burlarse de los demás pero no creo que pueda ser ella.... ¿David?

-No, no, imposible, a ver se parece un poco a El Zhur pero no me da la sensación de serlo. ¿Tus sobrinos?

-Nahele diría que no y Atlantes va a ser el nuevo rey así que lo dudo mucho.-dijo llevándose la cabeza-Por supuesto la ciega no es.

-No, Cris no.-dijo Jonás-¿Y Flora?

-No, a ver debe de estar cabreada por lo que le ocurrió a sus padres pero no creo que dentro de ella habite el espíritu de El Zhur-dijo Violeta-Aunque también es verdad que si yo no hubiera revivido El Zhur no podría volver.

-Sí-asintió Jonás-Ella fue la que te revivió pero tengo la corazonada de que no. Pues solo nos quedan tus hermanos y Tobby.

-Ninguno, Jonás-dijo Violeta y lo miró con mirada acusadora-¿No serás tu El Zhur?

Jonás rió:

-Da por hecho que yo no soy porque yo te amo y El Zhur te odia-dijo Jonás entre risas.

-Pues yo tampoco-dijo Violeta-Si yo fuera El Zhur ya llevarías tiempo muerto

Jonás asintió riendo y después se puso algo más serio:

-Pues está complicado

-Jonás, ¿y si no lo llegamos a descubrir?, ¿y si ya es muy tarde?-dijo nerviosa pero Jonás sonrió

-Si pudimos vencerlo una vez, ¿quién dice que no podremos otra?-preguntó

-Algo me huele muy, muy mal. Por no hablar de que ahora llevo algo en mi barriga que no sé si es bueno o es malo-dijo Violeta

-Esperanza mujer.-dijo Jonás- El señor de los ungluris siempre nos decía que la esperanza nos salvaría

-Y ya viste como acabó, murió...-dijo por lo bajo-Con lo bien que estábamos en la Tierra....

-El pasado es el pasado, no se va

-¿En serio?-dijo con sarcasmo Violeta apoyándose en su hombro para caer dormida- ¿no lo puedo quemar y descuartizar?

Jonás rió y apoyó su cabeza en la de su mujer para también caer dormido:

-Me temo que no.

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Tres elféricos y un humano se despertaron sobre las ocho de la noche en la pradera.

-Mierda-dijo por lo bajo Nandis-Nos hemos dormido

Kira levantó los brazos al aire mientras bostezaba y después tomó conciencia de donde estaban:

-Oh... No-dijo por lo bajo mientras David despertaba y miraba su cara llena de miedo.

-¿A qué viene esa cara?, ¿acaso habéis visto a Mara?-dijo riendo para sí mismo mientras delante de él Atlantes se despertaba y le indicaba que mirase para atrás:

-David, mira eso-susurró Atlantes abriendo mucho sus bonitos azules ojos

-A ver chicos, ya sé que quedáis enamorados continuamente de mi belleza-dijo dándose la vuelta lentamente-pero no hace falta que... Auch-dijo al mirar el paisaje con miedo-¿Qué es esto?

El único que lo miró con algo de felicidad como si estuviera en su casa fue Nandis que moviendo su pelo rizo y ámbar al ver el paisaje dijo:

-Es un laberinto, el laberinto de Horacio.

Delante de sus ojos se abría paso un enorme laberinto con paredes de fuego.

-La leyenda cuenta que Horacio era un fiel seguidor del dios Elferion y él una noche se levantó y observó que un incendio se había abierto en el bosque donde él y su familia habitaban.-dijo Nandis mientras el fuego se podía observar en sus ojos reflejado-Cuenta la leyenda que cuando él despertó su casa ya estaba medio quemada y justo la parte que estaba quemada era donde estaba situada la habitación de sus dos hijas gemelas que fueron quemadas por el fuego.

Kira se llevó la mano a la cabeza con pena observando el laberinto de fuego que se abría delante de sus narices.

-Su mujer y él corrieron ya que las llamas seguían. Tenían que llegar hasta la iglesia, allí el dios Elferion escucharía sus plegarias y el fuego cesaría. Mientras iban corriendo tropezó su mujer y cuando fue a pedir ayuda a su marido las llamas alcanzaron todo su cuerpo y murió también carbonizada.

David miró a Nandis que seguía contando la historia sin cesar de mirar a las paredes de fuego:

-Horacio llegó a la iglesia y justo cuando esta iba a ser devorada y con ella este también le rogó al dios Elferion que las llamas cesasen y estas pararon. Horacio volvió a su casa toda carbonizada con toda su familia muerta por no haber actuado antes de tiempo.-dijo Nandis también triste-La leyenda cuenta que Horacio gritó tan fuerte que el dios Elferion antes de que Horacio se suicidara cumplió su último deseo, que cualquiera que se echara a dormir cerca de su casa, donde estamos, un gran laberinto de fuego se le apareciera que acabaría con su vida.-dijo atemorizado-Tras esto y que Elferion cumpliera su último deseo Horacio cogió el puñal más puntiagudo que poseía y en la habitación de las gemelas se acabó por suicidar.

-Es una historia horrible, una catástrofe-dijo por lo bajo Kira

-Pero tú eres una "angluri", ¿no?-dijo David mirando a Kira

-Ungluri-Corrigió

-Eso, eso ¿pero no es que tienes tú el poder del hielo y el del agua y todas esas cosas?-preguntó David-Nos puedes sacar fácilmente de aquí, ¿no?

Kira incómoda miró a Nandis, su Ulr estaba dañado y ya no podía utilizar su poder y Atlantes aunque tuviera el poder del fuego y del hielo en sus venas aún era muy pequeño y no los controlaba muy bien.

Antes de que fuera a responder Atlantes habló:

-Es cosa mía.... ¿O las paredes se están estrechando?-Preguntó con miedo.

Rápidamente Kira cogió a David de la mano e inmediatamente Nandis cogió a Atlantes de la suya y los cuatro se echaron rápidamente a correr.

Como Kira y David iban mucho por delante que Nandis y Atlantes hubo un momento en el que los caminos se dividían en 4 partes y Kira cogió en primero de la izquierda, tiempo después Nandis cogió el del medio.

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-Kira, suéltame-rogó David ya que quería correr solo.

Después de seguir por diferentes caminos y escoger diferentes cosas David se apresuró a coger la izquierda:

-NO, David-Gritó Kira corriendo hacia él.

-¿Por?-dijo David corriendo hasta que se frenó en seco ya que ese camino no continuaba, no había salida

-Dios David-dijo Kira junto a él-¿Es que no aprendes nada?

Se dio la vuelta para continuar al otro lado pero observó como el camino se había cerrado y cuatro paredes de fuego se abrían paso.

Kira quitó su chaqueta rápidamente dejando una camiseta de sisas y David su sudadera:

-En unos segundos las paredes se apretarán y moriremos-dijo Kira conteniendo unas lágrimas

-¿Y tú?, ¿no nos puedes salvar?-le gritó David

-¡No!-gritó ella desconsolada-¡Lo perdí! ¡Perdí parte del Ulr para salvarte a ti y a Nandis!

-Entonces ya no hay salvación....

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-Atlantes, hijo-dijo Nandis preocupado parándose-Nos hemos perdido, necesito que busques a tu madre, es necesario, necesito que utilices tu poder.

-Pero yo.... Yo no sé utilizarlo muy bien....-dijo Atlantes con miedo

Nandis posó una mano en el hombro de Atlantes lentamente:

-Confío en tí.

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Las paredes se empezaron a estrechar lentamente y Kira puso las manos pero solo salieron leves rayos de energía.

-No funciona, no funciona-se dijo Kira agobiada y llorando mientras rayitos blancos y azules salían de sus manos-Está estropeado mi poder

-Sigue, sigue-gritó David-Cof, cof, cof

Hasta que la pared de su derecha de fuego se deshizo por el agua y Nandis y Atlantes aparecieron y encontraron a Kira y David desmayados en el suelo.

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En dos días habían vuelto a la casa de Ra, en el paso del Sur donde al petar en la puerta de Ra la mujer abrió encantada:

-Buenas Violeta, ¿qué precisa?

-Vengo a buscar a mi sobrina y a ver si alguno de los otros humanos apareció.

-¿Se refiere a Mara?-preguntó la mujer y Violeta asintió-Una chica de mucho carácter la verdad, ambas se fueron una noche y no las pudimos detener.

Jonás habló:

-¿Cómo?, ¿A dónde?

-A Iliac-dijo la señora

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Habían pasado cuatro días desde que el Obai había sido visitado por Violeta, su marido, su hijo, Cris y su sobrina Nahele.

El dolor había sido intenso cuando le había dicho la madre de Ra a Violeta que Mara y Flora se habían ido. Pero la alegría llegó cuando esta les dijo que se habían ido a Iliac, el cual era también el destino de ellos.

Violeta ya solo le quedaban nueve días para dar a luz a sus hijos pero Jonás la notaba rara mientras caminaba:

-Violeta, estás más pálida que nunca-dijo Jonás y no lo decía de broma, no, parecía muy pálida.

-No digas tonterías Jonás-negó ella con la cabeza.-Yo siempre he sido pálida

-Toma Violeta-le entregó Nahele un vaso hecho de hojas con agua a Violeta

-Gracias Nahele-agradeció ella

-¿No deberíamos preocuparnos porque solo quedan unos 9 días y aún nos deberían de quedar 18 para llegar?-preguntó Tobby

-Cogeremos teletransportes en Yakulia-propuso Jonás

-Uf-dijo por lo bajo Nahele-Mis padres como observaron que no todos podían tener teletransportadores decidieron prescindir de ellos y eliminarlos

-Pues estamos gafados.-dijo triste Cris

Violeta cogió la mano de Jonás y la apretó:

-Esperanza, eso nos salvará

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Para las jóvenes humana y elférica habían pasado tres días después de que comenzaran a partir desde la casa de Ra situada en el paso del Sur.

Una aldea algo pequeña con diversas atracciones se abría paso a sus ojos:

-¿Yakulia?-Preguntó Mara confusa.

-No...-dijo Flora-No sé dónde estamos....

Mara sonrió a Flora, se dio la vuelta y corrió rápidamente hacia el pueblo mas Flora quedó quieta en el sitio pensando detenidamente en donde estaban:

-¡Mara!-gritó al caer en la cuenta de donde estaban pero Mara ya estaba muy lejos para poder escucharla-¡Mierda!, no serán enamorados pero son igual de impulsivos

....

Aquel sitio parecía divertido y alucinante.

Mara recorría las calles con cierta curiosidad, todo era muy bonito, tenía un olor peculiar, olía como a especias. Olores dulces, otros más picantes y otros finalmente amargos se juntaban y hacían un olor parecido a uno del que Mara había oído hablar, el olor de la India.

Eran graciosas las calles, curiosas, todas llenas de alfombras de colores y a rebosar de niños con orejas puntiagudas, con capuchas o con apariencia humana pero con ropajes hechos de diversas plantas.

La muchedumbre de niños andaba directamente a una simple atracción, "El lavado", qué divertida.

Los niños sonreían y gritaban felices. Casi todos eran de diferentes edades, 10, 14, 8.... Pero ninguno sobrepasaba los quince años curiosamente.

Mara animada andó con ellos y encontró a una niña que sería un poco más mayor que ella:

-¡Hola!-dijo Mara riendo-¿Cómo te llamas?

-¿Qué más da?-dijo la niña sonriendo mientras se preparaban para entrar en la atracción.

Mara se extrañó por la contestación pero igualmente sonrió:

-¿Dónde estoy?

-Estás en "el lavado", cuentan que es la mejor atracción de la historia. Solo unos pocos niños podemos asistir a esta-dijo la niña feliz.

-¿Nunca habéis montado?-dijo algo preocupada.-¿y si tiene algún problema?, ¿no sabéis como va?

La niña negó con la cabeza sonriendo con una sonrisa tan grande que casi daba miedo.

Mara miró para los que salían por el lado norte de la atracción, tan tristes, tan perdidos, ¿qué les había pasado?, solo observaba que llevaban puntiagudas espadas y arcos, todos y una vestimenta típica de militares.

Todos los niños de la parte norte de la atracción movieron los brazos y colocaron sus manos en su frente y realizaron el saludo de los militares:

-Que viva Pancracio, el todopoderoso-dijeron sin ánimo todos los niños como si fueran robots.

"¿Quién es Pancracio?" pensó Mara por lo bajo, el nombre Pancracio significaba "todopoderoso" como los niños habían dicho los niños pero... ¿quién era la persona que llevaba ese nombre?

Mara se detuvo quieta dejando a la niña delante.

-¿Qué pasa?-preguntó la niña.

-He recordado que no me gustan las atracciones-se le ocurrió decir a Mara.

-No-dijo la niña sonriendo aún-esta atracción le gusta a todo el mundo, ¡es genial!-dijo cogiendo su mano y tirando de ella

-¡No!-dijo Mara deshaciéndose de su mano-¡No quiero ir!

La sonrisa dulce de la niña se borró de su cara, chascó los dedos y su apariencia cambió a la de un trasgo.

-No. Ven a "El lavabo"-Exigió bruscamente y con una voz gruesa.

El trasgo tiró de Mara y como su fuerza era inimaginable la desplazó hasta la atracción y la sentó en uno de los asientos donde los otros niños felices no se daban cuenta de lo que le ocurría.

La sentó en el asiento y bajó la barra de seguridad que le apretó muchísimo las extremidades que la hizo gritar de dolor:

-¡Ah!, ¡Sácame de aquí!, ¡¡ya!!-gritó Mara enfurecida al trasgo.

-Niña idiota, cállate que me los vas a...-comenzó a decir el trasgo pero Mara le escupió en toda la cara.

-Te va a costar caro, bonita-dijo tocándole la cara y moviendo el pelo pelirrojo de Mara.

Se puso a rebuscar en sus bolsillos mientras Mara gritaba:

-¡Ayuda!, ¡¡Nos van a convertir en robots!!-gritó e inmediatamente los niños miraron para ella-¡¡HUIR!!-gritaba continuamente esperando que los niños le hicieran caso hasta que con cinta aislante gris el trasgo le tapó la boca.

-Así ya no abres la boquita, bonita-dijo el trasgo orgulloso

-A lo mejor eres tú el que no debería de abrirla nunca más-dijo desde un tejado de una casa Flora apuntando con un arco.

Mara lloró y chilló, aunque no se le escuchó mucho, al ver a su amiga.

Flora cogió una flecha y se la clavó en el corazón del trasgo que cayó sobre el botón para iniciar la atracción.

¡Dios qué mala suerte!

Flora corrió por los tejados mientras diversos trasgos camuflados en niños se descubrían y comenzaban a disparar mientras los otros niños de la calle entraban en razón y comprendía lo que estaba ocurriendo y atacaban a los trasgos.

Mientras, Mara estaba gritando con lágrimas en los ojos, había un gas que iba rociando a los primeros y cuando estaba llegando a la fila delante de la suya cerró los ojos fuertemente.

Cuando los abrió observó como unas hiedras duras y resistentes cortan el paso, Flora los había salvado.

Flora bajó rápidamente y cogió a Mara, ambas escaparon lo más rápido posible de aquel lugar.

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-Flora yo....-se apresuró a decir Mara

-Sh, ¿estás bien?-dijo Flora algo cabreada-Tú y David sois unos impulsivos.

-Otra cosa que el pesado me pegó-se quejó Mara-¿Qué era ese sitio?

-Era una leyenda....

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