CAPITULO 24



SAMADHI




Confundida.

Esa era la palabra o mi sentir en estos momentos. Sabía que los problemas y las situaciones que Clar y yo teníamos no eran buenos. Me había ocultado algo tan importante, y por lo que veía, no estaba para nada dispuesto a contarme.

Hoy se cumplía un mes después de la visita del CEO de la empresa con la cual Clarence se relacionaría. Ese día había sido tranquilo. Por otro lado, aún recordaba la emoción con la que Sara me hablaba en el móvil, solo para contarme como le había hecho la propuesta de matrimonio Lucas. Estaba alegre por ello. Quien se había convertido en mi mejor amiga, ahora estaba por contraer nupcias con el amor de su vida.

Matrimonio.

A veces me preguntaba si había cometido un error al haber aceptado vivir con Clar. No tenía dudas de lo que yo sentía por él, pero... ¿Estaba segura de querer vivir con él?

Me encontraba en casa de mi madre. Estaba a dos días de casarse con Falco, y para ser honesta, yo no estaba del todo contenta por ello. Pero para ella, era todo lo contrario. Los ojos le brillaban nada más con mencionar el nombre de Falco quien, en ningún momento se había aparecido.

—Y... ¿Dónde dices que se encuentra Falco, madre? — volví a preguntarle por milésima vez. Tenía miedo que Falco no cumpliera y la dejara plantada.

Todo el mes nos la habíamos pasado ocupadas tanto Sara como yo, gracias a que aceptamos ayudar a mi madre con la organización de su boda. Se había decidido que sería en un casino lujoso y reconocido de la ciudad. A Sara le había fascinado tanto la idea del casino, que de inmediato dijo quería hacer su boda al estilo Agente 007. Para ser sincera nunca vi ninguna de esas películas, pero supongo que la temática sería formal y buena.

—Está de viaje con Brad, hija. Ya te lo había comentado — se queja. Pero le resto importancia.

Mi mente está divagando por los miles de pensamientos y dudas que tengo sobre Hanna y las fotografías que encontraron de mí. Tenía miedo. Un miedo tan profundo, combinado con el miedo que le tenía a la persona que me tomó esas fotos.

Sin embargo, lo que en realidad me dolía, era saber que Clarence no me tenía la confianza suficiente como para contármelo. Así que no me quedaba de otra, más que investigarlo con William o por mi cuenta.

Al poco rato llegó Magenta acompañada de Sara. Ambas llegaron con el vestido de novia diseñado por Magenta para mi madre. La cara de nervios se le podía notar de lejos.

—Me lo iré a probar — anuncia mi madre corriendo escaleras arriba.

Las tres nos reímos, y Magenta sube con ella para ayudarla a ponerse el vestido liso, ajustado al cuerpo y elegante de mi madre.

—Te noto distraída — confirma Sara.

—Estoy bien —contesto sin apenas mirarla a los ojos. —Pero dime, ¿Cuándo comenzaremos con los preparativos de tu boda?

Sara comienza a darme una breve explicación de lo que tiene pensado. Hago como que le pongo atención, pero mi cabeza está en otro lado.

Después de unos minutos mi madre aparece. Los ojos se me llenan de lágrimas al verla bajar por las escaleras con el vestido puesto. Se le ve feliz. Incluso mucho más feliz y radiante que cuando estaba con mi padre.

—Te ves hermosa mami. —Hago un puchero y me acerco a ella para darle un abrazo.

—Me haras llorar, Samadhi.

Ambas damos un suspiro y comenzamos a reír.

La tarde la pasamos comiendo helado, comida y otras cosas. Todo eso las cuatro juntas. Me había dado cuenta que extrañaba mi casa. Estábamos a principios marzo y calor estaba volviendo aparecer.

Al llegar al apartamento, noto la oscuridad que hay en él. Me encamino al despacho de Clar y ahí se encuentra él, y en cuanto me ve, ensancha una sonrisa que estoy segura guarda para mí. Sin embargo, lo mío no es quedarme, así que me decido hablar.

—¿Por qué no me lo habías contado? —pregunto lo más calmada posible, pero calmada yo no estaba nada. —Te di tiempo, un mes después de que vi a tu madre y no me lo contaste.

—¿Contarte que Sam? — pregunta desconcertado. —¿De qué hablas cariño?

Se levanta del asiento caminando hasta donde me encuentro parada. Me toma de las mejillas, besa mi frente y después, me envuelve en un abrazo.

—Perdóname Sam, pero es algo que debes comprender no te podía contar... —se queda serio por un momento, y me enfurezco. —¿Quién te lo ha dicho?

Me separo de él con brusquedad.

—¡Ya basta Clar! — espeto molesta, tan molesta que su expresión se endurece. —No me tomes por tonta, sé que la muerte de Hanna tiene relación conmigo y tú...— lo señalo con el dedo —no te has dignado a contarme nada.

—Sam, entiende que...

—¿Qué Clarence? ¡Que entienda que!

Se queda callado sin apenas decir algo. Masajea sus sienes y lo noto tenso, preocupado.

—Me lo dijo tu madre Clar, ella si se preocupó por mí. Ella si está consiente que lo que sea que pasa con toda esta mierda, yo también lo debo saber.

—Sólo quiero protegerte.

—Pues no lo haces. Ya basta de mentiras Clar, que sé con exactitud, que es lo único que haces.

—Jamás te mentiría, y lo sabes — confirma. Pero sólo niego con la cabeza.

—Me iré a quedar con mi madre estos dos días que faltan para su boda.

Salgo de su despacho, y sólo escucho los pasos de él caminando atrás de mí.

—Por favor Sam.

Me envuelve abrazándome por la espalda, pero lo único que quiero es despejar mi mente de tanta información que tengo que procesar.

—No te vayas, hablemos, arregl...

—¡No Clar! Ya no — me giro hacia él, mirándolo de frente —. No me estoy mudando Clar, solamente quiero pasar estos días con mi madre y pensar. Pensar en todo esto...

—Ya no estas segura de querer vivir conmigo — anuncia.

—De lo único que no estoy segura, es de lo que William y tú ocultan.

Me encamino a la habitación, y Clar se limita a seguirme. Sé de sobra, que hasta cierto punto de esta discusión, él mismo sabe que yo tengo la razón.

Tomo algunos cambios y ropa para dormir. Al poco rato, salgo a la estancia donde Clar se encuentra sentado en un sofá. En cuanto me ve entrar vuelve la mirada.

—Por lo menos déjame llevarte.

Me niego. Me acerco a él y lo beso. Sentir sus labios siempre será la perdición para mí. El maldito tiene el poder sobre mí, y eso no es justo eso para mí. Comienza acariciar mi cintura y después me envuelve en un abrazo.

—Te amo — confieso. —Nos vemos en unos días.

Asiente con la cabeza, y salgo del apartamento tan rápido como puedo.

Ya en el estacionamiento, me adentro al coche. Derramo unas cuantas lágrimas y enciendo el motor para dirigirme a casa. Mi otra casa. Y en cuanto llego le mando un mensaje a Clarence indicándole que he llegado bien.

Me adentro a la sala y mis ojos ven a Brad.

—¡Hermanita! — exclama apenas me ve entrar.

—Hija, que bueno que llegas, estábamos por cenar.

—¿Y Falco? — pregunto al no verlo aquí.

—Es de mala suerte ver al novio faltando días para la boda, Sam — contesta Brad.

Su comentario me causa gracia que no puedo evitar ocultar una sonrisa.

—Brad se quedará aquí esta noche.

—¿No tiene casa? — pregunto con sarcasmo tomando una rebanada de pizza.

—Sam, no seas grosera. —Interrumpe mi madre.

—Que graciosa, pero están redecorando mi departamento, así que me quedaré aquí.

—Ni hablar.

Brad me avienta una almohada del sofá, y después se dispone hablar con mi mamá. Yo sigo comiendo de la rebana, y en cuanto me la termino me levanto del sofá para irme a la cama.

—¿No te quedarás a ver películas, hermanita? — pregunta Brad mirándome extraño.

Lo ignoro, y respondo con un no simple.

El sueño me gana, los ojos me pesan y lo siguiente que hago al llegar a mi habitación, es tomar la fotografía donde nos encontramos Clar y yo. La envuelvo con mis brazos, y sin apenas darme cuenta ya estoy dormida con esa fotografía en brazos.


(***)


Se había llegado el día.

Mi casa estaba patas arriba, y la llegada de mi tía Clarissa fue algo inesperada para ser honesta, pues dos pequeños de apenas tres años corrían por todos lados en la pequeña estancia de mi casa. Efectivamente, mi tía, la hermana menor de mi madre, había engendrado dos pequeños Alessio y Emiliano. Si, su papá era un italiano.

—¡Orden! — exclama mi tía al ver que tanto Brad, como Sara, Magenta y yo, estamos discutiendo sobre cómo nos acomodaremos al entrar a la iglesia.

Exasperada, mi tía Clarissa toma a uno de los pequeños, y me indica que tome al otro. Lo cual hago. Un pequeño de cabello negro y rizado, balbucea diciendo mi nombre.

—Shamy.

—Es Sa-ma-dhi. — Deletreo al pequeño, mientras espero a que Clarence llegue.

—Shamy.

Me rio.

—Estoy nerviosa, estoy nerviosa. — Susurra mi madre a todo momento.

Brad la tranquiliza. Después voltea hacia y se me queda viendo.

—¿Niñera Sam? — se burla Brad. Le hago una mueca sacándole el dedo medio.

—¡Samadhi! — me regaña mi tía, pues el pequeño, que no distingo si es Alessio o Emiliano, me mira.

—Perdón.

Estaba agradecida que precisamente el día de hoy, hiciera un calor. Mi vestido estaba escotado de la espalda, hasta mi cintura, de tirantes anchos y en color rosa pálido. Un vestido divino.

Pasaba de medio día, y por fin la casa estaba más tranquila.

—Bien, hora de irnos — anuncia Clarence entrando a la estancia.

No puedo evitar sonreír al verlo. Lleva un smoking ajustado al cuerpo en color negro con una corbata que combina a la perfección con mi vestido. Se acerca con cautela hasta donde me encuentro, mientras me mira con ternura la verme con el pequeño en brazos.

—Te ves espectacular, Sam.

Me toma con delicadeza de la cintura, y deja un casto beso en mi frente.

—Shamy — vuelve a decir. Ambos reímos.

—Te he extrañado. —Le hago saber, porque simplemente es cierto. Y odio tanto sentir demasiado por él.

—No me preguntes como la he pasado yo.

Hago una mueca, y sólo me limito a decirle que ya hablaremos de ello en otro momento. Presento a mi tía con Clar, y al momento ella inicia una conversación con él contándole una breve anécdota de cuando era pequeña.

—¡Bien! — exclama mi madre tomada del brazo de Brad. —Es hora.

Todos los presentes asentimos, y unas cuantas lágrimas recorren mi rostro. Clarence las limpia, toma al pequeño en brazos y después a mí de la mano. Los tres juntos nos encaminamos a la salida. Le entregamos el pequeño a mi tía y después, Clar me ayuda a subir al coche. Sara sube a la parte trasera y pregunta por Lucas. Clarence le da una explicación breve anunciándole que nos verá en la recepción donde se llevará a cabo la boda.

Al llegar a la iglesia, veo a Falco esperando a mi madre, y por fin me doy cuenta, que él es feliz.





***

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top