VEINTIOCHO

Canción en multimedia-The good part de AJR

SEBASTIAN WELLS

En el avión las cosas estuvieron extrañas, primero quise pedirle disculpas a Morrigan por la forma en la que le hablamos Lucien y yo, aunque él es más orgulloso y no quiso darse cuenta de su error, pero una leve reprimenda de su madre hizo que dejara de lado el orgullo y me acompañara a una de las habitaciones, pero Morrigan había cerrado con seguro, sus hermanos y amigos estaban ahí dentro con ella pero nosotros no.

Este mes y las casi tres semanas que llevamos aquí está siendo algo tenso y realmente no entendemos el porqué, no sabemos qué fue lo que hicimos mal o lo que no hicimos bien.

He visto a Morrigan lo menos posible porque parece que ella así lo quiere y no mentiré, duele.

Llevamos dos días aquí en Italia y no he podido pegar un ojo, al igual que todos, pero he notado a Morrigan cansada y le he dicho que fuera a dormir, cosa que hizo sin rechistar, también me pareció extraño por eso mandé a Lucien a qué checara cómo está ella y yo debo quedarme aquí, planificando lo último del plan que teníamos contra los que nos han declarado la guerra.

I disturbatori. (Los perturbadores)

Ese grupo de grupo que está en contra de la monarquía de mi familia por generaciones, hace años traté de hacer un pacto de paz pero eso era más bien un engaño y querían matarme, eso lo vio Morrigan y me ayudó a destruir a unos cuantos, pero ahora están de vuelta y tienen poder, poder que hace que me confunda porque ellos no tienen los recursos necesarios para comprar aquellas bombas, aquellas armas, más de lo que tienen tiene sentido en ellos.

Alguien de mucho dinero los está ayudando y debemos saber quién es esa persona.

—Mio re, il piano è fatto—me dice uno de los soldados.

Hemos levantado los muros y hay el triple de soldados en las calles cuidando de nuestros ciudadanos, pero justo ayer en la noche atacaron con bombas y capturaron a más de 100 personas.

Madres, padres, niños, amigos, abuelas, abuelos, hermanos y hermanas...

Todo está recayendo en mí y debo ser yo quiero acabe con todo, pero por el estúpido protocolo que juré seguir, yo no puedo ni debo hacer está guerra, no cuando todos mis soldados están de acuerdo en que ellos deben ser los que peleen por su país, que ellos deben ser los que deben pelear por sus familias y por mí.

—Muy bien, como yo soy el líder de este plan y Henri mi segundo, deben prestar mucha atención a todo lo que digamos y ordenamos, nada puede salir mal porque si no, 100 personas morirán—dice Sander en modo de motivación para los equipos divididos en tareas que harán para el rescate y el arresto a los Perturbadores.

—Sander Williams y Henri Brown—dice el último—, recuerden esos nombres, porque por hoy, por este día, seremos los que ayudaremos a Sebastian y a ustedes a qué esas personas regresen sanas y salvas.

Todos sonríen y asienten con confianza hacia estos dos chicos, yo también lo hago, y mucho.

Si Morrigan supiera esto sé que no los dejaría, ella querría ir, ella querría salvar a esas personas y acabar de una vez por todas con ese grupo que nunca dejó en paz a mi reinado, ni al reinado de mis antepasados.

Una mujer vino a nuestras puertas hace unas horas y dijo que los vio, vio el lugar a donde llevaron a las personas, eso nos dio una gran ventaja ya que ellos no saben que tenemos esa información.

—Muy bien, ¡Vamos!—exclama Sander y el lidera la salida de ellos con la mayor discreción posible.

Los perturbadores no podían saber que estábamos tramando algo o sospecharían que ya sabemos todo.

Vamos directo al cuarto de comunicación y de cámaras en cuanto todos se van.

Sólo quedábamos Adriano, su esposa e hijo, de la familia Dankworth sólo están los padres de Morrigan, sus hermanos están ayudando en todo lo que pueden, aquí se encuentra Celeste y Cassian que saben más de tecnología y ayudan a la comunicación con mi equipo.

De la familia Cullimore sólo quedan las chicas, Dorian y Harry habían ido con Henri y Sander.

Suspiro en cuanto veo las imágenes en las pantallas, también cuando vemos las imágenes de las cámaras del lugar en el que se esconden con las personas secuestradas.

Ellos estaban en una sala hablando y planeando, mal el hecho de que no podemos entrar al audio de las cámaras, aún lo intentan pero no está siendo tan posible.

Vemos cómo solo hablan y hablan, no tienen muchos guardias afuera, sólo hay como dos personas ahí.

Era el antiguo castillo de mi familia, uno que se quemó hace años y lo están usando como suyo, hace tiempo yo pedí que se instalaran cámaras para que se vigilara que nadie entrará a profanar ese hogar. Fue una gran idea.

Aquí Williams. ¿Me copian?

—Aquí rey Wells, te copiamos Williams. ¿Posición?—digo hacia el micrófono en la mesa.

Tarda en contestar pero al final lo hace.

—Estamos cerca del lugar, dejaremos los autos lejos para que no escuchen nuestra llegada y entraremos por los pasajes secretos del castillo que gracias a ti, sabemos y podremos sacar a todos—sonrío y asiento.

—Bien hecho, sigan así...

Suspiro con un poco más de tranquilidad pero no la suficiente para saber que rayos le pasa a Morrigan, este Lucien llega a mi lado y niega.

—No me ha dejado entrar, ha cerrado con seguro—ve un punto fijo en las cámaras y asiento sabiendo que no hay de otra, hay que darle su espacio por ahora.

Aunque ambos sabemos lo que pueda estar pasando pero no queremos aceptar las cosas como son, cómo es en realidad que ella se ve más alejada de nosotros, que nos evita, que no es igual la manera de cómo habla y actúa, puede ser algún detalle ridículo pero a veces, es muy importante.

No quisiera que lo que tenemos los tres termine, pero ella nos está dando señales muy claras a lo que quiere ahora, le daremos tiempo para que piense, se digne a hablar con nosotros como los adultos que somos para que esto se arregle o simplemente, se termine.

—Bien, luego hablamos con ella—asiente a mis palabras y todos seguimos viendo las cámaras.

Eran imágenes oscuras de cómo iban pasando por las pasajes secretos y también veo como el enemigo siguen en aquella sala y sin darse cuenta ni listos para lo que les espera.

Estamos cerca—anuncia un hombre del equipo y vemos ansiosos como abren la puerta secreta que da justamente fuera de la habitación en la que se encuentran todos del grupo.

—A sus órdenes rey—el tono de broma en la voz de Dorian hace que ponga los ojos en blanco por ello.

—Atrápenlos—doy la orden y veo por las cámaras como empiezan a entrar y a noquear a todos los que pueden.

Algunos dan pelea con sus armas o con la manos, pero al final nadie salió muerto o mal herido, ellos quedaron noqueados y algunos de nuestro equipo también.

Todo empiezan a amarrarlos unos con los otros y los jalan hasta donde se encuentran las personas capturadas, todas amarradas y silenciadas con lazos, mis guardias se encargan de ayudarlos y empezar a sacarlos mientras la otra mitad del equipo van por los demás del grupo de los perturbadores para traerlos a ese punto y amarrarlos igualmente.

—Misión exitosa Rey Wells, extrayendo a las personas sanas y salvas—dice Harry y veo como Eris, quien había llegado hace unos momentos, respira más tranquila.

— ¿Todo salió bien?—pregunta a nuestras espaldas, su voz, su hermosa y perfecta voz.

Volteo y veo a Morrigan con una coleta alta y un vestido floreado y los ojos algo cerrados, supongo que acaba de despertar o simplemente trató de hacerlo.

—Todo salió bien, no se lo esperaban...

— ¿Fue sencillo?

—Sí, pero...

—Deben salir ya de ahí, todos, si fue tan sencillo puede ser una trampa o peor y no quiero que nadie salga herido, ahí están nuestros amigos, hermanos...

—Fue fácil porque ellos no hicieron un buen plan, es eso—le dice Aleksander y ella suspira apretando los labios con fuerza.

—Nadie tiene un mal plan, siempre hay planes de reserva, siempre hay otro detalle que se pueden saltar.

Alek se acerca a ella y la abraza para que se tranquilice.

—Están bien y eso es lo que importa, ya van a volver y no hay más planes de ellos, ¿Cómo podrían?—le dice y ella nos ve mal a todos.

—Estamos subestimando a enemigos, eso es un error que no podemos cometer a estos límites, hay gente que puede estar en peligro justo ahora y...—guarda silencio por un momento cuando notamos que ve fijamente a las cámaras.

Hacemos lo mismo que ella y maldigo internamente cuando noto que varios del equipo le grita a Sander porque él está pisando algo.

—Acerca la imagen—le pido a Celeste y eso hace, en la imagen se ve claramente que está pisando algo.

Un detonador de bomba.

—Se los dije—dice Morrigan enojada—, maldita sea se los dije—jala de si cabello exasperada y se sienta a lado de los de las cámaras y toma el micrófono.

— ¿Sander me oyes?

Fuerte y claro M—contesta él mirando hacia la cámara con una pequeña sonrisa.

Puedo notar a todos nerviosos y más a la familia Dankworth, está Maia, su novia, se mueve nerviosa por todo el lugar y suspiro.

— ¿Cuánto tiempo tienes si es que dejas de pisar esa cosa?—pregunta Morrigan tratando de estar calmada.

—Tres segundos...

Carajo.



MORRIGAN DANKWORTH

Tres segundos.

Tres malditos segundos no dan tiempo para nada.

Tres segundos y todo el castillo explotaría.

Tres segundos...

— ¿Tienes a control de bombas?—le pregunto a Sebastian y él asiente.

No—dice Sander y frunzo el ceño por aquello.

— ¿Cómo de que no?—-pregunta Cassian.

¿Dónde hay más bombas idiota?—le pregunta Sander a uno de los hombres de los Perturbadores.

Él sonríe y niega—. No sé de qué hablas amigo...

Dilo ahora o juro que explotaré este lugar y mataremos a todos los que quedan de ustedes.

La sonrisa del hombre flaquea y entrecierro los ojos, no hay más de ellos, no hay más planes.

Ellos esperaban que llamáramos a control de bombas primero a ese castillo garantizando su seguridad y solo la prisión.

Sander ya sabía eso, lo dedujo porque puedo notar como sonríe levemente de medio lado viendo a todos del equipo de Sebastian y ellos a él.

Váyanse—ordena y yo niego con fuerza y el ceño fruncido.

Ni locos te dejamos aquí Sander—dice Henri igual que yo, pero cuando trata de dar un paso hacia mi mejor amigo, este lo apunta con la pistola.

Todos ustedes—señala a los del equipo—, saquen a los civiles y a ellos—escuchar que dice todo por el micrófono y verlo por las cámaras era doloroso.

Señaló a Henri, Dorian y a Harry, que se ve como pelean con todos por acercarse a Sander, el cual suspira tranquilo cuando ya no hay nadie me el castillo, excepto los culpables de que esté pisando un detonante de bomba y él.

Es aún más doloroso saber qué es lo que quiere hacer.

Lo voy a repetir una vez más... ¿Dónde están las otras bombas?—pregunta ya desesperado Sander.

El hombre baja la cabeza y contesta—. En las escuelas Wells Amidei, todas ellas, también en los parques más visitados de Italia, nosotros debemos hacer correr nuestra voz, lo que en verdad importa.

«La familia Wells Amidei sólo gobierna a ciegas, no se da cuenta su querido rey que hay más personas que necesitan ayuda fuera de la gente con dinero, no se da cuenta de nada.»

Veo que Sebastian tensa la mandíbula porque sabe que en parte, es cierto, se mete más en la mafia y ver el poder que a veces descuida a su país, descuida a su gente, la gente que confía en él y en su legado. Sí muestra amor por ellos y preocupación, pero faltan cosas.

Las escuelas y parques son lo más importante ahora, así que envíen a control de bombas para esos lugares, yo ya tengo un plan y...

—Te ordeno no hacer una estupidez Sander—le digo enojada y a punto de estallar.

Puedo ver cómo sonríe por las cámaras y niega divertido.

Ahora yo soy el jefe de la misión, te amo Morrigan, eres mi mejor amiga, una hermana, lo que más necesité por años después de la muerte de mis padres.

«Pero entiende ahora esto, no podemos dejar que ellos, que son los únicos que quedan de su grupo mediocre siga suelto, así que solo queda una opción.»

—Esperar el tiempo que sea necesario a control de bombas para que lleguen contigo y regreses salvo y sano—le dice Celeste y él vuelve a negar hacia la cámara cosa que me frustra.

—Ni se te ocurra cometer una maldita locura Sander, es enserio, soy tu líder, soy tu jefa, te ordeno parar con lo que sea que tengas planeado y regreses a nuestro lado, es enserio Williams...

Me gustaría que le contaras historias a Meridia sobre mí, su tío Sander Williams, el que obviamente sería su favorito pero decidió ayudar a su fiel amigo, a su padre... O más bien a sus padres, vamos mujer, es hora de que sigas bien con Sebastian y Lucien, los amas y ellos a ti, son perfectos los tres juntos.

—Sander no cambies de tema por favor espera, debes esperar, ellos no podrán salir de prisión por mucho tiempo más así que por favor, sólo espera...

Se da un mensaje en cuanto los matemos, se da un mensaje de que todo lo que hicieron lo pagarán con muerte, es obvio Morrigan pero no quieres aceptarlo, recuerda que estamos preparados para situaciones así, cuando uno de nosotros se vaya...

—... Vivirá en cada parte de nosotros...—susurro con voz rota siguiendo su frase con tristeza—, me estás desobedeciendo Sander, te estoy ordenando que no hagas nada...

¿Desde cuándo he sido obediente?—se nota que quiere reír pero sale más bien reprimido y veo por las cámaras como también empieza a querer llorar.

—Por favor... No lo hagas...

Me alegro ser el causante de esas lágrimas que estoy seguro que salen por esos hermosos ojos azules grisáceos... Nunca lo haces, es un honor realmente, lo haré Morrigan.

«Y quiero que cuentes nuestras locuras, nuestras aventuras, nuestras maravillas de la vida, las partes buenas de nuestro legado, a Meridia y a esos que están por venir, lamento decirlo, pero debo hacerlo para que sea una despedida digna, una despedida que también sea dirigida a aquellos bebés que traes contigo, rayos, como me habría encantado conocerlos.

Lástima, tal vez sea en mi próxima vida, no lo sé, nunca creí mucho en la reencarnación pero estaría bien creer eso antes de hacer mi locura, como tú la llamas, quiero decir tantas cosas que no acabaría... Gracias a tus padres por ser los míos todos estos años, gracias a tus hermanos por ser los míos, gracias a Henri y a Celeste por ser mis mejores amigos, gracias a ti por ser mi hermana y confidente.

Gracias a la familia Cullimore por llegar y traerles felicidad, gracias a Sebastian por arreglar las cosas contigo y nunca rendirse para tener tu amor de nuevo, gracias a Meridia por aparecer cuando estabas en ese hoyo oscuro que tenía miedo a que cayeras y nunca volvieras a levantarte.

Gracias a Maia por enseñarme a amar y espero que lo logres a hacer de nuevo, sería lindo y lo respeto, al final no puedes quedarte estancada en un amor de dos meses, tal vez tres... No lo sé, realmente son tantas cosas que agradezco en mi vida pero las principales son todos ustedes...»

—No lo hagas, no te despidas porque ahí no te quedas, en este momento iré yo misma a desactivar esa maldita bomba y regresarás y...

Te amo Morrigan, los amo a todos y tranquila, soy un adulto capaz de tomar decisiones, esta es mi decisión y puede que a algunos les parezca irracional, otros algo bueno o mala, la verdad no importa, quiero hacer algo que los libre a este reinado y a esta gente de personas como ellos—señala a los hombres y mujeres amarrados que lo miran alarmado captando ahora lo que Sander quiere hacer.

Yo lloro tratando de hacer algo, queriendo detener esto, queriendo regresar al tiempo y evitar a qué él fuera a esa maldita misión.

—Promete que hablarás de mí con tus hijos, prométanlo todos...

—Sander basta, no lo hagas...

—Sander, debes regresar, conmigo con nuestro...—esta Maia se calla en cuanto Sander ríe y muestra una gran sonrisa a la cámara y señala a esta.

¿Voy a ser papá?, Oh vaya... Quisiera que eso cambie las cosas pero no lo hace, quisiera ser alguien que diga: A la mierda la gente y dejo que vivan personas que seguirán haciendo cosas así y vivir para ver a mi hijo, pero no... Estoy seguro que harás algo excelente con él o ella, yo creo que lo habría malcriado.

—Sander esto no es una broma, regresa ahora—ordeno ya más molesta y asfixiada por todo esto.

—No, los amo...

Las cámaras se cortan, el micrófono emite un sonido entrecortado y las cámaras que quedan captan el derrumbe, captan la destrucción del castillo con los Perturbadores y Sander dentro de este.

Lloro con un fuerte dolor en el pecho y mis lágrimas incontrolables, lo reparación agitada y pesada por lo que se presencia.

— ¡Ese maldito hijo de puta se ha sacrificado!—grita por el auricular Henri y puedo notar su voz entrecortada y su cámara que se encuentra llorando junto a Dorian y Harry.

Mi pecho duele y siento que él aire me falta, me quito los audífonos y trato de tranquilizarme pero nada funciona, mi mejor amigo ha muerto, él ha decidido morir...

— ¿A qué se refería con tus bebés?

—Lucien no es el momento—lo reprende su padre quien me ve con apoyo.

Iba a agradecer pero en eso siento un mayor mareo, la vista borrosa y en eso, siento mi cuerpo caer pero antes de tocar el suelo siento unos brazos, aunque caigo en completa oscuridad antes de ver quién me ha sostenido.









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