TREINTA | FINAL
Canción en multimedia—Drop the Game de Fume y Chet Faker
SIETE MESES DESPUÉS
[6 DE MAYO DE 2023]
MORRIGAN WELLS C. DANKWORTH
Un mes antes de que esto pasara, antes de que esté en el hospital tratando de sacar a dos bebés de mi parte baja, tuvimos que volver a Italia. Estuvimos seis meses fuera de ese país, a veces veníamos unos días o hasta una semana, pero no tanto, pero a un mes de que los bebés nacieran nos quedamos en Italia por el hecho de que los bebés deben nacer en Italia si queremos que tengan algunos derechos de aquí y cosas así.
Sebastian trató de que esa ley cambiara pero aunque sea el rey varias personas del comité no estuvo tan de acuerdo con eso así que le dije que no había problema, que estaba bien que los bebés nacieran en Italia, obviamente mi doctora, Mónica, es la encargada del parto.
—Vamos Morrigan, puja—pide ella y yo sólo pienso en querer terminar con el dolor.
Grito con ganas apretando las manos de Sebastian y Lucien, quienes me ven con pánico pero también con felicidad.
Obviamente decidimos no saber el sexo de los bebés, ya que Mónica dijo en el tercer mes que se podía saber pero decidimos dejarlo como sorpresa y justamente el día que dijo que ellos iban a nacer, es exactamente ese, seis de Mayo.
— ¡Puja, Morrigan!
— ¡Aaahhh!—grito con dolor y cansancio por las horas en este lugar pujando y aguantando las contracciones que tenía hace momentos.
—Lo veo, veo al primer bebé—dice Mónica y vuelvo a pujar y en eso, escucho un llanto, un fuerte llanto que me hace cerrar los ojos y sonreír ante eso.
— ¿Es un...
—Es un niño.
—Puja amor, puja...
Le hago caso a Sebastian y sigo pujando deseando que no haya complicaciones o riesgos como los que Mónica mencionó que podría haber en el parto, ni quiero complicaciones, quiero tener ya a mis dos bebés y poder descansar para regresar a casa.
Minutos después el bebé sale el otro bebé sale de mí y yo siento dolor como también a la vez, libertad.
Ambos bebés lloran y puedo ver cómo les dan un bebé a cada uno de mis esposos.
—Felicidades Morrigan, mellizos, un niño y una niña. ¿Cómo se llamarán?—pregunta Mónica ayudando a limpiar a los bebés y viéndome con una sonrisa.
Hace dos meses empezamos con eso, estuvimos viendo nombres por si llegaban a ser dos niños, dos niñas o en este caso que fue, una niña y un niño.
Cómo también quiero que mis bebés tengan nombres Italianos o al menos más papel en esto, les dimos dos nombres a cada uno, de hecho, a Meridia estaba pensando en ponerle otro nombre, tengo tiempo antes de que cumpla el año pero se debe hacer lo antes posible ya que eso pasará en tal solo un mes.
Pero bueno, el punto es, que después de casi dos semanas pensando y pensando las nombres indicados, los encontramos.
—Mónica, te presento a Ezekial Angel y Raven Adrielle Wells C. Dankworth—digo con una sonrisa y ella asiente viendo detenidamente a nuestros bebés.
—Sin duda alguna son unos excelentes nombres y vaya que quedan bien juntos—dice y los tres asentimos—, les diré a todos que ya terminó todo, podrán entrar a verte más tarde.
Asiento a lo que dice y Sebastian me entrega a Ezekial, le doy un beso en su pequeña frente y sonrío al sentir el calor que desprende, veo que Lucien me entrega en el otro brazo a Raven y al tener a ambos bebés a mi lado es simplemente perfecto, sólo que faltaba alguien y ese alguien no podía aún entrar a este lugar.
Meridia tendrá que esperar a que lleguemos al castillo para que pueda ver a sus hermanos.
—Son hermosos...
—Ni siquiera han abierto los ojos, parecen ojos de chinitos y no es por ofender a los chinitos pero creo que no se ven tan lindos por ahora, parecen una papaya aplastada y...
—Lucien cierra la boca o hago que te saquen—lo amenazo y él alza las manos en forma de inocencia para después hacer con su mano como si cerrara sus labios con un cierre.
—Amore, te quería comentar que si quieres, para que no tengas tanta presión, yo puedo hacer lo de agregarle el segundo nombre a Meridia, sólo si quieres claro—dice Sebastian y sonrío agradecida para después asentir.
—Te lo agradecería mucho cariño, ¿Si recuerdas el nombre que queríamos verdad?
Sonríe y asiente, me da un beso en la frente y se lleva a Lucien con él para dejarme sola con algunas enfermeras quienes toman a mis bebés y los colocan cada uno en sus camas que están a mi lado derecho para poder verlos y sentirlos cerca mío.
—Toc, toc—tocan la puerta y de esta entran mis padres y hermanos, Celeste y Henri con una gran sonrisa.
—Hola...
—Ay dios mío, son tan hermosos—dice sin poder contenerse está Celeste con emoción y toma a Raven en sus brazos para después moverla a su antojo con delicadeza.
Cassian va a su lado para poner los ojos en blanco, ya pronto ella también tendrá a su bebé en sus brazos.
Suspiro cuando veo que les prestan más atención a los bebés, aunque también lo agradezco ya que estoy completamente agotada que no tardo en caer rendida en los brazos de Morfeo.
[...]
6 DE JUNIO DE 2023
Hoy era el cumpleaños número uno de Meridia y no podía estar más feliz, un año desde que la tengo a mi lado, un año de cosas tan hermosas que sucedieron, cosas que no estaban en mis planes pero que al final, forman parte de mi día a día.
Voy cada día a la tumba de Sander junto a Meridia para hablar de él con ella, ya lo empecé a hacer también con los mellizos. Ambos son tan hermosos.
Meridia ha estado aprendiendo a caminar a petición de mi madre y la de Lucien, ya que ambas dicen que debería tener un desarrollo rápido para el trabajo y cargo que tendrá en algunos años como reina de Italia, cosa que no quiero contradecir y tampoco ninguno de mis esposos. Mi madre y Avery juntas dan miedo, demasiado.
Ayudo a mi hija a levantarse y ella con una gran sonrisa mostrando aquellos dientes de en medio de la parte baja, se ve tan tierna, sus ojos mieles ha dejan ver un rastro gris en ellos y su cabello castaño ya ha dejado de ser chino, cada vez es más lacio, aún le falta mucho por salir o de una forma más gruesa pero por lo mientras, lo que tiene, se lo mantenemos peinado y arreglado siempre.
—Amore los preparativos ya están listos y la fiesta es solo entre familia, como te lo prometí—me dice y yo asiento viendo por última vez la tumba de Sander.
—Adiós mejor amigo, nos vemos mañana—toco la tumba y suspiro mientras me levanto.
Sebastian me ayuda a tomar entre sus brazos a Raven mientras yo cargo a Ezekial, Meridia toma mi mano y yo camino junto a ella a su ritmo.
—Los esperamos allá adentro—dice y asiento viendo cómo camina más rápido y entra al castillo aún con Raven.
Veo como Ezekial me mira y yo sonrío, sus ojos aún no sé notan muy bien el color, pero parece ser un tono gris oscuro al igual que el de Raven, está Mónica me explicó que el ojo de color de ambos bebés sería más específico después de algunos meses, así que toca esperar.
Cuando por fin entramos todos empiezan a gritar:
— ¡Feliz cumpleaños Meridia!—exclaman todos al unísono y la pequeña ve todo con los ojos muy abiertos.
Descubrimos que le encantan los colores oscuros así que el pastel es de un color negro con algunos detalles grisáceos y blanquecinos en este, veo todo con una sonrisa, las decoraciones y la música de fondo que es tranquila pero buena para el pequeño evento.
Sólo nos encontrábamos entre nosotros, entre la familia y obviamente, Adriano junto a su esposa e hijo, que son claramente lo más cercano a una familia para Sebastian.
—Le compraron demasiadas cosas a Meridia—dice Eris llegando a mi lado junto a su bebé. El cual solo dos días después de los mellizos.
Amon, un lindo niño. También Maia tuvo a su pequeño, una semana después de que nació el pequeño, el pequeño se llama Sander Declan, obviamente en honor a su padre tuvo ese primer nombre, yo pensaba en ponerle Sander a mi niño pero creí más adecuado que su hijo tuviera su nombre, también para que Maia se sintiera aún más cerca del chico que amó, del chico que me amaba...
Y luego está Aurora, su pequeña niña que nació prematura pero al final todo salió muy bien, la linda y pequeña Rossanna.
Veo la mesa de regalos y noto que hasta hay demasiados unos arriba de otros casi al colapso de caer y pongo los ojos en blanco.
—Solo es una bebé, tantas cosas que ni siquiera le quedarán en uno o dos años más—digo y ella asiente lentamente viendo todo alrededor.
—La aman, aunque no entiendo por qué no quisiste que viniera todo el pueblo a la fiesta...
—Es solo una niña de un año, no quiero que la estén abrumando, eso es todo, hasta que cumpla los diecinueve podrá empezar a reinar así que tiene tiempo antes de que la presionen, por ahora yo soy la reina—doy por terminada la conversación y ella acepta ya que va con su hijo en brazos hacia Maia y Aurora.
Camino hacia ella para dejar a los niños en sus cunas y que estén tranquilos y cuidados por nuestras madres mientras prestamos atención a la cumpleañera.
La cual camina por todos lados y en algún momento noto que está tambaleando y antes de poder ir hacia ella y ayudarla, este Enzo se me adelanta y la toma de su mano ayudando a mi pequeña. Cosa que se nota desde lejos que a Lucien no le agrada para nada que el niño se acerque a su preciada hija.
Realmente es lindo que Enzo se preocupe por ella, después de todo ese será su trabajo cuando se convierta en un adulto y mi hija en la reina, lo que me parece sorprendente lo mucho que las cosas podrían cambiar.
Obviamente no me preocupa la diferencia de edad que hay entre ellos, las relaciones son eso, relaciones, todos somos capaces de tomar nuestras decisiones y las demás en que queremos vivir nuestras vidas.
—No me gusta cómo la mira, es como si fuera el lobo y ella la Caperucita roja...
—Deja de pensar demasiado en eso, son solo unos niños que no saben aún nada sobre la vida y la realidad de esta, cuando crezcan estoy segura que lo entenderán y los pensamientos sobre muchas cosas cambiarán—dice Dorian hacia su hermano y no podría estar más de acuerdo con él.
—Cuando tengas una hija lo entenderás...
—Que el cielo me libre de que eso suceda, no es que no quiera un o una bebé, ¿Pero ahora?, Es ahí el problema, la soltería por ahora es mi mejor amiga—se encoge de hombros con una sonrisa y camina hasta la mesa de dulces para empezar a comer casi todo lo que hay en ese lugar.
— ¿Cuántos años tiene Enzo?—pregunta Allison viendo cómo el niño mencionado trata de bailar con mi pequeña.
—Tiene nueve años, va a cumplir diez en diez días, cumple el 16 de junio—me encojo de hombros y ella asiente comprendiendo.
—Así que se llevan nueve años... No es gran cosa pero si lo vemos desde este angulo, actualmente, en este momento... Si se ve y es algo extraño—la rubia no deja de ver a los niños.
Enzo es un buen niño, realmente lo es, pero siempre hay cambios, siempre hay un crecimiento tanto físico como mental, tal vez solo es algo del momento y si no lo llega a ser completamente una cosa solamente de cariño, no habría problema, realmente no la habría.
—Juro que mataré a ese niño—musita por lo bajo Lucien llegando a ponerse a mi lado.
Su hermana Allison solo pone los ojos en blanco con diversión y niega lentamente.
—Solo es un niño...
—Tiene nueve años, es entrenado desde los cinco, tiene una mentalidad de un chico de veinte, fuerza de uno de doce, tiene muchas cosas y ser tierno no es lo suyo, está fingiendo para solo estar con Meridia y llenarla de cosas para que...
—Te estás haciendo una película donde el niño quiere robarse a tu pequeña—dice con diversión Aurora y todos reímos ya que la música no estaba tan alta que es obvio que alcanzaron a escuchar casi todo.
—Bien, es hora—le digo en el oído a Sebastian cuando se pone delante mío.
Él asiente con una sonrisa y va hacia en medio del salón para que todos los presentes—que son pocos—, lo vean, junta sus manos y me invita a mí y a Lucien con la mirada a acompañarlo.
Ambos eso hacemos y caminamos hasta ponernos a su lado.
—Cuando nuestros hermosos mellizos llegaron a este mundo también hicimos la agregación del segundo nombre de Meridia, uno que todos esperaban conocer con ansias este día—dice Sebastian con una sonrisa—, así que reciban con un gran aplauso, ¿Me ayudas amore?
Asiento y hablo. —Desde ahora nuestra hermosa castaña cuenta con un segundo nombre, por favor un aplauso a nuestra hija, Meridia Yvette Wells C. Dankworth, la próxima reina de Italia.
Todos aplauden y se juntan a bailar ya a seguir con la fiesta.
— ¿Alguna vez creíste que esto acabaría de esta forma?—me pregunta Cassian.
Lo pienso un poco antes de contestar su pregunta. Realmente no sabía qué contestar a eso, rayos, la verdad es que aún hay preguntas que nunca me planté, pero que en definitiva me sé la respuesta.
Lo veo con una sonrisa y asiento lentamente. —No me lo esperaba para nada, pero la verdad es—, veo a mi alrededor con una gran sonrisa melancólica, llena de tristeza pero también con felicidad—, que no cambiaría nada de esto.
Sonríe y me abraza, cosa que me llena por completo el corazón y sonrío viendo como todos bailan y festejan, supongo que la vida siempre nos sorprenderá cuando menos lo esperemos.
Para bien o para mal, no importa lo que sea, solo hay que saltar y combatir esos retos hasta lograr ganar contra ellos y seguir con esta vida llena de sorpresas.
Sólo hay que seguir, una y otra vez, seguir el peligro, ser perfecto o no, no importa, pero esto sí que lo fue, sí que fue un Perfecto Peligro, uno que volvería a cometer una y otra vez.
¡Este es el final! Obviamente falta el EPÍLOGO y me emociona saber que al final, después de cuatro meses, este libro ya concluyó y que pude seguir escribiendo sin rendirme o no terminar el trabajo.
Gracias a mis antiguos lectores y a los nuevos ya que ustedes me han hecho llegar a las 3K lecturas en menos de un día.
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