── : O1 🌫
➤ CANCIÓN ASIGNADA.
₍ 🌫 ₎ ── : Melanie Martinez - Dollhouse
➤ MONSTRUO.
₍ 🌫 ₎ ── : Frankie Stein
➤ SHIPPS.
₍ 🌫 ₎ ── : Minsung.
➤ ETIQUETA.
₍ 🌫 ₎ ── : monsters_generation
Jisung arrastraba un enorme y pesado saco por su jardín, como su casa contaba con muros en la parte trasera, no debía preocuparse mucho por si alguien lo veía.
Cuando llegó al sector en donde tenía su jardín, observó por un momento a sus plantas, notó que se veían un poco triste, así que dejó el saco, y agarró la regadera que se encontraba cerca.
—No lo enterraré aquí, tranquilas —dijo, mientras regaba las plantas—. No arruinare su tierra, ustedes saben que no sería capaz.
Tras hablarles por un largo rato, Jisung se despidió de sus plantas y volvió a agarrar el saco, adentrándose a su casa con él.
Iba de espalda, así que no veía su camino, por eso termino chocando y su cabeza se golpeó muy fuerte cuando impacto con ese duro metal.
—¡Maldita sea! —se quejó, sobando su cabeza—. ¿No puedes correrte? ¿No ves que estoy pasando?
Su hermano agachó su cabeza y se disculpó.
—¿Te has cargado? —le preguntó, y él asintió.
—Entonces llevame esto hasta el sótano. Déjalo sobre la camilla, y no toques nada, Changbin.
El nombrado asintió, y comenzó a atrastrar el saco hacía el lugar indicado.
Jisung pertenecía a la familia Han, una familia bastante conocida, donde cada integrante era relevante para la sociedad.
Han Bangchan, padre y un empresario muy éxitoso. La madre; Nayeon, era una científica conocido por crear los primeros robots a prueba de agua, con la capacidad de hacer trabajos duros como el de albañil o cultivador.
Después estaba el hijo mayor; Han Changbin, él era un escritor muy famoso, ligado al terror y la fantasía, que se caracterizaba por las protestas que hacía en sus historias.
Por último, estaba el menor de la familia; Jisung. Él tenía 20 años, pero era un genio en todos los sentidos. El joven tenía una capacidad intelectual muy desarrollada, la cuál fue bastante cuestionada, ya que muchos decían que era una falacia.
No obstante, el joven no tuvo miedo a someterse a estudios e investigaciones.
Luego de tres años, de ser un objeto de estudio, los investigadores lograron comprobar la veracidad de su inteligencia.
Los científicos aseguraban que Jisung tenía el cerebro mucho más desarrollado que otras personas, no se puso establecer un porcentaje, pero había una brecha diferencial bastante grande. Además, comprobaron que sus neuronas no morían, es más, intensificaban su cantidad.
Jisung era extraordinario, él y su familia eran perfectos.
Había personas que hacían críticas sobre la familia, los acusaban de ser extraterrestres, y hasta llegaron a decir que eran un plan de gobierno para distraerlos de alguna mala notica.
También había personas que no le daban tanta relevancia a su familia, y suponían que solo era una familia dotada, de esas que tuvo suerte y triunfó.
A la familia no le importaba lo que se decía de ellos, todos estaban centrados en sus vidas y proyectos.
Es más, ni siquiera se molestaban en formar vínculos externos, no les importaba tener amistades, y a los hijos se le hacía irrelevante tener pareja.
Pero eso cambió, cuando el menor de la familia, conoció a Minho.
Jisung lo había visto por casualidad en un centro comercial, y Minho le pareció tan perfecto, que no pudo evitar sentirse atraído.
Desde ese entonces, fue a la misma hora, todos los días al centro comercial, pero no fue hasta un mes después, que por fin volvió a verlo.
Minho había cambiado su color de pelo, ahora era naranja, y eso, solo lo hacía ver más perfecto.
Jisung no lo había dudado, y se le acercó, porque no iba a esperar otro mes más para volver a verlo.
Ese día, lo invitó a tomar algo, luego le pidió su número para mantenerse en contacto.
El pelinaranja se sorprendió bastante cuando se dió cuenta que Jisung era el joven prodigio del cual todos hablaban. Y aceptó en primera instancia por eso, pero luego quedó encantando con él.
Aunque Han era bastante frío y un poco cortante, había algo en él que lo hipnotizaba.
Jisung también estaba hipnotizado por Minho y su perfección, su forma de hablar, expresiones, todo en él era perfecto, y eso lo hacía desearlo.
Tras ese encuentro, vinieron otros más, y luego de seis meses, oficialmente se volvieron novios.
Los primeros cinco meses de noviazgo fueron estupendos para ambos, lograron conocerse más y poco a poco fueron generando un vínculo más fuerte.
Aunque había cosas que a Minho se le hacían bastante raras de Jisung y su familia, eso no era un impedimento para que lo ame, porque Jisung lo enamoraba un poquito más cada día.
Por su parte, Jisung estaba encantado con Minho, le fascinaba que él sea tan perfecto, parecía un prototipo diseñado específicamente para él. Eso hacía que su atracción aumentará y lo hacía muy feliz. Nunca creyó que lograría encontrar a alguien perfecto para él, creía que los humanos eran todos seres imperfectos.
Tras el séptimo mes de novios, Jisung comenzó a notar que Minho no era tan perfecto como parecía, y eso le generaba una gran molestia.
Su relación se torno un poco conflictiva, ya que Jisung no ponía interés en ella, y a Minho eso lo estaba destrozando.
Pero Minho no podía seguir soportando. Jisung lo había llevado al quiebre.
Ayer tuvo un partido muy importante, el cual termino perdiendo. Y en ese momento, donde más lo necesitaba, no lo encontró, Jisung se había ido del estadio.
Espero un mensaje de él, pero no llegó nada. Por ende, hoy venía decidido a enfrentarlo.
Posó la tarjeta en el lector, y una vez la puerta se abrió, se adentró a la casa, yendo directamente hacía el jardín, porque sabía que a esa hora Jisung regaba sus plantas.
El menor se encontraba ahí, regando sus plantas con total normalidad.
—¡¿Por qué mierda te fuiste ayer?! —cuestionó enojado, una vez estuvo cerca de Jisung.
—¿Qué querías? ¿Qué me quede a festejarte por perder?
Minho lo miró desconcertado.
—¿Qué?
—¿Tienes problemas de audición también?
—Jisung, ¿qué te pasa?
El nombrado lo miró con un rostro neutro, y con desprecio dijo:
—¿Qué te pasa a ti? Vienes perdiendo todos tus partidos y te ves mal.
Minho no podía creer que Jisung estaba diciéndole eso. El mismo Jisung que parecía ser su fan número uno y siempre estaba alentandolo.
—Me siento mal, Jisung, no tengo el ánimo para dar todo de mí.
—Hace más de un mes viene así.
—¿Por qué me estás tratando así? —le cuestionó el mayor, mirándolo con tristeza.
—Porque al final no eras tan perfecto.
—Estás siendo cruel, Han.
—Y tú eres un tonto que no sabe controlar sus sentimientos. ¿No puedes enfocarte en el juego simplemente?
Jisung se levantó, y se acercó hacía él.
—Solo debes hacer una cosa, y corres con la suerte de ser bueno en eso, pero lo estropeas, todo, porque dices que te sientes mal. —El menor agarró la muñeca de Minho y la apretó con fuerza. —No eres el Minho perfecto, y sí eres así, tan imperfecto, no me sirves.
—Me estás lastimado... —murmuró Minho con la voz quebrada.
—Sí tú ganas, la gente te apoya y eso te hará sentir mejor, pero, tú no ganas, tú solo empeoras, eres débil, y por eso, no eres perfecto.
—Suéltame, por favor —suplicó Minho. En ese momento, Jisung se dió cuenta que estaba llorando.
Lo miró extrañado y también sintió algo poco habitual en él.
Minho se veía indefenso y débil, tenía un temblor en su cuerpo, y el temor estaba en sus ojos.
Esa imágen le trajo recuerdos de su infancia, del pequeño Jisung, de ese niño que era golpeado e insultado, que no podía defenderse.
Soltó el brazo de Minho y miró sus manos, sintiendo el peso de la culpa.
¿Por qué no podía deshacerse de él? ¿Por qué se sentía mal al verlo llorar?
No dudo ni un segundo cuando mató a sus padres y hermano, ni siqueira tuvo remordimientos, tampoco cuando mataba a esos hombres o mujeres, nunca sintió culpa ni un poco de lástima, pero, a Minho no podía dañarlo, no podía ser cruel con él, sin sentirse culpable.
Se agachó junto al mayor y le dió palmaditas en su espalda.
—Veré que hago contigo...
—No me hagas daño —pidió Minho.
—No puedo hacerte daño. —Jisung limpió las lágrimas que caían por el rostro de Minho, y dejó un beso corto en sus labios.
Minho no era un muñeco, al cual podría robatizar para que encaje en su casa de muñecas, y por más que quisiera deshacher de él, no podía.
Minho no enamoro al perfeccionista y perfecto Jisung, él enamoró a Jisung, a un Jisung sin careta ni máscara, él llegó hasta el fondo de su corazón. Por eso, no podía dañarlo, porque lo amaba, sin importar si Minho era perfecto o no.
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