capítulo 6
Una agradable mujer.
Despertando en mi posilga solo puedo estirarme mientras sonrío recordando su sonrisa en el bus, en aquel techo, toda la noche anterior. Levantándome de un brinco solo comienzo a cambiarme buscando en especial una gorra y un cubre bocas, gracias a qué él estudia tengo mucho tiempo para conseguir un trabajo y gracias a la ropa y cubre bocas no me mirarán demasiado la cara; con todo listo salgo del apartamento despidiéndome de la amargada mujer de recepción y solo avanzo por la acera comprando un periódico para comenzar a buscar trabajo.
Trate de marcar los más posibles, personal de limpieza y guardaespaldas, termine dando como cinco vueltas por todo el lugar y aunque los restaurantes no fueran los más limpios y los contestadores los más guapos, muchos me negaron el trabajo, dijeron que ya habian ocupado el puesto... Mentiras, simplemente me lo negaban por mi cara, no puedo negarlo, me veo peor que un perro radioactivo mitad gato calvo del desierto, eso lo sé a la perfección. Dejando caer mi cuerpo a una banca solo puedo suspirar, ya es medio día, tendiendo mis brazos a lo largo del respaldo solo hecho mi cabeza hacia atrás; ¿Cuántos trabajos han Sido ya?... Aburrido observo el árbol que me da sombra y como las aves vuelan de él, cerrando mis ojos siento el golpe de algo en mi pierna y me enderezó mirando una pelota roja que tomo mientras busco al rededor a su dueño... Un poco lejos, una niña morena se esconde detrás de un árbol, ella me mira y mira a la pelota y comprendo que es suya, rodandola a sus pies la veo sonreír con levedad. Ahora que veo la hora, seguro Peter está en clases... O quizá siendo molestado por aquel idiota.
Acomodando mi gorra me levanto y de pronto siento una mano sujetar mi pantalón, la pequeña niña morena de antes se sostiene de mí con una leve sonrisa y una paleta en su otra mano, ella me ofrece su paleta y dudoso solo niego.
-Ah... Lo siento pequeña, pero no como muchos dulces.
Apenas intento dar el primer paso ella se sostiene con mas fuerza, ella insiste en que tome la paleta y yo me niego intentando soltarla, pero solo logro que se aferre más a mí mientras me ofrece su paleta frunciendo el ceño.
-Oye niñita enserio no quiero... -dudoso observo alrededor - ¡Ah, disculpen! ¿¡Alguien perdió a esta niña!?
Ante mi grito obtuve la mirada de algunas abuelas que alimentan palomas, unos jóvenes que bromean cerca y algunos adultos que solo giran la mirada de momento, pero uno a uno todos bajaban la mirada... Algo enfadado observo a la niña y a una mujer algo mayor que es la única que se acerca, su cabello es cano, es más baja que yo y es delgada... Ella me mira dudosa examinandome y solo se encoge a la estatura de la niña que se esconde detrás de mi pierna mirándola con una leve sonrisa.
-Pequeña -sujeta levemente su brazo - ¿Has perdido a tu mami?
Con la niña quedándose en silencio y escondiéndose aún más la mujer se levanta entre un leve suspiro, sus ojos son café claro y su cabello blanco es ondulado, inquieto subo un poco más la máscara en mi cara.
- ¿Dónde la encontraste?
-Eso... Una pelota termino chocando conmigo, ella era la más cercana y la única que me veía así que se la regrese... Entonces ella solo vino a mí sujetandose de esté modo.
-Esta bien -se acerca posando su mano alrededor de su boca -Intentare soltarla para llevarla con los policías del parque, ellos ayudaran más que nosotros...
-Si...
La señora no parece una mala persona en absoluto, de hecho, ella me sonríe con calma mientras se dirige completamente a mí. Tomando una respiración profunda me da un asentimiento y toma a la niña por el torso, apenas y está logrando soltarla, pero...
- ¡Haaa! ¡Haaaa!
La pequeña simplemente comenzó a llorar, ante sus gritos las miradas venían a nosotros y rendida la mujer la soltó causando que la pequeña se sujetara nuevamente a mi pierna.
Apenada ríe -Vaya... Si que tiene mucha fuerza -suspirando une sus manos mirándome -Entonces...
Suspirando sujeto la cabeza de la niña -Pequeña, ¿Porqué estás aferrada a mi pierna? ¿Porqué a mi de todas las personas?
Entre mi desgane observo como la mujer frunce los labios pensativa, y de pronto solo vuelve la mirada a mí sonriendo.
- ¿Y si usted la llevará? -sus manos se posan al frente pidiendo calma -Los acompañaré y me haré cargo del papeleo, solo necesitó que logré llevarla... Tal vez -se inclina para mirarla -Si usted la cargará...
Con mi mano aún en su cabeza la pequeña me mira, y tan solo sonríe levemente, no creo que piense hablar. Mirando la sonrisa en la cara de la mujer no veo otra opción que seguir su idea y cargando a la niña en brazos la siento recargarse en mi hombro y abrazarse a mi cuello, incómodo observo en todas direcciones.
- ¡Muy bien! -Dice animada -Entonces vámonos, sígueme.
La sigo por todo el parque sin preguntar nada hasta que podemos encontrarnos con unos policías, ella comienza a explicarles los que ocurre mientras yo tomo asiento con la niña sobre mis piernas que no suelta mi mano.
-Oye niña, ¿Acaso tienes nombre?... Si quiera ¿Puedes hablar?
La pequeña me mira apretando un poco mi mano; mi mirada se dirige a los policías quienes me inspeccionan con la mirada y me apuntan con el ceño fruncido, la mujer me mira...
-Vanesa...
- ¿Ha? -tragando grueso sonrío -Que bonito nombre, una amiga mía se llamaba así... Oye ¿Cuántos años tienes?
Tragando grueso me mira -Seis.
-Bueno... Un gusto, Vanesa de seis años, me llamo Wade.
Ella sonríe con calma, pero enseguida notamos a los policías venir hacia nosotros con aquella mujer; con calma me pongo de pie sujetando su mano.
-Disculpe señor, pero...
-Esa niña ¿De verdad está perdida?, Por qué si acaso está tratando de... Deshacerse de ella, nosotros tendríamos que acompañarlo a un lugar seguro para ella...
-No, esta niña no es mía -aseguro con dureza -Yo solo estaba en el parque cuando ella apareció... Pero acabo de descubrir -la observo -Que se llama Vanesa -regreso la mirada a ellos -no sé si eso les sirva.
Los hombres se miran entre ellos dudosos y susurrando algunas cosas, mientras la pequeña a mi lado se aferra a mi brazo, algo molesto observo a la mujer de cabello cano que parece pensativa sobre mí y la niña.
-Yo, señora... -me acerco inquieto -verdaderamente no es nada mío, yo estaba buscando un trabajo y solo pase a tomar un descanso al parque.
Por alguna razón me importa lo que está mujer piense de mí, es la primer persona normal, que me mira de cerca y aún así confía en mí, aún así me está ayudando.
-Yo -se gira a los oficiales -Señores, confío en la palabra de éste hombre, a veces los niños... -menciona pensativa -ven a alguien confiable y solo deciden quedarse con ellos ¡Cómo con los policías! -rie levemente sujetando mi brazo -acabo de conocer a está persona, pero me haré cargo de la menor hasta que sus padres lleguen a buscarla.
-Señora -insiste el oficial.
-Pasare a la comisaría y firmaré los papeles, mi... Número de trabajo -toma un papel para escribir su número -y mi número personal.
La mujer les dió sus tarjetas con una sonrisa en el rostro, y enseguida me toma del brazo.
-Nos retiramos, gracias por la ayuda.
Sin más nos alejamos de aquellos policías y una vez fuera del parque puedo ver a la señora a mi lado.
-Bien, mi tarjeta -la tiende a mí -Me supongo que estarás ocupado, pero hasta que se despegue de tí tendrás que hacerte cargo de ella... O a menos que quieras venir a mi restaurante.
Mire la tarjeta, May Parker es su nombre... Su restaurante se llama "sonríe"
-De verdad, no creo poder seguir con mis entrevistas si ella viene conmigo.
-Bien, entonces ambos vengan conmigo -sujeta mi brazo -me falta personal, podrás ayudarme y apenas termine el trabajo vamos a acordar cuando ir a la comisaría, pero bueno, oficialmente, como ya has visto -sonrie tendiendo su mano a mí -Mi nombre es May Parker.
-Un placer señora, me llamo Wade, Wade Wilson.
Respondiendo a su presentación estrecho su mano obteniendo una sonrisa tranquila de su parte, ella enseguida detiene un taxi y siguiéndola junto a la niña la escuchamos dar la dirección.
-Vanesa -me inclinó un poco a ella - ¿Tienes... Mamá o papá?
Ella mantiene la mirada sobre mí, la mujer a mi lado nos mira en espera de una respuesta.
-Mamá...
-Pequeñita -se acerca dulcemente - ¿Cómo se llama tu mamá?
Ella simplemente niega agachando la mirada, aún cuando intento seguir preguntando ella no habla más; al llegar al restaurante la señora May mira su reloj y enseguida abre para adentrarse a ponerse su delantal.
-Muy bien -me mira con una sonrisa -Necesito tú ayuda, arregla las mesas y saca el letrero por favor.
Al verla cambiar el letrero de "cerrado" por "abierto" me apresuro a bajar un banco de la barra para sentar a la niña quien tranquilamente se queda ahí mirándome correr a sacar el letrero del menú y comenzar a bajar las sillas y limpiar las mesas, finalmente comienzo a barrer y trapear todo el lugar con prisa y apenas terminó los primeros clientes comienzan a llegar; al notarlo la señora May me tendió algunos menus para entregarlos a los comensales.
-Amm... -me mira incómoda.
-Esto... -deja el menú de lado mirando a su pareja -Creo que será mejor comer en otro lado.
Al escuchar eso no puedo evitar bajar la mirada y tratar de subir aún más la mascarilla sobre mi rostro, pero la señora May llega con prisa sujetando mi brazo para mirarlos con una sonrisa.
-Bien, fue un gusto tenerlos aquí... El poco tiempo que lo estuvieron, Wade -me mira -ve a descansar y pregunta a la pequeña si tiene hambre.
-Si, señora.
Caminando hacia la pequeña puedo ver cómo la pareja toca el brazo de la señora May preguntándole cosas, claramente sobre mí... Sentándome al lado de la pequeña solo la despeinó llamando su atención, ella me mira con una sonrisa luego de reír.
- ¿Tienes hambre pequeña Vanesa?
- ¡Si! -menciona con una sonrisa.
Ante su reacción avanzó a la cocina brevemente feliz, en la mesa puedo notar un platillo y dudoso solo me detengo de tomar pues desconozco si es para Vanesa.
-Lo siento por eso de fuera-sonrie limpiando sus manos -enseguida tendré la orden de las dos personas de fuera, mientras tanto lleva ese platillo a Vanesa -se detiene de avanzar -Ni siquiera te pregunté si ya has comido...
-Oh, no se preocupe por mí...
Deslizando el plato sobre la barra llegó hasta su lado y comienzo a darle de comer con una sonrisa bajo mi máscara, mientras ella ríe. Con más gente llegando yo trataba de subir mi máscara lo más posible entre el llevarles el menú, tambien pedí unos guantes a la señora May para cubrir mis manos. La hora del almuerzo por fin llega, ya son las cuatro de la tarde y sentándome en la mesa donde Vanesa colorea algunos dibujos veo acercarse a la señora May con algo de comida.
-Entonces... -suspira algo cansada -Ahora si, hablemos de Vanesa.
-La cosa es señora May... -exhalando un suspiro me inclinó hacia ella -Yo vivo en... Un apartamento solo, y no es higiénicamente apropiado para una niña, además de que no puedo quedarme con ella por la noche... Ella no es nada mío, y si se queda simplemente sería... Un problema para mí.
-Lo comprendo Wade, pero hoy, y ahora mismo será muy tarde para ir a levantar el acta... Estaba pensando... Que podríamos ir mañana antes de que habrá el local, y si no te molesta, los puedo invitar a quedarse en mi casa -sonrie hacia ambos -la habitación de mi sobrino está libre desde hace un tiempo.
- ¿No cree -rio divertido -que es peligroso, dejar pasar a un extraño a su casa?
Ella ríe animada -Lo es, pero quiero confiar en ti Wade.
Sonriendo, de pronto siento la mano de Vanesa sobre mi mejilla y algo sorprendido le regreso la mirada, ella me mira con curiosidad.
- ¿Porqué la cara de Wade está así?
-Haa... Si -rasco mi mejilla dudoso -Es que... ¡Es que soy como Superman! ¿Lo conoces?
- ¡Si!
-Pues, bueno... En lugar de tener un lindo copetito -finjo el cairel en mi frente -y unos lentes, yo obtuve... Este efecto en mi piel ¡Aunque claro, obtuve súper fuerza como recompensa!
Con prisa me abalanzó sobre ella haciéndole cosquillas, ella ríe mientras la señora May nos observa.
-Ha, pero -me giró hacia la mujer -Señora May, yo salgo por las noches y vuelvo realmente tarde... Supongo que -observo a la pequeña -Vanesa podrá dormir si yo no estoy ¿Verdad?
Asientiendo la pequeña solo acomoda su ropa y nuevamente se sienta a colorear con su gran sonrisa.
-Bien, entonces solo nos acompañas a casa y luego puedes ir a hacer lo que tengas que hacer.
-Gracias -menciono algo avergonzado -Por todo.
Con delicadeza la señora May posa su mano sobre la mía; está mujer es como Al, pero más joven y tierna... Además de su lenguaje sofisticado. Levantándome despeinó a Vanesa y me levanto para dar el menú a otros clientes.
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