• Capítulo 3 •

—¿Estás listo? —preguntó el héroe Endeavor a su hijo menor, ambos estaban apunto de tomar un jet privado que los llevaría a la isla.

Sí, solo vamos... —responde sin interés comenzando a caminar, quería terminar todo de forma rápida para poder volver a su trabajo— ¿A dónde iremos?

Iremos a un centro de investigación, pronto sabrás de que se trata.

—Mm... por cierto... ¿Sabes si Bakugō Katsuki fue a tu oficina ayer?

—¿Por qué lo preguntas?

—Escuché por ahí que lo vieron entrar a una de tus empresas y me pareció curioso ¿acaso lo llamaste? —pregunta curioso, su padre solo lo observa y luego desvía la mirada, parecía ocultar algo.

Sí, lo llamé, quería que hiciera un trabajo especial, algo que por ahora no puedo revelarte, pero tal vez más adelante lo hagaexplica sin dirigirle la mirada, le pareció extraño ¿Trabajo especial? ¿A qué se refería?

Ya veo... —se limitó a decir volteando a ver a la ventanilla, estaba curioso, tenía que admitirlo.

Buenos días Bakugō-san, es hora del desayu-... no... —su corazón se puso a mil, los nervios la hicieron tirar la bandeja de comida que llevaba, Katsuki no estaba ¿Cómo era posible? ¿Cómo escapó? — ¡Sal de tu escondite! —grita por el intercomunicador, sin recibir respuesta...

     Algo desesperada abre la puerta del salón y observa detalladamente cada rincón, no fue hasta que se acerca a la cama y observa debajo, no había nada... un sonido a sus espaldas la alarma, al voltear logra ver al rubio cenizo sacarle la lengua.

Te engañé —y acto seguido cierra la puerta que automáticamente se pone con seguro.

    No comprendía cómo había sucedido hasta que ve las huellas del rubio estaban en una esquina de la parte superior de la habitación justo arriba de la puerta, estaba segura de que había usado su kousei de "autoridad" ¿Cómo se salvó de eso?

     No, No podía permirse dejar escapar a su sujeto de prueba, ¡no podía decepcionar a su cliente! Al mismo instante recuerda su brazalete de emergencias y lo presiona.

—¡Atención! ¡Les habla la Doctora Ryuki Hirano! ¡Estoy encerrada en el salón alfa S-14! —su voz se empezó a escuchar por todas las instalaciones, Bakugō también lo escuchó pero de forma muy leve gracias a los tampones hechos de cama que se había colocado en los oídos— ¡El paciente número 2-18 Bakugō Katsuki se ah escapado! ¡En estos momentos se encuentra inestable por exceso de sustancias! ¡inmovilizarlo inmediatamente! 

     Todo el personal claramente iba a ayudar pero el rubio había mandado la plataforma al piso Z para que los que quisieran intervenir no pudieran bajar o subir.

     Sus manos al estar libres fueron capaces de provocar explosiones hasta llegar al piso L, ahí todos lo miraron sorprendidos al igual que la recepcionista. El lugar no tardó ni un minuto en llenarse de guardias.

     El de mirada carmesí solo sonríe con malicia y sin dudar ni un segundo se lanza a la batalla explotando a todo el que se colocara en su camino, dañó a varios hombres hasta que siente que alguien lo paralizarlo con un Taser.

     Su cuerpo empezó a retorcerce un poco por las descargas eléctricas, con esfuerzo se las quita de un tirón pero cuando apenas lo hace un sujeto más corpulento cuando lo tiran al suelo inmovilizándolo, con bastante molestia observa la entrada, estaba a tan solo unos metros de poder salir, iba a usar nuevamente explosiones, pero sus manos fueron apresadas con guantes.

—¡¿¡Acaso no ven que me tienen secuestrado idiotas!?! ¡¡Déjenme ir!! ¡¡Maldita sea!! —gritó intentando soltarse del agarre de los 5 tipos que lo inmovilizaban.

Muchas gracias, caballeros, estaba preocupada porque alguien saliera muy herido, Están bien ¿Verdad? —preguntó la azabache observando a su alrededor, claramente habían muchos guardias dañados pero nadie sufría nada mortal. 

     Al acercarse a Katsuki este la observa con mucha ira, esa desgraciada tenía muchas cartas bajo la manga... Ella se agacha y observa sus oídos tapados, había descubierto la debilidad de su kousei, fue muy astuto...

Lo siento Bakugō-san, creo que me excedí un poco en el último químico — habla con tranquilidad tomándolo de las mejillas para luego sin que nadie se percatara quitarle los tampones.

—¡¡Suéltame maldita zorra!! —insulta desesperado por soltarse, la de ojos violeta se acerca a su oído y susurra.

—Duerme... —nuevamente queda inconsciente, los guardias lo sueltan y uno la ayuda a llevarlo de vuelta a su sala.

Doctora Hirano... ¿El joven Bakugō está bien? se veía muy... frustrado... —habla la recepcionista bastante temerosa, sus manos estaban juntas mostrando lo preocupada que se encontraba.

Está bien... solo necesita... descansar —responde palmeando su hombro un par de veces para luego volver a ir por un desayuno para su querido paciente —. Por cierto, se necesita limpieza en la entrada del salón alfa S-14.

—Shōto, despierta, ya llegamos —se escuchó hablar a Endeavor, el jet ya había aterrizado.

     El bicolor bastante confundido se talla los ojos y bosteza, el viaje había durado más de lo que esperaba.

     Sin dirigirse la palabra ambos héroes salen y observan el moderno lugar que ya conocemos. La doctora Hirano estaba justo al frente para recibirlos, hace una reverencia y sonríe.

—Es un gusto volver a verlo señor Endeavor.

Igualmente doctora Ryuki, él es mi hijo Shōto —presenta, ambos dan una leve reverencia.

Es un gusto —sonríe la mujer, el bicolor no pudo evitar sentir algo extraño en esa mujer, su mirada era atemorizante.

Igualmente... —responde con su típica expresión neutra.

Tengo todo listo para comenzar, síganme los guiaré hasta el lugar.

     Sin decir nada más da una media vuelta y comienza a caminar. Padre e hijo la siguen, Shōto no tenía la mínima idea de lo que estaba pasando, ¿Qué va a comenzar?

     No fue hasta que llegan al piso X que se quedó un poco perturbado, en los salones habían criaturas o tipos desesperados por salir, ninguno estaba en buenas condiciones.

—¿Qué es este lugar? —pregunta observando todo con algo de temor, Endeavor suspira.

Es un lugar de experimentos.

—¿Por qué estamos aquí? —vuelve a preguntar, en todo el pasadizo habían hombres o mujeres con su ropa de doctores escribiendo u observando a sus "pacientes".

—¿Recuerdas lo que te dije sobre tu prometida? Bueno, descubrí que la ciencia podía darme más opciones, no solo mujeres sino también hombres, suena extraño pero hay más héroes varones con kouseis poderosos que las damas —el medio albino abrió un poco sus ojos con sorpresa.

     ¿Qué estaba diciendo? No comprendió nada al principio hasta que llegan a una sala y observa a su ex compañero de clase atrapado en una silla de metal ¡¿Ese era el trabajo especial?! ¿¡Convertirse en su prometido!?

—¿Pero qué... carajo? ¿Qué hace él aquí? No me digas que... tú

—Sí, lo elegí para ser tu prometido, su kousei es poderoso, hasta ahora recuerdo como es el que te da más pelea de todos, junto al discípulo de All Might —responde cruzándose de brazos con una pequeña sonrisa en su rostro.

—¿Él sabe qué es lo que le van a hacer?

—Mm... está consciente

—¿Está de acuerdo? Porque si está encerrado supongo que es por algo — cuestionó incrédulo, sus ojos no podían dejar de ver al rubio, se veía tan inofensivo en esa silla.

No me interesa sí está de acuerdo o no, su kousei es lo único que me importa.

—Quiero hablar con él.



     Un pitido ensordecedor lo despierta, nuevamente todo blanco con el espejo en frente, estaba cansado, sus manos estaban inmóviles por la tremenda silla que lo aprisionaba. Había fallado en su escape... observaba el lugar y nota que es otro, la puerta se veía aún más segura, y la habitación estaba equipada con cámaras en dos esquinas y a un lado una mesa con un desayuno.

     Lo había mandado más abajo... gruñe muy molesto, ya no sabía que hacer, la técnica que había utilizado antes ahora sería inútil...

     De pronto la puerta se abre y entra la persona que más odiaba en esos momentos, la mismísima muerte.

Tienes visita Bakugō-san —habla sonriente la doctora y segundos después entra un bicolor.

Tú... ¡¡Maldito mitad y mitad!! ¡Bastardo! —grita furioso mientras que intentaba librarse de la silla— ¡¡Arghhh!! ¡¡Muere, maldito traidor!! ¡¡Hijo de puta!!

—No hables —ordenó la mujer susurrando en el oído del ajeno y el rubio hace caso de manera forzada, aún podían escucharse pequeños gruñidos de su parte.

Te dejaré unos 10 minutos con él mientras hablo con tu padre —aclara saliendo del lugar.

Bakugō, esto no fue mi idea, te lo juro, acabo de enterarme hace unos minutos —la respiración del oji rubí se vuelve algo agitada intentando provocar algún ruido pero nada— ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? —preguntó preocupado para luego acercarse y tomar su mano el cual estaba encerrado en un guante.

No... —responde en un suspiro, ese efecto ya lo había usado la mujer cuando recién llegó al lugar por lo que sabía cómo manejarlo.

Tengo tantas dudas en este momento... intentaré arreglar las cosas, te lo prometo, hablaré con mi padre y te sacaré de aquí ¿De acuerdo? —a pesar de tener cara de poker en su tono de voz se escuchaba muy claro su preocupación...

Te... lo... en-car...go...

Continuará...

NarikoHN

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top