• Capítulo 2 •
Ya estaba libre tanto como cuerpo y manos pero seguía inmóvil, la de cabello azabache sale de la habitación y por un tipo de comunicador dice:
—Soltar
Automáticamente su cuerpo vuelve a tener movilidad y su voz regresa, sale de la camilla alborotado y observa a su alrededor, todo era blanco, no había nada, solo la camilla y una cama en una esquina, la ventana al lado de la puerta era un espejo supuso que era como esas que suelen usar en salas de interrogatorio para que los sospechosos no vean el exterior.
—¡¡Maldita zorra, déjame salir!! —exige intentando abrir la puerta, sin tener éxito se enoja e intenta explorarla para destruirla, pero nada.
—Es inútil, no puedes destruirla, el material con el que está hecho absorbe todo daño —no hizo caso y siguió, las explosiones hacían que la voz de la mujer apenas se escuchara— ¡Ya para! — pudo oírla pero muy poco, así descubrió que su kousei no funcionaba si es que no escuchaba con claridad su orden.
De la nada se detiene, voltea a ver el espejo y lo toca, por fuera pudo ver que era de unos 4 centímetros de grosor ¿Cuánta fuerza necesitaría para romper eso? Tal vez destruir o romper no sería una forma fácil de escapar... Tenía que usar estrategia e inteligencia.
—¿Ya estás más tranquilo? Bueno, eso no importa, las pruebas comenzarán mañana con la llegada de Endeavor así que descansa, necesitarás mucha energía.
—¿Es una orden?
—Es un consejo
—Jódete —maldice mostrándole el dedo medio, no sabía dónde estaba pero estaba seguro de que la mujer lo había visto.
Y Ahora que no estaba siendo observado camina por el salón, se queda pensando y planificando, daba vueltas y vueltas, al menos ya tenía la parte fácil del plan.
—¡Doctora Hirano! En el papeleo dice que tiene como paciente a Bakugō Katsuki ¿Es cierto? —habló emocionada la chica recepcionista— No lo había visto bien cuando ingresó pero me sorprendí mucho cuando lo leí ¿Puedo verlo? Soy muy fan de él, me parece un tipo salvaje y lleno de energía —explicó resaltando la palabra "salvaje".
—¿Ah? Mm... sí, supongo que puedes verlo pero no le hables, no quiere que lo molesten.
—¡Claro! ¡Muchas gracias!
Sin tardar toma la plataforma para bajar al piso S, la primera vez que lo había visto en televisión fue en el Festival deportivo de los primeros años en donde salió como primer lugar, desde entonces fue su fan, le parecía increíble la fuerza que tenía y su personalidad salvaje la volvía loca.
Muy emocionada se dirige al lugar en donde ya sabía que se encontraba el rubio y se apega al cristal, se veía tan imponente, realmente atractivo.
Tenía la orden de no hablarle pero podía comunicarse de otra forma, dio unos toques en la ventana llamando la atención del oji rubí, se emociona al verlo voltear como si pudiera verla y nuevamente toca, inevitablemente Katsuki se acerca.
—Ay~ en persona es aún más lindo~
—¿Quién está ahí? —preguntó mirando el cristal en donde supuso que estaba su visita, su vista estaba fija y su ceño fruncido, fue muy repentino haber escuchado esos golpes, tal vez podría servirle para escapar.
Nuevamente toques... • • • •... • •
¿Código Morse? De forma inmediata recordó la clase que les dio Aizawa sobre eso, su profesor les había dicho que les serviría para reconocer algún mensaje y vaya que lo agradecía, intenta recordar el abecedario y forma las palabra "Hi".
—¿Quién eres? —pregunta esperando su respuesta
_ • _ _ ... • • _ ... • _ • ... • • ... _ • _ ... _ _ _
—¿Yu...riko?
• • • ... • •
—Sí... —una chica— ¿Eres... la recepcionista?, un toque para sí y dos para no, el código Morse me cansa.
...•...
—¿Me conoces? —nuevamente la respuesta fue positiva— ¿Eres una admiradora? —afirma— ¿Puedes... abrir la puerta? —ahí hubo un largo silencio y después dijo que no— Oh, ya veo, yo pensaba que podríamos hablar... o al menos ver como era mi admiradora, pero si no quieres... —múltiples golpes suenan en el cristal, seguro que la había convencido.
Al otro lado del cristal la chica daba saltos de emoción, ¡técnicamente estaba hablando con Bakugō Katsuki! ¡Y parecía que él estaba interesado en conocerla!
Bastante emocionada camina hasta la puerta y coloca el código, el rubio pudo escuchar como sonaba algo en la puerta se acercó dispuesto a salir de ahí apenas se abriese, pero nada... sólo un pequeño golpe.
—¿Qué pasó?
—Buen intento Bakugō-san estuvo muy cerca... —era la doctora... seguro que atrapó a la chica justo en el momento que ella iba a abrir la puerta.
—¡¡Argh!! ¡¡Maldición!! —golpea la puerta muy frustrado, ¡estuvo demasiado cerca!
El intercomunicador se apaga y la de cabello azabache observa a la menor bastante seria.
—Y-Yo... creí que... estaba bien sacarlo un momento... —dijo bastante asustada, seguro que se ganaría un buen regaño e incluso un despido.
—...Tranquila Yuriko-san siempre se cometen errores, pero no lo vuelvas a hacer o tendré que hablar con el gerente.
—Ah, sí, lo siento, c-con permiso.
Y sin decir nada la chica se retira a paso veloz, la doctora Hirano daba demasiado miedo cuando estaba enojada, sus ojos violetas te robaban el alma con una simple mirada. La mujer nuevamente observa al rubio cenizo, borra y cambia el código puesto en la puerta y prende el intercomunicador.
—Si vuelves a querer escapar... te juro que te cambio de habitación —advirtió.
—Haz lo que quieras zorra desgraciada, nunca dejaré de querer salir de esta maldita prisión —responde de mala gana pateando la camilla en la que había llegado.
—De acuerdo, hágalo ya quiero verlo fracasar.
—¿Fracasar? No conozco esa palabra — responde burlón sacándole el dedo del medio, notaba la furia de la mujer con solo escucharla.
—Estás advertido —finalizó para luego apagar nuevamente el aparato.
Apenas comiencen con el proyecto no tendrá piedad del héroe recién graduado, tenía que admitir que su forma de ser era única y bastante entretenida, podría decirse que la tenía algo flechada pero sería imposible su relación ya que el rubio ya estaba "comprometido" con el hijo de su cliente, sin olvidar el hecho de que el ajeno ya la odiaba.
—¡Shōto! —llamó Endeavor entrando a la habitación de su hijo menor.
—¿Qué quieres viejo? —responde sin mucho interés, en ese momento su atención solo lo tenía un libro.
—Quiero que vengas conmigo a visitar un lugar.
—¿Es... necesario que vaya? —pregunta sin despegar la vista de su lectura.
Últimamente su padre lo invitaba a hacer muchas cosas, no le molestaba mucho... ya se había graduado, ya era un héroe, podía hacer las cosas por su cuenta.
—Sí, es de suma importancia, además, se tratará más de ti que de algún negocio.
—Mm... de acuerdo, iré, pero solo serán unas horas, tengo trabajos que hacer.
—Sí, estoy de acuerdo, yo también tengo cosas que hacer. Entonces prepárate, salimos mañana a las 6:00 am —avisa para luego salir de cuarto del ajeno.
El bicolor asiente y sigue leyendo pero después de pensar un poco en lo que le acababa de decir su padre suelta el libro y se pone a rebuscar en sus cajones para ver que se pondría el día de mañana ¿A dónde iría? ¿Debería usar algo formal?
Suelta un lento suspiro para luego revisar su celular, tenía un mensaje de Midoriya, le pareció curioso así que lo abrió, este decía lo siguiente:
—"Todoroki, ayer vi a Kacchan entrar en la empresa de tu padre, ¿Está trabajando en su empresa? iba a llamarlo pero su celular estaba apagado, ¿sabes algo?"
Se quedó extrañado por esa información ¿Katsuki había ido a buscar trabajo en la empresa de su viejo? ¿Qué habrá dicho la carta para que el rubio haya aceptado? Había algo que no encajaba en todo eso, algo malo... lo presentía.
Mira la hora, 9:47 pm tendría que investigar al día siguiente, en esos momentos no podría hacer mucho, ya hablaría con su padre de eso en la mañana.
—Mierda... —insultó al no poder dormir.
¿Qué hora era? no tenía idea, estar tanto tiempo encerrado, sin ningún sonido ni noción del tiempo era estresante... ¿Le darán al menos una buena cena? En todo el silencio no pudo evitar querer distraerse con algo y empezó a tararear una melodía al azar.
¿Cuánto tardaría en salir de ahí? sentía que bastarían unos días para que se vuelva loco con tanto blanco y silencio, tal vez debería pintarlo con toques de carmesí, claramente el color lo sacaría de la maldita doctora, esa desgraciada que pensaba que podía salirse con la suya encerrándolo en un lugar de alta seguridad...
— 🎶Look inside... look inside your tiny mind... you look a bit harder... cause were so unispired...so sick and tired... of all the hatred you harbor~ so you say... nanara na nara... ná naranara... na naranada naranarada naradaradaradara~ Fuck you~ fuck very very much~ 🎶
—Oye ¿pensaste en ser alguna vez cantante? No lo haces tan mal —se escucha esa irritante voz que ya reconocía y simplemente saca el dedo medio.
—Está totalmente dedicada a ti.
Continuará...
NarikoHN
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