• Capítulo 13 •

Ayaki querer ver a Katsuki feliz.

Intentaré hacerlo lo más feliz que pueda —comenta ofreciéndole una sincera sonrisa a la menor.

Jurar.

—Lo juro.

     La niña sonríe y confía en que el bicolor cumplirá su promesa, después de un rato hablando, la celebración finalmente termina y todos se van a sus chozas, el medio albino al ingresar a la que le prestaron se fija directamente en Katsuki, este ya estaba durmiendo plácidamente en la cama.

     Todoroki no pudo evitar acercase y acariciar el cabello del ajeno, era más suave de lo que aparentaba, el rubio cenizo se acomoda en una mejor posición haciendo que el bicolor tenga una mejor vista de su rostro.

Bakugō... he jurado que te haría feliz y no pienso rendirme.

     Katsuki aparentaba estar profundamente dormido por lo que supuso que no escuchó su confesión, después de estar unos segundos más observándolo termina por darle un suave beso en la frente y acomodarse a su lado para dormir.

     El día había sido demasiado largo y ahora sus cuerpos exigían poder descansar con tranquilidad, tal vez mañana sería igual de largo, no lo sabía, pero tenía que estar listo para todo.

     El sol no tardó mucho en salir, el aroma de playa a tempranas horas del día era increíblemente refrescante. Bakugō al despertar se talla los ojos con pereza, sentía un brazo rodeándolo por la cintura, y cuando voltea no le sorprende ver a Todoroki pegado a él.

Maldito mitad y mitad... —maldice en voz baja, sus mejillas inevitablemente se pintaron de rojo.

     Se quita el brazo con no mucho cuidado pero aún así, Todoroki no despierta.

     Una vez fuera de la cama, sale de la cabaña y camina hasta la orilla del mar que estaba al lado del pueblito, estaba ansioso por regresar a la ciudad, se había quedado pensando en lo que el bicolor le había dicho anoche y no pudo evitar dudar de su plan.

     Era una difícil decisión, podría incluso poner su vida en riesgo si no tomaba la opción correcta.

No importa lo que pase, no pienso regresar.

Doctora Hirano, no queda mucho tiempo para que se empiecen a manifestar dolencias severas en el usuario.

—Estoy segura de que Todoroki san convencerá a Katsuki para que regrese, solo hace falta un poco más de... motivación.

—¿Dejará que Bakugō san esté al borde de la muerte para que lo traiga?

—De lo contrario no lo traerá, solo piénsalo, si Bakugō san se encuentra bien, hará que se sienta confiado pero apenas lo vea sufrir no podrá evitar llamarnos para pedir ayuda.

—No suena mal, pero recuerde que podrían alejarse más de lo esperado del laboratorio, ¿Nos dará el tiempo para traerlo y atenderlo?

—Mm... Pensándolo bien, sería más sencillo que nosotros fuéramos a que él venga, pero estaríamos expuestos a sufrir daños si no se contiene bien a Bakugō san, aunque Todoroki kun también podría atacar si nos mostramos violentos.

—¿Pero su kousei no es suficiente para contenerlos?

—Es una posibilidad, pero si no me encuentro cerca o atenta a ellos el efecto disminuye.

—Ya veo.

—Aún así, ir hacia ellos no es mala idea, pide que alisten un set de emergencia, y bajo mucha protección quiero las mezclas 4-00-30 y 7-16-20, eso es lo que le salvará la vida así que potejanlo como oro ¿Entendido?

—Sí. Con permiso.

     El joven ayudante sale de la sala de vigilancia para seguir las órdenes de la doctora, mientras que ella se quedaba viendo fijamente una pantalla en dónde se podía ver a Katsuki viendo el mar.

     En el pueblo llegó la hora de cazar para el almuerzo, todos los hombres se equiparon con lanzas y arcos, todos los indígenas de la isla eran realmente buenos usando armas, pero los hombres eran los que iban por la carne, mientras que las mujeres cuidaban a los niños y ancianos del pueblo de cualquier amenaza.

     Evidentemente Katsuki y Todoroki no querían quedarse viendo y también fueron a cazar, al principio estaban dispuestos a usar sus kouseis pero Masaki, el ex científico con el que Bakugō habló anteriormente, les advirtió que eso podría asustar a los indígenas, todos saben de la existencia de héroes o personas con habilidades sobrehumanas pero nunca presenciaron alguna de cerca, por lo tanto, sería mejor cazar de forma tradicional.

     Bakugō no estaba del todo de acuerdo pero terminó cediendo gracias a su pequeña amiga, ella se veía realmente emocionada por ver a Katsuki cazar como si fuera uno más del clan.

—¡Papá, Munani qawayta!

—Mana, qan kikiykipas k’irikuwaqmi.

—Papá...

     La niña estaba cerca de hacer un pequeño berrinche por querer ir con ellos pero Katsuki no tardó en acercarse, ponerse a la altura de la menor y acariciar su cabeza.

No puedes ir, hazle caso a tú papá.

—¡Pero quiero ver a Katsuki!

—Cuando puedas cazar iré contigo.

—¿Oh, chiqaq?

—Que sí, ya, anda con tu mamá.

—Mm... Allinmi...

     Finalmente la pequeña hace caso y se va con su madre, Katsuki como si no fuera nada se dirige hacia los demás, Masaki no puede evitar reír.

Tú pareces más papá de ella que yo.

—¿Hah? No digas eso, yo no quiero tener hijos.

—¿En serio? Pareces ser bueno con los niños.

—Para nada.

     Todoroki al oír esa respuesta baja la mirada pensativo, para alguien que no quería tener hijos todo ese proyecto que tenían en mente su padre y la doctora, era muy cruel. Literalmente están obligándolo a tener un hijo suyo, obviamente no iba a permitir eso y menos si Katsuki estaba siendo obligado.

     Bakugō sigue escuchando comentarios sobre su supuesto sentido paterno haciendo que ruede los ojos, estaba algo irritado, pero intentó ignorarlo girando la lanza en sus manos, manejándola como si tuviera años de experiencia.

Bakugō, ya pareces nativo —dice Todoroki viendolo igual de neutro, pero con una pizca de asombro.

Un héroe tiene que saber usar de todo ¿o no?

—Así es —sonríe y recoge el arco junto al carcaj, había estado en un club de arquería hace tiempo pero aún recordaba como usarlo bien.

     Una vez listos se agrupan con los otros hombres y empiezan a caminar junto a ellos, al parecer tenían una ruta ya establecida en dónde ponían trampas y las revisaban todos los días.

     Ya después de revisar las trampas y colocar unas nuevas se exparcieron por todos lados, Katsuki quería ir solo pero Todoroki no lo dejó, así que ambos caminaron con cuidado de no alertar a algún animal cercano.

Bakugō, ¿Cuánto tiempo estaremos en esta isla?

—El papá de Ayaki dijo que mañana pasará un barco de carga que podría sacarnos de aquí.

—¿Mañana?...

     Eso preocupó al bicolor, pues supuestamente al día siguiente podrían presentarse los síntomas mortales en Katsuki si no se le aplicaba el medicamento estabilizador.

Bakugō, no creo que-

—Shh, silencio, mira allá.

     Señala hacia unos arbustos en dónde estaba un jabalí y se prepara para atacar, Todoroki solo observa pero de la nada Katsuki se paraliza.

¿Hah?

—¿Qué sucede?

     Bakugō observa por todos lados aparentemente irritado, eso lo haría pensar en el primer día en la isla en dónde también decía escuchar a la doctora.

Maldita sea, como no se cansan de joder.

—¿Mm?

—¡Lárgate y déjame en paz, maldita zorra!

—Bakugō, Tranquilo... —dice acercándose lentamente al ajeno, quien todavía estaba en posición de ataque.

—¡Aléjate! —gritó como si estuviera viéndolo por otro lado— ¡¿Cómo sé que no es algún plan suyo para que regrese al laboratorio?! ¡Tú estás de acuerdo con esto! ¿¡No es así!?

—¿Qué? Bakugō, no —negó tomando la lanza del ajeno pero el rubio rápidamente se aparta y lo enfrenta.

     Y justo cuando se estaba por acercar, Bakugō lanza el arma de forma recta hacia el bicolor y este por reflejo crea un muro de hielo que detuvo el impacto de la lanza pero después de haberlo penetrado está avanza lastimando el antebrazo derecho del bicolor.

—¡Ahrg!- ¡Bakugō, estás alucinando!

     Bakugō parecía estar listo para explotar todo a sus alrededores pero de la nada parpadea un par de veces y empieza a buscar con la mirada a la supuesta doctora, pero evidentemente no había nadie. Había salido justo a tiempo de aquella ilusión.

—¿Hah?... Pero- ahí estaba la-

Agh... —aparta el brazo de la lanza y se ve que tiene una herida profunda gracias al arma.

—¡Mitad y mitad! —al ver la cantidad de sangre que caía de su brazo se asustó un poco, pensó que le había dañado arterias o nervios importantes.

Bakugō, no estés asustado, todo está bien, es solo una herida.

—¡No quise-! ¡Pensé que tú eras la doctora! —el bicolor lo observa y luego toma su mejilla con su zurda.

Tranquilo... Esto no es nada después de todo lo que vivimos.

—Lo sé, pero- eso no hace que me sienta mejor con todo esto, no sé que demonios me pasa, se sentía tan real...

—Ya es la segunda vez que sucede esto, seguro es un efecto secundario de los químicos que te pusieron.

—Maldita sea... Nos encargaremos de esto después, tenemos que regresar, se te puede infectar la herida.

—Sí...

Continuará...

NarikoHN

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top