Extra 6
IMPORTANTE: PERFECTLY IMPERFECT TENDRÁ OTRO LIBRO
abajo les explicaré más
☘️ Tú, Yo,Nosotros;
por Jung Hoseok.
Los años pasaban más rápido de lo que yo mismo podía asimilar. Mi relación con Haru se había afianzado a tal punto que ya vivíamos juntos, bueno, vivíamos en su departamento aún, pero esta vez le ayudaba con la renta. Por supuesto, esto no quería decir que en nuestra relación todo era amor y dulzura, de vez en cuando teníamos algunas discusiones, pero sabíamos cómo arreglarlo... O al menos la mayor parte del tiempo.
—¡No puedes prohibirme ir a ver a Sunny! —me gritó Haru bastante furiosa.
—No te estoy prohibiendo nada, solo te lo estoy recomendando.
—No debería importarte lo que haga o no mientras no te involucre.
—Haruka, todo lo que tenga que ver contigo me involucra —dije y ella soltó una gran bocanada de aire. —Y según la ley número...
—¡No quiero escuchar tus términos legales! —gritó cubriéndose los oídos para ir hasta la habitación. Cerró la puerta con un gran portazo y yo me quedé en el sofá.
Estaba enojado porque Haru no me entendía. Ella no quería ir donde Sunny solo por una visita, ella quería encarar a su madre. Pero de todas formas comprendía su actitud ya que la familia de Sunny se estaba comportando igual que la de ella hace algunos años, cosa que no era muy linda de recordar.
Cuando creí que las aguas se habían calmado, entré a la habitación. Haru estaba totalmente cubierta con las sábanas, y por su respiración notaba que había estado llorando.
—Haru —murmuré acercándome a ella, pero no respondió. —Lo siento.
—¿Por qué? Si tienes razón en todo, menos lo de prohibirme salir.
—Yo nunca dije prohibir, solo dije que no lo apruebo, y es tú decisión. Pero...
—¿Ves? Siempre hay un pero.
—Haru, las cosas no son tan fáciles con esa familia y lo sabes. Tengo miedo de que te pase algo, la última vez que fuiste esa señora casi te golpea.
—Tú me dijiste que puedo golpearla de vuelta —murmuró y yo reí.
—Sí, pero mi plan es que no salgas lastimada de ningún modo —dije acurrucándome a su lado.
—Lo siento, Hoseok. Estoy molesta porque aún quieren controlar a Sunny, ya tiene diecinueve años y ni siquiera aceptan a su novio, ¡Podría ser el amor de su vida!
—Aún le faltan tres años para conocer al amor de su vida.
—¿Tres años? —preguntó confundida.
—Sip, yo te conocí a los veintidós y eres el amor de mi vida. —La sonrisa de Haru me contagió, hasta que ella se puso a contar con las manos. —¿Qué haces?
—Calculando cuando conocí al amor de mi vida.
—También tenías veintidós —respondí y ella me miró frunciendo las cejas.
—Oh, no. No hablaba de ti, hablaba de Hyeok.
—¡Haruka! —me quejé y ella se echó a reír.
Esta vez fue mi turno de envolverme con las sábanas como si fuera un burrito. Haru, entre risas, intentaba destaparme, pero yo no la dejaba.
—Vamos, amor. Solo estaba bromeando.
—No puedo creer que haya dicho que eres el amor de mi vida y tú nombres a tu ex.
—Pero si tú sabes que eres el amor de mi vida.
—¿Ah? ¿Le estás hablando a Hyeok otra vez?
—¿Qué quieres que haga para que ya no estés molesto conmigo?
—Casémonos —dije y por unos segundos todo fue silencio absoluto.
—¿Q-qué?
—Quiero casarme contigo, Haru.
—P-pero tú dijiste que eso era solo un papel.
—Sí, pero tengo ganas de que un papel diga que soy tuyo... Bueno, tu esposo. —El rostro de Haru aún lucía desconcertado, su boca estaba entreabierta y no decía nada. —Sé que es difícil para ti, y créeme que lo he estado pensando por mucho tiempo, así que tuve una idea.
—¿Qué idea? —preguntó siguiéndome con la mirada mientras yo iba hasta uno de mis cajones.
Estaba ultra híper mega nervioso. Si bien era algo que había estado planeando hace algún tiempo, la manera en la que debía haberlo dicho no era esta, así que definitivamente no estaba preparado para esto.
Saqué la pequeña cajita que había mantenido escondida, y caminé de vuelta a la cama, donde se encontraba Haru.
—¿Qué es eso?
—Creo que ya sabes lo que es —respondí abriéndola. Dentro se encontraba aquel anillo que escogí para ella. —Es un anillo que simboliza una promesa. No voy a forzarte ni presionarte, es solo como un compromiso y cuando estés lista, lo haremos.
—¿Cómo sabré cuando tú estés listo? —preguntó sin dejar de ver el anillo.
—Haru, siempre estoy listo si se trata de ti —dije acomodando una mecha de su cabello. —Entonces, ¿Aceptas casarte conmigo... Algún día?
—Te amo, y sí, acepto —respondió tirando de mi camiseta para acercarme a ella.
—Te amo aún más, Haruka —dije deslizando el anillo por su dedo antes de besarla.
Haru me provocaba sentimientos indescriptibles. Ella era mi todo y yo estaba más que feliz de tenerla a mi lado.
Entendía completamente aquel trauma que tenía con el matrimonio. Las discusiones de sus padres, los engaños y cosas por las que ella se sentía culpable, a pesar de no serlo, solo por creer que debido a ella sus padres debieron permanecer juntos.
Yo no quería eso para ella, para nosotros. Si bien hace algún tiempo yo solo pensaba que el matrimonio no era más que una atadura legal, había cambiado de parecer cuando imaginaba a Haru con un anillo en su dedo y un vestido blanco.
Era un gran paso, pero de eso se trataba, y el matrimonio no sería el último.
—¿Señor Jung? —preguntó el hombre frente a mí. —¿Le gusta esta casa?
Había pedido la mañana libre para cumplir con mi cometido sin que Haru se enterara, porque estaba seguro de que me mataría.
Mi padre nos había dejado una herencia, pero esta solo podíamos recibirla cuando nos graduáramos, cosa que Jiwoo y yo habíamos cumplido ya. Desde que la recibí, supe lo que quería: una casa para mí y Haru. Sabía que, si se lo decía, ella se negaría rotundamente, pero yo quería hacerla feliz y si bien no me molestaba vivir en el departamento, quería un espacio grande para nosotros.
—¿Tiene una con un salón más grande?
—¿Más grande? —preguntó asombrado.
—Sí, mi novia es profesora de música y quiero que tenga un lugar para los instrumentos... y un piano también.
—En ese caso, creo que la siguiente casa le gustará.
Así como el hombre de bienes raíces había dicho, la siguiente casa era perfecta. El salón era lo suficientemente grande como para que el piano que le pensaba dar a Haru cayera en él, tenía la cantidad necesaria de habitaciones y el patio era mi parte favorita, grande y espacioso para que Charly se entretuviera ahí.
—Este es el baño. Lo bueno de esta ducha es que no consume demasiada agua.
—Uhm, ahorrar agua para las sequias —mencioné con gracia, pero el hombre no pareció entender y asintió levemente.
—Y si añade un poco más de dinero podríamos...
—Soy abogado, y tengo claro todo acerca de la compraventa de propiedades. Así que no intentes engañarme.
—Lo siento, señor Jung.
Si bien las cosas parecían ir bien, mi vida laboral estaba hecha un desastre. Demasiado trabajo, turnos extra, apenas tenía tiempo para comer y dormir, lo que conllevaba a que pasara menos tiempo con Haru, por lo que todo momento junto a ella, era muy valioso para mí.
Revisaba detalladamente el caso impreso en mis manos, pero de vez en cuando mi vista se desviaba hacia Haru. Cuando se había levantado de la cama, cuando había cogido las toallas para ir a la ducha, cuando llegaba mojada y cuando se quitaba ésta, dándome una perfecta vista de su cuerpo desnudo.
—¡No sé qué ponerme! —exclamó cogiendo una de mis sudaderas para ponérsela, y dentro de mí solté un quejido por eso.
—Me gustaba como estabas hace un rato.
—¿Con pijama?
—Después de eso —aclaré y Haru rodó los ojos, pero con una sonrisa en su rostro. —De todas formas, ¿Por qué es tan complicado? Siempre te ves guapa.
—Aprecio el halago —dijo lanzándome un beso. —Pero iré a la tienda de tu hermana, ¿Y sabes qué clase de gente va a su tienda?
—Gente con mucho dinero porque, puede ser mi hermana, pero sus precios son bastante elevados.
—Oferta y demanda, señor Jung.
—Uhm... ¿Puedes venir aquí un momento?
—¿Para qué? —preguntó ella parándose.
—Necesito que me ayudes a leer lo que dice aquí —respondí enseñándole las hojas en mis manos.
—¿Mi ayuda? Pero si yo no...
Dejé las hojas a un lado y tiré a Haru hacia a mí. Mis labios no tardaron nada en encontrar los suyos para besarla, ella se sentó en mi regazo, pero yo me di media vuelta para dejarla debajo de mí. El beso fue subiendo más de intensidad, mis manos recorrían su cuerpo lentamente, y las de Haru fueron por mi camiseta, pero cuando estaba a punto de quitármela, mi teléfono sonó.
—Deberías contestar, puede ser importante —dijo sobre mis labios.
—Todo lo que me importa está aquí —respondí volviendo a su boca.
El teléfono dejó de sonar, pero en menos de cinco segundos, habían vuelto a llamar. Estaba decidido a matar a quien sea que estuviera interrumpiendo de mi caliente momento, pero me obligué a calmarme cuando vi que se trataba del trabajo.
"Tenemos un problema con el caso, necesitamos que vengas urgente", eso es lo que me habían dicho y a regañadientes me levanté. Me disculpé con Haru, pero ella me sonrió, siempre lo hacía.
—Te amo —murmuré sobre sus labios, sin ganas de apartarme.
—¿A qué hora llegarás?
—No tengo ni idea, pero si se hace tarde, solo ve a dormir, ¿Está bien? —Ella asintió y yo me di media vuelta para irme, pero volví a ella. —Por Dios, no quiero separarme de ti.
—Ya tendremos tiempo, Hoseok —dijo ella, pero sus brazos no me soltaban. —Te amo muchísimo.
El tiempo volaba, y con eso, nuestro aniversario se acercaba. Había decido darle la noticia de la casa que había comprado. De verdad esperaba que su reacción fuera buena, pero yo pensaba en nosotros, en nuestro futuro y nuestros... ¿hijos?
—Bebé —dije y Haru musitó un "uhu" en respuesta. —¿Quieres tener hijos? —pregunté y ella se dio vuelta para mirarme.
—¿Por qué? ¿Me dirás que estás embarazado?
—Ja, ja. Solo te preguntaba porque nunca habíamos tocado el tema.
—¿Tú quieres? —preguntó ella y lo pensé.
Imaginar a un par de niños correr por la casa, que tuvieran nuestros rasgos y los lindos ojos de Haru, hizo que mi corazón se calentara de emoción.
—Creo que sí —respondí intentando no sonar emocionado. —¿Y... tú?
—Bueno, siempre me gustaron los bebés, pero no había pensado en tenerlos.
—Mmm.
—Aunque... debo reconocer que me gustaría que alguien te dijera papá.
—¿De verdad? —pregunté y esta vez no oculté la emoción en mi voz.
—Sí, pero no ahora. Quiero conseguir un trabajo y tener una casa.
—Estamos listos con eso —respondí sin pensar. —Digo, con el trabajo. Dijiste que tenías una buena oferta.
—Es solo una oferta —repitió ella sonriendo. —También hay algo que durante un tiempo pensé bastante —dijo y yo hice un gesto para que continuara. —¿No te gustaría adoptar? Digo, me encantaría devolver el favor que mis padres hicieron conmigo y hacer feliz a alguien más. Si bien mi infancia no fue la mejor del mundo, nunca me faltó el amor de mis padres, así que quiero provocar eso también en una persona.
—Es una grandísima idea, amor —dije acercándome a ella para besarla. —¿Qué harás mañana? —pregunté terminando el beso.
—Día de chicas con Eun y Jiwoo, ¿Por qué preguntas?
—Por nada, disfruta tu día —canté antes de volver a besarla.
Amaba a Haru en todas sus facetas, y cada una de ellas me parecía increíble. Su corazón era enorme, mucho más de lo que la gente solía pensar. Haru era una persona fuera de este mundo, y tenía suerte de estar con ella.
—Por favor, contesta —rogué al teléfono luego de la segunda llamada sin responder.
—¿Qué quieres? —se hoyó al otro lado de la línea.
—Hola a ti también, Yoongi.
—Hola —masculló y su voz sonó ahogada. —De verdad, ¿Qué quieres?
—Necesito tu ayuda —dije, pero no hubo respuestas. Tuve la impresión de haber escuchado un par de ruidos en el fondo, algo como besos y... —¿Estás con alguien?
—Estás molestándome.
—¿Tienes novia? —chillé.
—¿Esto es tan importante como para...
—¿Detener tu coito? No, sigue con eso.
—Te llamo después —dijo, y ni siquiera tuve que responder a eso porque Yoongi ya había colgado.
¿Acaso él...? Imposible, me lo hubiera dicho... o tal vez no. Dejé ir cualquier idea antes de que imágenes de Yoongi fornicando con alguna chica aparecieran en mi cabeza, y definitivamente no quería imaginar eso.
No sabía qué hacer para Haru. Normalmente ella era la que me daba ideas, o aprobaba mis ideas, o simplemente escuchaba mis ideas, ¡pero esta vez no podía ser así!
Busqué en mi lista de contactos, y me detuve en uno es específico. No, no iba a hacerlo, no podía, pero...
—¿Hoseok?
—Hola, Jimin.
(...)
—¿Entonces ustedes ya están comprometidos?
—Algo así —respondí. —No le digas nada a mi hermana o te mato, ni siquiera sé por qué te lo estoy contando a ti.
—Quizás por tu amor por mí por fin está saliendo a flote.
—Já, ni lo creas. Para mí siempre serás el imbécil que la hizo llorar.
—Hoseok, eso fue hace años, hace siete años, ¿No crees que es momento de que lo superes? —dijo y yo lo miré mal. —O si no quieres superarlo, no importa, no pasa nada.
—La cosa es que, necesito decirle lo de la casa. Nuestro aniversario es el domingo y...
—¿Para tu cumpleaños?
—¿Cómo es que sabes mi fecha de cumpleaños?
—Soy el esposo de tu hermana, obvio que lo sé.
—Ah, sí. Se me olvida ese minúsculo detalle —dije rodando los ojos, pero Jimin rio. —¿Qué sucede?
—Jiwoo y tú son iguales.
—No te enamores de mí o podría romperte el corazón.
Estuvimos horas y horas dando vueltas para decidir qué hacer. Jimin no era un mal acompañante, me daba todas las ideas y cuando yo cambiaba de parecer, me seguía. Quizás solo lo estaba haciendo para quedar bien, pero de todas formas me alegró tener a alguien más en quien confiar. Nota mental: jamás dije eso.
Gracias a Jimin, todo estaba quedando perfecto, y ahora solo quedaba esperar el día.
—¿A dónde vamos? —no paraba de decir Haru desde que se había enterado que la cena en casa de mi madre no era más que una excusa. —Hoseok, dime o me bajo del auto.
—No me amenaces, Haruka.
—Dime... ¿Vamos a un motel? Porque no traje ropa para moteles.
—¿Ropa para moteles? Haru, lo que menos importa en un motel es la ropa.
—Oh, entonces no es un motel.
—Luces decepcionada, si quieres puedo cambiar de planes y llevarte a uno.
—Ja, ja.
La reacción de Haru al saber de la "sorpresa" quitó todos mis nervios. Ella estaba contenta y también me había dado el "sí" oficial, ¡nos íbamos a casar!
Mi vida parecía estar totalmente realizada, aunque, si Haru estaba conmigo, nada más me importaba. El amor que sentía por ella era mucho más fuerte que cualquier otra cosa que haya sentido antes, incluso el dolor.
—Hoseok, ¿Cambiarías algo de tu vida? —preguntó Haru mirándome. Mientras me lo pensaba, acaricie su mejilla y ella cerró los ojos.
—Uhm... no lo creo.
—¿Ni al psicópata que te perseguía?
—Ni eso —respondí riendo por su elección de palabras. —Ese psicópata me llevó a la fiesta en la que te vi por primera vez, y de no ser por eso, no estaríamos aquí, acostados en la misma cama a punto de casarnos.
La vida era difícil, para unos más que otros, pero te daba lecciones. Sin Miyeon no habría conocido el dolor, sin Kyo no habría conocido el temor, sin Yoongi no habría conocido la amistad y sin Haru jamás habría tenido la idea de lo que el verdadero amor significaba.
Mi historia era larga, pero valía la pena si al final llegaba a este punto, si llegaba a Haru porque quizás ella no era mi principio, pero si mi final.
〰️
Este es el final de finales para esta historia *c pone a llorar*
Peeeeeeeeeero, como dije arriba, Perfectly Imperfect tendrá segundo libro, no es una segunda temporada, ahí se hablara sobre Hoseok antes de conocer a Haru (sí, lo de Miyeon juju).
Mañana lo publicaré a la misma hora de siempre, espero verlas por allá (así que pongan alarma)
Traten de adivinar el nombre de la historia mientras (creo que algunas ya lo saben)
MUCHAS GRACIAS POR TOOOOOOODOOOOO<3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top