0.39

[Cap. 39]
🍃 Una sexy princesa.

Había pasado toda la semana estudiando para los exámenes, diría que era más de lo normal, pero era sólo porque quería dar mi cien por ciento ahora que estudiaba lo que realmente quería. Por lo mismo, no había tenido la oportunidad de pasar tiempo con Hoseok. De vez en cuando venía pero ambos estábamos tan enfocados en nuestros apuntes que no compartíamos mucho.

H de Hoseok
Hoy es viernes, con V de voy por ti en un rato.

Haru
Te estaré esperando
Con T de te amo
.

H de Hoseok
Aprendes rápido
Y también te amo.

Como había dicho antes, estaba tan pendiente de estudiar, que había pospuesto cualquier cosa que no estuviera relacionada con esto, incluyendo la reunión a la que Hoseok me había invitado. Era algo formal y elegante, y yo... Oh Dios, ¿Por qué no lo había pensado antes?

¿Qué me iba a poner?

Dejé mis libros a un lado y fui directo a mi clóset en busca de los vestidos que había usado para los recitales. Tenía algunos, pero mi cuerpo había sufrido unos cambios desde que había llegado a Gwangju, así que dos de ellos no me quedaban. Rebusqué por todas partes, dejando mi habitación hecha un completo desastre, y oí golpes en la puerta.

Intenté meter todo de vuelta al clóset, pero las puertas no soportaron la montaña que había formado, y se abrieron, tirando todo del vuelta al piso.

—Traje algo para comer— dijo Hoseok enseñándome una caja de pizza y funda enorme donde supuse que estaba su traje. —¿Estás bien?

—¿Crees que sea muy tarde para ir a comprar ropa? —pregunté y él rio.

—Tranquila, Jiwoo se encargó de eso —dijo entregándome aquella funda. —Mi traje también está dentro, así que no te sorprendas.

Sí, incluso había olvidado que Hoseok se vestiría aquí y luego nos iríamos juntos. Mi cabeza había estado en las nubes y recién ahora me estaba dando cuenta.

Saqué el traje de Hoseok y lo colgué, antes de ver lo que estaba detrás. Un vestido largo y negro, con algunas piedras brillantes. Era hermoso y sofisticado, y reconocí aquel diseño. Era uno de los que Jiwoo había dibujado y tenía pegado en su habitación.

—No me digas que...

—Sí, ella lo diseñó. Dice que se disculpa por no poder haberlo hecho ella misma, pero que cuando se graduara te daría uno original.

—¿Está loca? Es su diseño, merece todo el crédito.

—Se lo dije, pero ya sabes lo cabeza dura que es. Dijo que te verías linda en él, yo le dije que te verías aun más linda sin nada, pero cada quien con sus gustos —bromeó y yo rodé los ojos antes de ponerme de puntillas para besarlo. —¿Y eso por qué?

—No te había besado hoy.

—Ni ayer, así que me debes más que un beso, Haruka —dijo apegándome a su cuerpo. —Eres hermosa.

—Estoy hecha un desastre —dije, y no mentía. Mi cabello estaba todo enmarañado en una coleta, no me había quitado el pijama y aún tenía puestas mis gafas para la lectura.

—Desastre es lo que tienes en tu habitación —corrigió apuntando a ésta, y yo solo pude reír. —Tú estás guapa de cualquier forma.

—Estaba desesperada, tu hermana me salvó —dije refiriéndome al desastre en mi habitación.

—¿Qué te parece si comemos, ordenamos tu habitación y luego nos damos una ducha para cambiarnos?

—¿Nos?

—Las sequías, Haru.

(...)

Mi estómago se contraía a medida que el tic-tac del reloj sonaba. Jamás me había tardado tanto en arreglarme, ni siquiera para los recitales con mi familia, pero ahora de verdad estaba preocupada por lucir el vestido de Jiwoo. Por supuesto, necesitaba un peinado para acompañarlo, así que con la ayuda del bendito internet, comencé a buscar algunos fáciles.

—Me gusta ese— dijo Hoseok apuntando a una de las fotos.

—¿Me ayudarás a rizarme el pelo? —pregunté en broma, pero sus ojos parecieron brillar.

—Por supuesto.

—¿De verdad?

—Ya te dije que Jiwoo nunca me dejó ayudarla, y me gusta aprender cosas nuevas.

—Genial, así ganaré tiempo. Eres el mejor novio del mundo.

—¿Puedes llamar a Hyeok y gritarle eso? —preguntó y rodé los ojos.

Con la ayuda de Hoseok todo fue más rápido, y a pesar de que en un principio le costó encontrarle la técnica al rizador, aprendió bastante bien. Por fin estaba lista, o al menos el peinado. Le pedí ayuda a Hoseok con la cremallera del vestido, y luego de un sinfín de jugueteos y caricias, lo cerró.

—¿Qué tal me veo? —pregunté dándome una vuelta y oí un silbido de Hoseok.

—Cómo una sexy princesa— respondió poniendo su mano en mi cintura para acercarme a él. —Y recuerda, a las doce el vestido desaparece —susurró en mi oreja.

La hora había llegado, y salimos del departamento hasta el auto. Hoseok me preguntó si quería conducir, pero los tacones y un largo vestido no eran muy amigos de los pedales, así que preferí que él lo hiciera.

Jamás había pensado en la relevancia que podía tener la empresa de los padres de Hoseok, pero en aquel recinto había mucha gente y un par de periodistas. Aún así, me sentía como una celebridad caminando por la alfombra roja.

—Se supone que mamá debería estar aquí —dijo Hoseok mirando para todos lados antes de tomar su teléfono.

Sé que ya había dicho que Hoseok parecía sacado de una portada de revista, pero repetirlo una vez más no le haría mal a nadie. Desde su cabello hasta sus zapatos, todo se veía perfecto en él. Aquel traje negro, incluso sin corbata, se veía increíble puesto en él, logrando destacar del resto.

—¡Hoseok! —escuchamos que alguien lo llamaba, pero no era ni Eun ni Jiwoo, sino otra chica. Una muy linda por cierto. —No puedo creerlo, Jung Hoseok está aquí.

—¡Hey! Tanto tiempo, Taeri— saludó él. Luego ató su mano a la mí y me apegó a él. —Ella es Haru, mi novia.

—¿Novia? —preguntó ella sin quitar su sonrisa. El teléfono de Hoseok comenzó a sonar y él se disculpó para ir a contestar. Mentiría si dijera que Taeri quitó su sonrisa, en realidad, ésta se agrandó, pero algo andaba mal. —¿De verdad eres novia de Hoseok o solo está aparentando?

—No, somos novios de verdad —respondí un tanto extrañada.

—Wow, años esperando volver a ver a Hoseok y tiene novia. No creo que sea mi día de suerte.

—No, no lo será —aseguré, sonriendo igual que ella.

—Qué linda, te daré mi número.

—No creo que sea necesario.

—Para ti no, pero para mí sí. Avísame cuando Hoseok vuelva a estar soltero —dijo entrándome una tarjeta antes de irse. Sí, una tar-je-ta, con su nombre y todo.

Las personas hirientes y directas eran detestables, pero no más que alguien que se escondía detrás de una fachada para conseguir lo que quería. Ni siquiera podía decir que estaba celosa, en realidad estaba molesta por haberme topado con alguien así y haber arruinado parte de la velada.

—¿Y Taeri? —preguntó Hoseok poniendo su mano en mi espalda.

—Me dejó su número y se fue —respondí entregándole la tarjeta que ella me había dado.

—¿Y para qué ibas a querer su número?

—Para avisarle cuando terminemos.

—Será una llamada que jamás llegara, que pena —dijo haciéndome sonreír, sonreír de verdad. —Jiwoo no tarda en...

—¡HARU! —Sí, ahí estaba mi mejor amiga, quien a pesar de llevar tacones de casi diez centímetros, corría hacia a mí. —¡Dios, te ves como un princesa!

—Una sexy princesa —corrigió Hoseok.

—Quería hacerlo yo misma, pero no tenía mucho tiempo así que tuve que mandarlos a hacer.

—¡Está hermoso! —exclamé dándole un abrazo.

—Es porque tú lo estás usando.

—Confirmo eso —dijo Hoseok y Jiwoo lo miró mal.

—¿Puedes callarte? Estoy segura de que tuviste bastante tiempo para elogiarla.

—Tuve tiempo para más que eso— respondió enseñándole la lengua a su hermana, y yo lo golpeé.

A diferencia de los hermanos Jung, Eun, quien venía junto a Jimin, tenía una sonrisa nostálgica en el rostro. Debía ser más difícil para ella que para cualquier otro. Así como lo había dicho Hoseok, ella siempre asistía junto a Joon Ho, pero esta vez todo era completamente distinto.

—Hola —saludé a ambos.

—Haru, no te veía hace tiempo —dijo Eun mirando directamente a Hoseok. —Creo que mi hijo prefiere ir a tu casa antes de traerte a la mía.

—Estuve un poco ocupada con los estudios, así que al terminar mis exámenes iré.

—¡Podemos hacer una noche de chicas! —chilló Jiwoo y ambas estuvimos de acuerdo.

—Chicas y Hoseok —dijo éste.

—Te puedes ir donde tu abuela —bromeó Eun y Hoseok frunció el ceño.

La noche transcurrió bastante tranquila. Vi a Taeri un par de veces, pero simplemente le sonreía de la misma manera que ella a mí, y Hoseok moría de risa. Eun se encargaba de presentarnos a cada uno de los invitados, éramos cuatro, así que al final terminaba por hacer que nos presentáramos nosotros.

Algunos de los accionistas se habían encargado de conmemorar a Joon Ho con fotos expuestas y algunos logros de la empresa. Realmente se notaba que era una persona querida y no sólo un "jefe", y muchas personas se acercaban a Eun para decirles esto.

—Ven conmigo —susurró Hoseok antes de tirarme de la mano.

—¿Dónde vamos?

—Solo vamos rápido o nos ganarán.

Hoseok me empujó hacia el elevador y marcó el último piso. Se acercó a mí, y comenzó a esparcir besos en la zona expuesta de mi cuello, haciéndome reír.

—Mi labial no se corre, Jung.

—Mierda, y yo pensando que podía arruinarlo.

Hoseok se arrodilló frente a mí, desató mis zapatos y los quitó.

—No son ni las doce ¿y ya quieres desnudarme?

—Haru, no es necesario que sean las doce. Siempre quiero desnudarte —dijo parándose para besarme. —Tendremos que subir un par de escaleras, y no quiero que mueras por estas armas mortales.

Sí, habíamos llegado al último piso, pero Hoseok me llevó hasta la salida de emergencias, donde otra escalera se asomaba, y agradecía no llevar puestos mis zapatos. No era una gran caminata, así que en unos minutos estábamos por fin en donde Hoseok quería.

Se veía toda la ciudad desde ahí. Las luces de las calles y los autos, todo estaba deslumbrante y hermoso. Sentí a Hoseok poner su chaqueta en mis hombros antes de abrazarme por la espalda y besar mi mejilla.

—Es lindo, ¿Verdad?

—Demasiado —respondí.

—A papá le gustaba mucho este lugar, por eso siempre hacía las reuniones aquí. Un día, Jiwoo y yo estábamos tan aburridos, que nos trajo hasta acá.

—¿Lo extrañas mucho? —pregunté volteándome para mirarlo.

—Muchísimo. A veces creo que iré a su habitación y lo veré molestando a mamá, o que simplemente se fue de viaje.

—Debe ser difícil —dije acariciando su rostro.

—Bueno, la vida no sería tan significativa si no hubieran momentos difíciles. A parte, estar contigo me ayuda bastante. Creo que prefiero el mundo Haruka al mundo Hoseok.

—No creo que prefieras mi mundo, Hoseok— dije haciendo una mueca. —Creo que prefiero el mundo de Hoseok y Haruka.

—Te has llamado Haruka a ti misma.

—Bueno, creo que me he acostumbrado ahora que tanto lo dices.

—Es que me gusta casi tanto como tú— dijo antes de besarme. —Te amo demasiado.

Su boca regresó a la mía, creando un vaivén de deliciosos besos. Mi corazón latía a mil y me gustaba esa sensación. Las manos de Hoseok se ajustaban a mi cintura, apegándome a él, y pasé mis manos por sus hombros para añadir más presión a aquel beso.

—Te dije que nos ganarían —oí detrás de mí, provocando que nuestro beso se interrumpiera. Jiwoo venía de la mano con Jimin, y Hoseok se quejó al vernos. —Ah, cállate, Jung.

—¿No podías aparecer en otro momento?

—¿En cuál? ¿Mientras se lo metías a Haru?

—¡Hey! —me quejé sintiendo como mis mejillas se calentaban, pero ellos parecían ni haberse inmutado, mientras que Jimin reía en silencio.

—Lo siento, es que estás guapa. Hasta yo lo haría contigo —dijo Jiwoo, y después su vista se fue hacia Hoseok. —Quisiera decir lo mismo de ti.

—Bueno, tú estas hermosa —le dijo de vuelta a Hoseok, y tal como lo había hecho Jiwoo, miró a Jimin. —Quisiera decir lo mismo de ti.

—Tranquilo, admito que mi chica es más hermosa.

—Tampoco que creas tanto, Park. A veces parece un ogro sacado de un pantano —dijo Hoseok y Jiwoo lo golpeó.

Me gustaban aquellos momentos. Al estar con Jiwoo y Hoseok, sentía que por fin había hecho las cosas bien, y realmente esperaba que aquella paz jamás desapareciera.


〰️

Cada día me gusta más Hoseok

Estoy en Google tipo: ¿Cómo ser Haruka?

Terminé este capítulo diez minutos antes, que loco.

¡Nos vemos el próximo domingo!

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