0.38

[Cap. 38]
🍃¡Ya te spoleé!

—Haru, respóndeme —me exigió Hoseok ante mi silencio.

No sabía que decirle. Por error había dejado escapar el asunto de la carta, pero no me atrevía a contarle. Él me había confesado sus miedos, y simplemente no podía hacerlo pasar por eso otra vez, pero no veía escapatoria.

—Mi hermano me envió una carta, es solo eso.

—Mientes, Haru. Sé que es otra cosa, dime la verdad, por favor.

Los ojos de Hoseok se veían expectantes y preocupados, mi corazón dolía al verlo de tal forma, pero debía ser sincera con él. Caminé hasta los libros que tenía en mi escritorio, y abrí uno de estos para sacar la carta que había ahí.

—Esta es la carta— dije entregándosela.

De inmediato, Hoseok me la quitó de las manos y sacó la nota de aquel sobre. No había querido abrirla desde el día en el que me llegó, probablemente por miedo, por lo cual volví a sentir esa desagradable sensación en mi estómago cuando vi las palabras que ésta contenía.

—¿Hace cuánto tiempo la tienes?

—Algunas semanas —confesé. Los ojos de Hoseok no se apartaban de la carta, e incluso la había arrugado un poco por la presión que ejercía en esta. —Creí que podía ser una broma, por eso no te quise decir antes.

—Estas cosas no son una broma, Haru —dijo y por fin me miró. —¿Quién te la dio?

—N-no... no lo sé, estaba junto al resto de la correspondencia.

—Mierda, es la misma letra —masculló observándola.

—Lo siento —murmuré cabizbaja, pero Hoseok sostuvo mis manos y me atrajo hacia a él.

—No tienes por qué. Esto no es tu culpa, no es culpa de ninguno de nosotros —murmuró esto último, pero logré escucharlo. —Prométeme que me dirás si esto vuelve a pasar, ¿Está bien? —preguntó y asentí. —Necesito que me lo prometas, Haru.

—Te lo prometo, Hoseok —dije mirándolo a los ojos.

—Tampoco se lo digas a nadie, ni siquiera a mi hermana. Y si sientes algo extraño, llámame de inmediato, no importa la hora, ni la situación.

A pesar de las palabras de Hoseok, me sentía culpable. Quizás debí habérselo dicho desde un principio y nos hubiéramos evitado todo esto, ya que una parte de mí, sentía como si hubiera roto la confianza entre ambos.

Hoseok se fue un par de minutos después, no sin antes recalcarme que lo llamara cual sea el caso. Ni siquiera me dio un beso para despedirse, y simplemente se marchó dejándome un hueco en el corazón.

Cuando por fin estaba conciliando el sueño, recordé algo que había estado pasando por alto desde hace mucho tiempo. Yo no era la única que había estado recibiendo cartas, y quizás por eso Hoseok se alborotó tanto cuando dije que me había llegado una.

Para su cumpleaños, aquel día en el que entré a su habitación y encontré un montón de sobres dentro de una caja. O el incidente en la fiesta de la noche anterior, cuando Hoseok buscaba a la persona que le había pasado una carta a Kyo.

Él también había estado recibiendo cartas, y si bien no recordaba el número exacto que tenía de éstas, no parecía ser algo reciente.

(...)

—Dios, pareces un zombie — me dijo Jiwoo al verme.

—¿Te sientes bien? — preguntó Woon y asentí con una sonrisa somnolienta.

Luego de haber recordado aquel tema con las cartas, no había podido dormir, y a eso que hay que sumarle el hecho que Hoseok no me respondía los mensajes desde que se había ido.

—¿Noche ocupada con Hoseok? — preguntó Jiwoo codeándome coquetamente.

—Hoseok se fue temprano— respondí y las cejas de mi amiga se alzaron.

— Él no volvió a casa en toda la noche, pensé que se había quedado contigo — dijo y tuve una mezcla de sentimientos. Por una parte, estaba molesta, él no había vuelto a su casa y ni siquiera era capaz de responderme, pero, por otro lado, existía aquella preocupación por si algo malo le había sucedido. — Está en línea ahora, le enviaré un mensaje.

—¡No! —me apuré a decir— No le digas nada.

—¿Ustedes discutieron? — preguntó Woon.

—No... No creo —dije. No había considerado lo de ayer como una pelea, incluso él me había dejado en claro que no estaba molesto conmigo.

—Cómo sea, seguramente ya te contó acerca de la reunión de inversionistas.

—¿Reunión de qué? —pregunté confundida, y Woon estaba de la misma forma.

—¿La empresa de mis padres? ¿Cena? ¿Invitación? ¿No?

—No entiendo de qué me hablas, Jiwoo.

—¡Ya te spoleé! — exclamó molesta consigo misma. —¿Por qué Hoseok de ha tardado tanto si es el viernes? ¡Agh! ¿Sabes qué? Mejor me callaré.

Aún no entendía mucho a lo que Jiwoo se refería, pero si Hoseok no me había contado, era porque tenía sus motivos. Y justo en aquel momento, mi teléfono sonó.

El nombre de contacto que Hoseok mismo se había puesto, apareció en mi pantalla. Dudé en sí leerlo o no, pero la preocupación me ganó.

H de Hoseok
Hey, ¿Quieres que te
pase a buscar?

—¿Es mi hermano? —preguntó Jiwoo y asentí. —Dile que, si no lo golpeas tú, lo golpearé yo.

Haru
Tengo mucho que estudiar.

H de Hoseok
Entonces iré a tu
departamento.

Haru
Estaré en la biblioteca.

H de Hoseok
¿Por qué siento que
me estás evitando?

Haru
Porque es justo lo
que estoy haciendo.

H de Hoseok
Hablemos por favor.

Ahora que toda la preocupación se había ido, solo estaba mi enojo. Él estaba bien, o al menos eso suponía por sus mensajes, y no me había escrito en toda la noche. No quería sonar psicópata, porque en realidad no estaba intentando controlarlo, pero luego de aquel susto por la amenaza en contra nuestro, no podía simplemente mantenerme tranquila sabiendo que él no había llegado a su casa.

Tal como le había dicho a Hoseok, me quedé un par de horas estudiando en la biblioteca, e intentando concentrarme. De vez en cuando, me daba cuenta de que le estaba aplicando demasiada presión al bolígrafo, y tomaba una gran bocanada de aire para calmarme.

No me di cuenta de cómo había pasado la hora ya que estuve tan absorta con un par de libros, que ni siquiera había visto hacia afuera. Y al salir, noté que el sol se había escondido y el viento estaba helado. De verdad agradecí vivir cerca de la universidad, pero aun así tenía mucho frío.

No había vuelto a revisar mi celular, así que fue una completa sorpresa encontrarme con Hoseok sentado afuera de la puerta de mi departamento.

—Hey —me saludó mientras se ponía de pie y guardaba su teléfono. —Pensé que no me querías abrir la puerta.

—¿Hace cuánto estás aquí?

—Una hora tal vez —respondió simplemente. — ¿No viste tus mensajes?

—Te dije que estaría estudiando— dije buscando las llaves dentro de mi bolso.

—Ah, qué bueno que no estás molesta.

Mientras intentaba encajar la llave en la cerradura, Hoseok me abrazó por la espalda y puso su cabeza en mi hombro. Por supuesto que mis sentimientos seguían haciendo de las suyas, pero traté de hacerme la indiferente.

—Lo estoy —lo corregí entrando. No me volteé para mirarlo, pero escuché que cerró la puerta.

—¿Qué? ¿Por qué? —Hoseok sostuvo mi mano, y me miró confundido. Jiwoo, por favor, espero que no te hayas equivocado.

—¿Volviste a casa anoche?

—Sí... —respondió, pero no estaba siendo sincero, y así como yo lo noté, él igual. —No — dijo finalmente.

—Bien, ahí tienes tu respuesta.

—No te estuve engañando si es lo que crees.

—¿De verdad crees que eso es lo que me preocupa? Qué te parece si tal vez, no lo sé, te llegara una carta diciendo que te alejes de mí, y yo desapareciera y no respondiera tus mensajes, ¿Estarías así de tranquilo como ahora?

—No pasó nada, Haru.

—¿Y a caso yo sabía eso? — pregunté alterada. — ¡Pensé que estabas molesto conmigo! Y después Jiwoo me dice que no llegaste a casa, ¿Qué crees que pensé, Hoseok?

—Lo siento, fui un idiota.

—Sí, lo fuiste — dije estando de acuerdo con él.

—Si estaba molesto, pero no contigo, así que preferí irme antes de hacer cualquier estupidez.

Fui hasta mi habitación, con Hoseok siguiéndome detrás. Me quité los zapatos y la camiseta que llevaba para buscar una sudadera, pero él me entregó la suya.

—Estuve con los chicos en la noche, y bebí un par de cervezas así que no quise conducir y me quedé con ellos —continuó hablando, pero yo no respondía nada de vuelta. —¿Me perdonas? — preguntó mientras acomodaba mi cabello.

—Sólo no lo vuelvas a hacer. Esa carta me tiene muy asustada, y no quiero pensar lo peor.

—Tranquila, yo te cuidaré.

—Creo que yo te terminaré cuidando.

—¿Te dije que te ves linda?

—¡Estoy hablando en serio, Jung!

—Yo también — respondió sonriendo. — Te amo, Haruka.

—Deja de decirme Haruka.

—Entonces deja de estar molesta conmigo, Haruka.

—Okey, ya no estoy molesta, ¿Puedes detenerte?

—¡Genial! ¿Sexo de reconciliación?

— No —respondí secamente, pero él aún tenía su sonrisa, la cual, a pesar de gustarme, me enojaba aún más.

— Bien, lo intenté —dijo encogiéndose de hombros. —¿Puedo quedarme a dormir al menos?

—No.

—Haruk... ¡Haru! —se corrigió y tuve que contener mi sonrisa. —¿Qué quieres que haga para que me perdones? Solo soy un idiota enamorado de una hermosa chica.

—Confirmo lo de idiota —dije caminando hasta el baño para cepillarme los dientes.

—Y yo confirmo lo de enamorado y hermosa chica.

Hoseok era como un chicle pegado a mí. Si me movía un centímetro, él también. Parecía un niño pequeño intentando convencer a su madre para que le comprara golosinas. Incluso cuando me metí bajo las sábanas, él estaba al lado hablándome.

—¡Está bien! Sí, te perdono.

—¿Ahora es de verdad? —preguntó contento.

—Sí, pero cállate y déjame dormir. Por tu culpa no pude hacerlo anoche, así que te agradecería que apagaras la luz.

—¿Entonces me puedo quedar?

—No tienes ropa para mañana, y tienes clases temprano.

—¿Quién dijo que no? — preguntó apuntando a uno de mis cajones, y yo alcé ambas cejas. —¿Qué? Nunca sé si me quedaré aquí o no, ¿Debería traer a Charly también?

—Comenzaré a cobrarte parte de la renta.

Por unos minutos tuve la perfecta vista de Hoseok quitándose la ropa y caminando hasta el interruptor para apagar la luz y acostarse junto a mí. Su pecho se pegó a mi espalda y me abrazó.

—Avísale a Jiwoo que te quedarás aquí —dije y sentí como Hoseok tomaba su teléfono. —Dijo que te golpearía si yo no lo hacía.

—Pero no lo has hecho.

—No quiero que me demanden por maltrato animal.

—Oh, te has pasado, Haruka.

—¡No me llames Haruka! —regañé molesta volteándome para quedar frente a él.

—Diente por diente, ojo por ojo y beso por beso —dijo antes de pegar sus labios a los míos.

No había besado a Hoseok en todo el día, pero la sensación era la misma a cualquier otra vez. Mi estómago se contraía y cosquilleaba, y mi corazón se agitaba. Era experto sabiendo cómo hacer pasar mi enojo, y eso me gustaba y molestaba a la vez, ya que a veces pensaba en que estaba dándole muchas atribuciones de mi vida.

—Tengo algo que preguntarte.

—No voy a tener sexo contigo, Hoseok.

—Si lo piensas, me dijiste eso mil veces, y lo terminamos haciendo otras mil veces más —concluyó y yo solo rodé los ojos. —De todas formas, no era eso lo que te quería preguntar.

—¿Entonces?

—Todos los años hay una junta de accionistas. Bueno, en realidad son dos. Primero hay un par de reuniones ejecutivas y toda esa mierda que no entiendo. Pero después hay una fiesta elegante para conocerse o algo así. Y...

—Y... — dije al igual que él.

—Y creo que te verías muy sexy vestida elegante.

—Pensé que me veía más sexy sin ropa.

—No me digas eso mientras estamos en la misma cama, por favor —rogó y yo reí antes de darle un beso. —Mamá no quería hacerlo, no sin papá, pero algunos creen que sería una forma de homenajearlo.

—Es algo lindo si lo ves desde ese lado.

—Sí, nunca me interesaron esas fiestas, pero ahora iré por él. Y claro, con mi hermosa novia.

—¿Me estás invitando?

—¿Existe alguna novia más linda que tú? —preguntó de vuelta. —Sí, te estoy invitando, Haru.

—Está bien, te verás sexy con esmoquin.

—¿Ah sí? Pensé que me vería más sexy sin ropa, Haruka.

〰️

AAAAAAH, NO DEJEN LAS COSAS A ÚLTIMA HORA.

No sé qué decir porque es tarde y quiero dormir dhskbsdk

Creo que no mucha gente recordaba que Haru había visto las cartas para el cumpleaños de Hoseok dhskdnmk

¡Nos vemos el próximo domingo!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top