0.36
Acuérdense de leer el capítulo de ayer tmb uwu
[Cap. 36]
🍃H de Hoseok.
Aquel lunes fue igual que cualquier otro... Bueno, igual como antes del problema con Jiwoo y después de mi relación con Hoseok. No, en realidad no era igual a ningún otro. Este parecía excepcionalmente perfecto a comparación de cualquier otro, y a pesar de que el cielo presagiaba que llovería en cualquier momento, se sentía cálido.
Aún faltaban un par de horas para juntarme con Hoseok, pero mi estómago se encogía de nervios con cada tic tac del reloj. Mis manos sudaban y debía estar constantemente secándolas o era incapaz de sostener el lápiz, pero de todas formas no me sentía del todo mal.
—¡Bu! —dijo alguien haciéndome sobresaltar. —¿Cómo estás, Haru? —preguntó Woon con una sonrisa.
—Bien, ¿y tú? —pregunté de la misma forma, sonriendo y en el fondo intentando tranquilizarme.
—Bien ahora que te veo —respondió. —Es lindo volver a ver a la verdadera Haru —corrigió haciendo alusión a las semanas anteriores.
—¡HARU! —escuché mi nombre nuevamente y reí al ver a Jiwoo corriendo hacia nosotros. —Hola, Woon.
—Hey, no te veía hace días— dijo Woon.
—Sí, estaba en el mundo de las peores mejores amigas de la historia, pero ya pasó.
—Okey... —dijo Woon mirándome para poder explicarle, pero solo me encogí de hombros. No quería contarle todo el rollo de aquel problema.
—¿Saldrás con Hoseok? —me preguntó Jiwoo y asentí. —Debí suponerlo cuando dijo que estaba en la biblioteca haciendo tiempo.
—¿Sales con Hoseok? —preguntó Woon sorprendido.
—Es lindo saber que no era la única que no sabía —añadió Jiwoo y rodé los ojos.
—Sí, Hoseok es mi novio —le respondí a Woon.
—Y tú novio acaba de cambiar su foto de perfil —dijo Jiwoo enseñándome su teléfono.
En efecto, Hoseok había cambiado su foto por una de ambos, dónde él se encontraba sonriente mientras me apretaba las mejillas y yo solo lo miraba. Era una de las primeras fotos que tenía con Hoseok, durante una de nuestras lecciones de guitarra en mi habitación, y se me hacía demasiado tierno.
—¿Desde hace cuánto salen? —preguntó Woon.
—¿Oficialmente o coquetealmente? —dijo Jiwoo.
—¿Coquetealmente? — solté confundida.
—Ya sabes, ese periodo en donde no son nada pero hay coqueteo y besos por todas partes.
—Oficialmente hace... ¿Tres meses? —dije intentando hacer los rápidos cálculos en mi cabeza. — Y "coquetealmente"... no lo sé, no recuerdo bien.
En realidad, sí lo recordaba. Mi primero beso con Hoseok fue cuando él apostó que podía besarme sin tocar mis labios, y yo inocentemente había caído en su trampa. Si lo pensaba así, había pasado bastante tiempo desde aquello, a pesar de los altos y bajos que hubieron durante ese proceso.
—Wow, no sé qué decir —soltó Woon. Se veía completamente sorprendido, a pesar de que habernos visto juntos y yo haberle rogado para que no le dijera nada a Jiwoo. —¡Felicidades!
—Gracias —respondí con una sonrisa.
—¿A qué hora vendrá tu romeo?
—Después de mi última clase, ¿Por qué?
—Encárgate de llevar a Yun contigo —dijo refiriéndose a una de mis compañeras, y antes de que pudiera preguntar por qué, ella respondió. —Creo que le gusta Hoseok y está obsesionada con él. Hace un año intentó añadirlo a todas sus redes sociales, pero Hoseok no la tomó en cuenta.
—¿Y por qué haría eso?
—Okey, no lo hagas si quieres, pero solo espera a que lo vea y verás de lo que hablo.
Las palabras de Jiwoo quedaron en mi cabeza durante toda la siguiente hora de clases. Si bien no me relacionaba tanto con mis compañeros como para llamarlos amigos, era cercana a un par, incluyendo a Yun. Ella parecía ser buena chica, pero era un poco tímida y callada, por lo cual me sorprendía un poco su "fetiche" con Hoseok. Definitivamente no la llevaría conmigo como lo había sugerido Jiwoo. Quizás sí, le gustaba Hoseok pero ¿A quién no?
El destino pareció burlarse de mí cuando iba llegando a la salida, y dos de mis compañeras se acercaron a mí. Sí, una de ellas era Yun.
—Haru, ¿Quieres unirte a nuestro equipo para el trabajo de teoría? — preguntó Sora.
—Ah, está bien —respondí sin dejar de caminar, con la esperanza de que ambas se fueran antes de llegar a la salida.
—Genial, Yun y yo necesitábamos a alguien más. De verdad, muchas gracias.
—No es...
—¡¿Qué?! —gritó Yun, capturando la atención de ambas. —Es Hoseok —chilló y yo solo cerré mis ojos.
—¿Conoces a Hoseok, Haru? — preguntó Sora, pero antes de que pudiera responder, se respondió ella misma. —Por supuesto que lo conoces, es el hermano de Jiwoo — dijo y yo asentí con una sonrisa nerviosa. —A Yun le gusta desde que lo vio bailar en una fiesta.
—Estoy segura de que hicimos clic ahí, y si está aquí. Fue mágico, se veía tan sexy mientras bailaba, incluso hablamos y pude sentir lo caliente que me ponía su mirada. —Toda aquella timidez que había recordado en Yun había desaparecido, en sus ojos parecían estallar corazones y yo estaba entrando en desesperación. — ¡Ahí viene! Debe ser el destino.
—O su novia —agregó Sora, mientras Hoseok se dirigía hasta nosotras y Yun se acomodaba el cabello.
—Si Hoseok tiene novia, debe ser una puta. No me sorprendería que alguien se quisiera colgar de él.
—Hey —saludó Hoseok a Sora y Yun antes de mirarme y sonreír. —Hola, bebé.
Sí, mal momento para llamarme bebé; pero de todas formas, Yun me había llamado puta, indirectamente, pero lo había hecho.
Hoseok se acercó a mí y dejó un corto beso en mis labios antes de tomar mi mano, dejando estupefactas a ambas chicas ahí. Lo lamentaba por Yun, su destino parecía ser peor que el mío, pero no había nada más que hacer.
—¿Nos vamos? —me preguntó Hoseok.
—Sí —respondí sonriéndole antes de mirar a las chicas. —Nos vemos mañana —me despedí y ambas asintieron sin decir más.
Mientras caminaba hasta el auto, fue imposible no reírme por aquella situación. Hoseok se me quedó mirando extraño, pero yo no podía parar de reír, incluso un par de lágrimas salieron de mis ojos.
—¿De qué te ríes? —preguntó confundido ante mi actitud.
—Creo que soy una puta —respondí recordando las palabras de Yun, pero la confusión de Hoseok pareció incrementarse. —¿No conoces a Yun? —pregunté y él negó, pero su cara se iluminó un par de segundos después.
—Oh —fue lo único que dijo. —¿Te dijo algo?
—Nop —respondí, tampoco quería dejarla en ridículo, así que preferí callarme.
—Genial, por un momento pensé que me tenía algo en la cara y te reías de mí.
—Tranquilo, te sigues viendo sexy —solté y nuevamente me eché a reír. — ¡Yo conduzco!
—Estás muy loca hoy, Haruka —dijo mirándome extraño, pero una sonrisa comenzó a formarse en su rostro. —De verdad, me encantas.
—Cómo digas, Jung. Dame las llaves — dije extendiendo mi mano para que me las entregara. Él rodó los ojos, pero me las entregó de todas formas.
Conduje hasta un lugar al que solía frecuentar con Namjoon. Quedaba cerca de su universidad, por lo cual tuve la esperanza de encontrármelo, pero no fue así. Era un restobar con una linda terraza, pero debido al clima, tuvimos que entrarnos.
—Si quieres, puedes beber —dije, ya que siempre que salía con Hoseok, él no bebía porque debía conducir después.
—No puedo beber esta vez —dijo haciendo un tierno puchero.
—¿Por qué?
—En realidad, esperaba que me acompañaras a hacerme un tatuaje —respondió enseñándome todos sus dientes.
—¿Otro más? ¿Qué te tatuarás ahora?
—Haruka en la frente —dijo y yo lo miré serio. — Tengo que terminar de colorear este —respondió apuntando a uno que, si él no lo hubiera dicho, ni hubiera notado que estaba incompleto. —¿Entonces...
—Está bieeen —respondí y él festejó.
—Por eso te amo.
Solo estaba haciendo tiempo para contarle a Hoseok todo, y a pesar de que estar junto a él me relajaba la mayoría del tiempo, esta vez era distinto porque era a él a quien debía confesárselo.
Comimos y hablamos durante todo aquel rato ahí. Hoseok me contaba que le había ido bien en los exámenes y que pronto podría comenzaría a asistir a algunos juicios de manera presencial, así que se veía muy contento.
Esta vez, Hoseok condujo hacia el estudio de tatuajes. Algunas gotas de lluvia comenzaron a caer, pero por suerte no eran demasiado fuerte. A penas entramos al lugar, el hombre ahí saludó muy contento a Hoseok y le preguntó por Yoongi.
—Ella es Haru, mi novia —me presentó, y aquel hombre tuvo la misma reacción que todos.
—Te dejo de ver por casi un año ¿Y tienes novia? —preguntó sorprendido. —Soy DongHo, un gusto conocerte.
—Igualmente —respondí y él sonrío.
DongHo nos hizo pasar a una pequeña sala ahí y Hoseok se acomodó para terminar aquel trabajo. No podía creer como podía hablar con tal naturalidad mientras era clavado por mil agujas en cada milisegundo.
—¿Y tu novia se hará alguno? —preguntó DongHo y Hoseok me miró. —La casa invita, solo esta vez.
—¿Quieres hacerte uno? —me preguntó Hoseok.
—Uhm... no lo creo —respondí y Hoseok asintió.
—Tú te lo pierdes —dijo DongHo.
Ver como la tinta se mezclaba con la sangre me quitaba las ganas de hacerme uno. De todas formas, recordé aquella típica etapa de rebeldía a mis quince años, donde tenía ganas de tatuarme y teñirme el pelo de todos los colores del mundo, y solo se me venía a la mente uno de todos los tatuajes que había decidido, una pequeña H en el antebrazo.
Después de un rato, y cuando el trabajo parecía estar hecho, DongHo limpió la piel de Hoseok, enseñando que aquellas zonas que anteriormente estaban libres de tinta ahora estaban completamente negras.
—¿Estás segura de que no quieres uno? — insistió DongHo.
—Tú solo quieres hacerle uno para que se vuelva adicta y venga por más —lo acusó Hoseok.
—Funcionó contigo —dijo éste riendo.
—Está bien —respondí y ambos se me quedaron mirando.
—¿Quieres hacerte un tatuaje? —preguntó Hoseok y asentí.
—¡Más clientes! —gritó DongHo. —Dime, qué quieres y dónde.
—Una H aquí —dije apuntando justo la parte donde comenzaba el antebrazo.
—¿H de Hoseok? —preguntó DongHo.
—H de Haru —respondí y él miró a Hoseok, quien se encogió de hombros.
—Ya tenemos la H de Hoseok —dijo sacando el llavero que le había regalado para su cumpleaños.
—Esto será fácil —dijo DongHo antes de cambiar sus guantes por unos nuevos.
Fue un tiempo bastante corto comparado al que se había tardado con Hoseok, y al contrario de lo que pensé, no dolió tanto. Sentía los piquetes en mi piel, pero era soportable, y después de volver a marcarlo, estaba listo.
—H de Hoseok —dijo DongHo cuando limpió la zona.
—¿Esto no dolerá después?
—Solo si terminas con Hoseok —respondió y comenzó a reírse. —Probablemente te pique de vez en cuando, pero mantén tus manos alejadas hasta que cicatrice, y no puedes tener sexo hasta después de dos meses.
—Mi chica es una genio, no caerá en tus bromas, Dong —dijo Hoseok pasando su brazo por mis hombros. Por supuesto que no le había creído, pero en el fondo, muy en el fondo, creí una parte de ello.
—Haru, espero verte en menos de un mes para un siguiente tatuaje.
—Estás loco —dijo Hoseok chocando su puño con el de él. —Gracias por todo, otra vez.
—Me alegró verte, Jung.
Salimos del estudio y no podía parar de admirar aquella pequeña H en mi brazo. Era algo mínimo, pero me estaba poniendo muy contenta e incluso mi nerviosismo había desaparecido, o al menos hasta que entramos al auto y Hoseok me preguntó hacia donde íbamos.
Condujimos hasta mi departamento luego de habérselo pedido a Hoseok. No quería estar en un lugar donde pudieran interrumpirnos y mucho menos que alguien me escuchara, así que aquel lugar era perfecto.
Estaba segura de que Hoseok había notado mi nerviosismo cuando entramos al edificio, ya que le dio un ligero apretón a mi mano y luego me besó. Estaba siendo un poco obvia, lo sabía, pero era imposible mantenerme tranquila.
—Ahora eres toda una chica rebelde con tatuajes —se burló Hoseok cuando entramos al departamento.
—Vamos, tú estás todo tatuado y eres una bolita de ternura.
—No digas eso en público o dañarás mi reputación —dijo acercándose peligrosamente a mí. Hoseok me acorraló entre la pared y su cuerpo, y se inclinó hasta quedar a escasos centímetros de mi rostro.
—Tenemos a J-hope y a Hoseokkie, ¿Qué tienen en común?
—Ambos son sexys, inteligentes y lo más importante, ambos aman a Haruka —dijo antes de besarme.
Durante el beso, solo podía pensar en lo feliz que era teniendo a Hoseok en mi vida. Pensar en alguien que aparte de quererme, me hiciera divertirme y sentirme segura, solo podía ser sacado de algún libro de ficción, pero yo tenía a Hoseok y era real.
Seguí alargando el tiempo antes de decirle cualquier cosa a Hoseok y sabía que estaba mal, pero era imposible no hacerlo. Y luego de un montón de bromas, besos, más bromas y más besos, se dio la oportunidad.
—¿Cuál fue tu primer tatuaje? —le pregunté y él apuntó a su pecho. Si bien no se podía ver debido a su camiseta, sabía de cual se trataba.
—Me hice la triqueta a los diecinueve creo.
—¿Y el de Jiwoo?
—Al año siguiente —respondió y alzó una ceja. —Tendría tu fecha de cumpleaños si tan solo me la dijeras —bromeó, pero yo no fui capaz de reír.
Di un largo suspiró y Hoseok frunció el ceño, pero antes de que él pudiera decir cualquier cosa, abrí mi boca para hablar.
—No sé mi fecha de nacimiento, Hoseok —me sinceré, dejando a Hoseok confundido. —En realidad soy adoptada.
—Lo siento, no quería forzarte a...
—Te quería contar, para esto te pedí que nos juntáramos hoy —respondí y él me envió una pequeña sonrisa. —En realidad, ni siquiera sé si puedo decir que "soy adoptada".
—¿A qué te refieres?
—Hace diecisiete años mis padres fueron a un concierto en Japón. Todo iba bien hasta que encontraron a una niña que lloraba junto a una mujer tendida en el suelo.
—Tú eras esa niña —dijo él y yo asentí.
—Y aquella mujer era mi madre, mi verdadera madre —añadí. Apreté mis ojos y algunas escenas que tenía en mi memoria aparecieron de vuelta. —Mis padres la llevaron hasta el hospital y si no fuera por eso, hubiera muerto. Tenía una sobredosis de drogas y alcohol, así que mis padres decidieron llevarla al hotel en el que se hospedaban para cuidarlas, y claro, cuidarme.
Aquellos recuerdos invadían mi mente otra vez, y sentía como mis ojos comenzaban a arder, pero no podía detenerme, no ahora. Tomé aire y sentí la mano de Hoseok envolverse alrededor de la mía.
—Un día ellos salieron a hacer algunas compras, y al llegar se dieron cuenta de que la habitación estaba casi vacía. Aquella mujer había robado todo y desapareció, dejándome sola en aquel lugar con una nota que decía "Haruka, 5 años". Mis padres no sabían que hacer, intentaron buscar a mi madre o algún registro mío que diera con ella, pero no había nada y ella tampoco apareció, pero mis padres debían volver a Corea.
En tal punto, las lágrimas rodaban por mis mejillas, pero Hoseok se encarga de limpiar los restos que estas dejaban. Jamás le había contado sobre eso a nadie, y era más difícil de lo que creía.
—Con ayuda de uno de sus amigos, me sacaron de Japón y me trajeron con ellos hasta acá. Toda mi vida aquí es una mentira, mis registros y actas de nacimiento, todo es falso. Tenía cinco años, al principio no sabía el idioma, así que mis padres y mi hermano comenzaron a enseñarme a tocar instrumentos.
—¿Cuándo llegaste al país?
—Once de noviembre, para el cumpleaños de Jae, mi hermano. Esa es la fecha que aparece en mi registro y la que celebraban para ambos, pero jamás la sentí mía completamente.
—Por eso tus padres te cuidan bastante —dijo Hoseok, y estaba segura de que las cosas se estaban comenzando a conectar en su cabeza.
—Todos sabemos que en cualquier momento alguien puede enterarse y sería deportada de inmediato. Por eso siempre estaban sobre mí, estudie en casa hasta los once y créeme que asistir a una universidad lejos de ellos complicó bastante las cosas.
—Pero en todo este tiempo...
—Es sorprendente que nadie haya descubierto nada, y quizás por eso estamos todos un poco más tranquilos. Cuando hicieron todos esos papeleos dijeron que si pasábamos los diez años, todo estaría bien, y sigo aquí, no sé por cuánto tiempo más, pero sigo aquí.
—Por siempre, no voy a dejar que nada te aleje ni de tu familia ni de mí.
—Es muy lindo de tu parte, pero todos sabemos que si ocurriera...
—No ocurrirá, Haru —dijo haciéndome sonreír a pesar de las lágrimas.
—Me gusta que digas mi nombre —confesé con la voz temblorosa. —Después de todo, es lo único real en mí.
—Te equivocas —dijo llamando mi atención. Hoseok se acercó a mí, limpio algunas lágrimas en mis mejillas y acomodó un mechón de mi cabello antes de murmurar: —Mi amor por ti es completamente real, Haruka.
〰️
No sabía que me iba a dar pena escribir esto TT-TT
Ahora si cachan que la Haru bebé también tenía su pasado oculto (y bien oculto).
Al principio quería hacer que Hoseok tmb se tatuara una H, pero ñé, no lo quería tan intenso gsjhdk
¡Nos vemos el próximo domingo!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top