0.27
¡DESPUÉS DE LEER VAYAN A LEER PROYECTO PRINCESA!
[Cap. 27]
🍃Un atrapasueños te ayudará.
— Y listo — dijo Jiwoo dejando la última caja sobre el sofá.
Por fin me había mudado. Obviamente dentro de mí me dolía dejar a Jiwoo y no ver a Hoseok todos los días, pero me sentía más libre estando en mi propio lugar.
Eun no me había dejado ir sin antes prepararme un almuerzo de despedida, lo cual hizo que me tardara un poco más de lo previsto, pero valía totalmente la pena. Por otro lado, había visto a Hoseok solo por la mañana y no sabía si lo había olvidado, pero nunca sacó el tema de la mudanza e incluso no estuvo para la hora de almuerzo.
— Dios, no sé cómo vas a organizar todo esto — exageró Jiwoo, aunque... sí, era mucho lo que había que ordenar.
— ¿No me vas a ayudar? — pregunté haciendo puchero, pero solo recibí un golpe en la cara. — ¡Hey!
— La tierna de esta relación soy yo, tú eres algo así como tsundere.
— ¿Por qué los Jung son tan otakus? — pregunté bromeando pero segundos más tarde me di cuenta de mi error.
— Hoseok y yo solíamos pasar todas las tardes viendo anime — dijo entre risas. — Solían gustarme los personajes, pero ahora tengo a Jimin. Es más lindo, mejor cuerpo y...
— Y real — añadí yo y ella me envió un guiño.
— Exactamente, hasta su...
— No digas más, ya fue suficiente información.
— Lo dices solo porque eres virgen, solo espera a que Woon se atreva.
— No me gusta Woon. — Me gusta tu hermano, pensé.
— ¿Por qué? Es lindo para ti, y parecen llevarse bien.
— Que nos llevemos bien no significa que tenga que gustarme.
Estaba debatiendo en si contarle o no sobre mi relación con Hoseok. Sabía que tendría que decirle, pero esperaba tener un momento perfecto para eso, y contárselo junto a Hoseok. El remordimiento me comía por dentro, pero tenía que esperar un poco más.
— Tienes razón. Sólo quiero tener una cita doble contigo.
— Mejor tengamos una cita solo nosotras dos.
— Uh, acepto — respondió lanzándome un beso justo antes de que su teléfono comenzara a sonar. — Espérame un segundo, ¿Está bien? — dijo antes de levantarse para contestar la llamada.
La cara de Jiwoo se veía preocupada, pero me envió una sonrisa cuando me encontró mirándola, lo que me tranquilizó un poco. Al menos no parecía ser algo muy grave, y eso era mejor que nada.
— Estaré allá en un rato— escuché que Jiwoo decía antes de cortar.
— ¿Sucede algo?
— Es mamá, al parecer aún no está acostumbrada a estar sola en casa.
— Anda con ella — dije de inmediato.
— De verdad lo siento, prometo venir mañana y...
— Jiwoo, no te preocupes. Me ayudaste mucho trayendo las cosas hasta acá. Envíale saludos a Eun de mi parte.
— Está bien, te quiero.
— También yo — respondí de vuelta antes de que se fuera.
Bueno, ahora era solo yo y las cajas. Por suerte, no eran muchas y el departamento venía con algunos muebles, así que, si tenía suerte, todo caería en los que había y no debía comprar más.
Cuando sentí que llevaba bastante tiempo, decidí tomarme un descanso. Aun me faltaban un par de cajas, pero me sentía tan cansada que a penas toqué el colchón, caí dormida.
Mis padres estaban frente a mí, se veían desesperados pero no se atrevían a dar un paso más cerca, mientras tanto, una Haru de cinco años lloraba con todas sus fuerzas. Estaba soñando, lo sabía, pero no quería despertar. Eran pocos los recuerdos que tenía de mi infancia, y a pesar de que odiaba los que tenía, esta vez quería seguir recordando.
Lamentablemente no pude ver nada más, y lo que para mí fueron segundos, en realidad había sido casi una hora. La llamada entrante en mi teléfono me había despertado, y al tomarlo una sonrisa de formó involuntariamente en mi rostro.
— ¿En qué departamento vives? — escuché la voz de Hoseok a través de la línea, y extrañamente mis ojos se llenaron de lágrimas. No sabía lo que estaba pasando conmigo en aquel instante, pero me sentía aliviada.
— Iré a buscarte — respondí, pero mi voz sonó ahogada.
— ¿Estás bien?
— Sí, es solo que tuve una pesadilla.
— ¡Genial! — exclamó dejándome confundida. — Digo, no es genial, pero eso quiere decir que escogí un buen regalo.
— ¿De qué hablas?
— Te espero abajo, Haru.
Hoseok colgó y fue ahí cuando caí en cuenta de mi error. Mis ojos estaban hinchados y mi maquillaje se había corrido debido a las lágrimas. Quizás solo debí decirle el número de departamento y aprovechar este tiempo para arreglarme. Lo más rápido que pude, me lavé la cara y quité el maquillaje de mi rostro para salir por Hoseok.
El fondo de pantalla de Windows XP era algo icónico, pero Hoseok sentado sobre el capó de su auto, vestido totalmente de negro y con gafas de sol, le ganaba por mil. A penas me vio, le puso alarma a su auto y caminó hacia a mí.
— Hola preciosa — dijo antes de besarme. — No sé qué haré ahora que no voy a poder verte todo el tiempo.
— Aun tenemos las lecciones, no creas que te escaparás tan fácil de mí, Jung.
— No tengo ni la más mínima intención de escaparme de ti — dijo apegándome a él. Su nariz rozó la mía y cerré los ojos ante el contacto, pero recordé que estábamos en la vía pública.
— ¿Subimos? — pregunté y él asintió.
Por suerte el elevador de acá si servía, y estando junto a Hoseok recordé aquel día cuando fuimos donde Yoongi y mis mejillas comenzaron a ponerse rojas. Gracias al cielo estuvimos poco tiempo ahí dentro.
— Recordaré el número — dijo apuntando al 507 en la puerta.
— Disculpa el desorden, aún estoy desempacando — me excusé cuando entramos, pero él me sonrió.
— Cuando me mudé, no desempaqué todo hasta casi un año después, y creo que todavía quedan un par de cajas bajo la cama — dijo haciéndome reír, pero sonaba bastante en serio. —Casi lo olvido — dijo entregándome una bolsa de papel.
— ¿Qué es?
— Un regalo — respondió encogiéndose de hombros. Al abrir la bolsa me encontré con un lindo atrapasueños. — Para que no tengas pesadillas y sólo sueñes conmigo — agregó inclinándose para estar a mi altura. — ¿Te gustó?
— Me encanta, muchas gracias — dije contemplando el regalo. Nunca había tenido uno, pero siempre me habían llamado la atención.
— ¿Merezco un beso por eso? — preguntó y rodé los ojos.
— Siempre buscas una recompensa.
— ¡Es que me encantan tus besos! No, espera, me encantas tú — dijo y yo no resistí más. Tomé a Hoseok por las solapas de su chaqueta y lo acerqué a mi boca.
En poco tiempo Hoseok se había vuelto una adicción para mí en todos los sentidos de la palabra, pero sus besos eran algo sobrehumano. No es como si fuera una experta total, desde mi exnovio había besado a dos o tres chicos más, pero con Hoseok todo era distinto. Aquella sensación embriagante provocaba que me olvidara del tiempo y espacio.
Así fue como una cosa llevó a la otra y de repente me encontré en el sofá sentada a horcajadas sobre las piernas de Hoseok. Mis brazos pasaban por su cuello y mis manos se mantenían entretenidas jugando con su cabello, mientras las de él acariciaban mi abdomen por debajo de mi sudadera.
Los besos de Hoseok pasaron de mi boca a mi mandíbula, hasta llegar a mi cuello, pero todo lo bueno tiene un final, y para nosotros fue cuando el teléfono de Hoseok comenzó a sonar, bueno, al menos para mí lo fue, pero él parecía no querer detenerse.
— T-tu celular — dije con mi voz entrecortada, pero solo recibí un gruñido por parte de él. Y sí, lo hubiera dejado si no fuera porque recordé la llamada de Eun a Jiwoo hace un rato. — Puede ser tu madre, Hoseok.
— Está bien, pero seguiremos con esto — habló y asentí perdida en sus labios hinchados. Intenté apartarme, pero con su brazo rodeó mi cintura y no me lo permitió. — ¡Mierda, mierda, mierda!
— ¿Quién es?
— ¡Han Kyowoon, te mataré a penas te vea! — gritó contestando y yo solo reí. — No me pidas disculpas y habla rápido... Por supuesto que interrumpiste... Al diablo, no lo haré... Agh, como los odio — dijo y apretó algo en la pantalla de su teléfono. — Okey, está en altavoz.
— ¡Hola, Haru! — escuché resonar la voz de Kyo.
— ¿Qué tal estás? — preguntó esta vez Yoongi.
— Hola chicos, estoy bien, gracias.
— ¿Ves, Hoseok? ¿Por qué no puedes ser amable como tu novia? — lo regañó Yoongi y Hoseok rodó sus ojos.
— Hoseok, ¿te apuntas para hoy? — preguntó Kyo.
— ¿Quieres ir? Son carreras — me dijo Hoseok.
— Tú tienes que decidir, no soy yo la que compite.
— Pero quiero pasar el mayor tiempo que pueda contigo.
— Uuuy, no sabía que Hoseokkie pedía permiso — lo molestó Yoongi.
— Okey, iremos — respondí yo.
— Aprovechando que Hoseok te hace caso, ¿Puedes decirle que me preste dinero? — dijo Yoongi, pero Hoseok colgó antes de que pudiera decir algo más.
Me quedé observando a Hoseok, quien tenía sus labios apretados formando una línea, y me puse a reír, dejándolo muy confundido. La dualidad existía y llevaba por nombre Jung Hoseok. El temido J-hope no era más que el bebé de su grupo de amigos, esa era la verdad. Ante la ternura que me causaba, apreté sus mejillas entre mis manos y dejé un beso en sus labios.
— Me iré a la ducha — dije quitándome de encima.
— ¿Puedo entrar? — preguntó sosteniendo mi mano.
— Por supuesto que no, quédate aquí — le respondí, pero de todos modos me siguió.
— ¡Recuerda las sequías, Haru! — gritó cuando cerré la puerta del baño.
No me sentía tranquila sabiendo que Hoseok estaba esperándome afuera. No era porque pensara que iba a entrar o algo por el estilo, es solo que me ponía nerviosa saber que mi novio estaba ahí.
Novio... Jung Hoseok era mi novio. Debía parecer loca en la ducha mientras reía por recordarlo. Dios, ¿Qué estás intentando al ponerme a Hoseok en mi camino?
No me tardé mucho ya que solo quería quitarme el polvo, me puse mi ropa y salí del baño para buscar el secador de pelo en alguna de las cajas que me quedaban. Encontré a Hoseok en el sofá mientras veía videos en su teléfono, así que no quise interrumpir nada y continué en mi búsqueda.
— ¿Qué haces? — preguntó Hoseok al ver que estaba sacando algunas cosas de la caja.
— Buscaba esto — respondí enseñándole el secador.
— ¿Puedo ayudarte?
— ¿A secarme el cabello? — pregunté extrañada y él asintió. — Está bien.
Llevé a Hoseok hasta la habitación y conecté el secador al enchufe. Mi cabello era completamente lizo pero con mucho frizz, y prefería secarlo ya que si no lo hacía, se esponjaba.
— ¿Qué debo hacer? — preguntó luciendo entusiasmado. — Jiwoo no me dejaba tocar su cabello, yo casi nunca lo ocupo, pero supongo que debe ser distinto dependiendo el largo del cabello.
— Debes comenzar desde las raíces, no le dejes muy cerca.
Hoseok lo encendió y siguió mis indicaciones al pie de la letra. Se veía muy inmerso en aquello, y todo lo hacía con suma delicadeza. De vez en cuando se acercaba y dejaba pequeños besos en mi mejilla.
— Creo que así ya está bien — dijo Hoseok y pasé mi mano por el cabello para comprobarlo. — ¿Qué dices, merezco mi recompensa?
— Uhm, primero ayúdame a escoger que debo ponerme.
— Pero si te ves genial así — dijo encogiéndose de hombros. Okey, me sentía bastante cómoda en mis jeans con la sudadera, pero definitivamente no iría así.
— Yo pensaba en ponerme algo como esto — dije sacando del clóset el vestido blanco que Jiwoo me había regalado.
— Te conocí con ese vestido. — Encontraba que era un gesto bastante tierno de parte de él, ya que ni siquiera yo recordaba lo que me había puesto aquel día. — Y déjame decirte que te verías malditamente sexy en él, pero podría ser incómodo para ti al subir a las gradas.
— Tienes razón, mejor iré desnuda y nos evitamos todo — bromeé pero los ojos de Hoseok se ampliaron.
— ¡Por favor, hazlo! — exclamó y mordió su labio.
— Todos estarían viéndome.
— ¿Y qué? Después de todo soy yo el que disfruta de esto — dijo señalándome de arriba a abajo. Hoseok era un caso totalmente excepcional, y me lo hacía saber con sus locas ocurrencias.
De todas formas, terminé escogiendo mi outfit por mí misma, ya que todo le gustaba a Hoseok y no era de mucha ayuda para decidirme por algo. Y cuándo estaba listo, decidí que podía bromear un poco con él.
Me quité la sudadera quedando solamente con el brasier puesto. La boca de Hoseok se abrió ligeramente y sus ojos dejaron de parpadear.
— ¿Q-quieres que... me vaya? — preguntó aturdido y reí.
— ¿Quieres irte? — pregunté de vuelta y él negó rápidamente. — Entonces no te vayas — añadí desabrochando mi pantalón.
No sabía de dónde estaba sacando la valentía para hacer aquello, pero estaba disfrutando del momento. Me terminé de vestir con los ojos de Hoseok siguiendo cada uno de mis movimientos, incluso había visto cómo tragaba de vez en cuando.
— ¿Nos vamos? — pregunté cuando estaba lista, y Hoseok tal cual como si fuera un robot, asintió. Pasé por su lado para ir hasta la puerta, pero él sostuvo mi mano. — ¿Qué... — No pude ni terminar porque Hoseok, de un tirón, me apegó a su cuerpo.
— Sólo quiero que sepas que me vengaré de esto — dijo y yo solo le enseñé mi lengua.
Media hora más tarde, estábamos afuera del edificio de Yoongi esperando a los chicos. Nuevamente, molestaron a Hoseok por lo que había dicho mientras estaban en la llamada, pero él trató de no prestarles atención y yo tenía que aguantar mi risa. Habían comentado que sus clases empezaban una semana más tarde, y yo me quejé porque el lunes debía volver a la universidad.
Sentía como si hace siglos no había estado en aquel lugar. Por supuesto, me asustaba que a Hoseok le pasara algo, pero hasta el momento jamás había visto algún accidente y esperaba que se mantuviera así para siempre.
En un momento, vi pasar a Soo en un ajustadísimo vestido rosa palo, e ignorando todo el rencor estúpido que le había tenido por verla junto a Hoseok, quise aplaudirle por poder conducir vestida así, ya que, al menos para mí, se veía incómodo.
Mi mano entrelazada a la de Hoseok me hacía sentir más tranquila, pero el momento de soltarla había llegado y yo me rehusaba a dejarlo ir.
— ¿Un beso de la buena suerte? — preguntó estirando sus labios hacia a mí, y yo lo besé.
— Ve a ganar, Jung — lo alenté y él sonrió ampliamente
— Contigo ya gané todo, Haru — dijo volviendo a unir nuestros labios una última vez. — Quédate con los chicos. Cualquier cosa, ellos sabrán que hacer.
Eso era lo que siempre me decía Hoseok, pero yo de verdad esperaba que jamás pasara algo que tuviera que llevarnos a aquella situación. Poco a poco Hoseok iba pasando de ser un parte de mi vida, a mi vida entera, y comenzaba a temer por si alguna vez llegaba a no tenerlo.
〰️
Hoooolis bolis, ¿Qué les pareció el capítulo?
De verdad estoy intentando hacer a Hoseok lo menos funable posible porque últimamente veo quejas por muchas cosas, así que mas vale prevenir que curar. Y obvio, quiero que Haru también sea un poco más atrevida y se vea más cómoda dhfk
Ojalá les esté gustando la historia porque dentro de poco se va a poner más y más interesante uwu
¡Nos vemos el próximo domingo!💜
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