0.16
[Cap. 16]
🍃Eres un cómplice
Ahí estaba yo, parada mientras me veía pequeña y gritando junto a quien quizás era madre, la cual parecía estar demasiado inconsciente como para atender a mis llantos. Quería ir y consolarme a mí misma, pero mis pies estaban pegados al suelo mirando la escena, intentaba gritar pero nada salía de mi boca, era como si estuviera ahí pero en realidad no lo estaba.
Desperté abruptamente cuando escuché mi teléfono. Por mi frente corría un poco de sudor y mi corazón parecía latir a mil veces por segundo, hace tiempo no tenía ese sueño, pero por alguna razón había vuelto. Aun aturdida, miré mi teléfono, primero noté que la hora marcaba las tres de la mañana, para luego ver la notificación de este.
Número desconocido:
Hola Haru, soy Yoongi.
¿Estás ocupada?
Por un momento creí estar loca, chequeé la hora del mensaje para asegurarme que era reciente y no de hace unas horas, pero realmente el mensaje había sido enviando hace solo un minuto. Pensé en no responder y seguir durmiendo, pero la curiosidad mató al gato, así que mis dedos rápidamente teclearon una respuesta, y en menos de un segundo tenía una llamada entrante de aquel número.
— Qué bueno que eres tú, Haru — dijo Yoongi apenas contesté. — Eres el único contacto femenino de Hoseok que no sea su hermana o su mamá.
— Hola a ti también, Suga.
— Te saludé por chat — respondió rápidamente. — En fin, ¿estás ocupada?
— ¿A las tres de la mañana? Pues tenía una cita con mi almohada, pero ya fue.
— ¡Genial! Necesito que vengas, por favoooor — rogó y fue difícil imaginarlo pedir por algo con tanta desesperación.
— ¿A dónde?
— Te iremos a buscar, puedes venir en pijama si quieres.
— Aún no acepto — dije y solo escuché un suspiro de frustración por parte de Yoongi.
— Haru, ya te dije por favor, y es urgente.
— ¿Pasó algo con Hoseok? — me atreví a preguntar.
— Solo ven, en diez minutos estaremos afuera — dijo y sin más, colgó.
Con pesar salí de la cama y encendí la luz, busqué en mi armario y saqué unos jeans y un hoodie, podía ser verano, pero las madrugadas eran demasiado frías y yo no estaba para eso. Aun no estaba lo suficientemente despierta para pensar acerca de por qué Yoongi me había llamado a tal hora sin darme ninguna explicación, pero mientras me cepillaba los dientes un nerviosismo irracional recorrió mi cuerpo entero.
Vi la hora y me di cuenta de que ya habían pasado los diez minutos, así que bajé las escaleras tratando de ser lo más sigilosa posible, pero al terminar el último escalón algo rozó mi mano haciendo que pegara un salto del susto.
— Charly — susurré aliviada al ver al perro que movía su cola para todas partes. — Ve a dormir — dije acariciando su cabeza.
El sonido de la bocina de un auto hizo que nuevamente me sobresaltara, y estaba casi segura de que me daría un paro cardiaco si algo más que asustaba. Por otra parte, agradecí que Jiwoo tuviera el sueño tan pesado, porque o si no ya me habría pillado todas las veces que salía de su casa a mitad de la noche. A pesar de eso, cerré la puerta con sumo cuidado, encontrándome con el auto que Hoseok usaba para competir, pero cualquier ilusión fue desechada cuando el vidrio se bajó dejando ver a Kyo en el asiento del piloto.
— Hola, Haru — me saludó con una sonrisa a la cual correspondí, entré al auto y me acomodé en cinturón de seguridad. — ¿Cómo es que estabas despierta a esta hora?
— No lo estaba, me despertó el mensaje de Yoongi. A todo esto, ¿Sabes por qué me llamó?
— Es una estupidez — respondió riendo.
Al parecer el lugar no estaba demasiado lejos, porque en poco tiempo estuvimos ahí. Kyo apagó el motor del auto y ambos salimos de este, y literalmente Yoongi se abalanzó sobre mí al verme.
— Gracias al cielo estas aquí — dijo mientras me abrazaba fuertemente. — No sabes lo irritante que ha estado Hoseok estas dos semanas, estuve a punto de cometer asesinato.
— ¿Para eso me llamaste?
— No sabía por qué Hoseok andaba así, pero mencioné tu nombre y casi me golpea, así que necesito que hablen antes de que yo mismo me disfrace de ti.
— ¿Dónde está? — pregunté y Kyo me hizo una señal apuntando a un lugar más apartado, y si bien estaba oscuro, logré divisar una silueta.
— Si no escuchamos ruido en diez minutos, iremos por ti — dijo Kyo.
— Veinte — corrigió Yoongi. — Nunca sabemos lo que podrían hacer en lo oscuro — agregó y yo lo miré de mala forma.
Tragué duro y caminé hacia donde se encontraba Hoseok. No es como si le temiera, sino que estaba demasiado nerviosa como para hablar con él luego de aquella conversación. No sabía si sería capaz de irme y hacer como si nada hubiera pasado.
— Hey — dije provocando que Hoseok rápidamente se diera vuelta para verme.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó con aires intimidantes, pero no me dejaría asustar por él. — Vete.
— Está bien, si eso es lo que quieres... — dije dándome media vuelta, pero antes de dar un paso, la mano de Hoseok rodeando la mía me interrumpió.
— No te vayas.
— Eres realmente un caso, Jung Hoseok.
— ¿De verdad eres tú o estoy demasiado ebrio como para imaginar cosas?
— ¿Bebiste?
— No que yo recuerde — respondió. — Pero es en serio, ¿Qué haces aquí?
— Yoongi me llamó, dijo que has estado demasiado irritante estos días.
— Eso es mentira.
— ¡Es verdad! — gritó Yoongi, haciendo que Hoseok levantara su dedo de en medio en su dirección.
— ¿Y bien? — lo incentivé a hablar, pero él solo se cruzó de brazos y miró hacia la nada.
Me atreví a sentarme junto a él y mirar hacia un punto exacto. Hoseok parecía tener un debate interno porque agarró su cabeza y suspiró frustrado.
— Deberías irte, Haru.
— ¿De verdad quieres que me vaya?
— No — respondió sin más y comencé a enojarme.
— ¿Entonces por qué quieres que me vaya?
— ¿Por qué me preguntas cosas tan estúpidas?
— Deberías dejar de comportarte como un niño y decir las cosas claras, Hoseok — dije sintiendo como la sangre me hervía de furia. No entendía a Hoseok, y odiaba que me confundiera tanto.
Ya bastante molesta, me levanté del lugar dispuesta a ir donde Kyo para decirle que me llevara de vuelta a casa y así olvidarme de Hoseok para siempre, pero unos metros más allá, nuevamente Hoseok me detuvo.
— No sé porque no quiero que te vayas, y tampoco sé por qué me gusta estar tanto contigo, por qué no sales de mi mente ni por un segundo, ni siquiera cuando me voy a dormir, y de verdad no sé por qué se me agita el corazón cada vez que te vuelvo a ver — soltó él.
— ¿Entonces por qué no me besas y acabamos con esta discusión?
Hoseok tiró de mi mano, provocando que chocara con él. Su mirada se encontró con la mía y a pesar de la oscuridad, pude ver la sonrisa que se formaba en su boca antes de descender a la mía. Cuando nuestros labios hicieron presión, mis brazos se ataron alrededor de su cuello agregando intensidad al beso. Nuestras bocas se movían al mismo compás, en un suave y tortuoso ritmo. Si bien no era la primera vez que besaba a Hoseok, se sentía como si lo fuera. El nudo en mi estómago era indescriptible, pero de todas formas se sentía placentero.
No supe cuánto tiempo estuvimos así, pero cuando nos separamos, mis labios hormigueaban y casi no se sentían. Las manos de Hoseok alrededor de mi cintura no me permitieron alejarme demasiado, y él comenzó a dejar pequeños besos en mi boca, haciendo que en mis labios apareciera una sonrisa.
— ¿Ya está? — preguntó Kyo apareciendo en el lugar.
— Algo me dice que Hoseok está demasiado feliz — añadió Yoongi, y Kyo rio junto a él.
— ¿Por qué no se van a molestar a otro lado? — preguntó Hoseok fastidiado, pero de todas formas intentaba retener las sonrisas que escapaban de su boca.
— ¿Molestar? Fue mi idea trae a Haru, dame los créditos.
— Sólo si te vas de aquí.
— Entonces me llevaré a Haru — respondió Yoongi antes de tomar mi mano para alejarme de Hoseok. — Solo sígueme el juego — me susurró.
— ¡Hey, no! — se quejó Hoseok caminando hacia nosotros. — Haru está conmigo.
— Estaba — corrigió Kyo sacando las llaves del auto de Hoseok de su bolsillo. — Dijiste que podía hacer lo que quiera con el auto, ¿verdad?
— Pero...
— Supongo que puedes pasar la noche aquí, nosotros tres iremos a dar una vuelta por ahí.
— Kyo, no toques mi auto.
Tarde. Yoongi, Kyo y yo ya estábamos dentro, en cambio Hoseok seguía afuera pero no parecía creer que los chicos realmente lo fueran a dejar. O eso parecía, hasta que en una increíble maniobra, Kyo dio media vuelta y salió del lugar dejando tanto a Hoseok como a mí sorprendidos.
— ¿De verdad lo dejarán?
— Nah, es solo para reírnos un rato — respondió Kyo.
— Probablemente nos querrá matar, pero tengo un comodín — dijo Yoongi tranquilamente.
— ¿Y cuál es? — pregunté curiosa.
— Pues tú — respondió a mi duda.
Cinco minutos más tarde, estábamos de vuelta en el lugar. Hoseok se encontraba sentado en el mismo lugar y a pesar de que los chicos tocaron la bocina, él ni siquiera levantó la cabeza y se quedó en su misma posición.
Cómo si estuvieran siendo manejados al mismo tiempo, Kyo y Yoongi voltearon su cabeza para mirarme en el asiento trasero.
— ¿Q-que?
— Anda a buscar a Hoseok — respondió Kyo como si fuera lo más obvio del mundo.
— Pero si fue la idea de ustedes, no me metan en esto.
— Haru, Hoseok sabe mucho acerca de asesinatos. Estoy seguro de que sabría hacer uno y que nadie lo descubriera nunca — comentó Yoongi, y tenía demasiada lógica teniendo en cuenta de que estudiaba leyes.
— Deséenme suerte — canté preparándome para salir del auto.
— Si no funciona, siempre puedes convencerlo de otra forma — dijo Kyo y quedé un poco confundida, pero supo explicarlo con un gesto claro... y obsceno.
— ¡No le haré eso a Hoseok!
— Solo era una idea — se quejó y yo salí del auto.
El viento ya estaba helado, haciendo que la piel se me pusiera de gallina, así que crucé mis brazos cerca de mi pecho para contrarrestar un poco el frío.
Di la última mirada al auto y tanto Yoongi como Kyo alzaron sus pulgares en señal de aprobación. Volví mi vista a Hoseok, quién parecía no haberse dado cuenta de mi presencia aun, y me acerqué.
— Hola — murmuré y sentí como si fuera un Deja Vu.
— ¿Vuelves a disculparte y convencerme de que vaya con ustedes?
— Solo venía a convencerte de subir al auto, no a disculparme.
— Pues deberías — dijo haciendo un mohín, viéndose demasiado tierno.
— Solo fui una víctima.
— Cómplice — corrigió él aun sin despegar la vista de su teléfono.
— Vamos a casa, Hoseok. Está helado y quiero mi cama — confesé añorando estar bajo mis sábanas.
— ¿Puedo dormir contigo?
— Por supuesto que no — respondí.
— Okey, entonces nos quedaremos toda la noche aquí.
— Si crees que vas a manipularme estás muy equivocado, Jung.
— Al menos lo intenté — se quejó riendo y por fin se levantó del lugar. — Pero antes... — audazmente se acercó a mí e hizo chocar sus labios con los míos.
— ¡Hey!
— Vamos, no te quejes. Estoy segura de que lo deseabas tanto como yo. — Preferí callarme antes que quedar como imbécil, porque él tenía razón.
Caminamos de vuelta al auto, dónde Kyo y Yoongi nos esperaban con una sonrisa nerviosa. Hoseok se quedó esperando afuera de la puerta de piloto, y Kyo salió obedientemente entregándole sus llaves.
— ¿Debería dejarte aquí? — preguntó Hoseok.
— Fui una víctima.
— Cómplice — respondí yo recordando lo que Hoseok me había dicho hace unos minutos, y Kyo me miró mal. — Lo siento, se me escapó — me disculpé y Hoseok rio.
Hoseok subió al auto y lo encendió, esperando a que nosotros subiéramos para partir.
Durante el viaje, de vez en cuando Hoseok me miraba a través del espejo retrovisor, y solo por sus ojos podía saber que sonreía.
— Tienes una cara de "Hoy la pongo" — habló Yoongi una de las tantas veces que Hoseok sonrió, y Kyo me codeó juguetonamente.
— No tendré sexo con Hoseok — dije por enésima vez desde que los conocí.
— Tranquila, Haru. Nadie te juzgará, eres libre de vivir tu sexualidad como tú decidas — dijo Kyo relajadamente.
— Es la verdad, no me acostaré con Hoseok.
— Yo creo que ya lo hicieron — cantó Yoongi.
— ¡No me he acostado con Hoseok! — chillé demasiado avergonzada causando la risa de Kyo y Yoongi.
— ¿Cómo qué no? — preguntó Hoseok fingiendo indignación. — El otro día...
— Solo dormimos, no es lo mismo.
— Espera, espera... ¿Dormiste con Hoseok? — preguntó Kyo abriendo sus ojos al máximo y yo asentí. — ¿Solo durmieron? — volvió a preguntar y asentí. — Esto no me lo creo, me niego a creerlo.
— En mi defensa, estaba demasiado sedado como para seducirla con mis encantos — se excusó Hoseok.
— Haru, ¿eres bruja? — preguntó Yoongi aun sorprendido. — Dame de lo que sea que le diste cuando se conocieron. Dios, no puedo creer que Hoseok está cambiando por una chica.
— Okey, ya basta de asumir cosas — dijo Hoseok estacionándose afuera de un edificio. — Ahora vayan a casa y dejen de joder.
— Que mal carácter tienes — se quejó Yoongi, abrió la puerta del auto y antes de bajar golpeó la cabeza de Hoseok.
— ¡Oye! — se quejó éste pero Yoongi solo levantó el dedo en medio en su dirección y se fue junto con Kyo. — Imbéciles.
— Me caen bien — confesé entre risas.
— Mejor siéntate adelante conmigo.
Llegamos a casa y Hoseok estacionó su auto. Esta vez no me dejó entrar sola y ambos caminamos hacia la puerta. Ninguno hablaba pero el silencio no era incómodo. A penas abrimos la puerta, Charly salió a recibirnos, saltó sobre Hoseok y éste le hizo cariño antes de indicarle que volviera a su cama. Llegamos al final de las escaleras y me dirigí hasta la puerta de mi habitación.
— ¿De verdad no puedo dormir contigo? — preguntó Hoseok acercándome a él.
— No lo creo.
— ¿Por queee?
— Tienes tu habitación, y Jiwoo está al lado — respondí con una sonrisa que parecía estar pegada a mi cara.
— ¿Al menos puedo besarte?
— Solo una...
Ni siquiera fui capaz de terminar porque los labios de Hoseok ya estaban sobre los míos. Sus labios se sentían suaves, mis manos alcanzaron los bordes de su chaqueta, atrayéndolo a mí. El beso fue subiendo de intensidad, tanto así que en un par de segundos yo me encontraba atrapada entre la puerta y el cuerpo de Hoseok. No se escuchaba nada más que el sonido de nuestros besos, pero era hora de alejarse y Hoseok no dudó en atrapar mi labio inferior entre sus dientes cuando intenté detenerme.
— No sé cómo podré dormir sabiendo que estás al lado.
— Si pudiste dormir teniéndome en tu cama, podrás con esto — dije dando pequeños golpecitos en su espalda.
— Haru — se quejó él a medida que cerraba la puerta de mi habitación. — Hey, no me dejes solo.
— Buenas noches, Hoseok.
— Mierda, Haru — lo escuché decir cuando cerré la puerta por completo y solo me reí.
Me fui a la cama aun con una estúpida sonrisa en mi rostro, y esta se negaba a querer irse por un buen rato. No sabía lo que éramos Hoseok y yo ahora, pero solo pensaba en que me sentía más feliz que nunca en la vida, y al mismo tiempo eso me asustaba. Fue ahí cuando me comencé a preguntar si realmente valía la pena arriesgar todo por Hoseok, pero simplemente decidí ignorar aquella voz dentro de mi cabeza que me decía que me alejara de él por mi seguridad, y quizás ese fue mi más grande error.
~
Me demoré porque se me cambiaron los guiones (ODIO QUE PASE ESO)
y después tuve que sacar a pasear a mi perro, pero ya estamos aquí unu
La canción de hoy es No le dijo nada de Los ladrones sueltos; les
juro que se van a matar de la risa con la letra fhjghfmjhk
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top