0.01

🍃 El hermanito menor de mi
mejor amiga.

El verano por fin había comenzado, bueno, en realidad había comenzado hace un par de días atrás, pero para mí comenzaba en este preciso día. El último día de clases.

Las dos últimas horas de clases parecían no querer acabar, y el maldito tic-tac del reloj hacía que las ansias de todos se hicieran más y más fuertes. Varios de mis compañeros mordían sus lápices ansiosos o estaban al pendiente del movimiento de las manecillas del reloj sobre el pizarrón blanco. A pesar de que las ventanas estaban abiertas el calor inundaba el salón. Ugh, como deseaba estar dentro de un congelador.

Mi mente vagaba en los planes que tendría para este verano. Le seguiría dando lecciones de piano a Sunny, me iría una temporada con mis padres y leería algunos libros - ¡debo seleccionar de inmediato cuales serán!-, así todo estaría perfectamente bajo control.

El tan anhelado timbre por fin sonó. Todos mis compañeros, agregándome a la lista, tomamos lo poco y nada que teníamos sobre nuestras mesas para salir corriendo de la prisión o lo que otros llamaban "salón de clases". Cuando me voltee a la puerta, la negra cabellera de mi mejor amiga estaba allí, haciéndome señales para que "no me tardara tanto". Aún se me hacía sorprendente lo rápido que bajaba las escaleras para ir a buscarme. Me despedí de los chicos que quedaban, deseándoles una buenas vacaciones y caminé hacia ella.

— Haruuu — gritó cuando entrando al salón — ¿Por que tardas tanto? — preguntó Jiwoo meciendo su cabeza. De inmediato tomó mi brazo y me arrastró hacia la salida con ella.

— ¿Tardar? Tú eres demasiado rápida.

— Da igual, de todos modos no volveré a ver esta universidad dentro de tres meses. Vacaciones, como las amo.

Conocí a Jiwoo hace dos años. Ella había repetido el semestre en Orientación por lo que me habían asignado como su tutora. Si, a pesar de que yo estudiaba música y ella diseño. Nuestra amistad se consolidó hasta el punto de ser la única persona en la cual confiaba totalmente desde que había llegado a la ciudad.

— Si — la apoyé — Necesitaba un respiro.

— Lo dice la señorita "Tendré un montón de diversión en la escuela de verano"

— Eso fue el año anterior, y las escuelas de verano pueden ser divertidas — me denfendí.

— Por supuesto que si, las escuelas de verano estilo Camp Rock, no las de literatura — abrí la boca para decir algo, pero de inmediato la cerré. Si, la escuela de verano no había sido la mejor decisión de mi vida y Jiwoo se encargaba de recordármelo cada vez que podía — ¿Ves?, no tienes nada para decir.

— ¡Hey! — me quejé — Sé que no fue una gran idea...

— La peor — me interrumpió.

— Está bien, la peor idea, pero me sirvió para tener un buen promedio.

— Siempre tienes buen promedio. Eres una maldita cerebrito sexy.

— Conocí a Nam.

— No.Lo.Nombres — soltó entre dientes — Ese maldito roba amigas.

Namjoon era mi mejor amigo. Lo había conocido hace un año en la escuela de verano. A diferencia de mi, él estudió aritmética porque su madre lo había obligado, y a pesar de haberse escapado mas de la mitad de las clases, obtuvo las calificaciones mas altas. Había pasado un increíble verano gracias a él, pero Jiwoo lo odiaba ya que a veces pasaba más tiempo con él y ella se lo hacia saber cada vez que salíamos los tres.

— ¿Qué harás este verano? Por favor dime que no entraras a esa cosa otra vez — dijo muy rápido. Le envié una mirada no muy amistosa y ella sonrió.

— Los padres de Sunny me han llamado, quieren que le siga dando clases de piano.

— Y no me digas, aceptaste ¿No es así?

— Pagan bien — me encogí de hombros — A parte me sirve para practicar, ya sabes, lo de mis padres...

Voy por el cuarto año (ya que acababa de terminar el tercer año) de universidad estudiando música. La música es mi pasión más grande. Crecí con la música, pero no estilo pop o mucho menos rock, sino música clásica, jazz o un poco de blues, pero eso no significaba que no me gustarán otros estilos. Mis padres son músicos, de ahí mis dotes. Mi madre es una gran chelista y mi padre un director de orquestas. Cuándo nací estaban tan emocionados ya que tendrían a alguien más en su "orquestas" y yo estaba de acuerdo con ellos, por lo cual desde pequeña aprendí a tocar un sinfín de instrumentos musicales. Pero desde que había entrado a la universidad mi deseo había cambiado.

— Haru, estoy segura de que serás la mejor maestra de música. No importa lo que digan tus padres, ¿Está bien? — preguntó y asentí.

Desde pequeña había ayudado a que mis compañeros de clases aprendieran a tocar algún instrumento, crear partituras y más; tenía el don de enseñar y lo sabía, pero jamás le había prestado mayor atención por lo que vivían diciendo mis padres sobre "el mejor trio músical" y la aparente traición de mi hermano mayor. Estaba consciente del alboroto que harían mis padres al enterarse de la situación, pero cada vez me convencía más de que esa era mi misión y mi meta, enseñar lo que sabía, y no me harían cambiar de opinión tan fácil.

La bocina de un auto sonó y Jiwoo hizo una mueca de frustración antes de lanzar un grito.

— ¡Le dije a papá que no enviara a Hoseok! — se quejó.

— Aún no entiendo el odio hacia tu hermanito menor — dije hablando de su hermano. No lo conocía, pero debido a las millones de quejas que tenía Jiwoo sobre él, suponía que era igual que todos los hermanos pequeños, un dolor en el trasero.

— Cuando lo conozcas te darás cuenta que es un niñato molesto. Aunque es mejor que no lo conozcas — dijo antes de que la bocina del auto volviera a sonar — Agh, esto pasa por ganarme esos estúpidos castigos. Iré a tu casa en un par de horas para prepararnos para la fiesta. Te adoro — gritó mientras corría hacia el auto.

(...)

— No... No... No.

— ¡Haru, me quedaré sin outfits! — se quejó Jiwoo.

— Entonces podrías dejarme escoger lo que usaré.

— ¿Y arriesgarme a que uses algún Hoddie holgado? No, gracias.

— Te odio — mascullé.

— Mentira, cariño. Tú me amas — dijo entre risas — ¡Lo encontré! — gritó haciéndome sobresaltar — Esto te va a quedar precioso — dijo lanzándome el ajustado vestido blanco que me había regalado para mí cumpleaños. Lo había escondido al fondo de mi armario, y no porque no me gustara, en realidad era hermoso, pero prefería las cosas holgadas a las demasiado ajustadas, como lo era ese vestido.

— Jiwoo...

— Deja de quejarte, Jimin estará en quince minutos afuera y prometiste que llegaríamos a tiempo a esta fiesta.

— Bien puedes ir sola. Tienes a tu novio, así que no me necesitas para cuidarte.

— ¡Vida social, Haru! Necesitamos que conozcas a más chicos, o al menos a alguno que no sea el Einstein del siglo veintiuno — agregó refiriéndose a Namjoon. Simplemente rodé los ojos y me cambié de ropa.

El celular de Jiwoo sonó y escuché que se quejó, probablemente era su hermanito.

— ¿Qué quieres? — dijo y me sirvió para asegurar mis sospechas — Iré a la fiesta de Yoosung... ¿Estás idiota o que? No lo sé, Hoseok. Quédate a ver Mickey Mouse o que se yo... ¡Crece de una vez, idiota! — terminó por decir antes de que viera su celular a mis pies. Ella lo había lanzado — ¡Me estresa!

— Menos mal no tengo un hermano menor.

Terminé de cambiarme y maquillarme sin exagerar pero poniendo lo necesario para una fiesta. Me volteé y escuché a Jiwoo silbar.

— ¿Como es posible que estés tan buena?

—  Corriendo de nueve a doce todos los sábados en vez de dormir hasta las cuatro de la tarde — dije. Sabía que tenía un buen cuerpo, no era raquítica pero si delgada y con curvas, todo gracias a los ejercicios que realizaba para mantenerme estable.

— ¿Esa es una indirecta? — preguntó fingiendo estar ofendida.

— Tómalo como una invitación — respondí. Jiwoo era un floja, totalmente distinta a mí, comía como cerdo y no hacía ni un poco de ejercicio, pero aún así era delgada y muy linda, y la odiaba por eso, en el buen sentido de la palabra.

Un par de minutos después, la bocina del auto de Jimin resonó en las calles haciéndonos saber que ya estaba aquí. Bajamos por las escaleras, ya que el ascensor aún estaba descompuesto y dudaba que algún día lo arreglaran, y me despedí de Yura, la tierna dueña del edificio.

Jimin estaba apoyado en el capó del auto. Vestía totalmente de negro y no se podía ver mejor combinado con su cabello naranja. Sonrió apenas vio a Jiwoo y la tiró hacia a él para besarla. Se notaba que la amaba, y eso me hacía más que feliz.

— What's up, Haru — dijo alzando su mano para que chocara los cinco con él.

— Todo bien, Park — respondí en medio de una risa debido a su mala pronunciación.

— Señoritas, déjenme decirles que se ven estupendas — lanzó un beso al aire y Jiwoo se sonrojó.

— Deja tu coqueteo para más tarde, Park Jimin — habló esta vez Jiwoo entrando conmigo a la parte trasera del auto.

Durante el trayecto a la fiesta de Yoosung, un compañero de Jiwoo, escuchamos un sinfín de canciones mientras hablábamos de algunas cosas que nos habían ocurrido en la universidad. Jiwoo había prometido no dejarme sola en la fiesta, aunque suponía que iba a pasar tiempo con su novio y realmente no quería ser un mal tercio.

Incluso unas calles antes de llegar, se oía el retumbar de la música y agradecía que fuera un lugar apartado ya que estaba segura de que al no ser así, la policía no tardaría en llegar. Bajamos del auto y en la puerta apareció Yoosung dándonos la bienvenida.

— ¡Pensé que ya no vendrían! — dijo Yoosung estrechándonos en un abrazo.

— Lo mejor para el final — respondió Jiwoo.

— Tienes razón. Bien, mi casa es su casa, así que solo disfruten — dijo Yoosung dejándonos pasar.

La mayoría de los chicos que habían allí eran de la universidad, aunque era obvio, después de todo las fiestas de Yoosung se habían vuelto una cábala que todos esperaban al salir de vacaciones. Se notaba que la fiesta había empezado hace un rato, algunos chicos ya estaban totalmente alcoholizados, otros se divertían en la pista de baile y a los que habían traído obligados estaban sentados en las sillas odiando la vida.

— ¡Bú! — gritó alguien con intención de asustarme.

— ¡Nam! — grité cuando pude distinguirlo entre la tenue luz.

— En vivo y en directo, solo para ti, baby.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté asombrada. Namjoon no asistía a la misma universidad y la suya quedaba bastante alejada.

— Estoy bien, gracias por preocuparte, mejor amiga que no responde los mensajes.

— Lo siento — dije enviándole una sonrisa de disculpas.

— El daño está hecho — dijo y juntó sus dos manos en el pecho, como si su corazón doliera — Respondiendo a tu pregunta, una chica de tu Uni me invitó. Creo que estudiaba Medicina, ¿O era ingeniería? Da igual, sea o que sea está bien buena.

— ¡Kim Namjoon! — grité golpeándolo en el brazo — Cuídate, ¿Está bien? — dije y él no tardó en captar a lo que me refería.

— No voy a acostarme con ella, es nuestra primera cita — rió.

— Si sigues bebiendo eso dudo que recuerdes lo que significa "primera cita"

Había asistido con Namjoon a algunas fiestas, y a pesar de que si resistencia al alcohol me parecía increíble, a veces se excedía. Más aún si lo único que bebía era Tequila o Ron.

— Vamos, Haru. Esto es delicioso, ¿Quieres probar?

— No gracias, soy más de...

— Cerveza — completó Jiwoo entregándome un vaso de ésta — ¿Y acaso tú siempre me querrás arruinar la vida?

— Te equivocas, yo te la mejoro — respondió Nam — Si me disculpas, mi hermosa Haru; Voy a alejarme de este tóxico ambiente.

— Y no vuelvas — terminó por decir Jiwoo y Namjoon simplemente negó.

— Te amo, Haru — se despidió Namjoon alejándose de nosotras.

— ¡Pero yo la amo más! — gritó Jiwoo captando la atención de algunas personas.

— Dios, Jiwoo. No seas tan infantil — Jiwoo me miró haciendo puchero. Parecía uno de esos tiernos cachorros que con solo verlos te dan ganas de adoptarlos — ¡Detente, Jung Jiwoo!

— Solo si bailas conmigo.

El resto de la noche pasó entre risas, bailes y cervezas. Me había encontrado con varios compañeros de la facultad y algunos amigos que asistían allí. Habían veces en las que me alejaba de Jiwoo para que pasara más tiempo con Jimin, pero al rato después ambos estaban conmigo. Jiwoo juraba que en ninguna circunstancia me dejaría sola, ya que nuestra amistad valía más que un noviazgo, y que el cualquier momento podía terminar con Jimin, pero yo sabía que ella lo amaba tanto como él a ella, así que eso no iba a pasar.

El molesto pitido de un micrófono resonó en todo el lugar, provocando la atención de muchos. No tardó nada en que alguien hablara a través de éste para comunicar que la batalla de baile estaba apunto de comenzar.

— Así que prepárense señoritas, porque J-hope está a punto de prender en llamas esta pista — reconocí su nombre gracias a algunas compañeras que habían estado hablado de él un par de días atrás.

Me alejé de mi grupo de amigos y caminé hasta lo más cerca que pude estar de la pista de baile. Ninguno de los dos bailaba mal, incluso sus pasos estaban a otro nivel, pero podía notar que uno era mejor que el otro, mucho mejor. Después de varios pasos, algunas volteretas para impresionar y uno que otro empujón, había un ganador.

— ¡J-hope, señoras y señores! — la mayoría eran gritos eufóricos, y por fin supe quien de los dos era el famosísimo J-hope.

Al parecer el otro chico no había quedado conforme con el resultado y descargó su rabia con un empujón hacia su contrincante, el cual fue lo suficientemente fuerte como para que éste chocase conmigo en el proceso.

— Perdona nena — dijo sonriéndome.

¿Era normal que una sonrisa fuera así de hermosa? Sus oscuros ojos me examinaron por un momento y me removí ante su mirada.

— ¿Estás bien? — preguntó y asentí incapaz de emitir algún sonido. Él volvió a sonreír y se dió media vuelta — Ahora me las vas a pagar, imbécil — dijo antes de lanzarse sobre el chico.

Odiaba la violencia, y los golpes no parecían acabarse pronto así que me alejé de allí.

— ¿Dónde estabas? — preguntó Jiwoo sosteniendome del brazo.

— Yo estaba... No importa, ¿Ya nos vamos?

(...)

Luego de tres discusiones en el auto, acepté quedarme en la casa de Jiwoo. Estaba demasiado cansada como para darme cuenta hacia donde íbamos, así que simplemente me dormí en el auto de Jimin.

A la mañana siguiente desperté con mucha sed. Era algo normal en mí así que estiré mi mano hacia la mesita de noche pero no di con ella. Abrí los ojos encontrándome en un lugar desconocido, definitivamente esta no era mi cama. Me asusté un poco antes de recordar que no estaba en mi casa, más bien en la de Jiwoo (en la cual nunca había estado antes).

En la habitación divisé dos puertas, las que supuse que una me llevaría al pasillo y la otra hacia algún baño, así que me levanté de la cama para ir a este último. Pero justo antes de que pudiera tocar la perilla, la puerta de abrió dejando ver a un chico completamente mojado y con tan solo una toalla amarrada en su cadera.

¡Santo cielo!

Me quedé como una idiota congelada en mi lugar, sintiendo como mis mejillas se calentaban. No me tardé mucho en reconocer ese rostro, era el chico bailarín de la fiesta, J-hope.

— Vaya, nos volvemos a encontrar, nena — dijo con su característica sonrisa — Me presento, soy Jung Hoseok — dijo tendiéndome la mano, como si encontrarse con una chica medio dormida y él con solo una toalla cubriendo su ya sabes qué, fuese lo más normal del mundo.

— Espera, ¿Tú eres el hermanito de Jiwoo?

Después de tres mil años me digné a subir esto (las personas que me siguen en instagram ya deben haber visto la fecha :v)

¡Bienvenidas a mi primera novela "madura"! Ya no habrán referencias Disney, ahre, mentira, siempre hay.

Espero que les guste esta idea con Hoseokkie tanto como a mí ♡

Voy a dejar sólo este capítulo por un tiempo, hasta que considere que tenga una buena cantidad de visitas y continuaré la historia con actualizaciones a tiempo normal.

Las quiero ♡

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