Capítulo 9
Eran las diez de la mañana. La rubia empezó a despertarse al sentir como algo se removía por su pelo. Sentía como algo rozaba su cabeza y lo cogió con una mano.
¿Mordisquitos? -La chica, con voz somnolienta, puso a mordisquitos en su pecho. -¿Que haces tú en la habitación de Mikey?. -La chica observó bien la habitación. -Mejor dicho... ¿Que hago yo en la habitación de Raph? ¿Y por qué estoy sin camiseta? -Miró a la pequeña tortuguita espacial buscando respuestas. - ¿Es que he tenido sexo con Raph? -Esa última pregunta la dijo sonrojada y exaltada.
Justo en ese momento, Raphael apareció por la puerta con unas galletas, unas naranjas y un zumo en las manos.
Buenos días princesa, después de lo de anoche necesitarás fuerzas. -Raph le dió el desayuno con una sonrisa.
¿Que fue lo que pasó anoche exactamente? -La chica cogió las cosas y las dejó en la mesita.
Dímelo tú, te encontramos en la habitación de Mikey con una sudadera sin abrochar, unos shorts de pijama muy provocadores y con el sujetador mal puesto. Y eso no es todo, encontramos a Mikey durmiendo en tu culo... ¡Tu culo! -Raphael parecía... ¿Celoso? ¿Desquiciado?
¿Que? -La chica se quedó perpleja ante esas palabras. Pero pasados unos segundos recordó todo y se empezó a reír como loca. - Ya me acuerdo, mi camiseta del pijama se manchó de pizza así que me la quité y me la cambié por esta sudadera. Pero a Mikey se le ocurrió la brillante idea de intentar subirme la cremallera y la enganchó al sujetador. Como era lógico, no iba a quitármelo por lo tanto intenté arreglar la cremallera pero sin éxito así que me metí la sudadera por debajo de los shorts y me los subí más de lo normal para que la sudadera no se movimiese mucho y no se me viese un pecho, Mikey aún es muy inocente para ver eso. La razón por la que Mikey se durmió en mi trasero es un gran misterio, pero ahí tienes la explicación de lo demás. Por un momento pensaba que tú y yo nos habíamos acostado... ¿Te imaginas? -La chica río sonrojada.
Es bastante normal en tí que te pasen esas cosas... Y, si quieres, no tendríamos que imaginarlo... A mí me podrías enseñar tu pecho al completo...-El chico la miró mientras se mordía el labio.
Va a ser que no querido Don Juan. Tal vez algún día, pero de momento eres mi mejor amigo. -La chica se sentó en la cama con mordisquitos en la mano.
Vaya, acabas de mandarme a la friendzone, te vas a arrepentir guapa. -Ambos rieron y Raph acarició la cabeza de mordisquitos.
No te enfades, podría ser temporal. -La chica río y cogió el zumo. -Sabes... Como mi mejor amigo... Debo contarte algo bastante fuerte que me ha estado pasando últimamente. -Suspiró y le contó absolutamente todo a Raph.
¿Que? ¿Cómo es eso posible? -El chico quedó atónito.
No lo sé, por eso, ese hombre es la clave para resolver mis dudas. ¿Crees que me podrías ayudar a buscar algo en mi casa? -La chica lo miró con ojos de cachorrito.
Está bien, cogeré la sudadera de incógnito, cómo la llama Mikey.
Gracias Raphie, ¡eres el mejor! -La chica lo abrazó tirándolo a la cama. -Bien, me voy a cambiar y nos vamos a mi casa.
La chica se quitó el pijama, se cambió y recogió las cosas para ir a su casa. Le dijo a Mikey que cuando April llegase del Instituto, la mandase a su casa para ir a ver al Dr. Richards. Así que ya con todo listo ambos salieron de la guarida para ir a casa de la jóven. Decidieron ir por las alcantarillas ya que era de día y podían ver a Raphael porque la sudadera de "incógnito" no le ayudaba mucho. Además la casa de la chica no estaba muy lejos y al lado había una tapa de alcantarilla para poder salir de allí sin que nadie los viese. Por el camino, la chica estaba muy pensativa. ¿Por qué le pasaba eso a ella? ¿No podía ser normal como cualquier otra? El chico se dió cuenta que algo le molestaba así que la miró y la intentó tranquilizar.
Lo que me has contado... Tal vez seas tú esa chica... ¿No lo has pensado? Porque si no fuese tú... ¿Por qué tendrías visiones sobre ella? -La chica lo miró y se paró en la salida de al lado de su casa.
Si lo pensé. Pero quiero seguir creyendo que sólo veo las visiones de otra persona. Pensar que tal vez, esa chica sea yo, sería asumir que toda mi vida ha sido una farsa y que mis padres me mintieron de quien soy yo realmente. -Dicho eso, subió por las escalerillas y abrió la tapa saliendo de aquel agujero.
Raph le siguió y entró en la casa por una ventana lo más rápida y sigilosamente posible.
Vaya, tienes una linda casa, rubia. -La chica cerró las ventanas y hechó todas las cortinas.
Sí, es linda y acogedora. Vamos al sótano, mi padre lo tenía cerrado con llave y nunca me dejaba entrar ahí. -Ambos bajaron y se quedaron observando la puerta. -Raphie, querido, tú que con esos músculos y esa sonrisa pareces un Dios griego... ¿Puedes echar la puerta abajo? -La chica le sonrió inocentemente.
Si lo pides así... -Raph le dió una patada a la puerta lo más fuerte que pudo y ésta se abrió.
Gracias mi Dios griego. -La chica entró seguido de Raphael el cuál rió por su comentario.
¿Y que buscamos exactamente? Esto es muy pequeño... -La habitación tenía una pequeña estantería con algunos libros y varias fotos de __ cuando era pequeña.
No puede ser tan pequeño... -La chica empezó a buscar por las paredes alguna puerta secreta.
¿Enserio crees que vas a encontrar un pasadizo secreto o algo así? -En ese momento la pared que ocultaba la estantería se abrió. -Vale, tenías razón, para de sonreír así, me pones nervioso.
Ambos apartaron la estantería y entraron por aquella puerta. Al entrar encontraron una especie de laboratorio secreto. Varios experimentos en una mesa, algunos utensilios por otra. Había varias cajas de cartón con papeles, libros y muestras. También tenía un pequeño armario colgado en la pared, con puertas de cristal dejando ver los químicos que guardaba. En otra parte encontró un maletín hecho de tecnología kraang. La chica corrió hacia el maletín mientras que su amigo miraba algunos papeles que había en una caja.
Es increíble... ¿Como abriremos el maletín? -La rubia lo puso en una mesa cerca de Raphael.
Pues no tengo ni idea, pero mira. -El chico le enseñó un tocho de hojas encuadernadas. -Habla del chip ese del que me hablaste. -La chica cogió los papeles y empezó a leerlos.
Aquellos folios sólo hablaba del funcionamiento y la formación del chip. En ese momento pensó que podría dárselos a Donnie para que él lo construyera. Tal vez lo pueda manipular para convertir al Sensei en humano de nuevo, o incluso a ellos mismos...
Me llevaré esto. A Donnie puede que le sirvan. Dejaremos el maletín aquí de momento. Por otra parte, buscaremos en todas esas cajas a ver que podemos encontrar... -La chica se acercó a una pizarra portátil que tenía su padre escondida y cogió el rotulador.
La pizarra era transparente, como las que aparecen en las películas de científicos y policías. Algo que la chica siempre quiso tener y nunca se la regalaron.
De momento tenemos al Doctor Richards. -La chica apuntó el nombre en la pizarra y lo subrayó. -De momento tenemos eso...
Bueno, al menos tenemos algo, rubia. -Raphael se sentó en una silla que había allí y empezó a hojear todo lo de las cajas.
Ambos se pasaron horas buscando. Habían descubierto varios inventos e investigaciones de su padre, pero nada relacionado con las visiones ni con los kraangs, aparte de aquel maletín. Así que dejaron de buscar y empezaron a intentar a abrirlo. Probaron con agua, con la fuerza de Raphael, buscando alguna contraseña, alguna bisagra para poder desmontarlo, probaron con un martillo, con una llave inglesa, con un mechero y laca, con palancas... Pero nada de eso daba resultado. El maletín parecía indestructible. La chica suspiró frustrada y lanzó el maletín contra la pared.
¡Es inútil! -Furiosa, se sentó en una silla. -Hay que averiguar por dónde se abre.
Oye, sería mejor dejarlo como está por ahora. Tal vez si seguimos investigando encontremos la forma de abrirlo. No te preocupes. -El chico le puso la mano en el hombro de la chica. Depronto el móvil de la rubia empezó a sonar.
¿April? ¿En mi casa? A sí, voy. -La chica colgó. -April ya ha llegado. Vamos a subir.
Ambos cerraron la puerta de nuevo y subieron para abrirle a la pelirroja. Raphael se despidió de ambas y se fue por las alcantarillas, mientras que la rubia cogía sus cosascosas para salir a la casa del doctor.
Mikey me lo ha contado todo. ¿Que pasa si ese hombre no se acuerda o simplemente no quiere decirnos nada? -April miró a su amiga mientras subían al autobús.
Si no se acuerda, le ayudaremos a recordar, y si no quiere hablar le obligaré. Necesito que ese hombre me diga todo lo que sabe. -Ambas se sentaron en dos asientos contiguos del autobús.
Pasados unos diez minutos se bajaron frente al edificio donde supuestamente vivía aquel doctor. Subieron al segundo piso y llamaron a su puerta.
¿Señor Richards? -April suspiró. -Tal vez no esté aquí. -La rubia no se dió por vencida así que volvió a llamar unas diez veces más. -Será mejor irnos __ -April se dió la vuelta para irse pero escuchó un golpe fuerte y se giró bruscamente. -¿Pero qué haces? Esto es allanamiento __. ¡Podemos ir a la cárcel!
La rubia ignoró a su amiga y entró en la casa del doctor. Todo estaba patas arriba, cómo si hubiesen estado buscando algo con bastante urgencia. Suspiró y entró en la única habitación que tenía la puerta abierta. Pero al entrar se encontró con algo bastante perturbador.
April mejor que no entres aquí... -La rubia sacó su móvil para llamar a la policía.
¿Por qué no puedo... -Al ver lo que había, la pelirroja se tapó la boca con ambas manos y salió de aquella habitación lo más rápido que pudo.
Sí, soy la hija de Elizabeth Connors. He encontrado un cadáver...
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Hola, ya ven, intento cumplir las promesas. Comentadme con que chico creéis que acabará rayita o con cuál os gustaría que acabase. Gracias por leer. 💚
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