veintitrés

— Entonces ustedes dos ya lograron perfeccionar el ensueño mariposa. — afirmaste lo que había mencionado Lika, unos minutos antes.

— Así es, todo gracias a mi. — formulo la morena con una sonrisa orgullosa.

— Eso no es cierto. — murmuró Touko con una notoria molestia, admitias que te gustabas ser amiga de ambas, ya que eran una combinación  muy rara.

— Esperemos luego tener una técnica especial. — agrego Lika, ignorando a Touko. — sería genial, como el poder femenino de Raimon.

— Es una buena idea. — formulo mientras que Touko afirma, dándome la razón.

  Al poco tiempo después la mirada de Lika se centra en donde se encuentra un castaño americano, así que la morena no pierde más su tiempo y se dirige a este con una gran velocidad, dejándolas tolamente abrumadas.

— Nunca cambiará. — murmuraste encogiéndote de hombros.

— Era de esperarse. — generó  Tokio cruzándose de brazos.

  Al instante los demás jugadores del equipo se habían acercado para una junta, después de todo ya se encontraban en Okinawa y por supuesto estarían buscando al tan ansiado goleador de fuego que se encontraba por estos lugares. Estabas un poco ansiosa por descubrir de quién se trataba, justamente al igual que los demás.

— Entonces, ese goleador de fuego se encuentra en esta isla ¿cierto?. — confirmo Domon, con una mano en su cintura.

— Así es, acamparemos aquí y lo buscaremos entre todos. — expuso el capitán, Endo. — trataremos de investigar por todos lados hasta encontrarlo.

— ¿Que hay de la entrenadora?. — pregunto Kido.

— Dijo que nos alcanzaría después, al parecer tampoco ha tenido mucha suerte hasta el momento. — respondió Natsumi, una de las gerentes de Raimon.

  De pronto el lugar había sido sellado por un silencio sepulcral, en donde nadie más sabía que decir al respecto.

— ¡Chicos arriba ese ánimo!. — exclamó Aki llamando la atención de los presentes. — si buscamos entre todos, estoy segura conseguiremos algo. — afirmo con una gran sonrisa.

— Aki tiene razón, será mejor que sigamos buscando. — ánimo Endo.

— Nosotras todavía tenemos que perfeccionar aún más el ensueño mariposa ¿verdad Lika?. — Touko se dirigió hacia la antes mencionada, quien se encontraba con un Ichinose algo apenado. — ¡no tenemos tiempo para eso!. — exclamo la de cabellos rosados observando de mala manera a la morena.

— Es cierto, también tengo que mejorar una técnica especial. — murmuraste para ti, misma, después de observar aquella escena. —espero poder lograrlo.

— ¿Un balón de futbol?. — cuestiono Ichinose, para que los demás observaran aquello de forma.curiosas.

— Bueno, será mejor que comencemos la búsqueda. — anuncio Endo. — nosotros veremos que sucede allí ¡espero que todos tengan suerte!. — exclamó con una gran sonrisa, mientras era seguido por Kido y Tachimukai.

— Vámonos. — te llamo Touko, para que después comenzarás a seguirla.

— ¿A donde iremos?. — le preguntaste con curiosidad, mientras observabas también a la de cabellos negros.

— Iremos a buscar en los locales, supongo que es allí en donde hay más personas para preguntar. — respondió Aki con una sonrisa, acción que correspondiste.

— Bueno, es mejor que nada. — agregaste.

  Habia ensamblado una amistad con Touko, pero aún no conocías mucho a Aki. Bueno, ambas se conocias desde los inicios de el club de fútbol, pero  nunca habían tenido una cercanía como la tenias con Touko, ya que la de cabellos rosados siempre solía hablarle aunque casi nunca dijeras nada al respecto, mientras que Aki mantenía su distancia para no molestarte.

  Aún así la de cabellos negros no te aprecia mala persona, sino todo lo contrario, ella es amable, atenta, bondadosa y servicial. Los primeros días cuando estabas en el club de fútbol veías que siempre se encontraba alado de Endo, incluso llegaste a pensar que ambos se veían bien juntos.

  Regresando al presente, Touko se habia acercado primeramente  hacia un trío de chicos, estaba dispuesta a preguntarles acerca de el goleador de fuego.

— Oigan ¿ustedes no... — de pronto Touko había sido interrumpida porque uno de esos chicos comenzó a acariciar su cabeza.

— Que linda eres. — pronuncio uno de ellos con una sonrisa, bajando un poco si cabeza ya que era algo alto.

— Mira, ellas también son igual de lindas. — de pronto uno de ellos estaba frente a ti tomando tu mano.

— ¡Hola! eres muy bonita ¿cómo te llamas?. — pregunto este con una gran sonrisa, tiraste un poco la mirada, Aki también se encontraba de la misma manera.

   Estabas un poco avergonzada debido a la cercanía y algo intimidada debido a que aquel chico se veía más grande que tú. Estabas por responder, solo que no notaste cómo es que Touko se molestó demasiado y comenzó a realizar su técnica especial contra aquellos chicos, mandandolos lejos de ustedes.

— Que chicos más molestos. — murmuró la de cabellos rosados, mientras se cruzaba de brazos con los ojos cerrados.

  Observaste a Aki con una mirada que reflejaba extrañeza.

— Mejor seguimos buscando. — aconsejaste en voz baja.

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— ¡No dejaremos que anote ningún gol!. — exclamó Lika a tu lado, mientras que solamente asentías.

  Hace unos minutos un chico llamado Haruya Nagumo había dicho ser el goleador se fuego que Raimon estaba buscando, este había retado a los jugadores del equipo a una simple prueba, si este lograba anotar un solo gol podría pertenecer al equipo sin problema.

  Aunque fuera solo una persona contra un equipo, de alguna manera sabías que no podrías subestimarlo, a demás de que su mirada expresaba soberbia en que este reto no era nada para él.

  Una vez que el señor Furubaku toco el silbato, te habías acercado en dirección hacia el pelirrojo, pero no habías contado con que este diera un gran salto junto con el balón. Al poco tiempo Nagumo ya se encontraba frente a las defensas, así que Touko y Fubuki habían tratado de detenerlo, fallando completamente. 

  Para cuando Nagumo se encontraba cerca de Endo ejerció finalmente  su técnica especial, la cual llamó como destello atómico. El capitán de Raimon había utilizado su mano demoníaca para detener el balón, para su lamentable suerte no lo logró debido a que la técnica fue muy fuerte.

— Eso fue espectacular. — admitió Lika, acercándose a tu lado. — él definitivamente nos ayudará a derrotar a los extraterrestres.

— Es cierto. — le diste la razón.

  Minutos más tarde Endo le había preguntado a la entrenadora si Nagumo podría ser parte de la caravana, a lo que ella solamente  se levantó de su lugar dirigiéndose hacia el pelirrojo.

— Amtes que nada hay varias preguntas que quisiera hacerte. — formulo la entrenadora. — primero ¿a que escuela perteneces en realidad?.

— Al instituto Alien. — respondió una voz que la mayoría reconocía, solo que esta se escuchaba a lo lejos.

— ¿Como que perteneces al instituto Alien?. — se atrevió a preguntar Touko.

— No te metas en esto Grant. — formulo el pelirrojo con el ceño fruncido.

— ¿Que pensabas hacer uniéndose al equipo de Raimon? Baan pensé que eras nuestro amigo. — formulo indignado el capitán de Génesis. — no deberían dejarse de engañar. — Hiroto pateó un balón en dirección hacia Nagumo.

  Al instante Nagumo había detenido aquel tiro, dejando a la vista el típico uniforme de el instituto Alien.

— Este es mi verdadero yo. — Nagumo ladeo su cabeza. — mi nombre es Burn, no lo olviden. Soy el capitán del equipo Prominencia. — se presentó realmente. — Grant, estos tipos derrotaron a Tormenta Géminis y empataron contra Epsilon, después de jugar contra ti se harán aún más fuertes. Pienso hacer la cosas a mi modo y si se llegan a interponer, juro que los voy a aplastar incluso antes que ustedes lo hagan. — señaló a los jugadores de Raimon.

  Hiroto había dado un gran salto hasta quedar frente a Nagumo.

— Les diré algo... — llamo Nagumo. — este tal Goenji...

— Ya hablaste demasiado. — interrumpió Hiroto.

— ¿Y qué? ¿Tu me lo vas a impedir?. — Nagumo expuso con burla.

  Al instante ambos estaba apunto de golpear el balón, solo que fueron envueltos en una extravagante luz blanca que rodeó el lugar por unos segundos. Esto ya habían desaparecido.

— Génesis no es el último equipo. — expuso Fubuki hacia la entrenadora.

— A juzgar por su conversación son igual de fuertes que Génesis. — resumió Kido. — al final el goleador de fuego no era Goenji, ¡tendremos que empezar de nuevo!.

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