veintisiete

— Es Galleze de polvo de Diamante. — expuso Kido quien de pronto bajó la mirada. —me pregunto cuando equipos más, tendrá el instituto Alien.

— No se preocupen por eso. — de pronto Endo lanzo un balón con una gran sonrisa. — ¡Goenji!. — al instante todos los presentes observaron al antes mencionado, el rubio lanzó nuevamente el balón hacia Endo. — ¡Bienvenido de nuevo!.

— ¡Es bueno tenerte de nuevo Goenji!. — exclamó Kabeyama, mientras se retiraba lágrimas falsas de sus ojos.

— Muchas gracias. — formulo el antes mencionado, al poco tiempo Goenji se dirigió hacia Hitomiko. — Entrenadora.

— Te estábamos esperando Goenji. — generó la mayor con los brazos cruzados.

— Prometo no abandonarlos de nuevo. — el rubio ejerció una pequeña reverencia. — si usted no me hubiera expulsado del equipo en ese momento, de seguro me hubiera involucrado con esos tipos.

— No se de que hablas. — formulo la mayor, ciertamente desinteresada.

— Yo les explicaré todo. — generó alguien más, mientras se acercaba junto a Hijikata. — hay un motivo por el cual Goenji tuvo que desaparecer, su hermana se encontraba vigilada por los extraterrestres.

— ¿Que?. — cuestionaste sin pensar observando al rubio con impresión,

— Ellos le dijeron que sino aceptaba entrar a su equipo, le harían daño a su hermana menor. — resumió el detective, quien se acercó al rubio.

— ¿Y porque no dijo nada al respecto?. — preguntaste con curiosidad y angustia.

— No había forma de hacerlo. — respondió el detective mientras de observabas de reojo. — a él también lo tenían vigilado, si lo hacía su hermana también corría un gran peligro. Por esa razón esperamos el momento indicado, así que le pedí de favor a él. — el detective apuntó a Hijikata. — que cuidará de Goenji. Al principio no teníamos pistas de los sospechosos pero, dimos con el paradero de su hermana y descubrimos que Goenji estaba como rehén, por fortuna logramos salvar a su hermana y ahora la situación está bajo control.

— Por cierto, Goenji. — llamo Aki, al rubio. — ¿qué te pareció? ¿Crees que Raimon a mejorado?.

— Si, ha evolucionado mucho. — respondió con una pequeña sonrisa.

  Al poco tiempo después el equipo Raimon había decidido seguir entrenando junto con el nuevo delantero. Aunque la llegada de Goenji al equipo te pareció muy alegre, seguías prestándole más atención a Fubuki, quien se apartaba del grupo silenciosamente.

— (T/N). — escuchaste tu nombre, para nuevamente regresar la mirada hacia la cancha de fútbol, ya que estabas observando al albino nuevamente.

  Tomaste el pase con cierta rapidez mientras observabas como es que una cabellera rubia se colocaba frente a ti, por su mirada deducidas que preguntaba que estaba sucediendo con tu comportamiento.

— Estoy preocupada por Fubuki, el albino que está alejado del equipo. — le resumiste, para después tomar el balón entre tus manos.

— ¿Son cercanos?. — cuestiono el rubio con una ceja alzada, al instante tus mejillas se habían enrojecido.

— Somos amigos. — respondiste con rapidez. — es solo que él ha hecho mucho por el equipo y verlo muy decaído, no es muy agradable.

— Entiendo. — Goenji tomo el balón que mantenía entre tus manos.

— Por cierto, no era falta el balonazo. — formulaste para después observabarlo con un poco de molestia.

— ¿En serio?. — Goenji negó la cabeza. — estabas dudando acerca de lanzar el balón.

— Como sea. — esperaste atentamente a que este lanzará el balón, sólo que para tu sorpresa había fallado en lanzartelo, lo que provocó que el balón pasara rápidamente a tu lado y cuando estabas apunto de acercarte a recogerlo Goenji paso rápidamente hacia este.

  Al instante te habias percatado que estaba apunto de acercarse a Fubuki, así que solo sonreiste para después acercarte hacia en donde se encontraba entrenado Tachimukai.

— (T/N) ¿podrías enseñarle a Tachimukai la potencia de una de tus técnicas?. — cuestiono Endo al poco tiempo de lanzarte un balón.

  Asentiste para después alejarte a una distancia considerable y lanzar el balón ejecutando tu técnica la triple elemental, Tachimukai había ejecutado la mano fantasma aunque para su mala suerte no había conseguido detener el tiro, al instante el de cabellos castaños había generado una sonrisa.

— ¡Eso fue asombroso!. — exclamó con una gran sonrisa, a lo que simplemente asentiste.

— Sus técnicas son igual de fuertes que las de Goenji. — alegó Endo.

— Deberían llamarlo, quizás pueda enseñarle a Tachimukai una de sus técnicas. — expusiste mientras colocaba un mechón de cabello detrás de tu oreja.

— Es una buena idea. — exclamó Endo mientras se alejaba un poco de ambos.

  Al poco tiempo Goenji se había acercado junto a Fubuki, el rubio ejecutó su técnica el tornado de fuego, para que nuevamente Tachimukai ejerciera su mano fantasma, lamentablemente la técnica no había funcionado del todo. El balón había terminado por caer sobre Kido.

— ¡Fubuki!. — exclamó el de rastras, lanzado el balón a su dirección.

  Al instante el albino no sabía cómo reaccionar, que solamente dejó que el balón cayera a su lado. Habias visto aquella escena con preocupación hacia el albino, ya que sabia que la situación para el se estaba complicando.

— Lo siento. — murmuró Fubuki cabizbajo. — me he convertido en una carga para el equipo.

— Por supuesto que no. — afirmó Endo, colocando sus manos sobre sus hombros. — el equipo de Raimon te necesita.

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— Aquí tienes. — Haruna extendió una bebida hacia ti, la cual tomaste.

— Gracias. — sonreiste, la de cabellos azules imitó tu acción para después dirigirse hacia las mánagers nuevamente.

  Dirigiste aquella bebida hacia tus labios, en donde tras beber el primer trago una sensación ácida ataco tus papilas gustativas. Así que retírate aquella bebida para observarla con extrañeza.

— ¡Tiene un sabor agridulce tal y como tu primer amor!. — exclamo Lika mientras enganchaba su mano junto a la de Ichinose.

  Reiste un poco para después retroceder un poco, tu bebida estaba apunto de terminarse así que estabas por desechar el vaso de plástico. Aunque no contaste con que pasarías un Roca provocando que te desequilibradas, al poco tiempo unas manos se habían colocado en tu cintura y hombro deteniendo tu caída.

— Con cuidado. — escuchaste una voz cerca de uno de tus oídos, al instante sentiste como es que tus mejillas se sonrojaban.

— G-gracias. — retomaste la postura mientras te alejaba un poco, allí lograste ver sus cabellos albinos y una sonrisa sincera.

— ¡El amor!. — exclamó Lika mientras se acercaba junto a Ichinose.

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  Al día siguiente habían tomado un barco en dirección nuevamente a la ciudad Inazuma, después de varios horas finalmente habían llegado a la cancha de fútbol en donde entrañaba Raimon.

— Me parece buena idea, tomaremos el día libre. — anuncio la entrenadora, después de varias opiniones con respecto a descansar.

  Cuando todos finalmente estaban apunto de salir de aquel lugar, un balón en color azul y negro había aterrizado frente a todos, generando un gran destello azul.

Equipo Raimon, mi equipo polvo de diamante los estamos esperando en el estadio de fútbol frontera. Sino aceptan venir, enviaremos un balón oscuro que impactara en la ciudad de Tokio. — al poco tiempo después aquel balón se había deshecho entre cenizas.

— ¡No tenemos otra opción! Debemos ir al estadio de inmediato. — exclamó la entrenadora para después observar a sus jugadores.

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