treinta y dos

  Finalmente habian llegado al Monte Fuji, aunque lo que te habia tomado por sorpresa era que se trataba de una especie de platillo volador gigante, en otras palabras un gran ovni. Tendrían que pasar por allí para enfrentarse a Génesis.

— Entrenadora ¿este es el lugar?. — llamó Endo, con sorpresa.

— Así es. — afirmó la mayor.

— Aguarden un momento. — llamó un tercero, tu mirada se habia centrado la nueva persona recién llegada, el ex entrenador Hibiki. — me encargaron de investigar los misterios que oculta el instituto Alien y por fin después de un arduo trabajo, tuve mi respuesta. La mente maestra del instituto Alien, eres tú. — el mayor señaló a la entrenadora Hitomiko.

— ¿La entrenadora es la mente maestra?. — preguntó Kido, al igual que los demás se encontraba con impresión.

— Si, ella planeó todo. — expusó el entrenador Hibiki.

— ¿A que se refiere con eso? Necesitamos una explicación. — clamó Endo.

— Creo que ella es la indicada para darles esa explicación. — respondió el mayor. — si obliga a los demás muchachos a que jueguen con Génesis, lo menos que puede hacer es explicarles la situación.  — reclamó Hibiki, al instante la fémina se había dado media vuelta.

— Todo lo que quieren saber, esta allá dentro. — explicó Hitomiko.

  Una vez que todos habían ingresado a la caravana relámpago, ahora con el entrenador Hibiki, la entrenadora se había hecho cargo de la puerta de entrada, colocando un código para que la caravana lograra entrar.

— Esto me da una mala impresión. — generó Touko, quien se mantenía a tu lado, justo después de salir de la caravana.

— Estas en lo cierto. — observaste a tus alrededores con un toque de curiosidad.

— Entrenadora, nos puede explicar para que sirven estas instalaciones. — pidió Kido.

— Para investigaciones militares del grupo financiero Kira. — respondió la mayor. — el nombre de mi padre es Seijiro Kira, es el líder del grupo financiero. — espetó con la mirada baja.

— Ese hombre invierte su fortuna para crear un poderoso ejército y así lograr conquistar el mundo entero. — agregó Hibiki, causando aún más sorpresa en el equipo.

— Ellos no son simples extraterrestres, eso fue lo que dijo usted ¿cierto?. — afirmó Natsumi hacia la entrenadora, a lo que ella asintió. — ¿qué relación tiene el instituto Alien, con esta base secreta?.

— Todo comenzó desde que apareció el meteorito Alien. — explicó   mientras le daba la espalda al equipo.

  Justamente cuando Hitomiko estaba por explicar ain más acerca del tema, unos robots habían aparecido, interrumpiendo su narración. Habían aproximadamente seis robots y cada uno mantenía un balón, lo que pasó después fue que ellos comenzaron a lanzar los balones con una gran fuerza hacia los presentes. Afortunadamente ninguno había salido herido en aquel ataque, pero ahora solo eso era un obstáculo para seguir.

  Kido había expuesto un plan, el cual había resultado, así que finalmente habian logrado destruir a las máquinas artificiales.

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  Una vez que el grupo había avanzado se había encontrado la figura una persona, la cual era muy conocida para Hitomiko puesto que era su progenitor. Esta persona comenzó a explicar que todos los jugadores que habían estado en el instituto Alien, eran simples humanos y extraterrestres como se había pensado al principio. Después narró como es que un meteorito había caído en el monte Fuji hacia cinco años atrás, aquel meteorito era capaz de incrementar los poderes humanos a un gran nivel.

  El padre de Hitomiko había tomado la decisión de invertir en un proyecto acerca de crear jugadores de futbol con niveles que superarán cualquier expectativa, debido a que el primer ministro había rechazado su proyecto desde el principio, así que utilizó el futbol como recurso ya que al primer ministro le agradaba ese deporte.

— Felicitaciones Raimon, el equipo que jugará con ustedes es nada más ni nada menos, que Génesis. — finalizó el líder de la dinastía Kira.

  Al poco tiempo la entrenadora Hitomiko había tenido una pequeña discusión con su padre, el cual le había revelado que todo este tiempo Raimon había formado parte de todo ese proyecto, formando parte de el. Cuando su padre se habia retirado de allí, la entrenadora había querido renunciar a su cargo debido a lo que su padre había dicho, sin embargo gracias a la insistencia de los jugadores eso no había sucedido.

  Finalmente los jugadores de Raimon se establecieron en un pequeña habitación grandemente iluminada, preparándose en para el encuentro contra Génesis.

  Fue allí en donde observaste con detenimiento el brazalete que habias recibido por parte de Fubuki, tu mente apesta de la situación  se centraba en él, así que simplemente lo observaste de reojo.

《 — ¿Que es lo que sucede?. — observaste al rubio, para después observar al albino quien se alajaba cada vez más del campo de fútbol.

— Supongo que estás demasiado preocupada por la situación de Fubuki. — explicó Goenji, a lo que solamente lo observaste a los ojos. — incluso más que a los demás. — añadió.

— Si. — presionarte tus labios, si él se había enterado se ese detalle posiblemente los demás jugadores también lo sabían. — ¿a que se debe eso?.

— Hoy me di cuenta de que Fubuki ha intentado ser perfecto, junto a su hermano. — frunciste el ceño preocupado.

— ¿Atsuya?. — el rubio asintió.  — ¿porque?.

— No quiere dejar atrás la personalidad de su hermano, me recuerdó a ti a días de ya sabes... — dejo la última palabra en el aire, a lo que asentiste.

  Justo días después de que tu padre muriera te habias desmoronado, en los partidos contra escuelas diferentes tenias un arranque de ira. Finalmente semanas después habias recobrado el sentido, no querías que tu padre se decepcionará de ti. A raíz de esto había surgido la depresión de tu abuela, así que en parte sentias que era tu culpa.

— Es un poco diferente pero si, aprendí a dejar ir a mi padre cuando sabía que me estaba haciendo más daño el tener que recordarlo en cada momento. — Goenji colocó una mano en tu hombro.

— Te entiendo perfectamente. — agregó el rubio. — él me dijo que no quería entrometerte en sus problemas.

— ¿Como?. — lo observaste extrañada.

— Sabe de lo de tu familia, supongo que decidiste contárselo. — alzaste una ceja. — no quiere que sufras con él, por eso esta empezando a distanciarte de ti. Me dijo que quería superar esta situación y apreciaba lo mucho que querías ayudarlo, pero al parecer me doy cuenta de que no quiere involucrarte porque piensa que terminarás igual que él. 》

  Sabías que se sentía perder a tus seres queridos, aunque no a todos al mismo tiempo. Lo que quieras era ayudarlo a enfrentar sus problemas, aunque él no quisiera tu ayuda y justamente hace días que ambos sin pensarlo habían estado alejándose, justo después de aquel beso donde demostraron que había algo más que una simple amistad.

— ¿Problemas en el paraíso?. — Lika se acerco con una sonrisa, para que después desviara tu atención del albino.

  Lika podría ser alguien bastante llamativa pero, por la voz que había utilizado sabias que ella estaba tratando de ser de ayuda. Después de todo no había llamado la atención cuando hizo la pregunta, así que pensaste en que quizás ella podría ayudarte, aunque sea un poco.

— No lo creo. — bajaste la mirada.

— ¿Estas segura?. — la morena tomo asiento a tu lado. — hace mucho que me doy cuenta de que ambos no se hablan, ¿ocurrió algo? ¿Te hizo algo?. — Lika endureció su mirada después de pronunciar lo último.

— No, son solamente problemas personales. — le explicaste tratando de tranquilizarla.

— ¿Es por su doble personalidad?. — dedujo la fémina a lo que asentiste. — ¿lo estás ayudando?.

— Eso intentaba. Él no quiere mi ayuda. — mordiste el interior de tus mejillas. — no quiere involucrarme porque piensa que me sucederá lo mismo.

— Eso es lindo, después de todo él se sigue preocupándose por ti. — expuso mientras ejercía una sonrisa. — aunque supongo que quieres ayudarlo, te daré un consejo acercaste a él e intenta hablar con el. — abriste tus labios dispuesta a pronunciar algo. — aunque el no quiera hablar contigo. Quizás no sea de mi incumbencia, pero se que ambos se siguen viendo de la misma manera, como si se necesitaran el uno al otro, así que no creo que se niegue.

— ¿Ahora mismo?. — preguntaste.

— Como prefieras. — tomaste un poco de aire observándolo  de nuevo.

— Me cuentas como te fue. — Lika sonrió en grande. — suerte. — después de pronunciar aquello ella estaba segura de que irías ahora mismo a verlo,

  Estabas a unos pasos de él, dispuesta a hablar de los problemas que tenías, pero lamentablemente la voz de Endo había interrumpido tus planes. Este pidió que todos se colocaran frente a él, suponía que estaba por dar un discurso de entrenador acerca de el partido que estaba por venir, así que apretaste un poco los nudillos para acercarte junto a los demás jugadores.

  De lo que no te habias percatado, es que Fubuki había notado lo que ibas a hacer, así que solo dio una pequeña sonrisa.

Nota de la autora :

Así es como me imaginé a la tn, perdon por mi mal dibujo ;-;

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