trece

  Con un solo ademán te habías percatado de que la entrenadora ahora pedía de tu presencia. Así que por ende no habías aguantado los nervios que se habían apoderado de tí, sin embargo creías que de lo que te estaba por hablar era por aquello que tenías en tí.

— Vamos a empezar con él entrenamiento. — comento la mayor, cuando llegaste a su lado. — te dejare algo en claro, no soy igual que Hibiki. — tragaste en seco.

— Esta bien. — agregaste de la misma manera, no querías verte como tus demás compañeros ante la entrenadora.

  Finalmente se habían dirigido hacía una sala espaciosa, aunque a decir verdad aquel lugar estaba lejos de las demás, quizás este entrenamiento seria él mas difícil que hallas enfrentado. La entrenadora se veía totalmente estricta en eso, así que por ello pensabas de esa manera.

— Hibiki menciono que estabas en proceso. — habló la mayor al momento de parar su caminata. — así que lo primero que tenemos que hacer es tratar de encontrar la forma para que tu logres encenderlo.

— Entiendo. — murmuraste evadiendo la mirada.

— Por último, no te irás de este lugar hasta terminar con ello. — asentiste. — ¡ahora comienza!. — la entrenadora se alejo de donde te encontrabas, dispuesta a observar tu entrenamiento.

  Te habías acercado al campo de fútbol, este tenia la apariencia de una caminadora e inclusive una portería frente a esta. La entrenadora Hitomiko se acercó a lo que parecía ser un monitor, así fue como la simple caminadora se había activado.

  Sabias que aún no lograbas saber cuál era el interruptor para aquel poder oculto, estabas apuntó de descubrirlo cuando te estaba supervisando Hibiki, solo que el se preocupó por tu bienestar y decidió que lo mejor sería dejarlo hasta allí. Esa vez el mayor te había mencionado que solo entrenarian ese día.

  Respiraste ondo, con tus piernas andando.

  Intentaste realizar la misma acción que hace algunos días atrás, algo que Hibiki te había enseñado.

  Cerraste tus ojos, tenías que visualizar un aura de cualquier color, esta aura tenía que recorrer todo tu cuerpo hasta posicionarse en tus pies, según Hibiki este era el entrenamiento que el realizaba para controlar aquel poder, o al menos eso pensabas.

  Con tus ojos abiertos, comenzaste a aumentar tu ritmo, el balón que cada vez golpeabas comenzaba a tornarse de un color morado, cosa que no pasó desapercibida por Hitomiko, tu aún no lo veías hasta cuando lanzaste el balón en la portería.

  Observarte de reojo a la entrenadora, quien se había dedicado a apagar la máquina de entrenamiento, observándose con un semblante poco sorprendido.

— Aún no lo controla del todo. — murmuró la entrenadora para si misma. — quiero que sigas de esa manera. — habló al momento de observarte, a lo que asentiste.

  Tomaste un nuevo balón observando a la entrenadora de reojo, prácticamente esa era la señal para que encendiera la caminadora. Al momento de encender la máquina, comenzaste a avanzar con él balón.

  Nuevamente habías ejecutado la misma accion en el campo, solo que esta vez algo había salido mal.

  Aquella energía que se suponía que debía de estar en tus pies, no lo hizo, por lo que comenzaste a avanzar con un aura de color morado lanzando el balón que al poco tiempo se había roto.

  Comenzaste a respirar con dificultad en el suelo, la máquina había parado.

──────────────

  Después de varios intentos con el balón, comenzaste a respirar de forma agitada. El entrenamiento era fácil, solo que lo difícil era que tú cuerpo comenzara a perder el control, comenzando a lanzar fuertemente él balón hacia la portería, y la verdad es que aquello ya estaba comenzando a molesarte.

  Pero lo bueno ahora es que ya sabias como encender aquel poder, es decir, tenías la llave pero aún no encontraban el candado.

  Nuevamente tomaste él balón para que la caminadora se activará, gracias a la entrenadora Hitomiko, aunque al momento de hacdr contacto con el balón tu vista se había oscurecido.

Hitomiko rápidamente apago aquella máquina tras verte en él suelo. En ningún momento pensó que esto sucedería, si ella podría ser estricta pero, esto nunca sucedía en sus entrenamientos. Se había acercado a tu cuerpo tendido en él suelo, para después comenzar a llamarte por tu nombre.

──────────────

  Abrirte tus ojos con cierta pesadez, comenzaste a analizar el lugar en donde te encontraban.

— ¿Donde estoy?. — cuestionaste tras observar él lugar al que te encontrabas.

  Aquel lugar parecía ser un pequeño cuarto, con las paredes blanquecinas y una neblina que cubría el suelo. No había ningun objeto e inclusive presencia en el lugar, así que mejor comenzaste a caminar hacia una dirección sin sentido.

  No sabías como es que habías llegado a aquel lugar, solo sabias que al parecer te habías desmayado en el entrenamiento, con cierta confusión te habías percatado que no había ninguna salida y que mientras más caminabas, la pared frente a ti estaba más lejana. Ahora estabas segura de que ya querías regresar nuevamente.

  A los pocos minutos después de que paraste tu caminata, habías observado una silueta pequeña o mejor dicho una silueta que era realmente familiar. Aquella figura se encontraba totalmente de espaldas, cosa que causó que tu curiosidad aumentará queriendo aclarar aquellas dudas de tu cabeza.

  Con la palma de tu mano fue como finalmente tocaste su hombro, provocando que ella diese un pequeño brinco de la sorpresa al momento de girarse hacia tí.

  Tus ojos mostrabas sorpresa. Una gran sorpresa.

  Creías que nunca la volverías a ver, ya que seria totalmente imposible ver nuevamente a una versión de ti en niña. Era algo ilógico que tu figura pequeña este contigo en estos momentos.

— Hola. — te saludo de una forma animada. — ¿como has estado?. — te sorprendió un poco su tono, ya que se escuchaba como alguien mayor

  Te encontrabas en un estado paralítico, no entendías que se suponía que ella estaba haciendo, aunque tampoco entendías que hacías en ese lugar.

— Bien. — comentaste de manera cortante, cosa que al instante te percataste que parecía no agradable, la pequeña sonrió.

— No debes de preocuparte. — pidió la menor.

— ¿Que hago aquí?. — cuestionaste algo curiosa, ella te observo con una mirada tranquilizante.

— Tuviste una recaída, debido a que te quedaste sin energías. — resumió la joven causando que fruncieras entrecejo. — no pasa nada, estas bien, podrás despertar en unas horas.

— No respodoste mi pregunta. — la menor sonrió.

— Es una pequeña prueba, tus familiares también tuvieron que hacerla. — explicó la de menor tamaño.

  A decir verdad, por un momento pensaste que se trataba de una mujer con el cuerpo de una niña de ocho años.

— Último recurso, como su nombre lo indica solo puede utilizarse una vez. Supongo que eso ya lo sabias. — asentiste ante aquello. — aunque ahora quieres que ese poder evolucione para utilizarlo cuantas veces quieras.

— Así es. — respondiste, la menor te observo.

— Eso va ser un poco difícil. — admito con una ligera mueca. — pero es posible.

— En todo caso ¿que es lo que tengo que hacer?.

— Para que tu poder evolucione, deberás hacer una prueba lo bastante difícil. — observaste a la menor. — esta prueba hará que el poder dentro de tí sea menos inestable.

— ¿Que es lo que tengo que hacer?.

— Tendrás que aprender a despedirte.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top