cuatro

— ¿Épsilon amenazo con atacar?. — cuestionó él capitán de Raimon.

— El aviso fue hecho en Kioto, en la secundaria Manyuji. — respondio la entrenadora Hitomiko Kira.

  Tomaste un poco fuerte la bebida que podrías en una de tus manos, te sorprendía saber aun que no habían terminado completamente con el instituto Alien. Según habían mencionado este nuevo equipo era más fuerte que el anterior.

— ¿Secundaria Manyuji? nunca había escuchado hablar sobre ella. — comentó el de cabellos largos y azules, Kazemaru.

— Recuerdo que ellos tampoco participaron en él torneo frontera. — explicó la de melena castaña, Natsumi.

— Ellos tienen la filosofía de entrenar tanto física como espiritualmente a sus jugadores, por eso su club no participa en torneos. — resumió la mayor del lugar. —  sin embargo si hubiera jugado en él torneo frontera, seguramente habría quedado en primer lugar por las grandiosas habilidades que tiene en el campo. — aquellas palabras te habían sorprendido un poco, ahora pensabas que ese equipo debía de ser realmente fuerte. — sus jugadores se someten a un largo entrenamiento, ya que desarrollan tanto sus habilidades físicas como mentales, su velocidad y poder, se consideran los mejores a nivel mundial.

  Sorbiste un poco de tu bebida prestando la total atención, ustedes habían tomado un pequeño descanso cerca de una pequeña tienda.

— El equipo Épsilon no ataca a cualquier escuela como Tormenta Géminis, enfrenta a los mas fuertes. — la entrenadora froto su barbilla pensando en la situación. — si derrotamos a Épsilon seguramente sabremos porque él instituto Alíen los esta atacando. Vayamos a la secundaria Manyuji.— ordenó por último.

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  Al día siguiente habían llegado finalmente a Kioto, lugar en donde se suponía que vendría el equipo Épsilon. Tras observar por los alrededores, te habías percatado de que todos realizaban sus tareas como si absolutamente nada hubiera sucedido.

— Todos están tranquilos en este lugar. — pronunciaste con cierta confusión luego de entrar al supuesto instituto.

  En el centro de el lugar hacia un inmenso cráter, suponías que allí fue en donde el instituto Alíen lanzo su balón oscuro.

— Parece que no les afecto la amenaza de los extraterrestres. — admitió la joven de cabellos cortos y rosados, observando a sus alrededores.

— ¿Que tal si mejor buscamos al club de fútbol?. — llamo la voz de Endo, tomando la atención de los presentes.

  Todos estaban apuntó de dirigirse hacia una dirección, en busca de aquel club de fútbol.

— Parece que él club de fútbol se encuentra al fondo de él doyo. — explicó la suave voz de Fubuki, provocando que los presentes, incluyendóte lo observaran con confusión e ironía.

  Fubuki también se había unido al equipo Raimon para evitar que otras escuelas fuera destruidas por Alien. Este chico se encontraba con dos chicas, a las cuales agradecio con gentileza.

— Vaya no pierde el tiempo. — Touko río, tú solamente habías observado aquella escena con seriedad.

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— Ese debe ser él doyo. — fórmulaste observando un lugar frente a tí, después de que tus compañeros buscarán de igual manera aquel lugar por varios minutos.

— Si, eso parece. — respondió Kido a tú lado.

— Lo dice en el letrero. Vamos ¿que esperan amigos?. — el capitán del equipo había llegado después de aquello, avanzando rápidamente hacia aquel lugar.

  De un momento a otro él castaño había resbalado, llevándose consigo a la mayoría de los jugadores que se habían tomado la molestia de seguirlo. La única persona que había salido herida había sido Anteojos, quien fue aplastado por Kabeyama.

— ¿Porque solo aquí esta resbaloso?. — se cuestionó Touko, acercándose hacia el lugar junto con Aki, una de las mánagers de Raimon.

— Creo que esto es cera. — expuso la de cabellos negros, sorprendiendo a la mayoría.

— ¿Cera?. — cuestionaron algunos de él equipo.

— ¿Que les pareció?. — un chico de baja estatura había salido de los arbusto, con una sonrisa burlona en su rostro. — en este templo no les servirá de nada él titulo de campeones.

— Sin vergüenza, no te saldrás con la tuya. — pronuncio Touko de forma molesta, intentando acercarse a él.

— Espera. — pronunciaste intentando que la chica no hiciera algo malo, aunque lamentablemente no lograste actuar antes debido a que ella había caído en una trampa.

— ¡Kogure!. — alguien había llegado al lugar, después de que el chico escuchará aquello se había retirado de allí lo más rápido posible.

  Aquella persona se había acercado hacia en donde se encontraba Touko, aunque suponías que aun no se percata balón de su presencia.

— Es él colmo ¿hasta cuando aprenderá este niño? Sino lo supervisó abandona sus obligaciones... — murmuro aquel chico de estatura alta, hablando consigo mismo.

  Fue en ese momento en donde aquel chico se había percatado de Touko, acercándose a ella con cierta preocupación. Después ejerció una reverencia ante ella para después realizarla frente a el equipo.

— Lamento mucho las molestias, un interno cometió una grave falta a nuestros invitados. — se disculpo el chico.

— Eso quiere decir que ese niño ¿pertenece a su equipo?. — cuestionó Ichinose sorprendido.

— Si. — afirmó aquel chico. — su nombre es Kogure, pero es un niño problemático. Él pobre piensa que todas las personas son sus enemigos.

— ¿Enemigos?.— recalcó Aki, el chico desconocido asintió.

— Pensamos que lo mejor para él era para tenerlo en entrenamiento y prepararlo mentalmente antes de comenzar las practicas con nuestro equipo, pero por más que se lo explicamos Kogure, él sigue creyendo que lo hago para molestarlo y sempre busca la forma de desquitarse con los demás. — explicó el estudiante de Manyuji.

— ¿Porque desconfía tanto de sus compañeros de equipo?. — le cuestionaste a el chico con cierta intriga.

— Cuando Kogure era pequeño fue traicionado por sus padres. — tras escuchar aquellas palabras mordiste tu labio inferior.

— ¿Por sus padres?. — cuestiona Haruna.

— Si. A raíz de eso Kogure no puede confiar en los demás.

  Nunca conociste a tu madre, pero aquello fue porque tu padre menciono que ella murió en el parto. Sinceramente sabias de el afecto paternal. Ser abandonado por tu propia madre debe de ser algo sumamente doloroso.

— Diganme ¿a que se debe su visita a este templo?. — cuestionó el chico cambiando de tema, para evitar una atmósfera tensa.

— Hace unos días nos enteramos que él instituto Alíen los reto a un partido de fútbol. — explicó la entrenadora Hitomiko.

— ¿Nos reto a un partido?. — cuestionó aquel chico con cierta confusión, provocando cierta ingenuidad en tí. — ah, ya se a lo que se refieren

— Así que a nosotros nos pareció una buena idea ayudarles. — finalizó Endo.

— Ya veo, adelante compañeros con gusto los llevaré al club de fútbol.

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  Ustedes ahora se encontraban hincados observando al equipo de fútbol Manyuji, frente a ustedes.

— Se muy bien a que han venido. — admitió el capitán del equipo de Manyuji.

— Entonces ¿nos dejarán pelear de su lado?. — cuestionó Endo, ansiado una respuesta afirmativa.

— No podemos. — respondió el capitán de Manyuji, provocando que el equipo de Raimon se impresionara. — lo siento, pero nosotros no tenemos ninguna intensión de pelear.

— ¿No los enfrentarán?. — preguntaste en voz alta, sin entender bien la situación.

— No. — respondió el capitán. — en esta secundaria practicamos fútbol para preparar nuestro cuerpo y alma, no para pelear con los demás. — expuso el de cabellos verdosos. — hablaremos con ellos y les diremos que no tenemos intención de aceptar su reto y les pediremos que se retiren.

— ¡¿Que les pasa?!. — exclamó Someoka totalmente abrumado levantadose de su lugar. — ¡ustedes escucharon sus advertencias, saben que esos sujetos jamás entenderán sus razones!.

— Eso es porque existe maldad en su corazón. — explicó él capitán de Manyuji.

— ¿Maldad?. — cuestionó Someoka sin entender.

— Sino ordenan sus pensamientos, no tenemos más de que hablar. — finalizó el joven levantándose de su lugar, seguido de sus demás compañeros. — con su permiso nos retiramo, es hora de nuestro entrenamiento.

— ¡O-oigan, esperen un momento!. — pronuncio Endo en un intento fallido por detenerlos.

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  Tiempo después algunos de los jugadores Se encontraban en una pequeña reunión para saber que sucedería con el instituto Manyuji. Los presentes se encontraban descansando en un césped, en un pequeño círculo.

— Entonces ¿que haremos?. — cuestionó Kazemaru.

— Nada, estos sujetos son difíciles de convencer. — respondió Someoka algo obvió.

— Es claro que no comprenden nada. — agregó la hija del ministro Zaizen.

— Debemos de hacer conjeturas, la única opción que nos queda es arreglar este problema por nuestra cuenta. — ánimo el capitán del equipo a los presentes.

— ¿A que te refieres?. — cuestionó Ichinose.

— A que debemos de entrenar. — respondiste con una sonrisa en tú rostro.

— Exacto, los de él instituto Alíen son jugadores de primera linea, nuestro deber es entrenar para volvernos más fuertes. — explicó el capitán de Raimon, presionando su puño con ánimo.

— ¡Si!. — exclamaron los presentes de la misma manera.

— Una vez tomada la decisión, busquemos un lugar para entrenar. — propuso el americano, Ichinose, nuevamente exclamos de alegría se habían escuchado en el lugar.

— Encontre un lugar que nos puede servir. — una voz provocó que todos odbdrvaranla a aquella persona. — al otro lado de él templo hay un río y su lecho es él lugar perfecto para entrenar, ¿verdad?. — cuestionó el albinos hacia ambas jóvenes a su lado.

  Aquello provocó que lo observaras con una ceja alzada.

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— Lamento las molestias señor Furukabu. — pronunciaste en un tono bajo para observar al antes mencionado.

  Era de mañana, incluso aun más temprano. Los demás integrantes aún dormían, tú te habías despertado debido al sonoro ruido que había ejecutado una de tus compañeras de acampar. Haruna te había explicado que ella quería comprobar el potencial de Kogure, lo que te pareció algo confuso, pero aun así no dudaste en ayudarle.

— No te preocupes, también debo de ejercitarse o perderé condición. — explicó el mayor. — No debo dejar que ese niño se quede con el balón ¿cierto?.

— Así es. — respondiste.

  El señor Furukabu se había acercado al campo de fútbol, lugar en donde anteriormente habían entrenado tus compañeros.

— ¿Porque no fuiste tú?. — te cuestionó Haruna refiriéndose a lo de estar en el lugar de Furukabu.

— El fue quien se ofreció. — le respondiste a la menor.

— Entiendo. — dirigió su visita hacia el campo de fútbol. — ¡ya estamos listos!.

  Después de que Haruna exclamaron aquello, Kogure se había acercado a el mayor con rapidez, pero al poco tiempo después había caído.

— Tiene una gran resistencia. — fórmulaste con sopresa, luego de ver como es que el señor Furukabu descansaba un poco, mientras que el aun seguía esperando desesperado.

— Tienes razon. — la menor observo nuevamente el lugar. — esos movimientos yo los conozco...

— ¿En serio?. — la observaste sin entender.

— ¡Ya lo recuerdo!. — exclamó la de cabellos azulinos. — ese niño obtuvo esos movimientos mientras practicando mientas limpiaba.

  De pronto una niebla en color negra comenzo a esparcirse en el lugar causando cierta confusión. Sabias que significaba ya que no era la primera vez que observabas esa niebla.

  Rápidamente te dirigistes hacia en donde se encontraban tus compañeros. Observando como es que el instituto Manyuji estaba frente a Alien en un campo de fútbol. Observaste a tus alrededores y lograste observar como es que una parte del instituto estaba destruido.

— Esos sin vergüenzas los acabaron en seis minutos. — generó Someoka impresionado.

  Habías observado como es que el equipo Épsilon comenzo atacar sin ninguna técnica a Manyuji, no perdieron el tiempo. El capitán de Épsilon alzó un balón oscuro, lo que significaba que ellos estaba por destruir aquella escuela.

— ¡Alto!. — Endo se había acercado. — ¡el partido aun no se a terminado, tendrán que jugar con nosotros!.

— ¿Ustedes?. — el capitán de Épsilon sonrió. — me parece bien.

— Pero capitán, anteojos esta lastimado. — habló Kabeyama.

— No importa, jugaremos con once elementos. — menciona decidido Endō. — no podemos permitir que destruyan otro instituto.

— Aqui tengo él doceavo jugador, es Kogure. — formuló Haruna causando sopresa. — Kogure también juega en un equipo de fútbol.

— Si las cosas no marchan bien nos podría perjudicar. — excusó Domon.

— ¡No eso sucederá! Kogure es un jugador muy hábil por eso le suplicó que lo acepten en él equipo. — pidió Haruna.

— De acuerdo, lo aceptaremos.  — respondió Endo con una sonrisa. — ¿no hay problema entrenadora?.

— Hagan lo que crean conveniente. — responde la antes mencionada.

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