O8; PRESIONADOS

❧ PERFECT FAMILY

PRESIONADOS ಌ

MARATÓN 2/3

Taehyung y Crystal todo el camino fueron en completo silencio, escuchando la música que pasaban por la radio. Estaban perdidos en sus pensamientos, mientras Sunhee tarareaba las canciones y usaba su celular.
El matrimonio sólo pensaba que fuese un buen almuerzo, pues por más que los aceptaban había veces que tenían sus cruces, pero sabían que ya no podía pasar porque Kim Hangul estaba muy delicado de salud, lo que tenía alterada a su esposa Seongjin.

En cuanto llegaron, el castaño bajó rápidamente del coche para abrirles las puertas a su esposa e hija, recibiendo un agradecimiento de ambas partes.
Entrelazó sus dedos con los de la castaña y tomó la pequeña mano de su hija que caminaba dando pequeños saltos, mientras seguía tarareando la última canción que habían pasado por la radio.
Tocó el timbre soltando un suspiro, para luego volver a tomar la mano de su hija, que observaba a su alrededor sintiéndose maravillada por el gran jardín delantero que comenzaba a desear recorrer, por más que lo haya hecho hacía unos meses atrás. Su padre al notarlo no pudo evitar sonreír.

Luego de unos pocos segundos, la servidumbre los hizo pasar, por lo que le agradecieron, y al llegar al comedor notaron que ya tenían la mesa preparada. La comida estaba ubicada en el medio, por lo que Sunhee sonrió al notar que probaría su comida favorita.

―Papá, hay bibimbap ―murmuró emocionada.

―Yo le pedí que lo prepararan para ti. No digas nada ―llevó el dedo a sus labios siseando.

Ella hizo lo mismo, para luego reír por lo bajo, provocando que su padre sonriera y luego acariciara su cabello.

―Hijo, hasta que han llegado ―se acercó lentamente su padre.

―Media hora tarde ―intervino Seongjin.

―Lo lamentamos. Nos ha costado despertar a Sunhee ―respondió Taehyung.

―Ya te he dicho que debes acostumbrarla a despertarse temprano  ―volvió a hablar Seongjin―. Tomen asiento.

―Nuestra hija está acostumbrada ―aclaró tranquilamente, Crystal, poniendo una servilleta sobre las piernas de la pequeña―. Pero los domingos no, porque aprovecha descansar.

Taehyung tomó su mano por debajo de la mesa, dándole un pequeño apretón, por lo que ella lo observó y él le regaló una pequeña sonrisa tranquilizadora que la ayudó a seguir manteniendo la calma.

Seongjin iba a volver a decir algo al respecto, por lo que Hangul, rápidamente intervino cambiando por completo el tema de conversación. Por más que a Crystal le aburriera que hablaran sobre negocios, estaba agradecida de que lo hicieran porque prefería eso antes que escuchar como su suegra reprochaba la manera en la que educaban a Sunhee, lo cual haría que la niña terminara llorando por las palabras de su abuela.
Los minutos pasaban y por más que intentaran que formara parte de la conversación, no lo lograban, porque no tenía conocimientos sobre la empresa y se negaba a decir algo que pudiera dejarla en ridículo.

―Papá, ¿puedo salir a jugar? ―preguntó la niña llamando la atención de todos allí.

Seongjin observó su plato de comida que estaba por la mitad, por lo que suspiró negando con la cabeza antes de hablar.

―No has terminado de comer.

―Ya no tengo hambre, abuela ―murmuró tímida.

―Sal, pero ten cuidado, ¿sí? ― Crystal acarició su cabello.

―Gracias...

―¿Por qué dejan que salga a jugar cuando no ha terminado de comer? ¿Cómo están educando a esta niña? ―inquirió indignada.

Taehyung al ver como su hija bajó la cabeza, haciendo un puchero que indicaba que iba a llorar, se levantó rápidamente tirando la servilleta sobre la mesa sin importarle que cayera sobre su comida, y sin dudar se acercó a ella.

―Ya deja de querer intervenir acerca la educación que le estamos dando, ¿sí, mamá? ―la observó por un momento, endureciendo sus facciones―. Ve a jugar, princesa.

Al dejar un beso en su frente, ella asintió y comenzó a caminar a paso lento, dejando notar como su ánimo había disminuido. Eso provocó que el castaño sintiera su sangre hervir, porque no había nada que detestara más que escuchar a su madre atacar a su esposa o hija.
Sabía que debía mantener la calma por el bien de su padre, por lo que tomó una bocanada de aire empuñando las manos, al punto que sus nudillos se pusieron blancos. Al ver a su esposa mirarlo preocupada, tomó asiento nuevamente a su lado.

―Deja de querer controlar todo, cariño. Han hecho un estupendo trabajo con Sunhee ―aseguró Hangul―. ¿No han pesando en darle un hermanito?

Ante esa pregunta, Crystal agradeció haber tragado el vino segundos antes, porque sino estaba segura que se hubiese ahogado. Taehyung abrió los ojos a la par por la sorpresa, pero luego volteó con una gran sonrisa a ver a su esposa, como si esa idea le encantara. Eso la asombró porque hacía tiempo que no hablaban sobre esa idea, ya que habían quedado en que esperarían un tiempo hasta sentir que era correcto.

―Si Sunhee fue un error, déjalos que esta vez lo piensen el tiempo que sea necesario ―mencionó Seongjin.

El matrimonio al escucharla la miraron con algo de sorpresa como también de molestia, perdiéndose en los recuerdos.

Crystal le había pedido juntarse a hablar a Taehyung, que estacionó el coche frente a un parque y se quedaron dentro ya que querían estar solos. Notó que había estado llorando, lo que lo preocupó de gran manera y necesitaba saber cuál era la razón.
Comenzó a preguntarle qué le sucedía, y cuando la fémina no lo soportó más, quebró en llanto, sacando de su bolso pequeño un test de embarazo que tenía ambas rayas indicando que era positivo.

Taehyung lo tomó con ambas manos y sus ojos abiertos a la par, mientras su corazón golpeaba contra su pecho como si quisiera escapar. Pasó los dedos por su cabello tirándolo e inesperadamente golpeó el volante, haciendo que la castaña se sobresaltara y bajara la cabeza.

―¡Mierda, mierda, mierda! ―gritó golpeando el volante una y otra vez―. ¡Soy un imbécil!

Se maldecía por no haberse cuidado, por haberse dejado llevar por la lujuria siendo un inexperimentado, al igual que ella, pero que aún así sabía qué era lo correcto por más que en ese momento no le importó.

―Yo también lo soy...

―No. ¡Sólo debía ponerme un maldito condón, Crystal! ―tiró de su cabello, sintiendo su sangre hervir―. ¿Qué carajos haremos ahora? Apenas estamos por empezar la Universidad.

―¡No lo sé! ―se cubrió el rostro con las manos, sollozando―. Mi tía me correrá si se entera. No tenemos dinero, Taehyung, y aunque consiga algún trabajo no voy a poder.

―¿Quieres... quieres abortar? ―preguntó inseguro.

―¡No lo sé! Estoy aterrada.

―Mis padres quizás no se lo tomen tan mal. Tenemos dinero.

Volteó a ver por la ventanilla como un niño jugaba con su padre, por lo que se imaginaba a él en la misma situación. Eso hizo que cerrara los ojos por un momento, suspirando, pensando en que no estaba para nada preparado para ese tipo de vida.

―¿Tú qué quieres?

Taehyung se sorprendió por su pregunta y llevó las manos a su nuca, tratando de de pensar con claridad y no por el miedo que sentía.

―Ahora mismo siento que quizás sea una buena idea... abortar ―confesó desviando la mirada al escuchar el sollozo de la castaña―. Pero quizás sólo es el miedo que siento, y cuando se me pase voy a creer que no lo es ―tomó su mano―. Si tú crees que esa no es una buena decisión y quieres tenerlo, entonces, hablaré con mis padres, ¿sí? ―aseguró apretando el agarre―. Te vendrás a vivir con nosotros. No permitiré que te quedes sin hogar por tu tía.

Crystal comenzó a sollozar desconsoladamente por el miedo, pues una parte de ella había creído que en cuanto le contara Taehyung, le daría una cantidad de dinero para que desapareciera o la dejaría sola sin decir nada en lo absoluto.
Ahora se sentía una idiota, porque, al contrario, estaba buscando una solución junto a ella y envolviéndola en sus brazos.

―Ambos fuimos unos idiotas, pero buscáremos una solución ―murmuró con suavidad, acariciando su cabello―. Lo único que sé es que quiero seguir a tu lado pase lo que pase, mi amor.






(...)







Pasaron dos días desde que hablaron, y aún no estaban seguros de lo que deberían hacer. Pero para la mala suerte de Crystal, su tía descubrió el test de embarazo, por lo que no dudó en preparar la poca ropa de su sobrina en un bolso y tirarlo a la calle, para luego cerrarle la puerta en la cara mientras ella golpeó desesperada porque le abriera, para que le siguiera permitiendo tener dónde vivir.
A los pocos minutos decidió llamar a Taehyung, pues era la única persona que podría ayudarla en esa situación, y no dudó en pasar por ella.

Una vez dentro del coche comenzaron a pensar en lo que harían, porque no habían tomado una decisión aún y ya llevaba más de tres semanas de embarazo. Quizás tenían más tiempo para pensar, pero les urgía encontrar una solución lo antes posible, porque ambos sentían que toda la situación los estaba consumiendo.
Taehyung tomó una decisión que podía que no la haya pensado con total claridad, pero Crystal lo pensó por unos segundos y aceptó, así que él comenzó a conducir.

Al llegar a la casa de sus padres, la castaña observó la mansión, tragando en seco porque sabía que probablemente iba a arruinar la paz que tenían en ese momento. Pues, Taehyung siempre le comentaba los felices que eran porque sus dos hijos eran su orgullo. El mayor, Taeyang, se encontraba estudiando en Europa, mientras que él tomó la decisión de estudiar en la universidad de Seúl, para luego trabajar para su padre, lo cual los alegró mucho porque temían que su hijo menor también decidiera irse lejos de ellos.

El de cabello rizado tomó la mano de su novia para empezar a caminar hacia la casa. Entró lentamente, y al ver a sus padres bebiendo café mientras conversaban, sintió como sus latidos se aceleraban.

―Vaya, volviste rápido, hijo ―se levantó y al ver a la castaña se sorprendió―. Oh, has traído a tu novia otra vez.

―Qué sorpresa volver a verte, Crystal ―habló levantándose, Hangul―. ¿Les sucede algo? Parecen asustados.

La castaña estaba aferrada al brazo de Taehyung, escondiendo la mitad de su cuerpo detrás de él que trataba de mostrarse seguro y esconder el miedo, pero tal parecía que no estaba saliéndole.
El miedo en ese momento lo consumía y sus ojos se cristalizaron.

―¿Qué te sucede, hijo? ―se acercó preocupada.

―Mamá, papá...―tomó una bocanada de aire, soltando la mano de su novia para dar dos pasos hacia adelante, dispuesto a hacerse cargo de la situación―, Crystal está embarazada.

En ese momento vio como su madre abrió los ojos a la par, y parecía que era la peor noticia que pudieron darle, mientras su padre dio un paso hacia adelante.

―¿Qué acabas de decir, Taehyung? ―preguntó mirándolo amenazante.

―Crystal está embarazada y voy a hacerme cargo ―respondió enfrentándolos con la mirada, aunque estuviese temblando.

Hangul se acercó furioso, para luego darle una bofetada tan fuerte que le hizo girar el rostro y perder el equilibrio por un momento, mientras escuchaba a Crystal soltar un chillido por el susto. Se sentía un idiota por haber creído que se lo tomarían bien, cuando estaba más que claro que no iba a ser así porque apenas terminó el instituto y estaba por empezar a estudiar en la Universidad, pero quiso crearse ilusiones para dejar un poco el miedo de lado.

―¡¿Cómo pudiste ser tan idiota?! ―chilló su madre tomándolo por la chaqueta sacudiéndolo, mientras este rompía en llanto―. ¡¿Por qué Diablos nos haces ésto?!

Taehyung se soltó del agarre mientras las lágrimas caían, las cuales limpió tomando una bocanada de aire tembloroso.

―Lo siento. En verdad lo siento. Me dejé llevar y no lo pensé ―cerró los ojos por un momento con temor de que su padre al acercarse volviera a golpearlo, pero no pasó.

―¡Te lo hemos dado todo, Taehyung! ¡¿y nos vienes con esta mierda?! ―gritó rompiendo en llanto su madre―. ¡Y tú, espero que no estés buscando aprovecharte del dinero de nuestra familia porque no voy a permitírtelo!

Crystal negó con la cabeza mientras sollozaba desconsoladamente, porque sabía que jamás debió esperarse que la aceptaran, ya que no estaban en el mismo nivel económico. Jamás se fijaría en un hombre por esa razón, a pesar de no tener dinero, siempre tuvo la intención de valerse por ella misma.
Su único error había sido fijarse en los dos chicos con las familias más millonarias de Seúl, pero aún así, nunca le interesó el dinero de ellos. Ni siquiera en ese instante le interesaba el de Taehyung, por lo que se preguntaba cómo podría demostrárselo a los padres de él.

―¡Ella no es así! ―exclamó molesto.

―¡¿Cómo puedes enamorarte de alguien que no está en nuestro mismo nivel económico?! ―preguntó tomándolo del brazo―. ¡Creí que sólo era un maldito capricho que se te pasaría, pero eres un idiota porque ahora tendrás un hijo con ella! ¡¿Cuándo te aburras qué?! ¡¿Qué harás?!

―¡Jamás voy a aburrirme de ella! ―se soltó mirándola molesto.

―¡Apenas llevan tres malditos meses juntos!

―¡Bien, ya basta! ―intervino Hangul―. ¿Qué carajos piensan hacer con ese embarazo?

―Aunque sea un error, voy a hacerme cargo ―respondió acercándose a Crystal―. La amo y vamos a tener un bebé, les guste o no.

―¿Esa es tu decisión? ―preguntó alzando una ceja.

―Sí. Su tía la ha echado, así que vivirá aquí con nosotros y yo trabajaré para que nos vayamos a vivir juntos, y para poder hacerme cargo de nuestro hijo, sin tener que pedirle dinero a ustedes.

―¡No vivirá aquí esa...!

―Tú cállate.

―Pero, Hangul...

―¿Acaso también quieres perder al único hijo que nos queda? ―su esposa suspiró, pero miró amenazante a Crystal ―. Estudiarás, y yo te ayudaré para que entiendas cuanto antes cómo se trabaja en una empresa, así trabajarás a mi lado.

―¿En serio? ―preguntó ilusionado.

―Sí, pero no aceptaré tonterías como que estás exhausto o quieres salir porque eres joven. A la primera excusa te echaré sin dudar ―advirtió y observó como su esposa se marchaba furiosa.

―Gracias, papá ―sonrió con sus ojos cristalinos.

―Y tú, Crystal, espero que seas una buena mujer ―la miró de pies a cabeza―. Les guste o no... deberán casarse por el bien de la familia.

La castaña dejó de llorar y observó a asustada a Taehyung, que parecía que le volvió el alma al cuerpo, pero aún así estaba sorprendido.

―Que de pronto el hijo menor de Kim Hangul, sea padre y no esté ni siquiera casado, ¿crees que es algo que nos haga ver bien ante las personas? ―alzó una ceja―. Si quieren a ese bebé deberán hacer las cosas bien, a mi modo.

―Está bien, papá ―asintió suspirando―. Pero no tengo dinero para pagar una gran boda.

―Yo me haré cargo de todo.

―Pero invitarás a todo el mundo...

―Eres mi hijo. ¿Crees que tendrás una boda con diez personas y que nadie hable al respecto? ―inquirió frunciendo el ceño―. Déjate de tonterías. Ya te dije que todo será a mi manera si quieres ésto realmente.

Hangul miró por última vez antes de irse a Crystal, que no era capaz de reprochar porque estaba realmente asustada. Sabía que si decía algo al respecto, toda la felicidad de Taehyung sería derrumbada y ella quedaría en las calles.
Ambos estaban siendo presionados, a pesar de que a él no lo desagradaba del todo la idea, pero si realmente quería continuar con su embarazo tenía que aceptar.

―¿Has escuchado, mi amor? Nos han aceptado ―sonrió y al verla romper en llanto nuevamente, la abrazó―. Todo estará bien. Vamos a estar juntos y tendremos a ese bebé.

Al volver a la realidad, Taehyung observó con las facciones endurecidas a su madre que tenía una cínica sonrisa dibujada en el rostro.

―Sólo dije que fue un error porque estaba asustado ―aclaró sintiendo la mirada de Crystal.

―¿Ahora me dirás que no lo fue?

―No nos cuidamos y fue una sorpresa, sí, pero jamás llamaríamos error a Sunhee.

―Ya basta, Seongjin. Perdonen a mi esposa. Hoy se levantó con ganas de discutir ―le dedicó una mirada amenazante―. Entonces, ¿qué dicen de tener otro bebé?

―¿Qué dices, mi amor? ―volteó a verla con una sonrisa y en sus ojos podía reflejarse la ilusión.

―Tengo que pensarlo ―sonrió nerviosa.

―Está bien ―dejó un beso en el dorso de su mano y le regaló una sonrisa tranquilizadora. Sabía perfectamente que si por él fuese, tendrían cinco hijos, pero ella no quería eso, por lo que Taehyung la entendía perfectamente y le daba el tiempo necesario para pensarlo―. Sabes que siempre voy a apoyar tu decisión.

Crystal sólo sentía ganas de irse lo más pronto posible de esa casa. No tenía problemas con su suegro, es más, le agradaba y se sentía agradecida, pero con Seongjin solía tener pequeños cruces en los cuales debía intervenir Taehyung y Hangul. Pues, al parecer la mujer había días en que no la aceptaba y otros donde podían conversar animadamente, pero hoy era un día donde no la aceptaba a ella, ni a Sunhee, lo cual la frustraba demasiado, ya que a veces parecía no entender que su hijo había dejado de ser un niño.




























Los minutos pasaron, convirtiéndose en más de una hora. Estaban en la sala tomando un café, mientras que Sunhee tomaba chocolate caliente y comía galletas, demasiado entretenida, por momentos enseñándoles las formas a sus padres, que los hacía sonreír al notar la sorpresa en sus ojos cafés brillantes.
La castaña estaba demasiado aburrida por la conversación, como también agotada de soportar la mirada desagradable de su suegra, por lo que decidió levantarse y acompañar a su hija a dar un paseo en el jardín trasero en cuanto terminó.

Tomó su pequeña mano y comenzaron a caminar tranquilamente, admirando una fuente de agua que tenían en medio del jardín, algunas estatuas, la vista verde y con flores.

―Oye, princesa...

―¿Qué sucede, mami?

―¿Tú le diste mi número de celular a Daehyun?

―Sí. Él me lo pidió.

―¿Te dijo por qué te lo pidió? ―indagó curiosa.

―Sí. Por si algún día quiere invitarme a su casa, va a poder llamarte para preguntarte ―explicó con una sonrisa.

―Mentiroso igual que el padre ―murmuró entre dientes.

―¡¿Por qué le dices mentiroso a mi amigo?! ―reprochó indignada.

―No me has escuchado bien, no dije mentiroso ―se colocó en cuclillas intentando pensar algo―. Dije...

Su celular vibró en el bolsillo de su chaqueta roja, por lo que lo sacó, y al ver que era un mensaje del número que todavía no agendaba, pero sabía que era de Jungkook, sintió sus latidos acelerarse.

―¿Lo ves?

―Voy al baño, ¿está bien?

―Te esperaré.

―Está bien. No hagas ninguna travesura.

Comenzó a caminar nuevamente hacia la casa, para ir al baño que tenían en el primer piso. Al entrar se apoyó en la puerta, soltando un suspiro para mantener la calma, pero luego se acercó al lavabo para tomar su celular y leer el mensaje.

Tenemos ganas de verlas.
¿Están ocupadas, preciosa?

.
Lamentablemente, estamos en
la casa de mis agradables suegros.

Vaya.
Eso se lee como si fuera una tortura.

Créeme que lo es.
Pero los soporto para tener
contento a mi esposo.

Saben que la pasarían mejor
con nosotros.

Eso es seguro.

Escápense.

Al leer ese mensaje no pudo evitar reír, pues sentía que volvía a la adolescencia cuando hubo veces que se escapó para verlo, pero ahora ocho años mayor y con una hija que era mejor amiga del suyo.
Sin dudas sabía que la pasarían mejor con ellos, y que Sunhee aceptaría, por lo que sentía como la angustia se instalaba en su pecho al no poder estar con ellos y tener que estar presente allí, donde la amargura se volvía parte de ella.

Cuando estaba por contestar el mensaje, la puerta se abrió provocando que un chillido escapara de sus labios, pero al ver a Taehyung, que cubrió su boca mientras siseaba, abrió los ojos a la par.

―Soy yo, mi amor ―sonrió apartando su mano.

―¿Qué haces aquí? ―inquirió con el ceño fruncido.

―Fui a buscarte al jardín y nuestra hija me dijo que estabas en el baño ―respondió haciendo que se sentara en el lavabo.

―¿Por qué me buscabas?

―Porque...―comenzó a dejar besos húmedos en su cuello― hablar acerca de tener otro bebé e imaginar la forma que lo haríamos, despertó algo en mí.

―Muéstrame que despertó en ti ―murmuró divertida, tomándolo de la chaqueta.

Taehyung sonrió observándola deseoso y se apegó más a ella, llevando las manos a su trasero, para luego juntar sus labios en un beso hambriento demostrándole cuanto la deseaba.
En ese momento, Taehyung aprovechó que llevaba vestido y lo subió acariciando sus piernas, provocando que jadeara inclinando su cabeza hacia atrás mientras él dejaba besos en su cuello.

La fémina sintió un cosquilleo bajar por vientre hasta llegar a su feminidad, y como sus bragas se humedecían por el deseo, por lo que rogaba que dejara de torturarla acariciando sus muslos y que subiera de una vez. Taehyung pasó sus dedos cerca provocando que lloriqueara, lo cual lo hizo sonreír. Pues, hacía mucho tiempo no la veía y escuchaba de esa forma tan desesperada por sentirlo, pero aunque intentara negarlo, él también lo estaba.

Al pasar sus dedos sobre sus bragas negras y sentirla tan húmeda se sorprendió, como también sonrió satisfecho.

―¿Yo sigo provocándote ésto? ―preguntó en su oído y mordió el lóbulo de su oreja.

―Tócame, por favor ―suplicó agitada, aferrándose a él.

Soltó una pequeña risa ronca que provocó que se estremeciera y llevó su mano dentro de las bragas, sintiendo aún más lo húmeda que estaba, por lo que comenzó a acariciar lentamente, hasta hacer movimientos circulares. La escuchaba gemir en su oído, lo que hizo que su erección se volviera más molesta.

―Taehyung...―gimió aferrándose a sus hombros y bajó la mano al pantalón de él, acariciando su erección.

―¡A la mierda! ―murmuró sacando su mano para llevarlas a su pantalón.

Taehyung gruñó molesto por sus dedos torpes al tratar de desprender el cinturón, pero unos golpes en la puerta lo hicieron sobresaltar, por lo que él cubrió con su mano la boca de su esposa.

―¡¿Quién?! ―alzó la voz tratando de mantener la calma y que no se notara que estaba agitado.

―Hijo, necesito hablar contigo.

―¿Ahora?

―Sí. Sal.

―Espérame en el jardín, ¿está bien?

―Está bien. Apresúrate, mi niño.

En ese momento, Crystal suspiró frustrada, bajando su vestido para que volviera a cubrir sus piernas, por lo que su esposo la observó confundido.

―¿Qué haces? Vamos a seguir. Sólo hay que apresurarnos ―trató de volver a besarla, pero ella lo apartó para pasar por su lado―. Amor...

―Te llama tu madre, Taehyung ―recalcó frustrada, saliendo y cerrando la puerta a sus espaldas.

―¡Crystal!

Suspiró frustrado golpeando el lavabo con su mano, para luego pasar los dedos por su cabello tirando de este.

―Mierda.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top