2O; HUMILLADA
❧ PERFECT FAMILY
HUMILLADA ಌ
Taehyung estaba sentado en el sofá de su oficina, inclinado hacia adelante, con las piernas abiertas y los brazos apoyados mientras jugaba con las manos a causa de los nervios.
A pesar de su rabia, gran dolor y rencor, no sabía si había hecho bien. No podía evitar sentir algo de culpa por su actuar porque jamás hubiera pasado por su cabeza hacer algo así, ya que sabía que amaba a su hija, pero reaccionó a base de su rencor. Ahora cada vez que recordaba las palabras de Joohun, como las de su madre, y Misuk, no podía evitar sentir que hizo lo correcto.
―Iré a buscarte un té para que te relajes, ¿sí, mi niño? ―su madre se acercó a él, apoyando una de sus manos en su hombro y con la otra acariciaba su cabello.
―Sí, por favor ―apoyó la mano sobre la suya-. Gracias, mamá.
Seongjin le sonrió de manera tranquilizadora, por lo que él intentó devolvérsela, pero le salió más una mueca. Jimin al voltear a ver cómo cerraba la puerta, no dudó en arrastrar la silla hacia donde estaba él, que suspiraba mientras tiraba de su cabello.
―¿Te has dado cuenta lo feliz que parece tu madre con esta situación?
―No digas estupideces. Detesta verme mal.
―Claro que le afecta verte mal porque eres el niño de sus ojos, pero demonios, Taehyung ―masculló frustrado―. Está usando la situación a su favor para poder apartar de una vez de tu lado a Crystal.
―Ella no necesita hacer eso, ¡porque Crystal me traicionó! ―recalcó extendiendo los brazos―. Yo quiero que desaparezca de mi vida por completo.
―¿Y la de tu hija?
―Esa mujer no la quiere un poco ―murmuró desviando la mirada.
―¿Por qué tratas de convencerte de esa porquería? ―cuestionó arrugando la frente―. ¿Acaso no te importa saber qué es lo que realmente quiere tu hija?
―Si Sunhee supiera cómo fue utilizada por su madre para poder revolcarse con el imbécil de Jeon, créeme que la odiaría tanto o más que yo ―aseguró mirándolo fijamente.
―¡Te estás dejando llenar de odio por las palabras de tu madre!
―¡Jimin, basta!
―¡¿Cómo no puedes darte cuenta que desde que tienes conciencia no ha dejado de llenarte la cabeza con sus mierdas?! ¡No eres un maldito niño!
―¡Dije que te calles, carajo! ―gritó tomándolo de la chaqueta.
―Vamos, golpéame. A ver si con eso reaccionas a lo que estás haciendo.
Taehyung lo observó, sintiendo su sangre hervir y su corazón latir con fuerza. Sabía que eso aliviaría su rabia, pero a la misma vez que miraba su rostro se daba cuenta de que no debería descargarse con él cuando lo único que había hecho era apoyarlo en su dolor.
Estaba dispuesto a hablar, pero unos toques en la puerta lo hicieron reaccionar, por lo que lo soltó y Jimin suspiró aliviado, acomodando su chaqueta a la vez que se dirigía a la puerta.
Al abrir la puerta no pudo evitar sorprenderse, por lo que Taehyung, frunció el ceño curioso.
―¿Qué haces aquí, amor?
―En realidad, no vengo a verte a ti ―aclaró antes de dejar un pequeño beso en sus labios, para luego acercarse a Taehyung, que tomaba el puente de su nariz, tratando de mantener la calma.
―¿Qué haces tú aquí?
―Oh, ¿ahora me odias también a mí?
―¡Tú encubriste la infidelidad de mi esposa por meses!
―A mi esposa no le grites, Taehyung ―intervino Jimin, acercándose para protegerla.
―¡Ella no te fue infiel!
―No puedo creerlo. Ni siquiera sabes hacerlo bien ―soltó una risa cínica―. Leí los malditos mensajes, vi la fotografía repugnante que le envió Jungkook...
―¿Qué? ¿D-De qué hablas? ―preguntó confundida.
―No hagas como la que no sabes de todo lo que te hablo ―al ver la confusión en su mirada, comenzó a creer que no estaba fingiendo, por lo que soltó una risotada―. Ni siquiera tú que eres su mejor amiga estás enterada de toda la mierda que ha hecho.
―Taehyung...
―No quiero verte, Hyeyoon. Vete.
―Pero...
―Tú decidiste callarte. Creí que éramos amigos, pero me fallaste ―apuntó entre dientes con sus ojos cristalinos.
―Sabes que Crystal es mi mejor amiga, así como Jimin el tuyo...
―Sí, tienes razón ―se acercó peligrosamente, por lo que Jimin también lo hizo mirando atentamente a su mejor amigo―. Pero la diferencia es que yo jamás sería capaz de encubrir a Jimin si hiciera esa mierda, porque pensaría en lo injusto que sería para ti y para tu hijo.
―Es que tú no entiendes...
―Quizás son tal para cual, por algo son tan unidas.
―Taehyung, ya basta ―ordenó tomándolo del brazo, Jimin―. No voy a permitirte que hables así de ella.
Taehyung sentía tanta rabia al ver cómo Hyeyoon tanto como Jimin llegaban a defenderla como si él fuera el malo de la historia. No podía comprender porqué se ponían de su lado, lo que hacía que quisiera gritarle a la morena las porquerías que quiso gritarle a Crystal, pero no se atrevió.
Trataba de mantener la calma ya que estaba seguro que si llegara a actuar como quería, el más bajo no dudaría en golpearlo. Pues, si estuviera en su lugar tampoco dudaría en defender a su esposa, por lo que lo entendía y trataba de pensar con claridad para no hacer ninguna idiotez.
―Yo que tú no la defendería tanto...
―¡Ya basta, carajo!
―¡¿Acaso tienes idea de que en cuanto se fue de mi casa no dudó en irse a revolcar con Jungkook en el departamento que compré para ella?!
Hyeyoon al escucharlo se sorprendió porque jamás se esperó que el castaño pudiera llegar a enterarse de eso, por lo que tragó en seco mientras desviaba la mirada.
―Eso no es así. ¿Por qué no dices nada, Hyeyoon? ―cuestionó histérico, Jimin.
―¡Porque es verdad! ¡¿No te has dado cuenta?! ¡Crystal siempre estuvo con él, pero decidí creer en ella como un imbécil!
―Sólo vine aquí a decirte que no puedes hacerle eso a Crystal -apuntó intentando no mostrarse tensa-. Arrebatarle a su hija, cómo si no supieras que la ama, ¿por qué?
―¡Ella la utilizó!
―¡No es así, maldición! ¡Ella la ama como tú! ―gritó molesta―. ¡¿Acaso no recuerdas que todo el tiempo que has estado ausente, ella ha estado día y noche para su hija por ocho años?! No puedes ser capaz de causarle ese daño tan grande a Sunhee y a Crystal.
―¡No voy a permitir que siga acercando a mi hija a ese maldito imbécil! ¡A su amante! ―espetó con rencor―. Va a querer alejarla de mí.
―¡Crystal podrá ser todo lo que tú quieras en este momento por el daño que te ha causado, pero ella sería incapaz de alejar a Sunhee de su padre! ―aseguró empujándolo―. En cambio, ¿tú? Ya no puedo reconocerte.
Hyeyoon volteó para comenzar a caminar hacia la puerta, pero se abrió, y Seongjin entró con una taza de té en sus manos.
―Hyeyoon, ven ―ordenó Taehyung-. No hemos terminado de hablar.
―Ya ha sido suficiente ―habló Jimin, volteando a verlo con una ceja alzada, y tomó a su esposa por la cintura al ver que Seongjin la miraba como si le desagradara.
―No, Hyeyoon...
― Déjala, hijo. ¿Acaso olvidas que es mejor amiga de tu exmujer?
―¿Exmujer? ―soltó una risotada cínica―. Crystal no ha firmado los documentos, al contrario, los ha roto.
―¿Qué? ―preguntó atónito.
Hyeyoon dejó un beso en los labios de su esposo, para luego murmurar con él y salir de la oficina.
―¡Hyeyoon! ―exclamó con la intención de acercarse, pero su madre se puso en frente para impedirlo.
―Déjala.
Taehyung miraba hacia la puerta queriendo correr a buscarla, y luego miró a su mejor amigo que negaba con la cabeza en modo de desaprobación.
―Jimin...
―No estás haciendo bien. Así que por hoy permite que Sunhee se quede con Crystal ―suspiró y salió de la oficina, ya que no pensaba discutir con Seongjin.
―No les hagas caso ―lo tomó de los hombros haciendo que se sentara en el sofá―. Ellos no están en tus zapatos y no son capaces se entenderte.
―Pero, ¿si es cierto? ¿Si estoy haciendo mal? ―cuestionó mirándola desesperado―. No quiero hacer sufrir a mi Sunhee.
―Taehyung, al contrario, ella te lo agradecerá ―aseguró sentándose en la silla que estuvo anteriormente Jimin―. Sólo debe saber la verdad...
―¡Es una niña, mamá!
―No digo que se la cuentes ahora. Cuando sea mayor de edad y te pregunte por su madre, lo harás.
―Tampoco quiero que la odie. No sé qué quiero ―confesó con voz débil y los ojos cristalizados―. No sé qué hacer. Estoy desesperado.
― Ella te engañó. No le importaste tú y mucho menos la niña a la que sólo utilizó para poder estar cerca de ese infeliz ―espetó alzando una ceja―. ¿Acaso quieres que siga acercándola a él? ¿Quieres que el día de mañana a quien le diga papá sea a él y no a ti?
Este la observó sintiendo su sangre hervir, llenándose de miedo al crear escenarios imaginarios donde Sunhee se apartaba de él, por lo que negó repetidamente con la cabeza dejando brotar las lágrimas.
El sólo hecho de pensarlo hacía que quisiera golpear a Jungkook, que quisiera alejar a su hija de Crystal, provocaba que su corazón se hiciera más añicos.
―No puedo permitir eso.
―Claro que no ―se sentó a su lado―. No puedes permitir que aleje a tu hija de ti.
―Mamá, ayúdame ―pidió desesperado, tomando sus manos―. Ya no puedo más. Jungkook va a arrebatármelo todo ―rompió en llanto, aferrándose a ella hasta que su cabeza cayó sobre sus piernas―. Voy a quedar completamente solo.
―No. Voy a ayudarte, Taehyung ―murmuró con suavidad, acariciando su cabello.
―Ya no puedo con tanto dolor ―sollozó desconsoladamente, cubriéndose el rostro con una de sus manos.
―Lo sé, lo sé. Siempre te dije que esa mujer iba a ser tu destrucción, pero nunca supiste escucharme ―espetó decepcionada, negando con la cabeza―. Pero siempre vas a tenerme aquí para ti. No voy a dejarte solo. Voy a ayudarte porque mamá siempre va a estar para ti, mi niño. Siempre.
Taehyung recostado en el sofá con su cabeza apoyada en las piernas de su madre, sollozaba desconsoladamente, deseando poder borrar las grandes heridas que le había causado Crystal.
Desde que la castaña no estaba con él, sentía su alma hecha pedazos porque la necesitaba a su lado. La extrañaba demasiado aunque no lo mereciera, pero estaba decidido a olvidarla.
Sabía que ya no servía de nada llorarle por los rincones, porque sólo aturdía sus emociones y temblaba sus latidos, así que se juraba que esa sería la última vez.
Crystal observaba por el espejo retrovisor a su hija que, al ver la casa que se encontraba en frente, frunció el ceño, por lo que suspiró por lo bajo tratando de contener las lágrimas. Pensar en que Taehyung realmente era capaz de querer arrebatarle a su hija, hacía que su corazón diera un vuelco porque jamás llegó a pensar que fuese capaz de querer ocasionarle un dolor tan profundo, de hacer algo tan cruel.
Temía que pudiera llegar a lograrlo, por lo que la tarde y noche la pasó junto a ella, por más que no le contestara la mayoría de veces.
Necesitaba hablar con Taehyung, necesitaba rogarle que no fuera capaz de quitarle a su hija por su error, porque si lo pensaba con claridad, él podía lograrlo demasiado fácil.
Volteó a ver la casa de Jungkook, tomando una bocanada de aire. Detestaba tener que volver a verlo por ayuda, pero Hyeyoon no podía cuidar a su hija, ya que se encontraba en su trabajo y no confiaba en que si se lo pedía a Jimin que la cuidara, le permitiría llevársela nuevamente al departamento. Sentía que ya no podía confiar en nadie, y eso le aterraba demasiado.
―¿Qué hacemos aquí? ¡Yo no quiero volver a ver a Jungkook, ni a Daehyun!
―reprochó cruzándose de brazos.
―Lo sé, pero necesito que te cuiden por unos minutos.
―¡No! ¡Ellos son malos!
―Lo que tu padre te ha dicho es mentira. Ellos son buenos, cariño.
―¡Jungkook golpeó a papá!
―Fue sólo una pelea sin sentido en la que no pensaron con claridad. Necesito que colabores...
―¡No quiero! ¡No quiero quedarme aquí!
―Por favor, Sunhee. Hazlo por mí ―pidió con los ojos cristalinos.
La niña al verla de esa manera relajó sus facciones y se dio por vencida, por lo que Crystal medio sonrió aliviada bajándose del coche, para luego ayudarla a ella y tomarla de la mano, aunque la pequeña que no dudó en soltarla, por lo que suspiró frustrada. Con algo de inseguridad se dirigió a la puerta tratando de mantener la calma, y tocó el timbre.
Esperó impaciente unos segundos, acariciando el cabello de su hija, y cuando la puerta se abrió dejando ver a Jungkook con su cabello que caía por su frente y su mirada de sorpresa, no pudo evitar sentirse estremecer.
―Crystal...―reprimió la sonrisa y bajó la mirada a Sunhee―, ¿q-qué hacen aquí?
―Necesito tu ayuda.
―Claro. Pasen, por favor ―asintió haciéndose a un lado.
Crystal hizo que Sunhee entrara primero, y se acercó a Jungkook, tratando de que sus nervios no fuesen notables.
―¿Puedo hablar contigo a solas?
―Sunhee, ¿por qué no vas con Daehyun?
El pequeño se encontraba jugando a los videojuegos sentado en el sofá, pero al ver a Crystal y a Sunhee, soltó rápidamente el mando y sonrió emocionado.
―¡Dulce Sunhee!
―Mamá, no...―tiró de su brazo.
―Sólo serán unos minutos. Lo prometo
―sonrió acariciando su cabello.
―Ven. Juega conmigo ―Daehyun tomó su mano para caminar hacia el sofá, pero ella se soltó rápidamente aunque lo siguió. Él hizo una mueca de decepción mirando a su padre, que le regaló una sonrisa tranquilizadora.
―¿Dónde podemos hablar? ―preguntl aferrándose a la correa de su bolso.
―¿Te parece en mi habitación? -Crystal abrió los ojos a la par por la sorpresa, y de sólo pensarlo sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, por lo que negó con la cabeza―. Crystal, allí vamos a poder hablar tranquilos sin que nos escuchen.
―Está bien ―suspiró.
La castaña siguió los pasos de Jungkook que subía las escaleras tranquilamente, mientras que ella empuñaba las manos repitiéndose que nada tenía que suceder entre ellos por más que estuvieran solos en una habitación. Se repetía que sólo estaba allí para hablar porque necesitaba su ayuda, aunque sea por unos minutos en lo que iba a hablar con Taehyung.
Al entrar a la habitación se asombró al ver lo lujosa que era. Sus colores eran grises, blanco y negro. Tenía una cama grande con acolchados y almohadas grises y blancas, bajo esta una alfombra gris, al frente una televisión.
Sus muebles eran negros donde tenía alguna que otra fotografía, como también estanterías con libros y algún que otro objeto.
Carraspeó la garganta y volteó a verlo, sorprendiéndose de que pareciera nervioso.
―Dime qué sucede ―habló relajado con la intención de acercarse, pero ella dio un paso hacia atrás desviando la mirada, por lo que soltó un suspiro de decepción.
―Taehyung me ha pedido el divorcio ―respondió enfrentando su mirada, notando como abría los ojos a la par por la sorpresa e intentaba reprimir una sonrisa.
―¿Y eso es bueno o malo luego de lo que pasó entre nosotros?
―Jungkook...―su voz se rompió y caminó hacia la cama para sentarse, por lo que el pelinegro se acercó colocándose en cuclillas, mirándola preocupado―, quiere quitarme a Sunhee.
―¿Qué? ¿Cómo que quiere quitártela? ―preguntó atónito―. ¿Por qué?
― ¡Porque me odia! ―sollozó―. No sé qué voy a hacer si me la quita.
―Es un maldito imbécil ―escupió furioso. Tomó el rostro de Crystal entre sus manos, limpiando sus lágrimas con los pulgares mientras la observaba detalladamente―. Él no puede hacer eso.
―Necesito que me hagas un favor.
―Claro, el que quieras.
―¿Puedes cuidar a Sunhee por unos minutos? Necesito hablar con él.
―Sabes que sí. No te preocupes por ella, y ve sin problemas.
―Gracias, Jungkook ―murmuró aliviada y sorbió su nariz, conectando su mirada con la de él que parecía más relajado―. Dudé en buscarte porque con lo que pasó entre nosotros, tú no volviste a buscarme. Creí que habías conseguido lo que querías...
—¿Qué? ¿Creíste que tan sólo quería follarte de una vez y me desaparecería? —arrugó levemente la frente, y ella asintió nerviosa—. Si no te he buscado es porque sé que he estado actuando demasiado mal, que no he respetado tus decisiones. Ahora lo haré. No quiero que me veas como un jodido error —explicó acariciando delicadamente su mejilla mientras ella lo miraba algo sorprendida—. Lo que quiero no lo he conseguido aún.
—Sobre lo que sucedió entre nosotros...
―Ahora no importa eso. Lo importante es que hables con Taehyung, y quite aquella loca idea de su cabeza, ¿sí?
―Gracias. Gracias, Jungkook ―repitió aferrándose a él, sorprendiéndolo.
Jungkook no dudó en corresponderle y la apretó fuerte apegándola a su cuerpo, mientras ella lo rodeó mejor con los brazos, pasándolos por sus anchos hombros para apretarlo aún más fuerte. Él acunó su rostro en el cuello de ella, que hizo lo mismo respirando el embriagador aroma a su colonia, sin poder evitar sonreír.
Jungkook recibió una llamada de su Jefe, Kim Namjoon, porque había tenido un problema y lo necesitaba en la empresa. Salió de la habitación con una camisa blanca, corbata negra, pantalón negro y zapatos del mismo color, soltando un suspiro mientras acomodaba las mangas de su camisa.
Se acercó a los niños que se encontraban sentados, bebiendo leche mientras comían galletas, o más bien Daehyun lo hacía intentando hablar con Sunhee, la cual estaba quieta en su lugar esperando impacientemente a su madre.
―¿Quieres que te enseñe cuál es mi dibujo animado favorito? ―preguntó ilusionado con recibir alguna respuesta de parte de la niña.
Jungkook notaba cómo ella pasaba de él, por lo que trataba de seguir teniendo paciencia, pero le dolía demasiado ver a su hijo desilusionado con recuperar su amistad. Pues, había tenido que consolarlo ya que era su mejor amiga, y luego de la pelea comenzó a ignorarlo, lo cual rompió su frágil e inocente corazón.
―Sunhee...
―¿Puedes dejarme en paz?
El niño al escucharla se sorprendió y miró herido a su padre que se acercaba para hablar.
―No está bien que le respondas de esa manera, Sunhee.
―No me importa. Quiero a mamá.
―Ella vendrá pronto.
―¡La quiero ahora!
―Tienes que calmarte...
―¡Quiero a mamá! ¡Quiero a mamá! ―se levanta gritando, por lo qur Jungkook tomó una bocanada de aire, tratando de mantener la calma porque no sabía cómo calmarla, ya que nunca pasó por esa situación con su hijo.
―Ya basta, Sunhee. Siéntate.
―¡No quiero!
―No le grites a papá ―intervino molesto, Daehyun.
Para sorpresa de ambos, ella tomó su vaso de leche entre sus manos y la lanzó en el rostro del niño, provocando que un jadeo de sorpresa escapara de sus labios y rompiera en llanto.
―¡¿Qué haces, Sunhee?! ¡Eso no está bien! ―reprochó molesto, acercándose a su hijo haciendo que se levantara de la silla.
―¡No puedes gritarme! ¡Tú no eres mi padre! ―gritó enfurecida con sus ojos cristalinos―. ¡Ambos son malos y los odio!
Al verla correr cerró los ojos con fuerza por un momento, tratando de mantener la calma y no llamar a Crystal para que la buscara, porque ya no sabía cómo controlarla.
El llanto de su hijo lo hizo reaccionar y tomó la servilleta para limpiar sus ojos.
―Ven, te llevaré a lavar el rostro ―lo cargó en sus brazos para comenzar a caminar hacia el baño.
―¡Ella es mala, papá!
No podía creerse que haya cambiado de esa manera con ellos, cuando tiempo atrás era la más emocionada por pasar momentos juntos. Pero si se ponía a pensar, luego de la pelea, Taehyung pudo haber aprovechado para ponerla en contra de ellos.
Eso de cierta manera podía llegar a entenderlo, pero se le hacía realmente cruel que lo hiciera también con un niño que no tenía ninguna culpa.
Luego de que lavara su rostro e hiciera que se cambiara de ropa, bajó las escaleras junto a él mirando la hora en el reloj de su muñeca. Al voltear vio por los ventanales a Sunhee, abrazándose las piernas, sentada en el jardín trasero, por lo que tuvo el impulso de acercarse, pero a la misma vez temía empeorar su odio.
Se debatía qué hacer hasta que el sonido del timbre lo hizo reaccionar, por lo que no dudó en caminar hacia la puerta.
En cuanto abrió y se encontró con Sunmi que Daehyun no dudó en correr a abrazarla, suspiró aliviado porque se le estaba haciendo tarde.
―Alguien me ha extrañado mucho ―soltó una risilla, acariciando su cabello.
―Siempre, mamá ―sonrió separándose unos centímetros, y al ver sus ojos ella frunció el ceño.
―¿Has estado llorando?
―Sunhee ya no me quiere.
―¿Quién es Sunhee? ―miró a ambos de manera interrogante.
―Daehyun, déjame hablar con tu madre, ¿sí?
El niño asintió dejándolos solos y Sunmi entró cerrando la puerta a sus espaldas, para luego voltear a ver a Jungkook, que no sabía cómo explicarle la situación sin terminar en una discusión que le podría llevar horas.
―¿Quién es Sunhee?
―Es la hija de una mujer a la que estoy haciéndole un favor, porque no tiene dónde dejarla por unos minutos.
―Puede contratarse una niñera, ¿no crees? ―alzó una ceja y al ver cómo Jungkook presionaba los labios mirándola molesto, soltó una ligera risa―. Oh, espera. Déjame adivinar. Ella es la mujer por la que te golpearon, ¿cierto?
―Basta, Sunmi.
―Yo estoy aquí para cuidar a mi hijo, no a otra niña.
―Necesito que me hagas ese maldito favor.
―No voy a cuidar a la hija de tu amante.
―Ella jamás fue mi amante. Y en todo caso ya no lo sería más porque va a divorciarse ―aclaró sonriendo falsamente―. Voy a poder estar con ella libremente.
―No puedes hacerlo.
―¿Por qué? ¿Por qué no puedo estar con ella?
―Si estoy aquí es porque quiero recuperar a mi familia.
―Saca esa maldita idea de tu cabeza porque a mí ya me has perdido.
―Jungkook...―se acercó dolida.
―Luego de como me has traicionado, lo mínimo que puedes hacer por mí es cumplirme este favor. Debemos llevarnos bien por nuestro hijo, así que no empeores las cosas.
Notó los ojos cristalinos de Sunmi que demostraba arrepentimiento, pero no lograba conmoverlo, por lo que salió de la casa dando un portazo.
Taehyung se encontraba en su oficina con una sonrisa de picardía en su rostro, volteando a ver a Yoona, que estaba apoyada sobre el escritorio al costado. Llevaba una chaqueta rosada, polera blanca, pantalón negro y tacones del mismo color. Su cabello estaba atado en una coleta baja y sus labios carnosos llevaban un brillo labial que llamaba más su atención.
El castaño no podía evitar admirarla por momentos, sabiendo que eso provocaba sus nervios, pero le gustaba y lo disfrutaba.
Hacía apenas unos pocos días tomó la decisión de llamarla, por lo que se habían visto pocas veces, pero le contó todo lo sucedido, a excepción del acuerdo del divorcio porque una parte de él le gritó que no lo hiciera.
―Vaya, ¿cómo haces para verte cada día mejor, Yoona? ―preguntó acercándose, apoyando las manos a los costados de ella en el escritorio.
―Ya, deja de mentir ―murmuró con las mejillas sonrojadas.
―¿Por qué lo haría? ―cuestionó buscando su mirada―. Tú te ves cada día más radiante, mientras que yo...
―Tú también ―admitió sorprendiéndolo―. Te ves muy atractivo esta tarde.
Taehyung llevaba una camisa blanca, corbata negra, chaleco, chaqueta y pantalón gris ceniza, con zapatos negros, y su cabello rizado echado hacia atrás aunque unos mechones rebeldes caían por sus frente.
Últimamente sentía que cada día le costaba más arreglarse como lo hacía antes, pero el saber que iba a ver a Yoona, fue un buen motivo para hacerlo.
―¿Lo dices en serio?
―C-Claro ―al ver como humedecía sus labios y sonreía, ella puso la mano sobre su rostro―. Ya deje de coquetear conmigo, Kim Taehyung.
Eso provocó su risa lo que hizo que sintiera su corazón vibrar, pues hacía demasiado tiempo no lo hacía de forma sincera, pero al estar con ella se sentía tan cómodo que olvidaba sus problemas, como también su gran dolor con el que cargaba cada día.
Lo aliviaba de gran manera y eso le encantaba de pasar tiempo juntos.
―¿No te gusta que lo haga? ―examinó alzando una ceja, volviendo a acercarse, llevando la mano a su pierna apretando un poco, lo que hizo que ella se sorprendiera.
―Kim Taehyung...
Sin poder evitar más la tentación, juntó sus labios, y Yoona no dudó en corresponderle pasando los brazos alrededor de su cuello. Taehyung pasó la lengua por su labio inferior y cuando ella le permitió el paso, la besó con profundidad, recorriendo toda su boca con la lengua, escuchando cómo hacía un sonido involuntario con la garganta.
Sentía cómo la temperatura aumentaba, por lo que se quitó la chaqueta, para luego llevar las manos a su trasero y apegarla más a él, dejando de escuchar lo que sucedía detrás de la puerta, porque el deseo crecía cada segundo.
Estaba completamente cegado, pensando en que por primera vez quería estar con otra mujer que no era su esposa, hasta que unos gritos lo hicieron volver a la realidad y cuando estaba por separarse la puerta se abrió.
Al separarse y ver que Crystal se encontraba a un lado de la puerta, mirándolos completamente sorprendida, sintió su corazón golpear con fuerza mientras pasaba las manos por sus labios limpiando los restos de saliva por el beso desenfrenado.
Yoona, al verlos, rápidamente se dio cuenta de quién era esa mujer, por lo que no pudo evitar sentir culpa mientras se levantaba limpiando también sus labios, pero con más delicadeza.
―Al parecer tú planeaste todo. ¡Ella era tu amante! ¡¿No es así?!
―¡¿De qué demonios hablas?!
―¡Ella es la rubia de la cuál habló nuestra hija! ¡Estoy segura!
―Cállate. Tú no tienes idea de nada ―escupió furioso y cuando intentó acercarse, Yoona lo tomó del brazo impidiéndoselo―. Jamás te fui infiel.
―Jamás me fuiste infiel ―repitió cínica, sintiendo sus ojos arder por las lágrimas―. No me tomes por estúpida. ¿Crees que no me doy cuenta que desde antes que todo ésto pasara tú la veías?
―No tengo que darte explicaciones.
―Le juro que nunca pasó nada entre nosotros ―intervino nerviosa, Yoona―. Yo sería incapaz de arruinar una familia.
―La veías. Ella siempre te gustó, ¿no es así?
―Ya basta, Crystal.
―Quizás no me fuiste infiel, pero deseabas serlo.
Al notar como Taehyung desviaba la mirada y Yoona la bajaba, las lágrimas comenzaban a brotar sintiendo su corazón romperse. A pesar de que ya no estaban juntos, le dolía saber que su esposo pensó en serle infiel, que deseó a otra mujer, por lo que se sentía una hipócrita y se detestaba.
―La deseaste ―confirmó con la voz rota―. ¡Y aún así me críticas por lo que hice, cuando entre Jungkook y yo tampoco pasó nada!
―¡No nos compares, carajo! ¡Si yo empecé a desearla fue porque descubrí tu engaño! ¡Jamás me hubiera fijado en ella si no fuera porque tú me traicionaste! ―apuntó enfurecido―. Tú fuiste quién traicionó, no yo. Lárgate.
―¡No me iré hasta que reacciones! No puedes quitarme a mi hija, Taehyung.
―¿De qué está hablando? ―preguntó preocupada, Yoona.
―¡Cállate y vete! ―exigió volteando a ver a Crystal.
―¡No lo haré! ¡No puedes hacerme ésto! ―rompió en llanto, cayendo de rodillas al suelo―. Te lo suplico, por favor, no me quites a mi hija ―sollozó desconsoladamente, cubriéndose el rostro con las manos.
―Taehyung....
Se sentía paralizado en su lugar al ver a Crystal frente a él, rogándole y llorando de esa manera que le hacía sentir su dolor, que ablandaba su corazón de gran manera, provocando la culpa. Pero aún así, las palabras de su madre volvieron a su cabeza, por lo que pasó de los llamados de Yoona, como del llanto de Crystal, abriendo la puerta notando como había personas atentas a lo que sucedía.
―Llamen a los de seguridad para que saquen a esta mujer de mi oficina ―ordenó a la secretaria que tomó rápidamente el teléfono, asintiendo nerviosa.
Volvió a la oficina observando cómo Yoona miraba conmovida a Crystal, que seguía suplicándole.
―¡Por favor, Taehyung! ―su rostro se contrajo de dolor―. No me hagas ésto. No le hagas ésto a nuestra hija...
En ese momento tenía la intención de acercarse, de poder hablar con ella, pero la puerta se abrió bruscamente y dos hombres de gran tamaño la tomaron de los brazos, haciendo que gritara histérica tratando de zafarse.
―¡Taehyung, no me hagas ésto! ¡Taehyung!
Ambos hombres la sacaron rápidamente de manera brusca por la forma en que trataba de zafarse del agarre.
Taehyung al ver eso desvió su mirada cristalina, tragando con dificultad y sintiendo su garganta arder por el nudo que se había formado. Pues, comenzaba a pensar que estaba actuando de manera cruel, pero trataba de auto convencerse de que ella lo había sido más.
―¿Intentas quitarle su hija y ahora la humillas de esa manera? ―cuestionó cínica, Yoona.
―Tú no lo entiendes. Nadie lo entiende.
―Yo no tengo la oportunidad de ser madre, así que tienes razón, quizás no lo entiendo. Pero ella que la tiene, que es madre de tu hija, se la arrebatas por un error...
―Cállate.
―Tú no sabes el profundo dolor que siente una mujer al no poder tener un hijo, y no quiero imaginarme el de una que si puede, pero se lo arrebatan y lo peor es que es el padre ―espetó decepcionada―. No vuelvas a acercarte a mí. No eres para nada el hombre que creí.
Yoona salió bruscamente dando un portazo, provocando que se sobresaltara y no dejara de repetir sus palabras, por lo que golpeó el escritorio con las manos empuñadas al sentir cómo la rabia lo invadía y las lágrimas brotaban.
Crystal al estar fuera de la empresa limpió sus lágrimas, sintiendo su sangre hervir por la humillación, por como Jimin la miró completamente sorprendido, pero no fue capaz de detenerlos. Tomó su celular con las manos temblorosas tratando de pensar con claridad y marcó el número de Jungkook, el cual la atendió a los pocos segundos.
―Jungkook...―su voz salió más aguda de lo normal y ahogó un sollozo.
―Hey, ¿que sucedió? ¿Por qué lloras? ―preguntó preocupado.
―Todo ha salido mal. Voy en camino a contarte...
―No estoy en casa...
―¡¿Y mi hija?!
―Tranquila. Los dejé con alguien de confianza. Hasta me ha enviado una foto y parecen estar pasando un buen momento ―aclaró tranquilamente―. Ven a la empresa de Namjoon. Quiero que me cuentes ahora.
Crystal dudó por unos segundos, pero decidió aceptar porque debía pedirle ayuda al no saber qué hacer ante esa situación. Condujo hasta le empresa donde trabajaba el pelinegro que estaba a sólo quince minutos, y al llegar se encontró con él que la esperaba abajo, lo cual agradeció.
El verlo vestido con aquel traje negro, su cabello dividido, sin aretes, cómo se dirigía a las demás personas con el semblante serio, sintió estremecerse, pero decidió dejar aquellos pensamientos de lado, porque no estaba pasando por un buen momento y detestaba que provocara eso en ella.
Al entrar a la oficina, Jungkook cerró la puerta mientras Crystal observaba a su alrededor. No era demasiado grande, pero contaba con un escritorio de madera, dos sillas y unos muebles, donde tenía algunas carpetas y una fotografía junto a su hijo, la cual le hizo sonreír al ver las grandes sonrisas de ellos que salían abrazados.
―Cuéntame.
Crystal se apoyó en el escritorio, tratando de ignorar lo que le provocaba el hecho de recordar todo lo sucedido.
―Fui humillada ―respondió con un hilo de voz―. Taehyung estaba allí con otra mujer, pero aún así lloré, le grité, le rogué que no me quite a mi hija, ¿y qué crees que hizo? ―lo miró dolida mientras él se acercaba tomándola de las manos―. ¡Hizo que me sacaran de la empresa como si fuese una loca!
―Te juro que en este momento quiero golpearlo. Ese imbécil...
―¿Qué puedo hacer? Voy a perderla ―lo interrumpió desesperada con las lágrimas brotando.
―Voy a ayudarte ―aseguró limpiando sus lágrimas con los pulgares―. Él no puede quitártelo todo, menos llevando ocho años de matrimonio.
―Tú no sabes el poder que tiene...
―No te preocupes. Algo voy a hacer ―dijo envolviéndola en sus brazos―. Seguirás teniendo a tu hija. Lo prometo.
Crystal se aferró a él ahogando un sollozo y este se mantuvo así por unos segundos, acariciando su cabello, murmurando palabras reconfortantes, hasta que sintió cómo se alejaba unos centímetros para verlo al rostro.
―Debo disculparme contigo.
―¿Por qué? ―preguntó desconcertado, llevando un mechón de cabello detrás de su oreja.
―Por cómo actué cuando pasó... Ya sabes.
―Está bien. No tienes que preocuparte por eso ahora.
―No estuve bien...
―Sólo dime una cosa ―pidió acunando su rostro para conectar sus miradas―. ¿Qué sientes por mí, Crystal? Porque yo estoy perdidamente enamorado y quiero que empezar una historia contigo.
La castaña jadeó al sentir como llevaba las manos a su trasero apegándola a él, mientras sus respiraciones se mezclaban y la lujuria se reflejaba en su oscura mirada. Sus labios se rozaban por momentos, hasta que ella no soportó más y los juntó en un beso apasionado, decidiendo caer en la tentación nuevamente.
Jungkook entrelazó la lengua con la suya, volviendo a apegarla para que sintiera lo que provocaba en él con sólo una mirada, con sólo un beso. No pudo evitar gemir, llevando las manos a su pantalón, deprendiendo con torpeza su cinturón.
―Te deseo, Crystal ―murmuró entrecortado.
―Quiero que me jodas de nuevo.
Él se separó mirando la seguridad en sus ojos, como también el sonrojo en sus mejillas, y sin dudar la hizo voltear bruscamente, provocando que un jadeo sorpresa escapara de sus labios. Comenzó a desabrochar su pantalón para bajarlo junto a sus bóxer liberando su prominente erección, y al verla subir su vestido negro con algo de dificultad, la ayudó rápidamente.
Cuando tenía el trasero de ella a la vista, le dio un azote escuchando como chillaba por la sorpresa.
―No quieres hacer ruido y que nos descubran, ¿cierto? ―preguntó apegándose a ella para que sintiera su erección, mientras hacía sus bragas a un lado sintiendo lo húmeda que se encuentra―. Diablos, no sabes lo mucho que me provoca tenerte así.
Al frotarse sobre su trasero no pudo evitar gruñir, mientras hacía movimientos circulares en el clítoris hipersensible, escuchándola gemir.
―Jungkook, hazlo de una vez ―gimoteó moviéndose sobre sus dedos.
Sacó la mano de las bragas, para luego tomar su miembro y alinearlo sobre su entrada. Sin soportarlo más, la penetró de una vez, haciéndola gritar al quitarle el aliento por un momento, por lo que le cubrió boca con la mano para comenzar a embestirla de manera dura.
¡Hola!
¿Qué opinan de todo lo qué pasó en el capítulo? Quiero leer sus comentarios jajsjs
Ahora sí ésto es una nota del presente, como muchxs saben, estoy resubiendo la historia y al leer tantos comentarios que ya no denigran para nada a la protagonista, y se ponen en el lugar de cada personaje, me puso a pensar. Obvio ya tengo el final de esta historia, pero no he dejado de pensar en el que quería darle y no pude por tantas críticas que recibí por las acciones de la protagonista, llegando hasta insultar a la historia por completo, que me hicieron cambiar DEMASIADAS cosas.
De todas maneras, el final que le dí me parece bien, pero quería saber si a ustedes les gustaría que escribiera el final que yo quería darle desde un principio o prefieren que deje todo tal cual está. Espero sus comentarios ♡
Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar, amores
¡Nos leemos pronto!
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