22; LIBRES
❧ PERFECT FAMILY
LIBRES ಌ
Crystal entró rápidamente a la cafetería, con su respiración pesada a causa de haber corrido porque se le hizo tarde. Miró el reloj de su muñeca que indicaban las siete y cuarto, por lo que comenzó a adentrarse más buscando con la mirada a su hija y a Taehyung.
Al ver a Sunhee jugar con su celular con un batido de frutilla en frente, mientras que Taehyung observaba con curiosidad el juego y le preguntaba algo, se acercó con más confianza hasta que este levantó la mirada encontrándose con la suya.
Se levantó dejando ver que llevaba una chaqueta amarilla, una camiseta blanca, un pantalón café y zapatillas blancas. Al verlo de esa manera con su cabello rizado cayendo por su frente, quiso sonreír, acercarse y aferrarse a él, para así aspirar el aroma de su colonia que tanto echaba de menos, pero el notar su intensa mirada oscurecida hizo que se sintiera por un momento paralizada.
Su corazón golpeaba con fuerza, tanto así que sentía que iba a salirse de su pecho en cualquier momento, pero aún así tomó una bocanada de aire para caminar nuevamente, aunque esta vez con algo de inseguridad y temor.
―Buenas tardes ―murmuró llamando la atención de su hija, que al ver a ambos, no pudo evitar sonreír.
―¡Mamá! ―chilló corriendo a abrazarla.
―Oh, parece que alguien me ha extrañado ―se colocó en cuclillas para abrazarla con más comodidad.
―No he sido la única. Papá también te extrañaba, ¿cierto? ―se alejó un poco y miró con una gran sonrisa a su padre.
Crystal levantó la mirada notando cómo este desviaba la suya, sintiéndose incómodo, pero no pudo evitar ilusionarse ante las palabras de su hija.
―Siéntense ―ordenó tomando asiento.
Ella acarició el cabello de su hija, sintiéndose contenta de que haya vuelto a la normalidad. Luego la pequeña se sentó, por lo que Crystal también, quedando en frente de Taehyung.
Estaba dispuesta a hablar, pero un joven se acercó a tomar la orden, por lo que ella pidió un café y él simplemente un té.
―¿Cómo has estado? ―preguntó nerviosa jugando con sus anillos.
Taehyung al ver que llevaba aún el de compromiso y el de casados, no pudo evitar sorprenderse, mientras que ella al notar que este bajaba la mano porque también llevaba el anillo, lo miró aún ilusionada.
―Bien. Sigo ocupado con el trabajo, pero también me encargo desde casa para poder pasar más tiempo con Sunhee ―respondió girando a ver a su hija que tomaba el batido mirándolos contenta.
―¿Tienes tarea para el lunes, princesa? ―giró a verla, ya que sentía que Taehyung no parecía interesado en saber de ella.
―Tengo examen de matemática. Papá dijo que mañana me ayudará a estudiar.
―Te va a ir bien ―aseguró con una sonrisa y la pequeña asintió con seguridad.
―¿Y tú? ―al escuchar la voz de él, volteó a verlo asombrada.
Al notar sus ojos donde se reflejaban los nervios e inseguridad, que trataba de no demostrar, sonrió tímida sintiendo cómo la ilusión crecía aún más.
―Yo...sólo trabajando.
Taehyung asintió sin quitarle la mirada de encima, por lo que ella la desvió sintiendo un cosquilleo en su estómago que le recordaba todas las sensaciones que le provocaba en sus primeras citas y al principio de la relación.
Este no podía apartar la mirada de ella, el verla con su cabello lacio suelto, poco maquillaje como si no le importara que notara sus ojos enrojecidos e hinchados, que le hacían saber que había estado llorando, le provocaba una punzada en su pecho al pensar que pudo ser por él. También -aunque no quisiera-provocaba que se ilusionara al pensar que podía seguir amándolo, pero al recordar a Jungkook, que ahora estaba con él, hacía que la realidad volviera a golpearlo, por lo que apretó la mandíbula desviando la mirada al sentir su sangre hervir.
Crystal luego del silencio que duró unos pocos minutos, ambos observando a su hija que estaba entretenida con el juego del celular, quiso decir algo para seguir la conversación, pero el joven volvió dejando las tazas de café y té frente a ellos, por lo que le agradecieron.
―Tenemos que hablar del...divorcio ―mencionó incómodo al pensar que su hija podía escucharlos a pesar de estar realmente entretenida con el juego, tanto así que movía la cabeza al ritmo de la canción, tarareando por momentos.
―¿Q-Qué?
―¿Qué pensabas, Crystal? ―inquirió alzando una ceja, dejando la pequeña cuchara a un costado de la taza.
―Yo... No lo sé ―respondió con un nudo en la garganta.
¿Cómo podía ser capaz de decirle que quizás se había ilusionado? ¿Cómo podía decirle que al escuchar a su hija y ver su mirada, sintió que podían tener otra oportunidad? Sentía su corazón romperse, pero trataba de retener sus lágrimas porque no quería que la niña la viera de esa manera.
―N-No sucedió nada con él cuando estaba contigo ―aclaró tratando de que Sunhee no sea capaz de escucharla, y volvió su mirada al frente notando como este se tensaba.
―No mientas, Crystal.
―Estoy siendo sincera.
―¿Ahora dirás también que en cuanto terminamos no dudaste en estar con él? ―examinó con sus facciones endurecidas, y ella tragó con dificultad sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a brotar, pero las limpió rápidamente bajando la mirada―. Lo hiciste. Realmente, lo hiciste ―confirmó dolido sintiendo un nudo en su garganta―. ¿Cómo carajos se supone que crea que no pasó nada con él cuando estábamos juntos? Mierda, Crystal, leí los mensajes y vi esa maldita fotografía que te envió. Esta vez no volveré a ponerme la venda en los ojos, porque tú...tú realmente me engañaste.
―Taehyung, si me permites explicarte...
―¡No quiero escuchar como no pensabas en mí en lo absoluto! ―exclamó golpeando la mesa, provocando que Crystal y Sunhee, se sobresaltaran, y que las personas que se encontraban alrededor los miraran.
―¿P-Papá? ―la voz de su hija llamó su atención, por lo que suspiró dándose cuenta de cómo acababa de reaccionar.
―Está todo bien, princesa ―aseguró girando a verla con una falsa sonrisa.
Volteó nuevamente a ver a Crystal, que sorbió su nariz mientras limpiaba las lágrimas, tratando de reprimir su llanto, como las ganas de arrodillarse frente a él y rogarle que la perdonara por haberse equivocado de esa manera, pero ¿de qué serviría si aún seguía equivocándose?
―Fui un maldito imbécil que intentaba mantener vivo algo que tú matabas ―murmuró entre dientes―. No tienes idea del daño que me causaste.
―Perdóname...
Sabía que la quería de regreso, que su ausencia no servía para que dejara de amarla porque estaba seguro que siempre lo haría. A pesar de que ahora tenía su corazón destrozado, los pedazos gritaban su nombre y la amaba aunque le haya sacado el alma. Los sollozos subían a su garganta al pensar todo lo que habían pasado, pero aún así, los tragó porque estaba seguro de que si los soltaba, se iba a caer en pedazos allí mismo, frente a la persona que había causado ese dolor, y frente a su hija.
―Diablos, aún recuerdo cuando descubrí tu engaño, tus mensajes, a pesar de eso seguí allí, tratando de recuperar nuestra relación. Quizás nunca me había dado cuenta de lo mucho que te amaba, hasta que pasó eso y me rompía el alma tratando de que todo volviera a la normalidad, aunque en mi cabeza no dejaba de repetirse que tú ya amabas a otro ―expresó cubriéndose el rostro por un momento, tratando de contener el llanto―. Un simple perdón no desaparece todo el daño que me causaste. Jamás voy a ser capaz de perdonarte porque fueron ocho malditos años que tiraste por la borda por ese...por ese imbécil.
―No sabía lo que hacía...
―Sí lo sabías. Claro que lo sabías, carajo.
―Yo sólo quería...
―No me importa lo que querías, porque si tú me hubieras visto con el corazón destrozado, temblando y llorando, si me hubieras visto tan débil mientras leía esos mensajes...estoy seguro que quizás, no hubieras seguido dañándome o quizás no tanto ―limpió sus lágrimas rápidamente―. Aún así, sonreí para ti y tú seguiste teniendo la decencia de mirarme a los ojos, de seguir mintiéndome, de seguir diciéndome que me amabas.
― Oh, Dios, soy una idiota ―se cubrió el llanto sollozando, llamando la atención de la pequeña―. No sé cómo pude ser capaz de algo así. Por favor, perdóname
―suplicó tomando sus manos entre las suyas, mirándolo arrepentida.
―¡No me toques! ¡No vuelvas a tocarme! ―ordenó apartando sus manos rápidamente y levantándose histérico con las lágrimas aún cayendo sobre sus mejillas.
―¡Taehyung! ―esa voz que sonó más grave de lo normal por el enfado hizo que levantara la mirada, encontrándose con el pelinegro que se acercaba amenazante.
―¡¿Qué rayos haces aquí?! ―examinó tomándolo de la chaqueta bruscamente, provocando un chillido por parte de la castaña y su hija―. Tú le pediste que viniera, ¡¿no es así?! ―giró a ver furioso a la castaña.
―N-No...
―¡Papá, basta! ―se levantó rompiendo en llanto, por lo que Crystal rápidamente la envolvió en sus brazos.
El castaño al ver a su hija de esa manera decidió soltarlo, provocando que hiciera unos pasos hacia atrás, pero acomodó rápidamente su chaqueta sin quitar su mirada de él.
―¿Por qué estás aquí, Jungkook? ―preguntó molesta limpiando sus lágrimas.
―Sólo...sólo quería asegurarme que no se atreviera a gritarte, a tratarte mal, a amenazarte, y veo que hice bien en venir.
Taehyung quería volver a acercarse, esta vez para golpearlo, pero sabía que eso sólo iba a empeorar todo y no quería volver a formar un show, ni mucho menos asustar a su hija.
―¡No! No hiciste bien ―exclamó sorprendiendo a ambos―. Sólo has empeorado las cosas.
―Pero...
―No te quiero cerca de mi hija y si tú...―advirtió volteando a verla― quieres seguir viéndola, no te atrevas a acercarla a este miserable. Ella tampoco quiere volver a verlo.
―Vete, Jungkook.
―Lo siento. Yo sólo quería cuidarte...
―¡Vete!
En ese momento el pelinegro suspiró al darse cuenta que se había equivocado, pero temía lo que pudiera pasar en ese encuentro. Temía que Taehyung por su rabia hiciera algo para lastimarla como había hecho, pero simplemente, provocó que las cosas empeoraran.
Miró a Crystal que abrazaba a su hija, la cual sollozaba, y luego observó a Taehyung que tenía sus facciones endurecidas, como también su respiración pesada, tratando de mantener la calma mientras un mesero se acercaba.
―¿Está todo bien, señores? ―preguntó mirando a ambos―. Están incomodando a las personas que se encuentran aquí pasando un buen momento...
―No se preocupe. Me iré ―interrumpió Jungkook—. Lo siento —murmuró para Crystal, para luego dar media vuelta y marcharse.
Cuando este comenzó a dirigirse hacia la salida, Taehyung suspiró llevando las manos a su nuca, mientras que Crystal limpiaba las lágrimas de su hija, tratando de tranquilizarla, hablándole dulcemente, por lo que la niña asintió sorbiendo su nariz.
Cuando la castaña notó que estaba más tranquila, y la vio volver a tomar asiento sin dejar de mirar a su padre, decidió acercarse a paso inseguro.
Este levantó la mirada odiándose, pensando en cuánto le dolía ser la persona incorrecta, saber que ya no podían ni podrán ser porque no lo amaba de la misma manera, dejó de bastarle y eso lo destrozaba. Lo mataba como nunca el desear ser el correcto, pero no poder serle suficiente a la mujer que amaba hacía diez años.
―Si quieres seguir viendo a nuestra hija no quiero a ese imbécil cerca de ella, ¿entiendes, Crystal? ―advirtió limpiando rápidamente las lágrimas.
―Lo siento. Juro que no sabía que iba a atreverse a venir.
―Ahórrate las palabras, lo que sea que salga de tu boca siento que no son más que mentiras. Ahora puedes quedarte con ella porque debo ir a trabajar y trataré de apresurar lo más que pueda el divorcio.
― Taehyung...―volteó al verlo pasar por su lado―. ¡Taehyung! Lo siento ―murmuró cubriéndose el rostro con las manos.
Este no podía seguir observándola, seguir teniéndola en frente mientras le pedía disculpas porque sentía que iba a debilitarse. Estaba seguro que sería capaz de perdonarla en ese momento para volver a tenerla en sus brazos, pero sabía que luego de eso volvería a sentir cómo el rencor lo consumía, y no sería capaz de saber sobrellevar la relación.
Todo volvería a derrumbarse y aun peor.
Estaba cada día más seguro que lo mejor que podía hacer era divorciarse y empezar de cero sin ella.
Tenía que volver a encontrarse, acostumbrarse a la ausencia de la persona que amaba con su vida.
Taehyung movía su pierna de arriba abajo mientras jugaba con su lapicera, escuchando a Yoongi hablar y hablar. Llevaba un traje azul, camisa blanca, corbata con líneas blancas y azules, zapatos negros y su cabello caía por su frente, por lo que pasaba los dedos por este, tratando de mantener la calma. Ignoraba el nudo que se había formado en su garganta al pensar que estaba dándole fin a la etapa que algún día fue la más feliz de su vida.
―El señor Kim está de acuerdo con dejarle aquel departamento en donde vive y la cafetería donde trabaja, también en dejarle a su nombre la casa que compro en Daegu ―habló Yoongi, leyendo los documentos―. Sobre la responsabilidad parental han estado de acuerdo ambos qué días de la semana va a estar con cada uno.
―Por cierto, sobre las vacaciones pensaba que yo podría llevármela en las de verano y tú en las de invierno ―comentó Taehyung.
―Si quieren llevársela al exterior van a necesitar el consentimiento del otro, ¿está bien?
―¿Cómo vamos a hacer en las fechas especiales? ―preguntó Crystal, llevándose un mechón de cabello detrás de la oreja―. Faltan días y yo... No sé.
―Sunhee pasará Navidad conmigo y Año Nuevo contigo, ¿te parece?
―Oh, yo creí que Navidad...
―Tengo planes para Año Nuevo, así que me parece mejor pasar Navidad con ella, ¿o tú también tienes planes para Año Nuevo? ―inquirió alzando una ceja.
Este levantó la mirada por primera vez, encontrándose con sus ojos oceánicos con largas pestañas, donde se reflejaba la angustia que no lograba entender. Pues, había creído que ahora que recibiría la libertad y los bienes, estaría contenta, pero parecía todo lo contrario.
Ella llevaba una camisa blanca con volados, pantalón negro y tacones del mismo color. Su cabello estaba ondulado y se habia maquillado para tapar sus grandes ojeras, como también para que no se notara que se había pasado toda la madrugada llorando.
―No tengo ningún plan.
―Bien, como decía ―intervino frustrado el licenciado, ya que no quería escucharlos discutir cuando supieron ponerse de acuerdo en las semanas que habían pasado―. ¿Ambos siguen estando de acuerdo con todo? ¿Siguen pensando que lo mejor es divorciarse?
―Sí ―respondió rápidamente Taehyung, sintiendo la mirada de la fémina que no contestó.
―Crystal, ¿estás de acuerdo con la repartición de bienes y con los días que pasarás con tu hija?
―Si lo necesitas, puedo pasarte dinero cada mes. Claro está que es para mi hija y para ti, no para que lo derroches en alguien más, ¿cierto?
―No lo necesito, pero gracias ―espetó molesta al sentir como había querido humillarla, como también insultarla, mientras sentía la mirada Yoongi.
―Entonces, sólo queda firmar.
Puso la carpeta negra abierta frente a ambos. El primero en acercarla fue Taehyung, que tomó también su lapicera que había dejado a un costado.
Observó el papel sintiendo su mano temblorosa, que trató que ninguno notara, y tomando una bocanada de aire temblorosa, firmó, para luego deslizarlo frente a la castaña que miró su firma tratando de reprimir las lágrimas.
Sentía una gran presión en su pecho que quería hacerla quebrar en llanto, seguirle rogando para que la escuchara y sacara aquella idea del divorcio de su cabeza. Pero sentía que ya no había nada más que pudiera hacer, porque Taehyung esta vez no estaba dispuesto a escucharla. Esta vez se había acabado.
―Aquí tiene, señora ―Yoongi le pasó su lapicera.
―Gracias ―su voz salió débil, pero aún así le regaló una media sonrisa.
Apoyó la lapicera para comenzar a firmar, pero se detuvo levantando la mirada, encontrándose con la café de Taehyung que parecía rogarle que no lo hiciera, pero estaba segura que era sólo su imaginación que intentaba seguir manteniendo viva la esperanza de volver a estar juntos.
Vivió a bajarla a la hoja y firmó rápidamente para no seguir arrepintiéndose. Limpió sus lágrimas rápidamente sorbiendo su nariz, y miró al castaño que había desviado la mirada.
―Entonces, ya están legalmente divorciados ―habló el pelinegro, tomando la carpeta―. Son libres.
En ese momento, Taehyung cayó en la realidad. Realmente le había dado fin. Había caído en la realidad dolorosa que lo destrozaba por dentro.
Sentía cómo iba desintegrándose, que iba muriendo por dentro de a poco, mientras su corazón golpeaba con fuerza por el miedo a tener que empezar de cero.
―¿T-Taehyung...?
La voz de su exesposa le hizo reaccionar que su visión se había vuelto borrosa por las lágrimas, por lo que se levantó rápidamente.
―¿Ya puedo irme, Licenciado Min?
―Claro. Como dije, ya eres libre.
―Taehyung...―Crystal se levantó tomándolo del brazo. Este volteó a verla, observando como las lágrimas caían por sus mejillas, pareciendo realmente destrozada por el divorcio, por lo que trataba de convencerse que estaba fingiendo, pero no entendía porqué hacía algo como eso―. Por favor, perdóname.
Se negaba a pensar que estaba siendo sincera, pero aún así reprimiendo un sollozo y el ardor en su pecho, la abrazó sorprendiéndola. Sin dudar le correspondió escondiendo el rostro en su cuello, mientras este cerraba los ojos con fuerza, aspirando su dulce aroma que echaba de menos cada día, más que nada al despertar y no poder aferrarse a ella.
Había extrañado demasiado tenerla en sus brazos, sentir su calor corporal, por lo que la estrechó entre sus brazos queriendo mantenerse así por siempre, pero luego la tomó de los hombros para alejarla unos centímetros, observando cómo las lágrimas empapaban sus mejillas.
―Ahora puedes casarte con él, con quien debiste hacerlo desde un principio. Ya eres libre, Crystal Jones.
Al sentir cómo una lágrima caía por su mejilla, la limpió rápidamente, regalándole una sonrisa, para luego voltear y comenzar a caminar hacia la salida. Pero al cerrar la puerta tras su espalda, la escuchó romper en llanto, lo que provocó una presión en su pecho y que él también lo hiciera, aunque al contrario de ella, de manera silenciosa mientras se cubría los labios con la mano.
Deseaba más que nada despertar y verla frente a él, sentir cómo la felicidad volvía a invadirlo, pero ahora tenía que empezar de nuevo.
¡Hola!
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Creen que hicieron bien en divorciarse?
Ahora otra nota del presente, el capítulo final no voy a a publicarlo hoy porque ya me decidí darle el final que quería desde un principio, por lo que tengo que cambiar algunas cosas, aunque no sean tantas, y el que sí me va a tomar más trabajo es el epílogo jajsjs espero que no les moleste, prometo que tardaré pocos días en actualizar
De todas maneras para quienes leen mis demás historias, hoy comienzo con las actualizaciones normales de cada fin de semana ♡
En fin, espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar, amores
¡Nos leemos pronto!
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